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domingo, 16 de septiembre de 2012

Clasistas... De Alguna Manera...


Clasistas…

 Acumulacion y descarga. El jueves, en la Plaza de Mayo, parte de la sociedad argentina precisó hacer catarsis ante la ausencia de representación que padece.

Si el Gobierno fuera realmente por la re-reelección, su actitud sería otra. Si en 2015 hubiera re-reelección, también habría ballottage, porque después de 12 años de kirchnerismo la oposición se vería forzada a aglutinarse tras un único candidato. Como en esos casos la imagen negativa cuenta tanto como la positiva, en lugar de galvanizar y cerrar filas con sus militantes tratando a quienes fueron a manifestar de “minoría de burgueses que no pisan el pasto de la Plaza de Mayo para no mancharse”, el Gobierno se tragaría el sapo y trataría de no alejarlos más aun.

En todos los países del mundo hay 46% o más que no votó por el presidente elegido, pero no es habitual que esa gente salga a protestar masivamente contra el gobierno que no votó. Una cosa es no votar por un candidato y otra es rechazarlo. El hecho político fue que salieran a manifestar en su contra y no –como se quiso minimizar– que igual no la votan.

La forma en que desde el oficialismo se calificó a quienes protestaron no parece perseguir una estrategia electoral que aspire a conquistar dos terceras partes de los corazones o de las mentes tanto para una Asamblea Constituyente como para un ballottage.

No fue sólo la mención de Abal Medina de preferir Miami. Hubo descalificaciones, como que estaban “bien vestidos y perfumados con aromas importados”, “puñado de ricos enfermos de un ancestral odio oligárquico” y “cacerolazo de la opulencia” (en Tiempo Argentino, Luis D’Elía), “expresión simbólica del country people que encierra la tapa de Noticias y que involucra a los caceroleros con Cecilia Pando, la Sociedad Rural, los grandes medios y la Recoleta” y “ropaje de clase media instruida detrás del cual se quiere justificar el exabrupto” (en Página/12, su jefe de Redacción); en síntesis, minorías como sinónimo de ricos, y ricos como sinónimo de despreciables. Un clasismo tan retrógrado como el que denuncian en aquellos que califican a otros de negros para discriminarlos.

“Deberían formar un partido y ganar las elecciones”, aconsejó Abal Medina a quienes protestan contra el Gobierno. ¿Podrá el Frente para la Victoria ganar un ballottage sin la clase media?

Es cierto que ningún partido político o líder opositor recibe todos los votos de estos indignados, porque las causas que los convocaron eran distintas y algunas hasta contradictorias. Pero hubo un elemento en común que los unió: el rechazo al Gobierno, el mismo que se precisa para los ballottages. No pocas veces le es más fácil a la gente saber qué no quiere, que saber qué quiere.

Salvo que crean realmente que la protesta la organizó Magnetto como parte de su embestida final antes de que le llegue el 7 de diciembre, fecha a partir de la cual todo sería color de rosas para el Gobierno, responder con una marcha anticacerolas “para mostrarles a los gorilas cómo se llena bien la Plaza de Mayo” puede no ser una buena idea. Además, esta vez la mayoría de los manifestantes no portaba cacerolas, y otra señal de cambio de tendencia fue la cantidad de jóvenes que protestaron.

Deberían tener cuidado de no quedar presos de viejas lecturas.

Otra hipótesis que ojalá sea totalmente errónea es que el kirchnerismo esconda un deseo detrás de su paranoia: que de tanto ver en cada acción un ánimo destituyente y en la destitución de Lugo en Paraguay una amenaza anticipada de su futuro, prefiera eso a enfrentar el fracaso de su modelo y desee tensar los ánimos para –si llegara a ser necesario– justificar dar un portazo épico antes que perder pacíficamente en las urnas.

© Escrito por Jorge Fontevecchia  y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo16  de Septiembre de 2012.

domingo, 20 de mayo de 2012

¿Quién es peronista?... De Alguna Manera...

¿Quién es peronista?...


Hay pocas cosas tan peronistas como discutir quién es peronista. La semana pasada se publicó aquí un cálculo aproximado sobre la incidencia electoral de los distritos cuyos jefes participaron en el lanzamiento de la agrupación Juan Domingo, concebida como réplica disciplinaria de La Cámpora, y la de aquellos que en compañía del vicegobernador Gabriel Mariotto fueron recibidos por Cristina en Olivos, sin participación de ningún integrante del gobierno provincial, pese al pedido de asistencia que formuló el jefe de gabinete, Alberto Pérez. 

Hoy se ajustan los datos, según las cifras oficiales de la Justicia electoral: en Los Toldos estuvieron los intendentes de partidos que sumados reúnen a 217 mil electores y en Olivos los que gobiernan sobre más de dos millones. Nueve a uno, una catástrofe para Scioli, quien esta semana avanzó un paso en su ilusión de establecer un eje con el secretario general de la CGT, cuando su hijo y diputado nacional, Facundo Moyano, dijo que adhería al proyecto del gobernador. Pero la experiencia histórica, desde Cipriano Reyes hasta Augusto Vandor y Saúl Ubaldini, muestra que es tan difícil transmutar la organización sindical en poder electoral como el plomo en oro. Para colmo, Hugo Moyano aspira al mismo cargo que Scioli, como dejó en claro desde el discurso en River. En el triángulo entre Scioli, Moyano y Cristina también juegan los intendentes.

La comparación entre municipios que privatizaron la recolección de residuos según un modelo anacrónico, oneroso y dañino para el ambiente, que se lleva hasta el 40 por ciento de sus presupuestos, y aquellos que la realizan con medios propios (como Berazategui, José C. Paz y Córdoba desde la gestión del primer intendente Mestre) no deja lugar a dudas: bajan los costos y el empleo municipal deja de ser un seguro contra la desocupación para transformarse en una fuerza productiva. Además, organismos nacionales como el INTI y el Conicet han avanzado en un prototipo de usina de reciclaje, de presupuesto moderado y capaz de convertir los residuos en energía.

Desde el gobierno de una provincia quebrada, que depende del endeudamiento y de las transferencias del gobierno nacional es inimaginable que el proyecto de Scioli pueda concretarse contrariando la voluntad presidencial, ya sea que Cristina aspire a ser reelecta o a señalar un sucesor que preserve las líneas centrales de su gestión reparadora de la destrucción neoliberal y de expansión de derechos. Que este Delfín no puede ser Scioli volvió a evidenciarse en la discusión sobre la reforma impositiva. El aporte del impuesto inmobiliario rural a los ingresos provinciales en la privilegiada zona núcleo de la pampa húmeda no pasa del 2 por ciento. Las alícuotas son bajas, la valuación fiscal sobre la que se calcula es ridícula en relación con el precio de mercado de las tierras, el último revalúo data de 1955 y el gravamen se aplica sobre cada partida y no sobre el propietario, con lo cual ignora los fenómenos de concentración y carece de toda progresividad.

Hasta ahora se delinearon tres posiciones, que volverán a cotejarse mañana: la del resucitado Grupo Ahhh... donde radicales, progresistas, libertadores y duhaldistas de todo pelaje volvieron a alinearse con las cámaras patronales agropecuarias como en 2008; la del gobierno nacional que se negó a cualquier conciliación con los activistas que detrás del presidente de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati, y del dirigente de los estibadores rurales Gerónimo Venegas, forzaron las puertas de la Legislatura; y la de Scioli, que impulsó la ley porque la necesita para pagar los sueldos y mantener la provincia en calma pero no se decide a ejercer las facultades que la ley impositiva ya le confirió para decretar el revalúo con su sola firma.

El aporte del inmobiliario rural a la provincia no pasaría de 300 millones de pesos al año, ya que la base de cálculo seguiría muy lejos del valor venal y además se incluyeron escalas que disminuirán la presión para los pequeños productores. En cambio sería unas siete veces mayor el incremento de recaudación por los impuestos sobre bienes personales. Es obvio que esto importa al Estado Federal, pero la provincia no puede de-sentenderse, ya que depende de las transfusiones que recibe de la Nación. Se verá si el campeón de Villa La Ñata atina a gambetear sobre esta estrecha baldosa.

Las costillas de Scioli

Partido
Padrón electoral
Saavedra
17.428
Colón
19.219
Trenque Lauquen
34.327
Benito Juárez
16.333
Guaminí
9.147
Capitán Sarmiento
11.105
Tres Lomas
6.110
Exaltación
21.062
Baradero
25.206
Lavalle
2.964
Roque Pérez
9.276
Salto
25.290
Pinamar
20.192
TOTAL
217.659
Fuente: Junta Electoral PBA.

Los visitantes de Olivos

Partido
Padrón electoral
General Rodríguez
55.027
General San Martín
318.462
José C. Paz
178.312
Navarro
12.707
Arrecifes
22.513
Avellaneda
277.271
Berazategui
223.347
Cañuelas
35.082
Lanús
376.987
Presidente Perón
49.253
Chacabuco
38.596
Chivilcoy
51.898
Pehuajó
31.541
Balcarce
36.401
Partido de la Costa
54.948
Bahía Blanca
231.485
Monte Hermoso
5.983
Azul
51.936
Tapalqué
7.578
TOTAL
2.059.327
Fuente: Junta Electoral PBA.

© Escrito por Horacio Verbitsky y publicado en el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 20 de Mayo de 2012.


Luz y sombra...


Scioli entre Cristina, Biolcati, Moyano y los Intendentes.

La resistencia oligárquica, trasfondo de la controversia entre Nación y Provincia. Un gobierno blando con los poderosos y cruel con los débiles. Una delegación oficial llevó documentos, salud y planes a las cárceles visitadas por Mariotto. Pero los prisioneros siguen siendo rehenes del mecanismo perverso de prebendas y castigos implantado por un Servicio Penitenciario que conduce al ministerio de Seguridad. La villa como cárcel sin muros, el dilema entre Estado Penal o Estado Social.

© Escrito por Horacio Verbitsky y publicado en el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 20 de Mayo de 2012.