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domingo, 6 de septiembre de 2015

Los Carteles de la Droga en Argentina... @dealgunamanera...

Un experto mexicano asegura que los carteles se instalaron en el país…

Debate. Medina Linares participó de un encuentro internacional sobre combate del narcotráfico. Habló de los laboratorios argentinos.
Foto: Sanders

Fue director de inteligencia de la Procuraduría y secretario de Seguridad Pública. Dice que “Argentina es la cocina de drogas de Latinoamérica”.

Mayolo Medina Linares conoce de cerca la peor cara del narcotráfico de la región. Fue secretario del Sistema Nacional de Seguridad Pública de México y director de Inteligencia de la Procuraduría, y se especializa en el combate contra el crimen organizado de ese país. Luego de disertar en el segundo simposio del Observatorio de Prevención del Narcotráfico (Oprenar) en la UADE, un evento organizado por pedido del papa Francisco, charló con Perfil sobre la problemática en Argentina. Propone “la despenalización gradual”. “Un narcotráficante es un operador. Mientras que no entendamos que el consumo se da en este contexto de negocio y demanda en el mercado, no vamos a poder triunfar”, aconseja.  Las drogas le causan la muerte a 200 mil personas anualmente.

—¿Cuál es la situación en nuestro país?
—El narcotráfico en la parte norte de Argentina es casi evidente por las cercanías con las fronteras de países productores. Argentina no tiene productos base, pero sí son transformadores de los mismos, por esa razón se encuentran laboratorios. Es lo que sucede en 
México. Todas las drogas que llamamos estimulantes tipo anfetamínicos... los precursores vienen de Asia, principalmente, y de la India y entran por dos puertos importantes de México en el Pacífico. Esa es toda la franja donde hoy encontramos a los Caballeros Templarios y a Jalisco Nueva Generación. Una vez que llegan ahí, se transforma. Los cocineros de anfetaminas están en todo Tijuana. Argentina es, además, la salida hacia Europa.

—En 2009, Argentina se vio conmocionada por un triple crimen que puso de manifiesto la efedrina vinculada al narcotráfico internacional y la ruta hacia México.
—Un hecho que hay que reconocer es que existe una mutación por los estimulantes en el mundo. Es decir, la cocaína que en su momento tuvo un auge importarte, sobre todo en el año 2000, hoy tiene un consumo estable. Lo que hoy se ha disparado en una medida exponencial son estos estimulantes de tipo anfetamínico. Los líderes de los grandes carteles no se arriesgan a salir del país, porque pueden ser atrapados, pero sí creo que pueden tener operadores en Argentina.

—¿Cómo es la situación en México?
—Lo más grave que vive hoy México es la violencia. En la última década aumentaron los consumidores 25% y los asesinatos violentos vinculados al crimen organizado son superiores a los 10 mil. Los daños colaterales asociados a la violencia y a la narcocultura que percibe como héroes a los narcos no se ven en Washington. 

—Pero sí se ven en Argentina... 
—Por eso necesitamos, los países de América Latina, no formar un bloque, sino levantar la voz. No vamos a cambiar los patrones de consumo. Ya hemos fracasado. La política de prohibición y punitiva ha fracasado. 

—¿La existencia de bandas que pelean por el territorio y las figuras de narcos heroicos son síntomas que nos pueden llevar a ser México?
—Si Argentina no pone atención, va hacia ese lugar. Tenemos que dar paso a corrientes alternas de pensamiento. Ese camino por el que está en trayectoria la Argentina va a llegar al mismo caso de México. Va en ese camino. No hay evidencias que me digan que no va a suceder. Sí veo que existen esfuerzos, pero son aislados porque que el narcotráfico sea un negocio prohibido genera ganancias, pero junto a eso, produce violencia, y va en aumento. Cuando en México comenzamos a tener las primeras manifestaciones de esta violencia impensable y cruel, eran aisladas, pero ahora ya es una estructura cotidiana. Ya no nos sacude. “Ah, encontraron dos cabezas”, decimos como si nada. Nos acostumbramos. Y no es sólo que los veamos como héroes, sino que han generado respaldo social. Antes, en México, decíamos que éramos los “burros” de Colombia, porque transportábamos cocaína a Estados Unidos, no la producíamos. Pero luego, los mexicanos se dieron cuenta de que era un negocio muy bueno y ahí empezó la violencia. La guerra contra el narcotráfico está perdida y es una pesadilla silenciada. 

La cifra: 400 mil millones de dólares anuales es lo que mueve el narcotráfico, según el experto.

—¿Tiene información sobre la presencia de carteles mexicanos en Argentina? 
—Sí. Hubo una manifestación en alguno de los órganos de mi país, con el grupo de analistas con los que me reúno, de que había ya presencia de mexicanos en este país. 

—¿Están en actividad? 
—Sí. Específicamente no sabemos qué cartel, sabemos que viene del lado del Pacífico porque es más para la producción, no para generar violencia, sino para seguir ganando dinero. Puede existir una especie de apoyo logístico en la frontera norte de Argentina, como una base que funciona para la transmisión de conocimiento, cómo producir estas drogas sintéticas, de control. 

—En Argentina existe un debate por la presencia de paco y pasta base. Entonces, ¿es un país productor o de tránsito?
—Hoja de coca no se produce en Argentina, pero sí se transforma. Son, entonces, los cocineros de cocaína de Latinoamérica. México es cocinero de 
anfetaminas. La droga no pasaría por Argentina si no saliera para Europa. En mi país hay capillas dedicadas a narcotraficantes, la gente va, se persigna y pide que tenga suerte para matar a otros. No cerremos los ojos, esto está en nuestra sociedad y no va a desaparecer.

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© Escrito por Cecilia Di Lodovico el domingo 06/09/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

sábado, 9 de mayo de 2015

Las jugueterías apuestan al efecto "Peter Pan" para recuperar las ventas… @dealgunamanera...

Las jugueterías apuestan al efecto "Peter Pan" para recuperar las ventas…


Focalizan sus productos en la primera infancia, ante la llegada de los nuevos dispositivos techie.

Cuando el barrido tecnológico recaló en el mercado del juguete, los players de la industria bien podrían haber recurrido a El arte de la guerra, de Sun Tzu, para sopesar su decisión de negocio: combatir abiertamente frente a la competencia avasallante de tablets y celulares al acecho de su grupo etario más crecido o bien recalcular estrategia y volver a las bases con su cliente estrella, los más chicos.

En un sector que fundamenta el 70% de su facturación anual en torno al Día del Niño y las fiestas de fin de año, Papá Noel y los Reyes contribuyeron a cerrar con alegría un año para el olvido. Juguetería y librerías acompañó la tendencia minorista general, con una caída interanual del 6,9% en unidades vendidas en 2014, según CAME.

Sin embargo, la tendencia histórica es positiva: según un estudio de Euromonitor International, en el período 2008-13 las ventas al consumidor final crecieron un 93% en pesos hasta los $ 3700 millones, aunque si se descuenta la inflación oficial para el período, la expansión se atenúa al 36% y se reducen aún más si se toma el índice Congreso.

Las jugueterías argentinas se reencontraron con parte de la rentabilidad extraviada por la tecnología gracias a un viaje a la primerísima infancia. Desde cochecitos de bebé hasta chupetes avalados por odontólogos, literatura infantil a Mozart para bebés, la juguetería nacional redefine su oferta. Pero, ¿hay que tirar la toalla con los más grandes o son recuperables?

"A los mayores de nueve años ya no hay forma de retenerlos a menos que les vendas lo que quieren. Y la realidad es que el mix de tecnología con juguete es caro, mientras que los juegos en el Apple Store son gratuitos", opina Daniel Dimare, dueño de Juguetes Rasti, que "inyectó" en el mercado 125 millones de bloquecitos en 2014.

"El ticket promedio para fin de año fue de entre $ 300 y $ 350, y con esa plata es muy poco lo que se puede comprar con tecnología. Las jugueterías van a seguir estando, quizá con un rediseño de productos. Pero ya no hay forma de salir a competir con productos para un chico de diez", agrega.

El mercado nacional no es maduro para la introducción -vía importaciones- del juguete tecnológico. "No es lo mismo traer un producto que rote mucho que uno con tecnología que sale entre $ 2000 y $ 3000 y no se mueve. Además, el padre no va a buscar ese producto en una juguetería", dijo Dimare.

"Eso no significa que el niño deje de jugar. Seguirán realizando actividades al aire libre con todo lo que ello implica: pelotas, kit de buceo, pistolas de agua. Las chicas, a su vez, con la moda y el maquillaje", afirma una directiva de marketing de una de las principales cadenas de jugueterías. "El mercado sigue existiendo, aunque es cierto que deberemos encontrarle otra vuelta. Hay juguetes que asemejan la tecnología y están dentro de la juguetería. Tenemos tablets de 200 a 400 pesos. Y se venden. Pero no compito con Garbarino, como tampoco con los locales de la calle Talcahuano cuando vendo una guitarra. Vendo juguetes", dice.

Pero por más inmerso que esté un chico en su arsenal tecnológico, un padre criado a pura pelota en la vereda y con rústicos juguetes de encastre siempre mirará los excesos virtuales con recelo. En la búsqueda de una estimulación y un acercamiento al mundo "real", será acaso el adulto el responsable de lo que Dimare señala como una "contratendencia" global.

Según Euromonitor, los juegos de construcción fueron el segundo rubro que más creció en ventas en el país: un 150% su facturación para el período 2008-13. Si se consideran las previsiones mundiales del estudio, ése será el tipo de juguete con mayor alza hacia 2018.

Federico Iñiguez, director de la carrera de Comercialización en la UADE, recurre a Lego para ilustrar los desafíos del sector. "Hace unos años, al borde de la quiebra, cambiaron el foco del negocio y combinaron juguete físico con juguete virtual.

Crearon aplicaciones, películas y juegos consolas para recapturar a tiempo lo que hubiera sido una generación perdida. El juguete físico llega hoy hasta los siete años y el adolescente es una raza en extinción. Pero si es atrapado, volverá por el juguete físico con un mayor poder de compra."

© Escrito por David Feliba el domingo 12/04/2015 y publicado por el Diario La Nación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

lunes, 28 de enero de 2013

Piense en ellos Señora Presidente... De Alguna Manera...


Piense en ellos…

GOYESCO. Dibujo: Pablo Temes.

La Presidenta debería atender más los problemas de millones de jóvenes “ni ni” y marginados.

Piense, señora, como madre. Su hijo, aunque ya grande, en cierto modo también es un joven “ni ni”, porque “ni” estudia “ni” trabaja. No es una acusación, no lo tome así. Es más, no debería sentirse culpable por eso. Y si acaso le da “cosita”, como dice a veces, usted tiene una excusa formidable para justificarse. Es imposible estar a la vez “dejando la vida” en “salvar a la patria” y ocupándose de los hijos. El “osito” sabrá comprender. O lo verá con su analista, llegado el caso. Por otra parte, el nene, el “ni ni”, desde hace unos meses administra las cuentas, los depósitos, el patrimonio familiar, que no es poco.

En realidad, es un “ni ni ni”. Porque, como les sucede a todos los hijos del poder –político, económico– que ni estudian ni trabajan, tampoco “ni” siquiera les preocupa el tema. Les pasó a los hijos de De la Rúa, emblemáticos “ni ni” sobre los que siempre se sospechó cómo consiguieron sus títulos universitarios. Y a Zulemita Menem, otra “ni ni” que tuvo un problemita cuando estudiaba en la UADE –la echaron porque recibía “ayuda” en los exámenes– y al fin se quedó sin el título por el que había pagado.

Heredan una vida que viene hecha. Relaciones, influencias, cargos, negocios, fortunas. Nacieron adentro. Todo lo que tienen que hacer es cuidarse la silueta, seguir la huella y ordenar: “Mandame el avión, ponelo a éste, perseguilo a aquél, dale un puesto, contratá, arreglame esto, echá, organizame una reunión de La Cámpora, y así”. Al fin y al cabo, mandar no es como trabajar, pero lleva su tiempo y les ocupa el día.

El drama, la verdadera tragedia, señora, sucede fuera del sistema, en los arrabales de las ciudades, en los pueblos, en las sombras del “modelo”, en el contraluz del “relato”, allí donde el “espesor” de las palabras que le confeccionan a medida en la sastrería Foster & González no alcanza a disfrazar la realidad desnuda, ni ocultan ni abrigan del dato frío que estremece: hay un millón de jóvenes “ni ni”, señora, trescientos cincuenta mil más que hace diez años. Y la mitad ya ni lo intenta. Terminar la primaria o la secundaria, aprender un oficio, salir a buscar trabajo, “¿para qué?”, preguntan.

Si dejaran de ser un número y se los presentaran, señora, y le tuviera que dar la mano a cada uno, le sería imposible, cara a cara, explicarles el “modelo”. No hay conexión entre el discurso y los hechos. Esa es la “patria” de carne y hueso, señora. Nombres, voces, dientes, pelos, olores, tonadas, hermanos, tatuajes, miradas. Más de la mitad son pobres, hijos de pobres o de indigentes, de pobres de siempre, segunda, tercera generación de villeros o de barrios parecidos. Y no hubo, ni hay, “proyecto” para ellos ni para sus familias.

Juegan, fuman, beben, joden, bardean, salen de “caño”, buscan, pelean, provocan, transan, aguantan el día. Nada que hacer, nada que esperar. A veces “pintan” changas. “Trapitos” de los “barras”, cartonear, llevar, traer, se venden, se entregan. Salvo algunas ONG, las Madres contra el Paco, ciertos héroes anónimos, los curas que trabajan en las villas, nadie los escucha ni los contiene. “El” Estado  es, para ellos, un “puntero” que tira, reparte o consigue, por pintar paredes, ir a marchas, saquear, hacer “favores”.

Los que mejoran la oferta son los “narcos”: en Rosario pagan 150 pesos al que acepte ser “soldado” de la causa. Pero ahí, a veces, toca pagar también. No todos los casos de violencia con heridos graves se denuncian, pero aun así el año pasado se contaron182 homicidios. En lo que va de éste, ya son 18. Asesinos y víctimas son jóvenes, la mayoría.

Diez años de gobierno, señora. Crecimiento a “tasas chinas”. Miles de millones de dólares. ¿Quedó algo para ellos? Tenían siete, ocho, diez años en 2003, y tienen diez más ahora. ¿Qué pasó?, ¿qué cambió? Si un gobierno no garantiza la vida sana de los chicos, no genera expectativas de vida creativa para los jóvenes y no asegura la vida tranquila de los adultos y ancianos, todo lo demás que se atribuya como éxito no encubre el fracaso.

La “juventud maravillosa” de peronistas de su generación, hoy en el poder, entre los que hay varios asesores, funcionarios, diputados, ex menemistas, ex aliancistas, ex montoneros (que nunca se autocriticaron, como responsables políticos, por los militantes que mandaron a morir, pero sí hicieron uso y bandera de ellos), ¿va a seguir condenando jóvenes al olvido y a la desaparición? ¿Es posible que sólo les importe reescribir el pasado y venderse como próceres?   

¿Qué tiene usted para ofrecerles, señora, además del voto a los 16 años para que la ayuden a reformar la Constitución, pueda ser reelecta y seguir “sufriendo” por todos nosotros? ¿Qué?

Están en la plenitud del deseo, cargados de ganas, de furia, necesitan riesgo, aventura, ideales, y son perseguidos, castigados, ninguneados, a su alrededor se levantan muros, de piedras, palos y prejuicios.

Aún le quedan tres años, señora. Mucho tiempo cuando tantas vidas están en riesgo cada día. Paco, alcohol, fierros, pelear, zafar, chorear, coger, odiar, matar, morir, algo más tiene que haber, señora.

Piense, pida ayuda, llame a los expertos, a los líderes de la oposición, a quienes tarde o temprano la van a suceder, discutan un plan para que en diez, veinte años, algo cambie, diseñen eso que les gusta llamar “política de Estado”. Algo más tiene que poder hacer, señora. Para bien o para mal, usted ya está en la historia, sus hijos, y los amigos “unidos, organizados y salvados”, ya están adentro. Ellos no.

Y ellos son “la patria”, el país que será.

© Escrito por Carlos Ares el sábado 26/01/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.