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lunes, 10 de octubre de 2016

Pobreza: Panorama general… @dealgunamanera...

Pobreza: Panorama general…

Población mundial que vive bajo la línea de pobreza..

Contexto:

La misión del Grupo Banco Mundial está tallada en piedra en la sede central de la ciudad de Washington y señala: “Nuestro sueño es un mundo sin pobreza”. Este cometido orienta todos los estudios analíticos, las operaciones y las actividades de convocatoria en más de 145 países clientes, y se ve reforzado por los objetivos de poner fin a la pobreza extrema en el curso de una generación y fomentar la prosperidad compartida de manera sostenible en todo el mundo.

Los avances logrados en la reducción de la pobreza han sido notables en las últimas décadas. El mundo cumplió la meta del primer objetivo de desarrollo del milenio (ODM) de disminuir a la mitad para 2015 la tasa de pobreza registrada en 1990, lográndolo en 2010, cinco años antes del plazo previsto. Pero pese a este logro, la cantidad de personas que viven en condiciones de pobreza extrema en el mundo sigue siendo inaceptablemente alta.

De acuerdo con las últimas estimaciones, el 12,7 % de la población mundial vivía con menos de US$1,90 al día en 2011, cifra inferior al 37 % de 1990 y al 44 % de 1981.

Esto significa que 896 millones de personas subsistían con menos de US$1,90 al día en 2012, en comparación con 1950 millones en 1990 y 1990 millones en 1981.

El progreso ha sido más lento en las líneas de pobreza más altas. En total, 2200 millones de personas sobrevivían con menos de US$3,10 al día en 2011, que es la línea de pobreza promedio de los países en desarrollo y otro indicador común de profundas carencias. Se trata de una reducción marginal con respecto a los 2590 millones registrados en 1981.

Si bien las tasas de pobreza han disminuido en todas las regiones, los avances no han sido uniformes:

Asia oriental experimentó la reducción más marcada en materia de pobreza extrema, bajando del 80 % en 1981 al 7,2 % en 2012. En la actualidad, en Asia meridional se registra el porcentaje más bajo de pobreza extrema desde 1981, dado que este indicador disminuyó del 58 % en 1981 al 18,7 % en 2012. En África al sur del Sahara, la pobreza llegaba al 42,6 % en 2012.

China por sí sola experimentó la mayor caída en los niveles de pobreza extrema en los últimos 30 años. Entre 1981 y 2011, 753 millones de personas lograron superar el umbral de US$1,90 al día.

Durante el mismo periodo, 1100 millones de personas salieron de la pobreza en todo el mundo en desarrollo.

En 2012, un poco más del 77,8 % de las personas en situación de pobreza extrema vivía en Asia meridional (309 millones) y África al sur del Sahara (388,7 millones). Además, otros 147 millones vivían en Asia oriental y el Pacífico.

Menos de 44 millones de personas extremadamente pobres vivían en América Latina y el Caribe, y en Europa oriental y Asia central en conjunto.

Sin embargo, queda aún mucho por hacer y siguen existiendo varios desafíos. Es cada vez más difícil llegar a quienes todavía viven en la pobreza extrema, dado que con frecuencia se encuentran en contextos frágiles y zonas remotas.

El acceso a buena educación, atención de salud, electricidad, agua segura y otros servicios fundamentales sigue estando fuera del alcance de muchas personas, a menudo por razones socioeconómicas, geográficas, étnicas y de género.

Es más, el progreso frecuentemente es temporal para quienes han logrado salir de la pobreza: las crisis económicas, la inseguridad alimentaria y el cambio climático amenazan con quitarles aquello que han conseguido con tanto esfuerzo y corren el riesgo de caer nuevamente en la pobreza. Será fundamental encontrar formas de enfrentar estos problemas a medida que se avanza hacia 2030.

Estrategia:

El primer objetivo del Grupo Banco Mundial de poner fin a la pobreza extrema en el curso de una generación incluye la meta específica de reducir la tasa mundial de pobreza extrema a no más del 3 % antes de fines de 2030, dado que es probable que persista una pequeña cantidad de pobreza por "fricciones". Aunque se trata de un reto difícil, es posible lograrlo si se cambia la manera de hacer las cosas. Para ello, será importante promover un crecimiento que sea sostenible e inclusivo, crear más y mejores empleos y desarrollar programas eficaces de redes de protección social para asegurar que los más vulnerables sean capaces de enfrentar las crisis. Si bien el crecimiento es crucial, la calidad de ese crecimiento también es importante.

El segundo objetivo de promover la prosperidad compartida se mide por el aumento de los ingresos del 40 % más pobre de la población de cada país. En términos generales, esto se traduce en centrar la atención en el bienestar de los menos acomodados. Este objetivo es paralelo al objetivo en materia de pobreza, y hace hincapié en combatir las persistentes desigualdades que mantienen a las personas en la pobreza generación tras generación.

No existe una solución mágica para acabar con la pobreza. Los programas para llegar a los más desfavorecidos deben diseñarse según el contexto de cada país, teniendo en cuenta los últimos datos y análisis, y las necesidades de las personas. Para poder reducir la pobreza, los países necesitan adoptar tres medidas:

Crecer de manera inclusiva y con un uso intensivo de mano de obra.

Invertir en el capital humano, especialmente en aquellas personas que no pueden beneficiarse de los servicios básicos debido a circunstancias que escapan a su control.

Proteger a los pobres y vulnerables ante las crisis que los pueden sumir aún más en la pobreza, como fenómenos meteorológicos extremos, pandemias, inestabilidad de los precios de los alimentos y crisis económicas.

Resultados:

El Grupo Banco Mundial busca lograr su objetivo de poner fin a la pobreza a través de diversas maneras. Estas incluyen el financiamiento de proyectos que pueden tener efectos transformadores en las comunidades y la recopilación y el análisis de los datos y las pruebas fundamentales requeridas para focalizar estos programas en los más pobres y vulnerables, así como el respaldo a los Gobiernos para que formulen políticas más inclusivas y eficaces que beneficien a todas las poblaciones y sienten las bases para la prosperidad de las futuras generaciones.

Algunos ejemplos son:

En materia de crecimiento:

Un proyecto en gran escala de caminos rurales en India ayuda a conectar a las familias de las zonas rurales con los mercados urbanos, mejores escuelas y fuentes de agua más limpia.

Un informe analítico intersectorial (i) permitió establecer un nuevo parámetro para medir la pobreza en Haití y que ayuda al Gobierno a focalizar mejor los programas y las políticas.

Los análisis del impacto social y sobre la reducción de la pobreza –por ejemplo, acerca de los obstáculos al comercio en África– (i) ayudan a los Gobiernos asociados y a otras partes interesadas a entender las posibles repercusiones de las políticas y los programas propuestos en los pobres, y en la desigualdad de los ingresos y las oportunidades.

En materia de inversión:

Un curso de capacitación en aptitudes para niñas adolescentes en Rwanda (i) enseña destrezas básicas y técnicas que son indispensables para que ellas tengan éxito en el mundo laboral y en sus comunidades.

Datos y estudios sobre la desigualdad de oportunidades entre los niños (i) de todo el mundo son mecanismos que ayudan a los países clientes a incorporar los resultados de las investigaciones en sus análisis fiscales y en el desarrollo de sus programas sociales.

Mapas específicos de algunos países, como Afganistán, (i)Bangladesh (i) y Vietnam, (i) así como de los Territorios Palestinos (PDF, en inglés) muestran la diversidad económica y las brechas en los servicios que existen en dichos lugares. Esta actividad, que forma parte del proceso de evaluación de la pobreza, ayuda a las autoridades y a sus asociados a focalizar mejor las políticas y los programas dirigidos a los más pobres y cuyo fin es beneficiar a estas comunidades.

En materia de protección:

Un proyecto de electrificación rural en Bangladesh, (i) que incluye sistemas de energía solar, permite suministrar electricidad a millones de hogares y, al mismo tiempo, enfrentar el cambio climático y proveer servicios básicos.

Iniciativas de recolección frecuente de datos, por ejemplo en Liberia (i) y Sierra Leona, (i) durante la crisis del ébola ayudaron a complementar las encuestas tradicionales de hogares y a identificar necesidades públicas urgentes.

Un programa de reforma de las finanzas públicas en República Dominicana incluyó transferencias monetarias condicionadas para mejorar la protección social de los pobres.

© Escrito por Maura K. Leary y publicado el miércoles 07/10/2015 http://www.bancomundial.org en la Ciudad de Washington, Estados Unidos.



domingo, 24 de noviembre de 2013

Soviético... De Alguna Manera...

Soviético...


Cabría preguntarse por qué lo llaman “soviético”. Lo de “ruso” es previsible, es un apodo que suele darse en la Argentina a los judíos askenazis. En el caso de Axel Kicillof, a quien Cristina Kirchner insiste en italianizar llamándolo Kichiloff (sic), además de “ruso” le han colgado lo de “soviético”, una sugestiva pirueta más o menos macartista que juega con el combo ruso judío, ruso de Rusia y, además, ruso soviético.


La nación soviética se extinguió en 1991, aun cuando el Partido Comunista originariamente fundado por Lenin, suprimido por la restauración capitalista en 1991 y refundado en 1993, retiene hoy 92 de las 450 bancas de la Duma y 460 de los 3.787 legisladores de los parlamentos regionales, tras el 23,19% de los votos obtenidos en las elecciones parlamentarias de 2011. En las presidenciales de 2012, el candidato del PC ruso, Guennadi Ziuganov, logró sólo el 17,2%, mientras que Vladimir Putin se alzó con el 63,6%.

¿Responde acaso Kicillof a lo que significaba ese PC de la URSS que monopolizó el poder entre 1917 y 1991? Con lo de “soviético” se pretende formatear la imagen del economista argentino en clave de radicalidad ideológica; ¿sería un “comunista”? Claro que no lo es, aunque no parece tener inquietudes religiosas, puesto que el miércoles juró por la Patria, sin mencionar a dios alguno. A los 42 años, este egresado del Colegio Nacional de Buenos Aires se reconoce en una corriente que anima los medios universitarios de Estados Unidos y Europa bajo el temiblemente reduccionista apodo de “neokeynesianos”. Dicho sin vueltas, Kicillof expresa la resurrección de la vieja creencia en un Estado que asigna más y mejor los recursos que el hoy denostado mercado. En las universidades occidentales hay académicos convencidos de la superioridad del socialismo, al que se arribaría previo paso por una fornida experiencia de intervención estatal.

Ya desde fines de los años 70 del siglo anterior, revistas marxistas europeas y norteamericanas aludían al “estatalismo”, una versión si se quiere más densa y exigente que el mero y superficial estatismo. Se trata de una compacta convicción en dicha superioridad del Estado para fijar e implementar políticas, haciendo caso omiso a las presiones y/o necesidades de los actores privados. Un caso verdaderamente aleccionador de esta deriva es la hoy indescriptible Venezuela, con un Estado grueso, fofo y, además, intimidatorio. ¿Es Kicillof, entonces, un chavista argentino? Error. Son situaciones y paradigmas diferentes. El chavismo rojo-rojito, además de fenomenalmente incompetente en la gestión cotidiana del Estado, es mucho más castrista que peronista. El peronismo tiene una larga tradición de acomodamientos y zigzagueos respecto de los paradigmas marxistas. Ferozmente anticomunista desde 1945 y hasta por lo menos 1960, practicó a partir de aquel año diversas y ambiguas danzas nupciales con el Partido Comunista y otras fuerzas de izquierda.

Kicillof, que nada tuvo que ver jamás con la vieja izquierda, no debería alarmar ni irritar a quienes pretenden seguir adhiriendo a una mirada convencional del peronismo como fuerza alejada, a la vez, del socialismo marxista y del capitalismo liberal. Lo que tienen en común hoy estas variopintas formas de cuestionamiento del mercado y de la iniciativa privada es, precisamente, su pesada e irredenta fe en el Estado, no la opción por un socialismo que en ninguna parte del mundo se ha demostrado sustentable. Estudiosos como Kicillof no podrían ignorar que los modelos dictatoriales aún sobrevivientes (China, Vietnam, Cuba, Corea del Norte) son irremediablemente extravagantes y obsoletos para la Argentina.

Sin embargo, esos socialismos de mano dura se asumen con naturalidad como todopoderosos capitalismos de Estado. Son regímenes estatalistas puros y duros en los que el mercado es manejado desde grupos gobernantes excluyentes y muy concentrados. La centenaria idea soviética, de cariz colectivista y ambiciones de minucioso igualitarismo social, discurrió como economía de guerra en la Rusia atrasada de 1917, pero dos décadas más tarde lo soviético se transformó en feroz dictadura concentracionaria. Tal vez nada habría sido diferente si Lenin, en lugar de morir en 1924 a los 54 años, hubiese vivido dos o tres décadas más. Stalin fue la versión gruesa y feroz de un modelo de pensamiento esencialmente enamorado de la verdad poseída por minorías iluminadas, las vanguardias esclarecidas del proletariado.

De soviético, nada, pues. Kicillof es un lector de Marx convencido de que la deriva al liberalismo tras el derrumbe mundial del cínicamente llamado “socialismo realmente existente” a fines de los años 80 fue un hiriente traspié ocasional, que ya se ha superado. Ese es el problema cardinal: más y no mejor Estado; mercados, sí, pero relativamente, bajo condición de que admitan una musculosa conducción estatal con su secuela interminable de permisos, autorizaciones, normas a ser dadas desde un gobierno enorme y muy inmiscuido en la cotidianidad. Lo soviético hoy no existe, si es que alguna vez tuvo vida.

El mito y el horizonte imaginario es el Estado, poderoso, enorme, generoso, dispendioso, magnánimo y con recursos inagotables. Esta es la clave; no hay a la vista utopías míticas convincentes, sino un retorno indulgente al viejo útero colectivo nacional, rincón proveedor de esperanzas siempre renovadas. Hasta el próximo derrape.

© Escrito por Pepe Eliaschev el domingo 24/11/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires .

Links: www.pepeeliaschev.comTwitter: @peliaschev


miércoles, 7 de noviembre de 2012

La banda de Moreno... De Alguna Manera...


La banda de Moreno...

Guillermo Moreno. 

"Somos la banda de Guillermo Moreno/ la que banca a Moreno poniendo huevo/ la que deja la vida por Argentina/ somos la agrupación Pueblo Peronista...". Un video que se viraliza por Internet muestra a un grupo de jóvenes cantando a favor del Secretario de Comercio. El escenario: un avión de Aerolíneas Argentinas. El cotillón: globos blancos con la leyenda "Clarín Miente". A simple vista parece una estudiantina. Jóvenes camino a un campamento o algo así. Según trascendió, las imágenes muestran a parte de la comitiva empresaria que viajó a Vietnam para abrir mercados para la Argentina.

El viaje que se desarrolló entre el 20 y el 30 de octubre, tiene como antecedentes misiones similares a Angola y a Azerbaiján. El próximo destino será Nigeria. Como es lógico y previsible, lloverán las críticas a medida que se difundan las imágenes realmente impropias para una delegación oficial. Otra vez opositores y periodistas le pedirán la renuncia y, otra vez, no la conseguirán. Pero más allá de lo anecdótico, ¿quién es Moreno?.

Para muchos es más kirchnerista que los Kirchner. Se trata del funcionario más cuestionado y polémico del gobierno nacional. En estos años le han dicho de todo: autoritario, violento, despótico y maleducado. Sin embargo, ni sus críticos más feroces dudan de su honestidad ni de capacidad de trabajo. "Sus horarios son los de un militar: acostumbra citar a los empresarios a las seis de mañana, en punto, en su despacho. No es una hora humana para nadie, salvo para Moreno. Debe reconocérsele que es un trabajador incansable: solo a las once de la noche apaga la luz de su despacho", contó Joaquín Morales Solá después de crucificarlo en un editorial en La Nación por su modos y manejos. Moreno es el responsable, entre otras medidas, de la brutal intervención del Instituto de Estadística y Censos (INDEC) y es la cara visible del Estado en la disputa por Papel Prensa. Se mantiene en el cargo desde 2005. Era uno de los funcionarios preferidos de Néstor Kirchner. Goza de la confianza absoluta de la presidenta de la Nación, quien habitualmente lo cita en sus discursos de manera coloquial y cómplice: "No se ría, Moreno, que está hablando la presidenta", suele reprenderlo. Moreno asiente, su pecho luce un pin con la sigla YPF, y siempre parece dispuesto a sumarse a alguna pelea.

El Loco —como lo llaman sus amigos de los setenta— o el Napia, para los más cercanos, Moreno pasó su infancia y juventud en el sur de Buenos Aires. Comenzó a militar en los años setenta en unidades básicas de Parque Patricios y el Bajo Flores. Tras la normalización democrática abrió su propio centro partidario con el nombre "Pueblo Peronista" en Palermo, local que funcionó hasta 2006. Se graduó de licenciado en Economía en la Universidad Argentina de la Empresa en 1985, en donde presidió el Centro de Estudiantes. Es dueño de una ferretería en el partido de San Martín.


Su primer cargo gubernamental data de 1989 en la Subsecretaría de Producción del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, bajo la intendencia de Carlos Grosso. Conoció a Néstor Kirchner antes de que lo eligieran presidente de la Nación. Se desempeñó primero en la Secretaría de Comunicaciones, luego pasó a la Secretaría de Coordinación Técnica del Ministerio de Economía hasta que fue designado en la flamante Secretaría de Comercio Interior. Desde ese sillón se ocupó de las cuestiones más diversas, muchas veces invadiendo terreno de funcionarios de rango superior: acuerdos de precios, defensa de la competencia, subsidios agropecuarios, política energética, mercado cambiario y comercio exterior, entre otras. Desde ese sillón construyó su propia leyenda. Aficionado al boxeo, llegó a concurrir a una asamblea de Papel Prensa con guantes de box y, dicen, alguna vez exhibió un arma ante un empresario, aunque Moreno lo niega. Más fácil de demostrar son sus gritos y maltrato ante la menor objeción a sus ideas o propuestas.

Moreno nunca concedió un reportaje. Sin embargo, nutrió de imágenes a los medios de comunicación. Desde el gesto de degüello a Lousteau, hasta sus saltitos junto al conductor bailantero "Tota" Santillán en una marcha. Desde la persecución de caceroleros, junto al campeón de kick-boxing "Acero" Kali, hasta la pelea con un automovilista que lo increpó en la calle, hay para todos los gustos. Ahora se lo ve arengando a los suyos en un vuelo de Aerolíneas Argentinas. Pero la acción que más se le reprocha es la intervención del INDEC realizada con el objetivo de domar a la inflación.

Se podría calificar esa medida como su fracaso más notable: el maquillaje no logró disimular lo evidente. Moreno será autoritario y hasta prepotente; trabajará mucho y hará gala de su honestidad, pero hace cinco años que no logra controlar el aumento constante de los precios. La misión específica para la que fue designado.

© Escrito por Reynaldo Sietecase y publicado por el http://noticias.latam.msn.com/ar/blog-reynaldo-sietecase/view.aspx  el lunes 5 de Noviembre de 2012.






viernes, 30 de abril de 2010

A 35 años del fin de la guerra de Vietnam... De Alguna Manera...

Recuerdos del horror a 35 años del fin de la guerra de Vietnam...


Miles de personas conmemoraron en Ho Chi Minh el día en el que tropas norvietnamitas tomaron Saigón y depusieron al gobierno de Vietnam del Sur, apoyado por Estados Unidos.

En la hoy llamada ciudad de Ho Chi Minh miles de personas conmemoraron el día en el que hace 35 años los tanques norvietnamitas derribaron las puertas del entonces palacio presidencial en Saigón y depusieron al gobierno de Vietnam del Sur, apoyado por Estados Unidos.

Unas 50.000 personas, muchas con banderas rojas y amarillas del partido comunista, participaron del desfile para conmemorar el día en el que cayó Saigón, fecha en la que se puso fin oficial a la Guerra de Vietnam y a más de una década de campaña estadounidense contra el comunismo en el sudeste asiático. Por el conflicto armado murieron unos 58.000 norteamericanos y cerca de 3 millones de vietnamitas.

El desfile culminó con una reconstrucción simbólica del asalto al ex palacio presidencial. Una réplica de un tanque avanzó por el antiguo Boulevard de la Reunificación, rebautizado más tarde como calle Le Duan, en honor a un ex jefe del Partido Comunista.


Video...



© Publicado en el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el viernes 30 de Abril de 2010