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domingo, 16 de octubre de 2016

Homenaje en carne viva… @dealgunamanera…

Hola, abuelo…

Portal Perfil.com Foto: Perfil.com

No tengo demasiada idea de cómo hacer esto, pero siento que tengo que hacerlo.

© Escrito por Gonzalo Bonadeo el domingo 16/10/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El mundo está lleno de gente que se muere y de personas que sufren esas muertes. Cosas casi vulgares, que pasan a cada minuto. Pero creo que ésa es una lógica que sólo se entiende cuando la muerte duele tanto como me pasa a mí. Entonces, el asunto deja de ser vulgar, claro. Además, no todos los días muere una persona de tu dimensión.

No lo digo por ese amor y esa admiración que te tengo desde que empecé a acompañarte por la vida. Lo digo por lo que está pasando desde que te fuiste.

No te das una idea de la cantidad de gente que nos mandó mensajes, que nos llamó. Gente que vos ni te imaginás se acercó al velorio que, asegura Lola, no hubieras querido tener. Tal como te conocemos, lo hicimos igual: si es verdad que el asunto no termina con la muerte, habrás visto que en tu supuesta despedida hubo tantos amigos, enemigos y ex amigos, como te encantaba que cantara Baglietto.

Hubo coronas, ¿viste? Hasta una de Boca y otra de River. Y un par de los muchachos de la mesa de los miércoles, colegas a los que marcaste a fuego, casi todos tus nietos y muchos amigos. Muchos. Contame. ¿Cómo se hace para tener tantos amigos?

No te asustes. Pronto vamos a cumplir con tu ritual y te vas a eternizar un poco más cuando te honremos en Atalaya. Finalmente, supe de qué equipo fuiste realmente hincha. Lógico. ¡Cómo no ser hincha del club en el que me juraste ser el pibe que asistía al Che Guevara con el Asmopul! Entonces, te tendré todos los días del otro lado de la medianera. Ni vos ni yo fuimos amantes de ciertos símbolos. Pero no puedo escapar de la extraña sensación de haber comprado la casa que tanto soñé, justo pegadita a Atalaya, a la pileta en la que mi vieja me tuvo en su panza mientras vos jugabas al rugby. En aquel momento pensé en lo loca que es la vida circular, que me lleva al punto de partida cincuenta años después. Hoy, sabiendo que elegiste que ése fuera tu lugar predilecto, el círculo se me hace más poderoso. Indestructible.

Ayer, apenas pude ordenar un poquito esa locura que provocó tu muerte, hablé con tus nietas. Nos reprochamos con una sonrisa tierna y húmeda algún “¡Hola, Abuelo!” cansino, a modo de respuesta a esos llamados diarios que, a veces, nos parecían inoportunos y que ya extrañamos ferozmente. Por esa omnipresencia de todos estos últimos años es que dejaste de ser “Pa” para ser “Abuelo”. Vos mismo me explicaste que casi nada se compara con el estado de abuelidad.

Por eso tus nietos te lloran tanto. Porque ni con tus rabietas conseguiste disimular cuánto los amás. ¿Te acordás de cuando me hablaste de tu abuelidad?

Mucha gente te lo hizo recordar ayer. Alguien, no sé quién pero se lo agradezco, colgó en las redes ese tramo de la charla que tuvimos cuando grabamos juntos ese programa en el canal de Claudio y Bernarda. En los tiempos en los que la viralización lo es todo, muchos creerán que la mejor forma de recordarte es escuchándote lapidar a Víctor Hugo o calificar a Grondona con la contundencia y la creatividad que jamás nadie tuvo.

Esa fue sólo una parte tuya. Que siempre existió pero que no fue la única. No, ya no hablo de ser abuelo, de lo humano. Me refiero estrictamente a lo profesional.

Porque, para qué negarlo, a esta altura nuestra relación ha tenido tanto de una cosa como de la otra. En momentos en los que el dolor no me deja lugar para nada que no seas vos, me adjudico la dudosa condición de haber sido el mejor testigo de tus mayores proezas profesionales.

Seguramente desde la impotencia, estoy como empecinado en gritarle al mundo que Diego Bonadeo no es sólo un hábil declarante, esa pieza de colección que todo aspirante a periodista necesita para tener una declaración explosiva que le permita cierta trascendencia.

Diego Bonadeo es no sólo único en su especie, sino un exponente de un periodismo superlativo, que ya no existe. Yo te vi trascender desde la intrascendencia de los estudios centrales de los partidos de tercera división que se transmitían los domingos al mediodía. Y te vi trascender cuando entrevistaste a los pilotos del podio del Gran Premio de Fórmula 1 en el Autódromo: a Mario Andretti, norteamericano, en inglés. A Patrick Depailler, en francés. A Niki Lauda, en alemán. Un crack total.

Fue en 1978, ese año en el que te echaron de tu viejo Canal 7 –mi viejo canal 7, claro– porque los milicos no te dejaron llegar a ATC. Fue en enero. El mismo enero en el que se sorteó el Mundial de Fútbol en el San Martín. Me acuerdo de tu calentura cuando, en lugar de poner tus notas a Helmut Schön, en alemán, y a Michel Hidalgo, en francés, pusieron entrevistas a los mismos tipos, hechas por compañeros tuyos, pero traductor de por medio. Vos estabas justamente indignado. A mí me pareciste más grande que nunca: los que se creían dueños de la pelota, esos que conocí como amigos tuyos, le tenían a tu talento y tu intelectualidad casi más pánico que envidia.

Imaginate si después de haberte acompañado en tantas de éstas me voy a tragar el cuento de que tal es un cerdo o el otro es una lacra. Ni dudo que lo son. Pero, ya te dije, estoy obsesionado en que sos infinitamente más que eso.

Sé que sabés que no puedo parar de llorar mientras escribo. Me duele que no me puedas decir, como casi todos los lunes o martes, que te había parecido una maravilla lo que había escrito en el diario. Justo hoy, que no puedo evitar hacerlo en carne viva. Me cruza el pecho casi tanto como haber conocido ayer tanta gente que te quiere y que me quiso gratificar hablando de cuánto orgullo sentías por mí. “Cada vez que hablaba con Diego no paraba de putear contra medio mundo.

Pero cuando hablaba sobre vos, le brillaban los ojos mal”, me dijo una persona que se autotitula como el único con el que hablabas de los de Página/12. Sabé que también de Página te mandaron una corona. Hasta en algún momento entró en la sala una persona que me vino a saludar y tan rápido como llegó, se fue. Como si temiese que le pegaras alguna carajeada cabrona. 

Tanto te admiran y te quieren que no pueden evitar seguir cerca de vos. Aunque sigas enojado. Como Juan Pablo (¿qué Juan Pablo va a ser, Abuelo? ¡¡Varsky!!), que vino a acompañarnos con los ojos húmedos aún por Adela y que no paró de reírse contando cuando en mi casamiento te prepeó y te dijo que, aunque lo trataras mal, él no podía dejar de abrazarte.

En fin, Abuelo. En tus legendarias columnas de Mercado me enseñaste que lo que se escribe comienza y termina según el espacio de que se disponga. Y detesto que eso me pase ahora.

Es que hay tanto más para contarte. Tanto más para recordar y que me digas: “Pero Gon, ¿cómo podés acordarte de eso?”. Pasó con el libro, ¿no? Ese que decís haber leído dos veces ya. ¿Te das cuenta de que lo que te estoy contando ahora no supe hablarlo con vos, almuerzo de por medio?

A mi tristeza no puedo sumarle demasiados reproches. No en este momento. Entonces, me creo que no lo hice porque estaba enojado. No con el Abuelo. Sino con mi viejo, que ni siquiera tentándolo con venir a disfrutar de la radio con Ariel, Ezequiel, Guido y su hijo (¡¡¡la radio de Eduardo, Abuelo!!!) consiguió que salieras a caminar. Alguna vez, con pánico por hablarte de la muerte, te quise convencer de que lo hicieras para regalarte más tiempo con tus nietos. Hoy me di cuenta de que quería que te regalaras más tiempo para estar conmigo.

Finalmente, un reproche. El único que me animo a hacerte.
¿Quién cuernos va a decirme que está orgulloso de mí y eso sea lo que más me importe en el mundo?

Te amo.

PD: Si es verdad que hay algo después de tanta tristeza, por favor decile a María que tenía razón cuando dijo que ella me conoció cuando la sonrisa era lo que más sobresalía de mí. Y que la extraño horrores. 


sábado, 23 de enero de 2016

Víctor Hugo en la era de Mauricio... @dealgunamanera...

RadioKut… 

Víctor Hugo, Cynthia García y Alejandro Apo comen pizza. Twitter Víctor Hugo Morales

El futuro del periodista dependerá del futuro del kirchnerismo: si se va diluyendo mes a mes o si puede pelear un lugar perenne en la política.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el domingo 17/01/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Macri debería conseguirle un nuevo trabajo a Víctor Hugo en otra radio para demostrar que no hubo censura. Cristina Kirchner hubiera podido ayudarlo pidiéndole a Cristóbal López que lo contratara para el mismo horario –la segunda mañana– en Radio 10 ya que hubo versiones sobre que González Oro no iba a continuar en 2016. Pero ya le habrían renovado el contrato para seguir de 9 a 12 a partir del 22 de febrero.

Aunque alicaída, la otrora “radio más potente del país” tiene alrededor de 15 por ciento de la audiencia de AM mientras que Víctor Hugo, en Continental, tenía 9 por ciento.

Otra posibilidad es que Cristina Kirchner les pida a sus amigos dueños de Electroingeniería que tomen a Víctor Hugo en radio Del Plata, donde podría subir su audiencia actual, que orilla el 5 por ciento del total de AM. Quizá también se tenga que apurar porque hay versiones sobre que la señal de cable 360 TV Digital de Electroingeniería se la estarían vendiendo a Daniel Hadad porque ya no querrían seguir perdiendo dinero en medios, al no tener expectativas de nuevas licitaciones de obras públicas que ganar del Poder Ejecutivo Nacional, y en ese caso pudieran vender su radio. También es posible que vendan su canal pero conserven radio Del Plata para defender la continuidad de la construcción de las dos represas en Santa Cruz, en sociedad con chinos ahora cuestionados.

Quienes están más cansados aún de perder plata con medios en Argentina son los españoles de Prisa (diario El País, Editorial Santillana, Cadena Ser de radios) porque radio Continental tiene ventas de alrededor de 3,5 millones de pesos mensuales y costos mayores a 5 millones mensuales. En un año pierden 20 millones, casi la mitad de lo que venden. Y decidieron cambiar.

En 2015 concluyeron su relación con su anterior gerente general, Nicolás Yocca, en su reemplazo pasaron de Editorial Santillana a Ramiro Vega y contrataron un nuevo director artístico, Julián Echeverría, quien en el mismo puesto en radio La Red logró superar a Continental en audiencia y desplazarla al cuarto puesto.

Prisa y Albavisión fusionaron sus radios argentinas: 55% para los españoles y 45% para los mexicanos

Además, Prisa se asoció con Albavisión, la empresa del mexicano Remigio Angel González González, apodado “el Fantasma”, dueño de decenas de radios y canales de televisión desde México hasta Tierra del Fuego (Albavisión, en homenaje a su esposa Alba Elvira Lorezana) y que en Argentina tiene Canal 9 y varias radios. Prisa y Albavisión fusionaron recientemente sus operaciones de radio en Argentina: Continental, 40 Principales e Imagina por los españoles, y Aspen, RQP y Arpeggio por los mexicanos, quedando Prisa con el 55 por ciento de las acciones y Albavisión con 45 por ciento y a cargo de la venta de publicidad, que realiza en conjunto con la de Canal 9.

Radio Continental perdió la mitad de su participación en total de la audiencia AM después del conflicto con el campo: en 2009 tenía 15 por ciento del total (su promedio histórico) y se redujo al 7 por ciento en 2015. Con el programa de Fernando Bravo alcanza el 9,5 por ciento de toda la audiencia, con el de Víctor Hugo el 9 por ciento y con el de Nelson Castro menos del 7 por ciento. 

En la radio lo atribuyen al choque de ideologías entre Nelson y Víctor Hugo. 

Con la nueva gestión (decidida cuando pensaban que en 2016 el presidente sería Scioli) apuestan a revertir esa situación estirando a Nelson Castro hasta las 10 de la mañana (como Longobardi, que pasó de 6 a 9 en Radio 10 a de 6 a 10 en Mitre), después María O’Donnell, pasado el mediodía, con la primera aparición de Mariano Closs, quien dejaría de estar en radio América, luego Fernando Bravo, nuevamente Closs en lugar del programa deportivo Competencia, que hacía Víctor Hugo de 19 a 21, y a la noche con Paulino Rodrígues.

El incumplimiento de asistencia en el programa deportivo Competencia fue el argumento alegado por radio Continental para despedir con causa a Víctor Hugo porque sostienen que, de las dos horas del programa, iba pocos minutos y dejaba solo a su equipo la mayor parte del tiempo. Excusa que seguramente no exculpará a Prisa/Albavisión de tener que pagar una indemnización a Víctor Hugo de alrededor de 5 millones de pesos. Pero podría haber sido más de 100 millones de pesos, la indemnización récord en la historia de la radiofonía argentina, si hubiera contado la antigüedad de treinta años de Víctor Hugo en la radio.

No sería así porque en la gestión del director general anterior, Nicolás Yiocca, se habría resuelto la contingencia de casi tres décadas de Víctor Hugo como contratado, lo que la ley laboral pena con el doble de indemnización y otras multas, con un acuerdo indemnizatorio privado homologado en el Servicio de Conciliación Laboral Obligatoria (Seclo) del Ministerio de Trabajo, por el cual Víctor Hugo se comprometía a no hacer reclamos por todos los años anteriores en los que estuvo contratado, pasando a partir de ese momento a ser empleado en relación de dependencia. A cambio, Víctor Hugo habría cobrado 8 millones de pesos del año 2014, pero en un juicio podría haber reclamado mucho más: Rolando Hanglin, con la mitad de la antigüedad que Víctor Hugo, un solo programa y una remuneración menor, le ganó a Continental en 2006 una indemnización equivalente a casi 2 millones de dólares de la época.

Víctor Hugo ya había anticipado parte de su indemnización en 2014. Ahora le quedaban sólo los últimos dos años

Fuentes de radio Continental cuentan que tenían estimado en 60 millones de pesos esa contingencia y que lograron el ventajoso acuerdo gracias a la intervención del gobierno kirchnerista, que les habría adelantado pauta de publicidad oficial para pagar esos 8 millones con el compromiso de que firmaran un contrato donde Víctor Hugo mantuviera sus dos programas hasta fin de 2016, año especialmente simbólico para él porque cumpliría medio siglo como relator (la transmisión radial de partidos de fútbol ya no es más rentable y los nostálgicos que bajaban el sonido del televisor para escuchar el de la radio muchas veces ya no pueden hacerlo por el delay, una de las tantas causas por las que periodistas deportivos destacados –Fantino hoy– migraron a la política).

Eso en parte explicaría por qué las nuevas autoridades de radio Continental asumieron el costo económico del despido actual: porque ya no sería una indemnización de treinta años sino sólo de dos, y siendo así le corresponderían dos sueldos de indemnización por sus dos años de antigüedad, seis sueldos de indemnización especial por el Estatuto del Periodista y cuatro sueldos por preaviso no cumplido, alrededor de doce sueldos, que a 400 mil pesos que sería su remuneración promedio mensual, daría esos 5 millones de pesos, que podrían llegar a 7 millones con vacaciones no cobradas, aguinaldo proporcional y otros eventuales cargos.

Fuentes de radio Continental cuentan que después de la primera vuelta electoral de octubre del año pasado, conociendo que Scioli no había ganado por la diferencia esperada, Víctor Hugo les comentó a las autoridades de la radio que estaba cansado de cobrar sólo un tercio de su remuneración porque el 30 por ciento iba al embargo del juicio que le ganó Clarín por haber difundido un partido sin derechos en el año 2000, y el 35 por ciento se le descontaba de impuesto a las ganancias. Y habría mencionado la posibilidad de negociar la salida anticipada de su contrato hasta fines de 2016 porque las indemnizaciones, a diferencia de los sueldos, no pagan impuesto las ganancias, pero que luego no mencionó más esa posibilidad, que para las nuevas autoridades de la radio habría sido una salida ideal y menos ruidosa.

Algunas fuentes radiofónicas consultadas critican las maneras “militares” del despido de Víctor Hugo: con escribano, tratando de prohibirle que vaya a su estudio y se pueda despedir de su audiencia, como hubiera correspondido después de tantos años. Pero todas coincidieron en considerar económicamente racional la decisión de radio Continental de no continuar con Víctor Hugo en 2016, de la misma forma que opinaron que si el presidente hubiera sido Scioli Prisa/Albavisión no hubiera tomado esa medida, habría apostado a tener más publicidad oficial del gobierno nacional y, recién a fin de 2016, al finalizar su contrato, comenzar un proceso de reducción de su protagonismo en la radio.

Si Continental lograse recuperar su identidad de radio de clase media empalmando en el horario central, que es la mañana –donde se concentra el 70 por ciento de la venta de publicidad–, a Nelson Castro con Fernando Bravo, sumándole a este último algún columnista político de diarios, como en su momento fue Leuco, podría en cierto tiempo ir recuperando su participación histórica (o parte de ella) sobre el total de la audiencia, y en un contexto de distribución de la publicidad oficial profesional, con Macri y no con Scioli, los 5 o 7 millones que le costaría la indemnización de Víctor Hugo los recuperaría adelantando un año la reconstrucción del posicionamiento de radio Continental.

De los ingresos publicitarios de Continental, 30 por ciento son productos para el campo, donde la radio tiene mucha llegada por su ubicación al comienzo del dial, y Víctor Hugo producía rechazo en ese sector. Agregan, quizá para justificarse, que ni él mismo puede vender los seis PNT que tendría por contrato mientras esperan que Mariano Closs venda diez PNT por tres horas de programa, y que, a 5 mil pesos cada uno a lo largo de veinte días, sume un millón de pesos mensuales de ingresos. Otro punto importante para comprender la decisión de Prisa/Albavisión es que ya no precisa, como sí en la época kirchnerista, del Gobierno para que le apruebe el traspaso de acciones porque ya tiene todos los papeles en orden.

Si el kirchnerismo quiere un micrófono que lo defienda, no hay voz más potente y convencida que la de Víctor Hugo

Respecto del futuro de Víctor Hugo, las fuentes no tienen las mismas coincidencias. Están quienes hasta creen que podría quedar sin un programa importante para siempre, como les pasó a otros grandes de la radio a cierta edad, y quienes creen que sería un éxito una radio de centroizquierda en un ecosistema mediático que, por la llegada de Macri, mayoritariamente se corrió a la centroderecha (la misma jugada que hizo Hadad con Radio 10 a fines de los 90, cuando todas las radios eran progresistas y se desmarcó con una de derecha) y en esa radio Víctor Hugo podría ocupar un lugar estelar.

Equidistantes están las fuentes más profesionales: los estratégicos creen que un medio de comunicación duradero no se construye apelando a tener la ideología que sea más conveniente en cada momento sino generando ventajas competitivas profesionales, sustentables y duraderas más allá de quién gobierne. Y los tácticos creen que, aunque una radio de centroizquierda pudiera ser exitosa, el problema de Víctor Hugo no es ideológico sino psicológico, que es “un periodista militante personal”, que sólo quiere hablar de sus obsesiones y siempre vuelve recurrentemente a lo mismo; exagerada e irónicamente lo sintetizan en que “cada cuatro palabras dice Magnetto”. Fuentes de la actual radio Continental cuentan que Víctor Hugo se negó al informativo de la media hora porque no quería que lo cortaran (en el resto de Continental ya hay dos noticieros por hora) y tampoco aceptó aggiornar la música que se pasaba.

Radios con un posicionamiento donde Víctor Hugo no desentonaría hay varias: además de las mencionadas Radio 10 y Del Plata, podrían considerarse también radio El Mundo, vinculada a Julio De Vido a través de su ex secretario José María Olazagasti; la AM 750, del gremialista Víctor Santa María (fuentes cercanas al sindicato de encargados de edificios lo desmintieron); la radio de las Madres de Plaza de Mayo, y las radios de Szpolski/Garfunkel (América y Splendid, entre las AM). Sobre este último grupo kirchnerista, vale agregar que también se menciona a Daniel Hadad analizando la compra de CN23, eligiendo, entre 360 TV Digital y CN23, la que sea entregada con menos personal (ambos canales tienen hoy entre 140 y 180 personas).

El futuro de Víctor Hugo también dependerá del futuro del kirchnerismo: si se va diluyendo mes a mes o si quiere y puede pelear un lugar perenne en la política.

Si así fuera, después de Cristina Kirchner, la voz de Víctor Hugo es la más potente y no tiene “el modelo” mejor orador que defienda sus ideas con mayor convicción. Si el kirchnerismo precisara un micrófono que promoviera sus posiciones, nadie mejor que Víctor Hugo. 



lunes, 18 de enero de 2016

Nelson Castro sobre Víctor Hugo Morales... @dealgunamanera...

Nelson Castro se solidarizó con Víctor Hugo Morales...

Nelson se solidarizó con Víctor Hugo Morales...

Nelson Castro cuestionó el despido de Víctor Hugo: "Es una mancha negra para la democracia". El periodista, que compartía emisora con el uruguayo, lamentó su abrupta salida.

© Publicado el martes 12/01/2016 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El periodista Nelson Castro se solidarizó con su colega de Radio Continental, Víctor Hugo Morales tras el despido que hizo la emisora del relator uruguayo.

"Con Víctor Hugo Morales no compartimos nada en temas de visión política, nos separa un abismo de diferencia. Pero esto es lo importante porque la fuerza de la democracia es la pluralidad y la presencia de distintas voces", señaló el columnista de Perfil.

"Su ausencia representa una mancha negra para la democracia argentina, como la puede representar la de cualquier otro que piense diferente", afirmó el autor de Enfermos de Poder.

Además, Castro advirtió que le causa "dolor" ver que hay gente que se alegra con el hecho. "Me produce un impacto y una profunda pena que Víctor Hugo no esté más en Continental", remarcó en su programa de esa emisora.

"Me ha producido mucha pena ver que hay gente contenta con la salida de Víctor Hugo del micrófono de Continental. Me da pena porque está marcando lo que ocurre en Argentina que es la dificultad para aceptar el pensamiento del otro", agregó el conductor.

Pasó en Del Plata. En 2009, la radio de Electroingenería no le renovó el contrato a Nelson Castro y ni siquiera lo dejaron despedirse de los oyentes. En ese entonces, Víctor Hugo se solidarizó con su colega: "Creo que para Nelson debe ser también un alivio no tener que trabajar para una radio comprada por gente del gobierno”.

Yo vivo rezando para que esto no siga avanzando, porque sé que esta gente va por todo y sobre todo por los medios", dijo por ese entonces. "Es una desgracia, hasta yo me siento amenazado. Estoy muy triste con el negocio que se está haciendo con el mundo de los medios de comunicación", remarcó.

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sábado, 29 de agosto de 2015

Víctor Hugo Morales: El opresor aglutinante... @dealgunamanera...

El opresor aglutinante...

Dos caras, una moneda. Víctor Hugo, TN y Tucumán. Foto: Cedoc

De cómo el kirchnerismo convirtió al Grupo Clarín en el ‘significante’ de muchas de sus críticas y cambió su influencia. La interpretación de Víctor Hugo Morales acusando a Clarín de ser el autor intelectual de las marchas en Tucumán revela tanto una herramienta que le fue muy útil durante doce años al kirchnerismo como, en su efervescencia, que tanto Víctor Hugo Morales como Elisa Carrió, cada uno en su dirección, por exageración, no pocas veces consiguen el efecto opuesto al buscado.
* * *
Después del resentimiento que dejó en la mayoría de la sociedad el colapso de 2002, la identidad política del kirchnerismo se construyó en torno a un antagonismo con un “otro” que permitiera generar un vínculo por compartir la condición de oprimido. Néstor Kirchner corporizó ese  “otro” siniestro y maléfico en los enemigos externos encarnados en el FMI como significante de los acreedores internacionales en su conjunto, los fondos de inversión, los bancos y las compañías extranjeras que se habían apropiado de las empresas públicas argentinas canjeando bonos de la anterior refinanciación de deuda externa a comienzos de los años 90.

Cuando se resolvió el problema de la deuda con sus dos reestructuraciones, y también se disciplinó a todos los representantes de las empresas de servicios públicos que habían sido privatizadas congelando sus tarifas, y también se habían estatizado las empresas de jubilación privada, y hasta la propia Repsol aceptó entregar casi gratis parte de las acciones de YPF a argentinos, pasando además el gerenciamiento a sus manos, sumado a la cancelación anticipada de la deuda con el simbolizante FMI, para el kirchnerismo fue preciso crear otro cuco. Ese cuco fue Clarín, que, como el FMI en los primeros años, vertebró y es el significante de múltiples actores, en su caso: el periodismo crítico, los jueces independientes, el gran empresariado y hasta “la pata local” de los fondos buitre.

Una vez logrado identificar ante la sociedad el papel de villano siniestro de ese “otro”, todos los ataques de ese “otro” no sólo no producen daño sino, como si se tratara de un agujero al que cuanto más se saca más se agranda, estos ataques benefician al agredido. Cuanto más feroces sean su crítica y su arremetida, más claramente confirman su intencionalidad malévola, vacunándolo frente a futuras críticas.

Cuando se decía que nadie resistía cuatro tapas de Clarín en contra, era otra época. Pero con la microsegmentación actual, sería equivalente a decir que nadie aguanta cuatro días de campaña negativa de la propaladora de Clarín a pleno con el diario, TN, Canal 13 y radio Mitre. Pero a pesar de que Clarín tiene más poder de fuego hoy que hace diez o veinte años, su poder de daño se redujo notablemente.

El último ejemplo fueron las relativas consecuencias electorales que tuvo la gravísima acusación de Lanata sobre Aníbal Fernández. En un país normal, donde los candidatos renuncian hasta porque se les descubre que les mintieron a sus parejas, que el principal canal de televisión acuse de asesino al jefe de Gabinete y candidato al segundo mayor puesto electivo de gobierno del país, no sólo lo hubiera hecho perder la elección, sino también tener que renunciar a su candidatura. Aquí perdió apenas algunos puntos, que igual no le impidieron ganar la elección.

Si el condenado por el triple crimen hubiera realizado la misma acusación ante un juez en lugar de un programa de televisión del Grupo Clarín, y la noticia hubiera llegado a la opinión pública simultáneamente por todos los medios de comunicación a través de la vía judicial, probablemente habría producido un efecto en la sociedad más contundente, porque ni Lanata, ni Carrió, ni Clarín son percibidos hoy como imparciales. Un buen ejemplo de cuando Marshall Mcluhan, el primer gran especialista en medios masivos de comunicación, ya decía en los años 60, y se lo entiende simplificadamente, “el medio es el mensaje”.

Consciente o inconsciente, en algún momento el kichnerismo descubrió que Clarín le resultaba un cuco electoralmente rentable, que no le venía mal tenerlo de continuo contendiente, y comenzó a provocar a su audiencia cebando el odio neogorila para dejarlos en ridículo por sus propios excesos, como le sucedió a Carrió, que a lo largo de los años pasó de ser la candidata más votada de la oposición a perder nueve de cada diez votos que tuvo. Tanto funcionó la resurrección del término “gorila” por parte del kirchnerismo que hoy hay hasta gorilas peronistas.

Quizá Néstor Kirchner quiso realmente destruir a Clarín y fracasó en su tarea. Y no sea el kirchnerismo tan sofisticado como para haber creado a un “otro” ideal, aprovechando su enorme y continua visibilidad, como es la mayor corporación de medios del país, con el único fin de mantenerlo siempre en su posición dominante para usarlo como “opresor  aglutinante”, engrandeciendo al Gobierno en una lucha ficticia. Pero aun si hubiera sucedido que buscando ese camino a las Indias el Gobierno encontró América, sorprende que el kirchnerismo no haya aplicado, al comenzar su enfrentamiento, la Ley de Defensa de la Competencia, obligando a deshacer la fusión de Multicanal de Clarín con Cablevisión de David Martínez en lugar de pasarse tantos años primero en el Congreso y después en los tribunales con la Ley de Medios.

Es más, hay quienes fundadamente piensan que David Martínez compró Telecom para que en el próximo gobierno, ya con el triple play vigente, haya una fusión entre Telecom y Cablevisión y el Grupo Clarín pase a cocontrolar también Telecom.

Hace tres domingos en Río Gallegos, tras votar, la Presidenta se quejó de Clarín por un dato equivocado sobre el nacimiento de su futura nieta y dijo que era el “diario de Yrigoyen al revés¨. Pero quizá crear un “diario de Yrigoyen al revés” pueda ser la más genial invención política, una construcción mucho más rentable y eficaz que un verdadero “diario de Yrigoyen a favor”, como lo demostró el propio Yrigoyen, y el kirchnerismo con sus intrascendentes diarios militantes.

Tras las PASO, el programa de la Televisión Pública 6,7,8 se reía de que Clarín sostenía que Máximo Kirchner había perdido la elección en Santa Cruz con el 44% de los votos a pesar de haber sido el candidato más votado, remarcando que la suma de todos los demás candidatos aliados en una coalición opositora lo había superado. Y al mismo tiempo Clarín calificaba de gran triunfo el de Eugenia Vidal por ser la candidata más votada en la provincia de Buenos Aires, con el 30% de los votos, a pesar y sin mencionar que la suma de los candidatos del Frente para la Victoria en la provincia la había superado por un tercio más de votos. La repetición en esa posición desequilibrada no le hace ganar votos a la oposición entre quienes ya son antikirchneristas, porque sería como pescar en su propio estanque, pero le hace ganar votos al kirchnerismo entre los independientes y moderados que terminan, como en la fábula del pastor y el lobo, descreyendo de todo lo que diga el mensajero.

Con la llegada de Scioli o de Macri, el gran cambio no va a ser el económico porque ya ambos fueron explicitando que confluirán al centro, lo mismo que hubieran intentado hacer Cristina Kirchner y Kicillof en 2014 tras el arreglo con el Club de París si el fallo de los holdouts hubiese sido favorable a Argentina, como ellos esperaban. El giro al centro no es ideológico, es práctico, es el único posible y hasta lo habría implementado la propia Cristina Kirchner si hubiera sido re-reelecta para 2015-2019.

El gran cambio será que tanto Scioli como Macri abandonarán la práctica del “aglutinante opresor” y el relato pasará a una fase positivista. Los grandes medios dejarán de ser el “diario de Yrigoyen al revés” para pasar a serlo al derecho. En distintas proporciones, más Scioli que Macri, pasarían a utilizar el soft power que, como Obama ya demostró con la ejecución de Bin Laden, sólo es parcialmente soft. Por ejemplo, quienes conocen en privado a Scioli sostienen que en la intimidad no es menos autoritario que Cristina Kirchner.

Dejar de fomentar que se edite un “diario de Yrigoyen al revés” cambiará por completo la política, haciendo más compleja la conformación de las identidades políticas, que ya no se verán contenidas dentro de los límites de K y anti K, lo que ayudará a que nuestra mirada de la política sea un poco más elevada. 



Parte de este texto integró la conferencia brindada por Fontevecchia el lunes en el Círculo Político Argentino y el martes en la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas.

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© Escrito por Jorge Fontevecchia el sábado 29/08/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.








sábado, 4 de abril de 2015

Maximalistas… @dealgunamanera

Maximalistas…


Cualquiera podría decir que Máximo Kirchner es el candidato del Grupo Clarín si la afirmación no sonara tan absurda. Pero fue la corporación mediática la que lo sacó de su casa en Río Gallegos y lo convirtió en el centro de un revuelo de declaraciones y cadenas espontáneas de radios para reproducir su conversación con Víctor Hugo Morales. El plan mediático opositor buscaba el efecto contrario, querían usar la denuncia para profundizar el impacto del paro de transporte por el Impuesto a las Ganancias. Sin colectivos ni trenes, la ciudad quedó vacía. Y encima, el hijo de la Presidenta y referente de La Cámpora aparecía con una acusación de corrupción. Un escenario ideal para el fin de ciclo apocalíptico con el que se ilusiona la corporación mediática.

Pero reinciden al dejar que esa ilusión obnubile su visión de la realidad. La información periodística ya no discurre con el halo de palabra santa con que la adornaron los que abusaron del discurso de los “independientes”. La sociedad, el ciudadano, va recuperando criterios propios de verificación y decodificación. Los medios y los periodistas han sido desmitificados, por lo menos por una parte de la sociedad –tanto opositores como oficialistas–, salvo por aquellos de ambas trincheras que prefieren todavía creer sólo en la información que les conviene.

La denuncia pretendía contribuir a lo que había iniciado el paro, pero estaba tan floja de papeles que disipó esos vapores tóxicos para el Gobierno e instaló una posible candidatura de Máximo Kirchner, algo que por lo menos hasta ese momento no se había planteado. Al día siguiente del paro, nadie hablaba de sus efectos porque la sociedad estaba enfocada en el discurso de un Máximo Kirchner al que no le significó gran esfuerzo desmentir la acusación ante un auditorio masivo y espontáneo que le envidiaron todos los candidatos presidenciales.

Quisieron hundirlo, pero lo promovieron. El dispositivo de las corporaciones mediáticas de la oposición no funcionó como otras veces. No hubo impunidad para una denuncia inconsistente. Tampoco la hubo antes para la inconsistencia de Alberto Nisman, aunque su muerte inoculó una dosis de dramatismo que suplió la falta de pruebas. El 18F fue por la conmoción que produjo la muerte del fiscal y no por una denuncia cuya mala fe quedó rápidamente demostrada.

El acto fallido del Grupo Clarín en el ataque a Máximo Kirchner reveló una fractura en la capacidad de manipulación mediática que el mismo grupo todavía no acierta a asumir y esa ceguera lo lleva a reincidir. La maniobra puso en evidencia otros mecanismos que la completan. Apenas se publicó la denuncia y antes de que se comprobara su veracidad, la diputada Patricia Bullrich presentó un pedido de informes y sus colegas de la Coalición Cívica, Fernando Sánchez y Paula Oliveto, pidieron al fiscal Pollicita que la incorpore a una causa. Es un mecanismo sincronizado. Un medio opositor hace una denuncia sin pruebas, y por lo tanto puramente difamatoria y en esencia mentirosa, y hay diputados que trabajan en el inodoro de la política, para amplificarla y darle entidad judicial con la complicidad de algún fiscal o juez amigo. Forma parte del juego político concebido como un escenario donde se ganan y se pierden puntos.

Para muchos, la política es nada más que eso, un juego sin moral. Pero este mecanismo se convierte en una bomba de profundidad para el sistema democrático. Los periodistas, los medios, los políticos y los funcionarios judiciales que coadyuvan en este mecanismo invierten el concepto constitucional sobre el que se basa el funcionamiento de la Justicia. No solamente por la difamación como práctica inmoral, sino también porque al aceptar como veraces y dar curso a denuncias que no tienen pruebas obligan al acusado a ponerse en el plano de demostrar su inocencia, cuando la definición constituyente, el corazón de la justicia democrática, es justamente la contraria: el sistema está obligado a demostrar la culpabilidad del acusado y no éste su inocencia. No se lo puede dar por culpable sin pruebas y sólo por conveniencia política como hacen estos políticos que degradan su actividad con una práctica que es propia de las dictaduras y los autoritarios.

La lógica de los medios es igual de perversa. Si alguien que es acusado de ladrón sale a responder, entonces los medios que originaron esa acusación sin pruebas reales, publican: “Fulano de tal dice que no es ladrón”. Diga lo que diga está condenado de antemano.

Además de su inconsistencia, en este caso la denuncia contra Máximo Kirchner coincide con una campaña contra la Argentina sobre cuentas en el exterior que vienen de-sarrollando los fondos buitre a través de su Task Force. Es una combinación temática de cuentas en el exterior con complicidades iraníes. Toda la novela, en clave supuestamente erótica entre Chávez y la entonces embajadora Nilda Garré, con espionaje bolivariano-iraní en el medio, cuyo objetivo era descubrir secretos atómicos argentinos, para lo cual se depositaban sumas millonarias en dólares desde el año 2005 en bancos norteamericanos, iraníes y de las islas Caimán, puede ser creíble para lectores malintencionados de la revista Veja, pero en la Argentina resulta periodismo escatológico. Leonardo Coutinho, de la revista Veja, viene publicando artículos cuyas fuentes son “ex altos funcionarios chavistas arrepentidos” o “un investigador financiero norteamericano” a los que nunca identifica. Estas fuentes le confirman desde conspiraciones para matar a Nisman hasta las cuentas de Nilda Garré y Máximo Kirchner en el exterior.

Usando la misma fuente sin identificar, Clarín se limitó a publicar lo de las cuentas, sin la novela soez de Coutinho porque acá sería aún más increíble. En 2005, Argentina estaba resolviendo la deuda externa. Néstor Kirchner creaba la Unidad Fiscal AMIA y se dedicaba, de allí en adelante, a denunciar en los foros internacionales a los acusados iraníes que, según esa información, venían depositando sumas millonarias en cuentas del hijo del presidente que los denunciaba en forma sistemática. La novela grotesca de Coutinho es incongruente con lo que sucedía en Argentina. Los medios opositores argentinos suelen levantar las publicaciones de este personaje, que parece más un mercenario a sueldo de los fondos buitre que periodista (o las dos cosas), para darles entidad local a estos exabruptos amarillistas. Ya lo hicieron con el fabuloso comando bolivariano-iraní entrenado por cubanos que habría asesinado a Nisman con pasmoso sigilo y prolijidad. Así como el fondo Elliot Management de Paul Singer invierte fortunas para comprar voluntades de congresistas y jueces norteamericanos, es evidente que en el reparto hay también para los medios de comunicación. Publicó solicitadas sólo en los medios opositores locales y convocó a conferencias de prensa, operó con información falsa sobre cuentas de funcionarios en el exterior y ahora utiliza este sistema para lograr un rebote local.

La presidenta Cristina Kirchner ha pedido a la Justicia norteamericana que publique los nombres de los titulares de esas cuentas. Pero la información que llega a los medios no proviene de fuentes oficiales, sino de fuentes turbias que nunca se identifican, ni en Clarín ni en Veja.

Esta semana falleció una querida compañera del gremio y de Página/12, la periodista Lilia Ferreyra, viuda de Rodolfo Walsh, una figura emblemática del periodismo de investigación. No está de más, como homenaje a Lilia, recordar que, al igual que ella, Walsh siempre se definió como un periodista comprometido, no como uno “independiente”. Y que las investigaciones de Walsh nunca fueron publicadas por los medios de las grandes corporaciones que hasta fines de los ’80 no daban lugar a este género del periodismo. Lo tomaron sólo para convertirlo en su propia herramienta. Las grandes corporaciones nunca van a publicar nada que comprometa a sus intereses y a los que representan. Para Lilia, que también fue lectora lúcida y correctora exigente de los trabajos de su compañero, la idea de periodismo comprometido de Walsh lo llevaba a ser extremadamente riguroso. En cambio, cuando el periodismo de investigación se convierte en la herramienta de intereses poderosos, no tiene la exigencia tan fuerte de rigurosidad, porque se la reemplaza en parte con una gran cantidad de artilugios que provienen de una fuente inagotable de recursos para construir una falsa credibilidad.

© Escrito por Luis Bruschtein el sábado 004/04/2015 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.