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jueves, 31 de octubre de 2013

Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual... De Alguna Manera...


Las desinversiones que no le importan al gobierno...


Ley de medios a medida. La posibilidad de "desinvertir" entre familiares, DirectTV y su única licencia para todo el país, y el curioso dueño de Telefé. Apostillas de una Ley diseñada a medida de ciertos grupos en cuanto a desinversión.

Finalmente, ayer martes la Corte Suprema de Justicia declaró la constitucionalidad de los cuatro artículos de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que habían sido blanco de una presentación judicial del Grupo Clarín. Se trata del 45 y el 48, vinculados con las licencias, y el 41 y el 161, sobre el plazo de desinversión.

Allí se puntualiza acerca de la multiplicidad de licencias, su transferibilidad y los plazos de adecuación a la ley de medios, centro de disputa del Grupo Clarín en la Justicia por su eventual inconstitucionalidad —puja que ayer quedó trunca—.

¿Cómo sigue la historia del multimedios? Tendrá que desprenderse de varias señales de contenido audiovisual, dejar la TV por cable e Internet en 134 ciudades y debería optar entre Canal 13 y Cablevisión en la ciudad de Buenos Aires.

Más precisamente...

El artículo 161 establece en un año el plazo para que los grupos se adecúen a la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.

El 41 impide la transferencia de licencias, excepto si se realizan dentro del plan de adecuación a la ley de medios o si es inferior al 50% de las acciones, “luego de cinco años de transcurrido el plazo de la licencia y cuando tal operación fuera necesaria para la continuidad del servicio”, según figura en la ley.

El artículo 48 se refiere a los procesos de integración entre los medios audiovisuales; y establece que antes de otorgar licencias hay que verificar los vínculos societarios, para que no se produzcan “prácticas de concentración indebida”.

El artículo 45 establece la cantidad de licencias que puede tener un grupo de medios en total: el límite es de 24 licencias de TV por cable; otro límite de 10 licencias de radio y TV abierta; un operador de radio o TV sólo puede tener una señal audiovisual de generación propia; y es incompatible tener un canal de TV abierta y un operador de TV por cable en la misma ciudad.

Sin embargo, la ley no ha sido planteada para que su cumplimiento sea igualitario..

Ese grupo basa su defensa en que la restricción de licencias no tiene antecedentes internacionales. "Los principales operadores de TV paga en el mundo tienen canales de TV abierta sin ningún problema, como Comcast y NBC Universal o DirecTV y Fox, en Estados Unidos; Sogecable y Cuatro, en España; Globo y Net, en Brasil; Cablevisión -sin relación con su homónima argentina- y Televisa, en México", asegura el multimedios.

No obstante, existe una suerte de desigualdad, ya que la empresa Cablevisión hoy requiere de 21 licencias para cubrir el área metropolitana de Buenos Aires, mientras que Telecentro lo hace con una sola licencia. Además, la TV satelital de DirecTV no tiene esa restricción y puede dar sus servicios en todo el país.

Como el acceso a Internet Clarín lo da sobre la red de TV por cable, las 134 ciudades que dejaría Cablevisión quedarían sin servicio, beneficiando a las empresas telefónicas, que controlan el 55% del mercado de acceso a Internet, a la vez que esta quedaría con un competidor menos.

La ley establece que por tener Canal 13 o Cablevisión sólo se puede quedarse con una sola señal de contenido. Sin embargo ese límite no rige para los que tienen operaciones de TV paga en el extranjero, como Time Warner, DirecTV, Comcast y Disney.

La ley también limita la participación de capital extranjero al 30% del total, e impide la participación de sociedades de medios extranjera y obliga a la propia autoridad de aplicación a revisar las sociedades controladas y vinculadas.

Para Martín Sabbatella, titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), Telefé no tiene ningún vínculo con Telefónica Argentina ya que son dos empresas controladas. De acuerdo al sitio institucional de la compañía, curiosamente modificado tras las declaraciones de Sabbatella, Telefé pertenece “al  Grupo Telefónica desde el año 2000”. Y es que en un principio, la sociedad controlante era Telefónica Media de Argentina S.A., pero luego cambió de denominación y fue reemplazada por Telefónica de Contenidos S.A., sociedad unipersonal, controlada por Telefónica de España. Aún hay un vacío para determinar qué relación tienen las empresas.

Al mismo tiempo que en el que Telefé modificaba su sitio web, el Grupo Uno, encabezado por Daniel Vila y José Luis Manzano -y el que mayores incompatibilidades tiene después del Grupo Clarín-, propuso un plan voluntario de adecuación a la Ley que consiste en repartir entre sus socios y familiares las licencias en conflicto con la normativa.

Al parecer, el achicamiento de las empresas para reducir la posibilidad de que existan prácticas monopólicas puede quedar entre el círculo íntimo. Barbarita Vila, hija de Daniel, se quedará con una de las licencias del grupo, su tío Alfredo (hermano de Daniel), será beneficiado con otras. A su vez, el empresario santiagueño Néstor Ick, le dará parte de una empresa de servicios públicos a su hijo.

DirecTV tuvo algunos asuntos pendientes con la norma impulsada por el gobierno. No solo porque no posee dueño conocido- ya que cotiza en bolsa el 100% de su capital- y por su ordenamiento de la grilla - no tiene señales propias y emitir canales públicos- sino porque cubre todo el país con una sola licencia contra las 24 posibles que debería tener Cablevisión.

En mayo de este año, el servicio de televisión satelital favorito de la presidenta presentó su adecuación a la ley y fue aprobada por el AFSCA, si bien posterga hasta el día de hoy la de Vila-Manzano.

Cuatro años de disputa...

Vale recordar que La Ley 26.522, conocida como “ley de medios” fue aprobada en el Congreso en septiembre de 2009, pero a los pocos meses sufrió el primer traspié: el renunciado juez en lo civil y comercial federal, Edmundo Carbone, dictó la medida cautelar que suspendió la aplicación de la norma.

El 14 de mayo de 2010 la Sala I de la Cámara en lo Civil y  Comercial Federal confirmó la medida cautelar de Carbone, en donde suspende la aplicación del artículo 161, el cual establece el plazo de un año para que las empresas de medios se adecuen a la nueva regulación; y revocó la suspensión del 41 sobre la cantidad de licencias.

El 5 de octubre de ese año, la Corte evitó intervenir, pero fijó que la cautelar no podía tener una duración extensa y que el Tribunal debía fallar sobre el fondo de la cuestión, esto es si eso no constitucional los cuatro artículos cuestionados de la ley.

En mayo de 2011 la Sala I de la Cámara Civil y Comercial fijó en 36 meses la vigencia de la cautelar, y un año después el Máximo Tribunal fijó que ese plazo vencía el 7 de diciembre, tan  promovido por el Gobierno como la fecha límite en que se caía la  cautelar.

En noviembre de 2012 la Corte instó al magistrado de primera instancia que dicte el fallo sobre la cuestión de fondo, y es así que el 14 de diciembre de ese año el juez Horacio Alfonso rechazó el pedido de inconstitucionalidad de la Ley solicitado por el Grupo Clarín.

Tras el fallo, el Gobierno interpuso un per saltum para que la Corte falle directamente y evitar así que intervenga la Sala I de la Cámara que le había fallado en contra años atrás; pero el 27 de diciembre el Máximo Tribunal lo rechazó por unanimidad.

El 17 de abril de 2013, nuevamente, la Sala I de la Cámara Civil y Comercial vuelve a fallar pero esta vez sobre el fondo de la cuestión.

Los jueces declararon inconstitucional en forma parcial el artículo 45 de la Ley de Medios que fija límites a la concentración de licencias, esto es, el referido al tope de licencias que puede tener un medio; pero decretaron constitucional el 161 y el 41; el primero referido al plazo de un año de desinversión y el segundo la potestad del estado en distribuir el espacio radioeléctrico.

A su vez, el artículo 48 que la Cámara decretó inconstitucional es referido a la "concentración indebida", declarándolo inaplicable para el grupo Clarín.

© Publicado el miércoles 30/10/2013 por Tribuna de Periodistas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.




sábado, 14 de septiembre de 2013

Clarín 1... De Alguna Manera...

Clarín 1

Noble y Peron “vencieron al tiempo” con su organización. 

No sólo el peronismo se ha ido transformando en el sol de nuestro sistema planetario porque seis de cada diez argentinos votaron por un peronista en las últimas PASO: 27% kirchnerismo, 4% aliados K, 15% Massa, 4% De Narváez, 3% De la Sota, 2% Rodríguez Saá y 2% otros PJ. También Clarín, en su campo de acción, es tan excluyente como el peronismo: primero en diarios, primero en radio, primero en TV, primero en cable, primero en internet. Esto no era así en el pasado no lejano, ni para el peronismo ni para Clarín.


Por eso no dejan de resonar los ecos de la audiencia pública promovida por la Corte Suprema de Justicia antes de su sentencia sobre la Ley Medios y las declaraciones periodísticas posteriores de algunos de sus actores, como, entre otros, el reportaje al CEO de Cablevisión, Carlos Moltini, el sábado pasado en Perfil. Está claro que la política de medios del kirchnerismo es vergonzosa, la peor de cualquier gobierno posdictadura, y que la Ley de Medios fue un engendro mal planificado y peor instrumentado que sólo tuvo el acierto de diagnosticar que el tamaño de Clarín en la Argentina era demasiado peligroso (incluso para el propio Clarín, que, más diversificado internacionalmente o en otras actividades, estaría más cómodo). Y que el fallo de la Corte no terminará de resolver el problema de forma completa porque los jueces no legislan, por lo que volverá al Congreso después de 2015, cuando se logre consenso. Para entonces, todos deberemos aportar ideas para no volver al dilema de los debates previos a la sanción de la ley, cuando los legisladores de la oposición criticaban a los medios profesionales porque no proponíamos un modelo de ley alternativo al kirchnerista.  Por una cuestión de espacio, sobre ese tema me voy a referir en la contratapa de mañana –“Clarín 2”– para poder hoy dar respuesta a otra de las derivaciones de la audiencia pública.


La originada por la abogada María Angélica Gelli al decir que “Clarín es el único medio que puede hacer periodismo de investigación”; y una respuesta del presidente de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa), Carlos Jornet, que se puede leer completa en el Correo Central de la página 34 de esta edición, en la que disiente de lo que yo escribí el domingo pasado dentro de una columna sobre otro tema. Era sólo un párrafo que transcribo: “La abogada puede no saber de periodismo y no tener presente que entre 2003 y 2009 el periodismo de investigación en la Argentina precisamente no se hacía en el Grupo Clarín. Hasta el ingreso de Editorial Perfil al Consejo Ejecutivo de Adepa, había premios de periodismo ecológico, científico o universitario, pero no existía siquiera la categoría periodismo de investigación”.


La carta del colega, a quien estimo y respeto (además de presidente de Adepa es director del mayor diario del interior del país, La Voz del Interior, de Córdoba), permite profundizar más sobre el tema. Es cierto que hacer periodismo de investigación es caro, pero sería un error creer que sólo quienes cuenten con muchos recursos pueden hacerlo y, mucho peor, confundir tamaño de empresa con periodismo de investigación y, finalmente, con libertad de prensa, como fue la tesis de varios de los abogados de Clarín en la audiencia. Por el contrario, cuando la empresa llega a ser tan grande y tiene que defender múltiples intereses, muchos de ellos regulados por el Estado, lo habitual es que no se haga periodismo de investigación.


No es sólo el caso de Clarín, que entre 2003 y 2008 fue un aliado del kirchnerismo y excluyó el periodismo de investigación política; también lo mismo sucede en Brasil con Globo y en México con Televisa. Los grandes conglomerados de medios son generalmente oficialistas y más aún en países con democracias menos centenarias.


Ya alguna vez cité al fundador de Globo, Roberto Marinho, fallecido la década pasada, quien explicaba que Globo se había hecho grande no por lo que publicaba, sino por lo que dejaba de publicar.


Obviamente que el tamaño importa, pero la tendencia a no confrontar con el poder se dará tan marcadamente en un pequeñísimo diario de Río Gallegos, mientras Néstor Kirchner gobernaba Santa Cruz con mano de hierro, como en un enorme conglomerado como Clarín, que precisaba que el kirchnerismo le aprobase la fusión de Cablevisión con Multicanal porque si no, “la empresa no era sustentable en el largo plazo”, como confesó el CEO de Cablevisión en el reportaje de Perfil del sábado pasado. La colaboración de Google, Facebook y Yahoo! con la red de espionaje en internet de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos es otro ejemplo de cómo tamaño no es garantía de independencia.


Para hacer periodismo de investigación hay que tener voluntad de investigar y vocación de hacerlo soportando el costo de tener una empresa menor de lo que se podría si se siguiera el ejemplo del señor de Globo: dejando de publicar.
 
Obviamente, el periodismo de investigación no es sólo de política, lo hay en todas las temáticas, pero el relacionado con la libertad de expresión y con el contrapeso de las minorías en el sistema democrático es el periodismo de investigación política.


Por último, el Premio Adepa al Periodismo de Investigación no emergió como resultado de “la propia evolución del periodismo en democracia”. En el mandato anterior al de Jornet, cuando Adepa era presidida por Daniel Dessein, en representación de La Gaceta de Tucumán, en el contexto del conflicto del Gobierno con los medios se le pide a Editorial Perfil en 2010 que se comprometa participando del Consejo Ejecutivo de Adepa. 

La respuesta de Perfil fue: “Sí, pero queremos auspiciar un premio al periodismo de investigación”. Y se hizo, era necesaria la voluntad de hacerlo, la misma voluntad que hace falta para hacer periodismo de investigación.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el sábado 14 de Septiembre de 2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.



sábado, 13 de abril de 2013

"Barbie mexicana"...De Alguna Manera...


Escándalo por la venta de una "Barbie mexicana" con papeles…



Las fotos:

 La Barbie de México. Foto: Mattel

 
La Barbie musulmana. Foto: Mattel  
 
 La Barbie deChile. Foto: Mattel

La Barbie de China. Foto: Mattel 
  
La Barbie de España. Foto: Mattel

La Barbie de Filipinas. Foto: Mattel

 
La Barbie de Holanda. Foto: Mattel

La Barbie de Francia. Foto: Mattel

La Barbie de Argentina. Foto: Mattel  



Muñecas Barbie producidas en la República Argentina en los años 1986 en adelante por la empresa Top Toys S.A y Top Toys Juguetes S.A.