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domingo, 4 de mayo de 2014

Red Alto al Tráfico y la Trata (RATT)... De Alguna Manera...


Un activista contra la trata deja el país por las amenazas…

Mensajes. Le enviaron datos precisos de su familia y lo siguieron. Foto: Enrique Manuel Abbate

Fernando Mao preside la Red Alto al Tráfico y la Trata (RATT). En un solo día recibió 47 llamados.


Fernando Mao (52) es un activista que preside la ONG Red Alto al Tráfico y la Trata (RATT) internacional. Un hombre que dedica su vida a erradicar el tráfico de personas y que ahora siente que su familia está en peligro. “Ellos son mi punto vulnerable, y como ahora los amenazan decidí dejar el país”, revela en una entrevista con Perfil.
Mao lucha contra la trata desde 2007. Fue el responsable de la RATT Argentina y ahora es el presidente de la ONG internacional, una red global integrada por países de América Latina y el Caribe, Centroamérica, Asia, Europa y Estados Unidos (sede central).  Harto de las amenazas que viene sufriendo, dice que se irá a vivir a Uruguay mientras espera que Estados Unidos le otorgue asilo político.

—¿Cuándo empezaron las amenazas?
—El 10 de abril recibí los primeros mensajes de texto. Al principio los borraba, hasta que me mandaron uno que decía que sabían que mis hijos estaban en Misiones. Ahí empecé a preocuparme. “Sabemos dónde estás”, “salí afuera”, “andate de la Argentina”, eran algunos de los  mensajes. Después comenzaron las llamadas. Recibí 47 en un día. Me insultaban y me decían que me iban a matar. Hice la denuncia y se lo informé a la RATT en Estados Unidos, Perú y España.  

—¿Por qué cree que las amenazas se dieron ahora?
—Porque nos ven consolidados como red en el terreno nacional y porque contamos con un paraguas internacional protector. Otro de los detonantes podría ser la presentación, hace un mes, del caso Patricia Ospino en el canal National Geographic, porque el proxeneta que la capturó sigue libre y reclutando chicas.
El caso de la colombiana Ospino es un ejemplo de las prácticas utilizadas por las redes para captar jóvenes. En 2008, Patricia viajó con su pequeña hija con algo de ropa y la ilusión de convertirse en actriz. Una vez que llegó al país, vivió seis meses de tortura física, psicológica y violaciones reiteradas hasta que logró escapar y regresar a su tierra. Hoy, intenta salvar a otras mujeres con el relato de su triste experiencia.   

—¿Algún ente gubernamental se solidarizó con su situación?
—Recibí un llamado de la Protex, de Marcelo Colombo, de la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia y de la Dirección Nacional General de Relaciones Institucionales del Senado. Todos se pusieron a mi disposición. De organismos del Estado y ministerios no recibí llamados. Estamos en una situación complicada porque nosotros creemos que hay redes de trata y lavado de activos que están instaladas en el país. Al tener una legislación débil, estas redes vienen a desempeñarse acá. En Argentina no hay reinserción de víctimas, no hay un plan de vida para ellas. Se las sostiene seis meses, y después son llevadas a sus casas. En muchos casos son sus propias familias las que las entregaron. Por eso nos preguntamos por qué no se trabaja bien con estas chicas.

—¿En algún otro momento se planteó dejar todo por la tranquilidad de su familia?
—Cuando nosotros podíamos participar de los allanamientos yo veía muchas chicas de 12 o 13 años drogadas que no sabían qué hacían. Te contaban que estaban obligadas a servir sexualmente a 25 hombres por día. Detrás de esas nenas yo veía la cara de mi hija, y entonces me decía que esto era un delito criminal que no se podía dejar. Cuando nos quemaron la casa, mi mujer (ahora están separados) me dijo: “Esto es un desastre, nos van a matar a todos”. En ese momento opté por irme, con su consentimiento. Pero siempre trabajé en la reposición de derechos. A esta altura de mi vida voy a seguir la lucha aunque sea fuera de mi país, porque para terminar con esto es necesario que el Gobierno tenga políticas públicas serias y comprometidas porque nosotros somos sólo una uña en todo esto y los que realmente pueden hacer algo son ellos. Irme del país me genera mucha angustia, porque siento que abandono un barco, pero también tengo claro que estoy enfrentando a la mafia y es importante que se enfríen las aguas.

Trimarco, Cortiñas y Esquivel

La lucha de la madre de Marita Verón no podía estar fuera de la entrevista. “Susana Trimarco es una persona ante la cual me saco el sombrero por cómo ha luchado por su hija. ¿Pero qué puede hacer desde el lugar que tiene? Las organizaciones sociales somos un brazo, pero la política la tiene que ordenar el Gobierno”, dice el activista argentino sobre la referente número uno de la lucha contra la trata de personas en Argentina.

“Es importante que la sociedad civil esté unida y que cada padre de familia se comprometa. La situación es compleja y hay que pedirle al Gobierno políticas públicas comprometidas. Nosotros podemos actuar, pero si no tenemos un juez competente todo queda en la nada”, agrega Mao sobre la lucha.

Con respecto al vínculo entre el Estado y las ONG, el titular de la RATT internacional analiza: “Es importante que las organizaciones trabajen con el Estado, pero que los fondos salgan de la Responsabilidad Sociedad Empresarial. Porque si uno trabaja directamente con el Estado no le puede reclamar nada, porque no va a morder el plato del que le da de comer. Hay líderes como Nora Cortiñas y Adolfo Pérez Esquivel que denuncian corrupción gubernamental y otros que se callan”.


El dolor por la muerte del papá de María Cash

Fernando Mao definió a Federico Cash, el padre de la joven diseñadora que murió esta semana en un accidente de tránsito, como un “ícono” de la lucha de jóvenes perdidos. “Con su muerte se nos fue un héroe. Todas las personas que lo conocimos vamos a sentir su ausencia”, dice sobre su muerte.

El papá de María Cash realizó su último viaje el martes pasado. Se dirigía a Bariloche por la ruta 152. Pero en la provincia de La Pampa chocó de frente contra otro vehículo y perdió la vida de manera instantánea.

El hombre estaba detrás de una nueva pista sobre el posible paradero de su hija, quien desapareció en julio de 2011, cuando iba a visitar a un amigo, en la provincia de Jujuy. La vieron por última vez en una estación de servicio de Salta, y desde entonces su destino es un verdadero misterio.

“Argentina perdió un emblema de un padre que busca a su hija ante un Estado ausente. Era una persona súper comprometida con la búsqueda de su hija, que se levantaba a las seis de la mañana para cruzar datos y atender el teléfono. Había instalado una fiscalía en su propia casa”.


© Escrito por Nadia Galán el Domingo 04/05/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


domingo, 19 de mayo de 2013

Noticias del mal... De Alguna Manera...


Noticias del mal...

"El buchón opositor." Jorge Lanata. Dibujo: Pablo Temes.

El kirchnerismo contraataca las denuncias de Lanata y enturbia causas nobles con “la caja”.

Malas noticias para Cristina: Lanata tiene razón. La Fundación María de los Angeles, que preside Susana Trimarco, está transitando el mismo pantano que la Fundación Sueños Compartidos, de Hebe Bonafini. La militancia rentada o amateur se desespera desde el aparato de propaganda para proteger a la madre de Marita Verón. Se indignan porque Jorge Lanata “ensució” con sus críticas a quien tanto luchó contra la trata y por la aparición con vida de su hija. Lo mismo pasó cuando estalló el escándalo que involucró a los hermanos Schoklender. “No manchen los pañuelos blancos”, amenazaban los paraperiodistas sin comprender que la mugre, envasada en billetes, había sido proporcionada por el Gobierno nacional. Son los Kirchner los responsables de haber alimentado con fortunas a Hebe y a Sergio para que hicieran viviendas, una responsabilidad del Estado y no de una ONG. Podrían haber intentado cooptar a una figura vinculada a los derechos humanos desde el campo de las ideas o aprobando leyes que facilitaran su tarea.

¿Qué necesidad había de profanar un símbolo universal de la lucha contra la dictadura como las Madres? ¿Por qué meter millones en esa relación? ¿Los Kirchner no conocen otra forma de relacionarse que no sean los subsidios y la chequera? Utilizan a los luchadores y a los artistas populares como escudos para proteger su enriquecimiento ilícito, voraz y veloz. ¿O la broma que hace Néstor abrazando con amor una caja fuerte en la Intendencia de Las Heras tiene que ver, Freud mediante, con el chiste y su relación con el inconsciente?

Quien se meta a fondo a investigar la cuenta del Banco Nación, casa central, de la fundación de Susana Trimarco se encontrará con sorpresas dolorosas. No sólo por los montos de dinero que le giraron desde el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, hasta el gobernador tucumano, José Alperovich, pasando por su colega riojano, Luis Beder Herrera, pero como vehículo del Tesoro Nacional. Esas cifras figuran en su mayoría en los boletines oficiales correspondientes. Lo más grave aparecerá si se sigue la ruta de ese dinero. ¿A dónde fue a parar? ¿A qué profesionales se contrató? ¿Qué locales se alquilaron? ¿Están las facturas de esos gastos o se esfumaron como los fondos de Santa Cruz? ¿Cierran los números? ¿Qué rol juega su abogado, Carlos Garmendia?

Nada de esto borra la lucha heroica que tanto Hebe como Susana libraron. Una enfrentó a la dictadura y la otra, a la mafia de la prostitución cuando ni Néstor ni Cristina lo habían hecho. A propósito, la muerte del genocida Videla reactualiza un desafío: encontrar una sola declaración en radio o en televisión del matrimonio Kirchner durante la dictadura o en los primeros cinco años de la democracia calificando a Videla como “terrorista de Estado o criminal de lesa humanidad”. O una sola invitación a dar una charla, aunque sea, a las Madres o Abuelas de Plaza de Mayo. Es difícil ubicar lo que no existe.

Susana Trimarco, a través de Télam y 6, 7, 8, acusó a Lanata de “golpista al servicio de Clarín”, pero no puede explicar por qué fue tan crítica de Alperovich y ahora, mágicamente, manifiesta apoyo al señor feudal, candidato testimonial en las elecciones parlamentarias. Susana Trimarco está cuarta en intención de voto, por encima de la kirchnerista de la primera hora Stella Maris Córdoba, quien duda en presentarse si la lista la encabeza José Alperovich.

Pero Lanata no tiene razón sólo en este caso. También en la mayoría de las denuncias sobre la empresa “Néstor Kirchner & Lázaro Báez” y su CEO, Daniel Pérez Gadín. Se confirmó que este monotributista compró la estancia uruguaya en 14 millones de dólares. Andrés Vivanco, el ex fiscal de Santa Cruz, dijo que “lo de Lázaro es de Néstor” y aseguró que en la intimidad el ex presidente muerto confesó que “sin corrupción no podemos gobernar”.

Las desmesuras y obsesiones han crecido en forma proporcional al aumento de las dificultades económicas. Hay cuestiones irracionales, misiles para matar mosquitos. Cristina desmintió por Twitter una información publicada por el diario La Prensa, (“no tengo ni tuve secretaria”) y sólo logró comunicar la existencia de ese matutino. Que River o Boca jueguen los domingos a las 21.30 por la tele sólo para evitar la goleada de Lanata habla de lo mismo. Se condena a los hinchas a que en invierno lleguen a sus casas después de la medianoche, en pleno auge de la inseguridad, sin advertir que si Canal 13 quiere, puede cambiar el horario de su programa más exitoso a las 20 y, seguramente, aumentará su rating.

El manual de instrucciones del soldado de Cristina indica que todo lo que no se puede dominar debe ser apropiado por las buenas o por las malas o, en su defecto, fundido, quebrado o fracturado. Eso explica muchas siglas como CGT, YPF, AMIA, UIA, Agea SA y hasta Ciccone, o las amenazas a Julio Blanck, la ministra Nora de Lucía o el fiscal Guillermo Marijuán. Es lo que pasa con LAN y la persecución de los camporistas de Aerolíneas Argentinas, que descubrieron que es más fácil destruir a la competencia (pese a dos fallos judiciales) que construir una buena gestión. O la orden a los supermercados para que no avisen en los diarios enemigos, cosa a la que Carrefour acaba de rebelarse. O el apriete autoritario de Guillermo Moreno para que la Asociación de Cooperativas Argentinas abandone Coninagro, la Mesa de Enlace, y destituya a Carlos Garetto, en un solo acto.

Ahora que Alfredo Palacios ya tiene monumento, vale la pena recordar su luz. Era abogado, como Néstor y Cristina, pero diferente. Murió en la pobreza y en la placa en la puerta de su estudio decía: “Atiende gratis a los pobres”. Su tesis primera doctoral, que fue rechazada “por atentar contra las instituciones”, se tituló: “La miseria de la República”, y en un párrafo dice así: “Encastillados (por vivir en castillos) en su asqueroso egoísmo, ellos son los responsables de la ruina del país; ellos, que han hecho levantar palacios con los dineros del pueblo para habitarlos después de la catástrofe y que tienen las arcas repletas y desparraman a manos llenas en el Viejo Continente el oro que malversaron”. Malas noticias para Cristina. Y eso que el primer diputado socialista de América jamás vio a Lanata.

© Escrito por Alfredo Leuco el domingo 19/05/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.






domingo, 16 de diciembre de 2012

Lo justo… De Alguna Manera...


Lo justo…

Trimarco y Magnetto conmovieron a la Justicia.

“Lo que se llama justicia es un modo de servir los intereses de los que tienen el poder. Los poderosos hablan de justicia pero, en rigor, quieren reafirmar y justificar su dominio sobre los demás miembros de la comunidad. En suma, la justicia es un encubrimiento de intereses particulares.” Esto no lo escribió Carta Abierta promoviendo el juicio por jurados, ni lo repitió enojado el ministro Alak después del fallo de la Cámara a favor de Clarín, ni el abogado de Susana Trimarco después de la absolución de los sospechados de haber secuestrado a Marita Verón. Lo dijo hace dos mil quinientos años Trasímaco, un sofista al cual Platón rebatió en La República.

Y Marx directamente coló el derecho en el mismo plano que la religión: “La justicia de las transacciones que se realizan entre los agentes productivos se basa en el hecho de que estas transacciones derivan de las relaciones de producción como algo natural. Es justo cuando corresponde al modo de producción, cuando es adecuado a él. Es injusto cuando va en contra de él.”

Estas visiones se orientan al carácter distributivo de la justicia donde, dependiendo del sistema de producción para los marxistas o del sistema moral para los libertarios, lo justo es darle a cada uno lo mismo, a cada uno según sus méritos, a cada uno según sus obras, a cada uno según sus necesidades, a cada uno según su rango o a cada uno según lo atribuido por la ley.

Que se considere justa o injusta la existencia de derecho de herencia trasciende al derecho y es el resultado de una determinada moral.

La frustración que siente la sociedad al ver que un juez en primera instancia cree una cosa y la Cámara de su fuero lo contrario es fruto de la colisión entre dos visiones de la justicia. No pocas veces los abogados tienen una concepción formal del derecho reducible a una codificación sistemática de leyes, o caen en un principismo cuyo paroxismo se sintetiza en la ironía “hágase justicia aunque el mundo perezca”. Mientras, la mayoría de la población tiene una visión intuicionista y considera autoevidente lo que es justo más allá de los complejos procedimientos judiciales.

No consuela que se trate de un problema universal donde un juez de Ghana considere ajustado a derecho detener la fragata Libertad para que luego el Tribunal Internacional del Mar de Hamburgo disponga lo opuesto. O dentro de los Estados Unidos las divergencias entre el juez Griesa y su tribunal de apelación.

Los ciudadanos normales tienen una visión de la justicia que podría denominarse “cósmica”, donde lo justo sería algo similar al orden y la medida. Se produce injusticia cuando algo ocupa el lugar que no le corresponde, se produce un exceso o hay una demasía, entonces la Justicia tiene que restablecer el equilibrio corrigiendo y castigando la desmesura, sea ésta del Gobierno o de Clarín, de los fondos buitre o de nosotros los deudores.

John Rawls, el filósofo especializado en justicia más importante del siglo XX, trató de reconciliar la idea de justicia con la de moral, combatiendo las perspectivas utilitaristas que dominaron en el campo del derecho en la modernidad. Para Rawls, es posible imaginar una forma de contrato social generador de una justicia que no fuera resultado meramente de la eficacia social: “Que algunos deban tener menos con objeto de que otros prosperen puede ser ventajoso pero no es justo. Sin embargo, no hay injusticia en que unos pocos obtengan mayores beneficios, con tal que con ello se mejore la situación de las personas menos afortunadas. Puesto que el bienestar de todos depende de un esquema de cooperación sin el cual ninguno podría llevar una vida satisfactoria, la división de las ventajas debería ser tal que suscite la cooperación voluntaria de todos los que toman parte de ella, incluyendo a aquellos peor situados”.

Rawls sostenía que diferentes concepciones de justicia eran resultado de diversas nociones de sociedad: “Para entender una concepción de justicia, tenemos que hacer explícita la concepción de cooperación social de la cual deriva”. El proponía un experimento mental ejemplificado como “el velo de la ignorancia”, donde justo sería aquel sistema que todos eligieran sin saber “cuál es su lugar en la sociedad, su posición, su clase o estatus social, y sin saber nadie tampoco cuál es su suerte en la distribución de ventajas, capacidades naturales, su inteligencia o su fortaleza”.

Si quisiéramos aplicar los principios teóricos de Rawls al caso Clarín, sería justa aquella Ley de Medios que eligieran todos quienes fueran a resultar conductores de medios: Clarín, Telefónica, Vila-Manzano, Moneta, Hadad, Cristóbal López y los miles de pequeños medios audiovisuales no famosos, sin saber a priori cuál sería su suerte en “la ruleta del destino”, a quién le tocaría ser Clarín y a quién ser el pequeño medio de comunicación de un pueblito.

Lo mismo vale para el conflicto de poderes entre la Presidenta y el Poder Judicial. Si quisiéramos aplicar a Rawls, sería justo un sistema de división de poderes que aceptaran todos los políticos de todos los partidos atravesados por el velo de la ignorancia, sin saber si a ellos les tocaría ser del peronismo, del radicalismo o del más pequeño partido vecinal, o si llegarían a presidente o concejal. Simplificadamente: ¿le serviría a Cristina Kirchner tener una Justicia doblegada al Poder Ejecutivo sabiendo que cuando su oposición gobierne padecerá la arbitrariedad de su adversario?

Obviamente, el ejercicio mental que resulta útil a los fines teóricos es inaplicable a los fines prácticos pero sirve para poder colocarnos en el lugar de los demás. ¿Nos gustaría tener jueces garantistas si fuéramos acusados de un delito que no cometimos mientras toda la prensa y la opinión pública piensa que somos culpables? Honró el CELS su independencia al criticar el oportunismo de la Presidenta pidiendo mano dura para los delitos sexuales.

Rawls asimila la justicia a la imparcialidad. “La justicia –escribe Rawls– es la primera virtud de las instituciones sociales, como la verdad lo es a los sistemas de pensamiento; una teoría, por muy atractiva, elocuente y concisa que sea, tiene que ser rechazada o revisada si no es verdadera.”

El problema es que la teoría del relato se guía por principios opuestos y, para poder escapar de la comprobación empírica, relativiza toda noción de verdad y de objetividad. En esto los jueces y los periodistas somos primos hermanos.

© Escrito por Jorge Fontevecchia y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 16 de Diciembre de 2012.