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miércoles, 3 de enero de 2024

¿En qué te convirtieron Javier?... @dealgunamaneraok...

Golpe contra la Constitución, atropello a los trabajadores y estafa electoral… 


Javier Milei es, conforme con su declarado e inaceptable propósito, el Presidente con más poder en la historia argentina, no sólo porque cuenta con los sectores económicos más poderosos, tanto nacionales como internacionales, que fungen como grandes beneficiarios de todas sus políticas y principales aportantes de su campaña, sino porque –insólitamente– por primera vez en la Argentina gobiernan dos fórmulas presidenciales juntas, más un ex Presidente; ergo, tenemos tres Presidentes ejerciendo el alto cargo (Milei, Bullrich y Macri) y dos Vicepresidentes (Villarruel y Petri).  

© Escrito por Sergio Palazzo (*) el domingo 31/12/2023 y publicado por el Diario La Voz de la Ciudad de Paraná, Provincia de Entre Ríos, República Argentina. (Fuente primaria: El Cohete a la Luna)      

También hay que decir, con específica claridad, que ya no es sólo el gobierno de la autodenominada La Libertad Avanza, toda vez que se trata de un lamentable e inaceptable co-gobierno que Milei ejerce con el ala dura del PRO, agrupación que ha usurpado impúdicamente los lugares de decisión más importantes del gobierno, relegando por completo a los que fueron leales (con mérito o sin él), que creyeron en el actual Presidente y hoy deben limitarse –como decimos cotidianamente– a mirar el partido desde la tribuna.  

Esto recibe meridiana confirmación ni bien se analiza el decreto de necesidad y urgencia dictado el 20 de diciembre (a todas luces inconstitucional) y la “Ley Ómnibus” ingresada recientemente en la Cámara de Diputados, que patentizan de manera ostensible que el Presidente Milei intenta asumir, sin eufemismos, la suma del Poder Público, avasalla la Constitución Nacional, usurpa, anula y desconoce funciones primigenias del Congreso de la Nación y atenta desfachatadamente contra el patrimonio nacional, afectando la propiedad y los derechos de la mayoría del pueblo argentino. 

Como grosera contrapartida y haciendo gala de una total desmesura y aversión a la sociedad argentina, se dedica a imponer un brutal ajuste contra los ingresos de las familias argentinas en indisimulado favor a los grandes formadores de precios y acreedores externos como el FMI.  

Lo hace desde una mega devaluación que licúa salarios, jubilaciones, ahorro e ingresos, declara diversas emergencias de dudosa o inexistente necesidad y urgencia pero no declara la emergencia alimentaria para garantizarle al menos la comida a todas y todos los argentinos.   

Siempre se pensó y se sostuvo que los gobernantes, especialmente los elegidos conforme al sistema democrático, existían para defender a sus pueblos, aliviar sus padecimientos y trabajar para su bienestar; el presente autocrático de Milei, sus desplantes cesaristas y su soberbia mesiánica, que echa mano a entelequias tales como “las fuerzas del cielo”, señalan delirantemente a quien se siente y se cree superior a sus conciudadanos hasta el punto de convertirse en enemigo del pueblo que lo ungió a la primera magistratura de la República. Porque el ser primer mandatario no significa, bajo ningún aspecto, excusa o consideración, ser el primer mandamás. Es preciso hablar con propiedad y no limitarse a creer, rayando ya en la obscenidad política, que circunstanciales mayorías electorales consienten la instauración del poder absoluto y la destrucción de vectores y valores comunitarios que son legítimo patrimonio de ese pueblo que la altanería a ultranza ilusoriamente pretende ignorar.  

Tan así es que de manera inverecunda plantea alegremente la privatización de las empresas del Estado, disponiendo del patrimonio nacional por decreto, so pretexto de la ineficiencia y déficit de las mismas, para lo cual falsea manifiestamente la verdad, en el peor de los casos y, siendo generosos, atribuyéndolo a una supina ignorancia o, con derecho a la duda (casi certeza), haciéndolo desde su malicia y necesaria justificación de hechos para favorecer a sus amigos, que serán los futuros adquirentes. 

En el caso del Banco de la Nación Argentina, por ejemplo, la calificadora de riesgos Fix SCR, perteneciente al grupo Fitch, otorgó a dicha señera institución la máxima calificación, reconociendo su solvencia, relaciones técnicas y eficiencia, además del hecho cierto de haber generado fuertes ganancias en dólares; esto es: que cualquier intento de privatización está encaminado solapadamente a favorecer a algún aportante de campaña o a algún “hermano de la vida”, o a premiar alguna singular o muy particular relación con el beneficiado, tal como viene sucediendo con todas las medidas que toma el señor Milei en uso de una Presidencia que a todas luces aparece enfrentada con el pueblo argentino y sus legítimos e irrenunciables derechos.  

Tanto el decreto como el proyecto de ley que envió al Congreso Nacional podría decirse que son a la carta o a pedido de los supuestos aportantes de su campaña, puesto que no hay una sola medida que le mejore la vida a la clase trabajadora con empleo o sin empleo; son lisa y llanamente un plan de negocios. Donde hay un artículo, hay un negocio.  

Con respecto al tema de la reforma laboral, se trata, por donde se la mire, de un retroceso inaceptable para los trabajadores; modifica la Ley de Contrato de Trabajo a gusto y piacere del sector empresario, formula un decálogo de quita de derechos jamás visto, en particular destroza el artículo 14 bis de la Constitución, modifica la Ley de Asociaciones Profesionales en detrimento de la representación de los trabajadores y despedaza el sistema solidario de salud para favorecer a las empresas de medicina prepaga. Asimismo, en otro desconsiderado golpe, deroga la fórmula de actualización de las jubilaciones, siendo que la misma pasaría a depender del arbitrio de su lapicera para recibir un incremento en los haberes jubilatorios, asaltando además de manera aviesa e imperdonable el Fondo de Garantía y Sustentabilidad del Sistema Provisional, rapiñando esos fondos –que son de los jubilados– al Tesoro Nacional, vaya uno a saber con qué objetivos.  

Los regímenes que el gobierno estigmatiza nacieron y crearon una realidad laboral normada regularmente por los legisladores como representantes del pueblo, tal como lo determina la Constitución y la división republicana de poderes, habiendo funcionado de manera absolutamente compatible con la producción y posibilitando la paz social y el crecimiento económico del país.  

Es dramáticamente claro, entonces, que estamos ante un burdo y gigantesco atropello no sólo a los principios liminares del derecho del trabajo, sino –como ya adelantáramos– a la Constitución, a la democracia y a la república. Mientras, se vulnera groseramente el artículo 29 de nuestra Carta Magna que fulmina con la nulidad insanable los actos por los cuales la vida, el honor y las fortunas de los argentinos queden a merced de gobiernos o persona alguna. Y aquí englobo, porque así corresponde, el protocolo de Patricia Bullrich, sucedáneo del estado de sitio y elaborado con el claro objetivo de impedir la libre difusión de la protesta ciudadana.   

Podría escribir ríos de tinta desgranando artículo por artículo de este calamitoso decreto o de la no menos perniciosa “Ley Ómnibus”, pero para eso existen sobrados informes de personas muy idóneas en cada materia, lo cual me lleva a considerar que, más allá de enumerar los violentos abusos e inconsistencias, únicamente me resta expresar que no es el camino legítimo, ni aceptable, apretar a gobernadores para que voten la derogación de la ley que nos permitió a los trabajadores no pagar ese injusto impuesto al salario, mal llamado impuesto a las ganancias, gravamen cuya derogación –para colmo– votó siendo diputado en los tiempos en que se publicitaba fementidamente un paladín anti-impuestos. No, señor Milei, no es así como usted debe gobernar, ya que la legitimidad primigenia de los votos no autoriza la traición ni la retaliación a los pueblos.    

Hay que estar muy atentos a lo que resuelva la Justicia con respecto al DNU, ya que el mismo subvierte el orden jurídico de la Argentina. Si el Poder Judicial da por correcto el DNU, cada cuatro años habrá un cambio del orden jurídico. Incluso se podrá avanzar en una reforma del propio sistema judicial por la vía de un decreto de necesidad y urgencia y el Poder Judicial habrá perdido legitimidad y autoridad moral y legal para oponerse a tanta aberración.    

Señor Presidente: retome y cumpla con su promesa de que el ajuste no lo iba a pagar el pueblo ya que, de lo contrario, pasará a la Historia –aunque a usted hoy no le preocupe– como la triste caricatura de un mentiroso y un cínico, o algo peor, que estafó electoralmente a la sociedad.   

A esta altura podríamos parafrasear a Macri preguntándole a usted: ¿En qué te convirtieron, Javier? En verdad, es el león de dientes afilados con los más débiles y el gatito mimoso del poder, como tan correctamente lo describió Myriam Bregman en el debate presidencial.  

Está a tiempo señor Presidente, retire el DNU y envíe leyes al Congreso que no lo entronicen como un monarca y no sigan perjudicando al pueblo argentino. Recuerde que los monarcas iniciaron su paulatina inexistencia a partir de 1789 y hoy son un resabio indigerible de la Historia, repudiados y suprimidos por el pensamiento, el avance cultural y político, que los relegó a ser tan sólo el polo nostálgico de los reaccionarios.  

Una última reflexión que viene a medida de lo expuesto. Resuenan en mi memoria las veces en que el titiritero mayor de su gobierno, el monje negro en la sombras, el que perdió estrepitosamente las últimas elecciones, léase el señor Mauricio Macri, blanqueó (entre otras cosas) su anhelo de retrotraer a la Argentina a los tiempos del Centenario (1910) obviando, para que la infamia no fuera tan descarnada, que la supuesta “celebración” de la efemérides fue con estado de sitio, persiguiendo y masacrando trabajadores en huelga que luchaban por los derechos que opresivamente les eran negados y a los que se consideraba, en su mayoría e igual que hoy por este gobierno, como elementos extranjeros, indeseables y carentes de la vergonzosa caracterización de los gárrulos ministeriales de ser “personas de bien”. 

Por el contrario, ejerza usted noblemente y con altura moral, personal y cívica, la alta distinción que la ha sido conferida subrayando con hechos palpables lo que prometió; entre otros ítems, que el ajuste no lo pagaría el pueblo y que dedicaría sus esfuerzos a beneficiarlo y no a castigarlo, como viene sucediendo en el presente. De lo contrario y penosamente, quedará inscripto en la Historia como un farsante, cínico y mentiroso y solo será recordado por sus diatribas insolentes y sus arranques hilarantes que únicamente germinaron y dieron, están dando, los inadmisibles frutos del odio y la violencia.  

Finalmente, resulta interesante hacer hincapié en una frase de la Canción Panic Show de La Renga, esa de la que el Presidente intentó apropiarse durante su campaña electoral. En un tramo dice: “Por favor no huyan de mí, yo soy el rey de un mundo perdido, soy el rey y te destrozaré, todos los cómplices son de mi apetito”. Dejando de lado la premonitoria y descriptiva canción de La Renga y la rescatable postura de la banda en cuanto a no permitir que se usara su canción para la campaña de Milei, debemos admitir que en algún sentido éste fue dando señales de sus verdaderas y ocultas intenciones durante la campaña electoral (y antes también), las cuales algunas no fueron percibidas por el común de la gente y otras tantas no fueron tenidas en cuenta bajo el falso lema de “no va a poder hacer todo lo que dice” o “está sólo, no tiene los votos en el Congreso”, etc.   


Pues bien, lamentablemente las advertencias realizadas oportunamente no fueron tenidas en cuenta y fueron atribuidas por un sector de los medios de comunicación –quienes ayudaron en la creación del candidato– a una campaña del miedo. Hoy más que nunca se requiere de la unión, el compromiso, la militancia y la concientización de la sociedad toda para que la intentona radicalizada del Presidente no se lleve puesta los destinos y los recursos de la Patria.  

Por ello es necesario hacer un llamamiento a toda la dirigencia de nuestro país para que esté a la altura de las circunstancias. El futuro del país depende, entre otras cosas, del firme compromiso, sea cual fuere nuestra filiación partidaria, para anteponer los intereses del conjunto de la sociedad al avance de un gobierno con sesgos tiránicos, más cercanos a un rey poderoso (como el de la canción de La Renga) que a un Presidente de la Nación legítimamente elegido por el voto popular. Lo afirmo convencido de que la sociedad nos puso en el Congreso para defender al país y a la democracia de los ataques perpetrados hacia ellos.   

Que el gobierno no crea que el 56% de los votos que obtuvo en el ballotage le da carta libre para hacer lo que se le dé la gana con el país, porque no todos sus votantes lo eligieron para eso. No fue elegido para que el feroz ajuste que viene realizando (y el que aún resta por venir) recaiga sobre los más necesitados, la clase media, los jubilados y los trabajadores. Milei llegó al poder prometiendo que el ajuste lo iba a hacer la casta, pero lo que no nos dijo fue que la casta éramos todos. 

El país que pretende imponer por decreto (o a como dé lugar) el Presidente Milei es un país donde el 10% sea rico y el otro 90% sea pobre. Un país donde los trabajadores no tengamos derechos y si los mismos se ven atacados no tengamos la posibilidad de reclamar, imponiendo protocolos y reglas muy cercanas a un estado de sitio. Pretenden gobernar un país que odian, cancelando la democracia que tanto tiempo nos llevó conseguir y que no estamos dispuesto a negociar.   

Proyectan un país donde el Estado desaparezca de escena y un grupo de empresarios codiciosos se queden con todo. Si finalmente logran imponer lo que pretenden (por DNU o por leyes) será el final del país en el cual crecimos y vivimos, un país donde la Justicia Social, la Independencia Económica y la Soberanía Política sean reemplazada por la meritocracia estéril de un solo sector de la sociedad, donde los recursos naturales y la soberanía sean entregadas al mejor postor. La Argentina que nos proponen es una Argentina para unos pocos; una Argentina donde cambien el sol de nuestra bandera por las estrellas del país del norte.   

Asimismo resulta imperioso distinguir, entre toda la maraña de leyes, regulaciones y DNU, las cosas que realmente importan de aquellas que posiblemente hayan sido instaladas como señuelos para correr el foco de atención y ponernos a discutir la cosmética de lo importante.   

Se pretende dar vuelta al país como un guante. Llevarnos, como antes dije, a las épocas del centenario donde los derechos no existían y quienes los reclamaban eran reprimidos a sablazos por los policías montados a caballo que el pueblo llamaba “los cosacos”. Nuestros abuelos y abuelas saben muy bien de qué estoy hablando. Y a nadir puede escapársele que estamos transitando un golpe blando, cuya consumación se traducirá en la abrogación de todos los derechos y del que sólo sobrevivirán obligaciones.   

En suma, pues, del conjunto de la sociedad, de los dirigentes sindicales, políticos y de la justicia, depende la defensa a ultranza de la verdadera libertad y no la libertad (que no es tal) que vociferan desde el gobierno, del primero al último de sus integrantes y de sus corifeos antisociales y apátridas.   

El decreto debe ser declarado nulo antes de que tenga consecuencias irreversibles para la Patria argentina y su pueblo, y la “Ley Ómnibus” debe ser analizada bajo la estricta lupa parlamentaria, conforme los márgenes hasta aquí detallados.     

(*) El autor es secretario general de la Asociación Bancaria y diputado nacional por el Frente de Todos.


   

domingo, 16 de octubre de 2016

Iglesia, gobierno y CGT… @dealgunamanera...

Iglesia, gobierno y CGT…


El Papa y Macri quedaron más satisfechos que los gremialistas. El paro general sigue en estado latente.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 16/10/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El Gobierno logró esta semana una victoria política importante al congelar el paro con que la Confederación General del Trabajo lo había amenazado en su reunión del 23 de septiembre pasado. Esto produjo heridas al interior de las estructuras gremiales.

No hay riesgo de fractura: la CGT no se va a partir, aunque tampoco habrá síntesis total en una conducción que, por falta de consenso sobre una figura común, terminó siendo tripartita. Ese es el pensamiento que reina en la central obrera –en todas sus vertientes–, en la que coinciden además las otras figuras del espectro sindical, como la CTA.

Para el ala más dura, representada entre otros por Pablo Moyano y Sergio Palazzo, de diálogo fluido con la Central de Trabajadores Argentinos, fue un error haber dejado librados al manejo de los privados algunos aspectos importantes de interés para los trabajadores. El otro punto que causó malestar entre los arriba citados fue que los triunviros salieron a festejar la postergación de un paro soslayando el resto de las voces que no son afines a la Rosada.

Esto encierra un problema que podría desencadenarse en el muy corto plazo: el mes de diciembre. “El Gobierno cantó victoria antes de tiempo, la democracia no se construye con el ‘sí, Presidente’”, remarcan desde el seno del ala más dura.

Todo esto decantará en una reunión que tendrá lugar el próximo martes a la tarde entre Pablo Moyano, Sergio Palazzo, Hugo Yasky y Pablo Micheli. Allí se decidirá la realización de una medida de fuerza que podría terminar en un paro más cerca de fin de año. Lo que se acordó es insuficiente y no desactiva las protestas de cara a diciembre, poniendo en riesgo un fin de año que podría terminar agitado. En esto coinciden, además, integrantes de Barrios de Pie y de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP).

Del otro lado, el Coloquio de IDEA ofreció una versión casi festiva de la realidad argentina. Es cierto que ha habido avances de forma y de fondo en el diálogo con los empresarios. Pero también es verdad que habrá que esperar al menos hasta “el primer trimestre de 2017 para que se activen algunas de las inversiones prometidas, y hasta el segundo semestre para que el efecto derrame llegue a la población y se sienta la mejoría. Esto, claro está, si no se producen sobresaltos”, aclara un empresario del interior cercano a la Unión Industrial Argentina.

En este marco, la fiesta que se vivió hasta altas horas de la noche del jueves en los pisos superiores del Sheraton con Natalia Oreiro como invitada interpretando temas de Gilda pareció un grotesco. Los números del Indec hablan de la monumental tarea que el presente y el futuro deparan al poder político y al poder económico, si es que el objetivo de combatir la pobreza se va a encarar con seriedad.

Rol eclesiástico. Hay que señalar un actor muy importante en todo este proceso: la Iglesia. Entre los diversos temas que forman parte de la agenda del episcopado argentino está su contribución concreta al sostenimiento de la paz social y de la gobernabilidad. Así como estos asuntos fueron una prioridad durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, también lo son ahora. Ningún obispo quiere que se repita la traumática experiencia de un gobierno democrático eyectado por la ventana. Y en esto, mucho tiene que ver el Papa. Cuando el paso del tiempo deje lugar a la historia, se terminará de conocer la trastienda de las reuniones de Francisco con CFK, lo que permitirá tener la verdadera dimensión de la preocupación del santo padre por los avatares políticos y emocionales que enmarcaron las conductas y las decisiones de la ex presidenta.

El balance del encuentro de Mauricio Macri con el sumo pontífice produjo, en estas primeras horas, un estado de euforia entre los integrantes del Gobierno. Es verdad, el Presidente se llevó lo que vino a buscar: un clima de familiaridad y respeto que lanzó al olvido aquel tenso primer encuentro del 26 de febrero pasado. 

Como ocurre en estos casos, son los gestos y los detalles los que definen su real significado político. Buena parte del fiasco que se llevó el jefe de Estado en la reunión antes citada tuvo que ver con no haber prestado debida atención a esos aspectos. Veamos, pues, algunos de los detalles anecdóticos del encuentro que confirman el buen clima reinante a lo largo de los casi sesenta minutos que duró. Para los observadores que estuvieron allí y que conocen los códigos del Vaticano, lo más destacado fue la frase pronunciada por Macri en la conferencia de prensa, en la que dijo: “Vengo a consultar a Francisco porque para mí es un líder moral”.

Por parte de la Santa Sede hubo muchísimo esmero en asegurar el carácter privado de la reunión. Es que el Papa quería que fuera un encuentro en total tranquilidad. De ahí que ningún periodista de la Santa Sede se haya podido acreditar. No entró nadie.

“Es el comienzo de una nueva relación, sin intermediarios”, dijo alguien de diálogo directo con Francisco.

Otro dato de “color” significativo fue el regalo que, entre otras cosas, Macri le llevó al sumo pontífice: un resumen del Plan Belgrano con el detalle de lo que podría ser el resurgimiento del ferrocarril en la Argentina. Trascendió que Bergoglio estaba feliz, ya que se conocía todos los pueblos que el Presidente le mencionaba. “Parecían dos ingenieros”,  cuenta la citada fuente.

A Macri se lo vio tranquilo y bien dispuesto. El Papa quedó contento. Fue una conversación que sobrevoló los temas más calientes de la difícil realidad argentina –la pobreza, el narcotráfico, la corrupción, la inseguridad– en un clima de serenidad y concordia.

La foto oficial, en la que están Francisco, Macri, Juliana Awada, Antonia–la hija de ambos–, Agustina, la hija del primer matrimonio del Presidente, y Valentina –hija del primer matrimonio de Awada–, conlleva también un mensaje de reconocimiento hacia las familias ensambladas, tema de intensa discusión en el sínodo de familia que el año pasado se celebró en Roma.

Macri vuelve a la Argentina eufórico por los buenos resultados de una reunión clave para disipar los nubarrones que enturbiaron su relación con el Papa. Regresa también con un compromiso sobre sus espaldas: cumplir con sus promesas de campaña. Ese es su gran desafío.

Producción periodística: Santiago Serra.


lunes, 26 de septiembre de 2016

A fuego lento… @dealgunamanera...

A fuego lento…

Allá vamos. Mauricio Macri. Dibujo: Pablo Temes.

La posible huelga se cocina casi al mismo ritmo que la reactivación.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 25/09/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La semana terminó con una novedad previsible: la amenaza de paro general anunciada por la Confederación General del Trabajo. Esta amenaza seguirá latente por al menos una semana más. En la reunión del conjunto de gremios de la CGT ocurrió lo que ya se preveía: se dio a conocer la medida de fuerza y, a la vez, se dejó abierta la negociación con el Gobierno con la posibilidad de huelga como elemento de presión. 

El abanico de temas en discusión tiene algunos pilares centrales: liberar del pago de Ganancias el medio aguinaldo o, en su defecto, pactar un bono de fin de año para compensar la inflación; participar en el proyecto oficial para reformar el impuesto a las ganancias, y trabajar en una reforma de las ART para la mejoría en la prevención y cobertura de accidentes laborales. Por su parte, la CTA, que ha venido realizando demostraciones de fuerza en las últimas convocatorias, mantiene el diálogo con los cegetistas y pide por la incorporación a esta lista de demandas un aumento de emergencia para los jubilados y la reapertura de paritarias (ítem en el que coinciden los gremios de la CGT más combativos).

A pesar de la presión que vienen sufriendo por parte de la mayoría de los gremios que lideran, el triunvirato conducido por Juan Carlos SchmidCarlos Acuña y Héctor Daer no está convencido de romper el diálogo con el Gobierno. El ala más dura está representada por Pablo Moyano de camioneros, Sergio Palazzo de bancarios y los gremios docentes. Fuentes cercanas a estos últimos, que tienen diálogo fluido con la CTA, señalan que “la pelota está del lado de Macri; si no hay señales contundentes de una corrección en el rumbo, el paro se va a hacer. Será en los primeros días de la segunda quincena de octubre”.

La normalización de las estadísticas le jugó al Gobierno una mala pasada. Luego de tres años, el Indec volvió a publicar el valor de la canasta básica. Según esos índices, una familia tipo necesitó $ 5.175 por mes para cubrir alimentos y no caer en la indigencia. Si se incluye lo mínimo indispensable para comprar vestimenta y hacer frente a los gastos del transporte, la educación y la salud, la cifra asciende a $ 12.500. Este último es el número en el que se basan las centrales obreras para sostener sus reclamos. Según coinciden tanto en la CGT como en la CTA, si se toman en cuenta el trabajo formal e informal o precarizado, el 60% gana menos de los $ 12 mil necesarios para llevar adelante una vida con visos de dignidad.

La semana que viene podría producirse un encuentro entre ambas agrupaciones de trabajadores para unificar posturas. ¿Cuál es el principal problema para que esto se concrete? En la CGT no terminan de digerir la figura de Hugo Yasky por su cercanía con lo más rancio del Frente para la Victoria. “La semana pasada estuvo con Cristina haciendo alarde, como si esto fuera una virtud. No queremos volver al pasado, la gente no nos perdonaría un vínculo de ese calibre. Que Micheli (por Pablo) se las arregle para venir solo”, marcaron la cancha varios líderes sindicales. En la CGT no quieren saber nada con el kirchnerismo, al menos en una situación en la que se define la primera medida de fuerza bajo la nueva conducción.

Guiño. En el Gobierno tomaron como una invitación al diálogo la dilación en definir los pormenores del paro. La reunión que el próximo jueves tendrán los triunviratos de la CGT con los ministros de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, y de Trabajo, Jorge Triaca, será crucial. “Podemos comunicar la intención y los avances en el proyecto para bajar Ganancias, pero no podemos asegurar lo que no tenemos. Si quieren hacer un paro general deberán lidiar con los costos de una medida dura e impopular”, sostienen desde el Gobierno. Respecto de la presencia en la reunión de Mauricio Macri, en Cambiemos sostienen que “si bien la idea es no exponer al Presidente, sabemos que es la carta fuerte. Esperaremos hasta último momento para ver cómo evoluciona el tema en la semana”.

Está claro que la evolución de la economía complica al Gobierno. “El Estado no tiene que quedarse con el fruto de tu trabajo. En mi gobierno, los trabajadores no van a pagar impuesto a las ganancias”, decía Macri en uno de los spots propagandísticos durante la campaña electoral. El proyecto del Presupuesto que se está discutiendo en el Congreso demuestra que la promesa habrá de quedar incumplida. Lo mismo sucederá con el campo respecto del compromiso de reducir las retenciones a las exportaciones de la soja a un ritmo de 5% anual.

Hay datos indiciarios de recuperación en sectores clave: los despachos de bolsas de cemento han comenzado a aumentar, y lo mismo está ocurriendo con la chapa. De todos modos, esa recuperación es aún muy lenta y no alcanza para compensar los efectos negativos de la catastrófica caída que la actividad económica experimentó durante el primer semestre del año.

Más allá de los elogios que recibió de parte del presidente Barack Obama y de los representantes de la comunidad internacional de negocios, el paso de Macri por Nueva York le permitió palpar una realidad indiscutible: la concreción de las promesas de futuras inversiones marcha lenta. La incógnita fundamental que expusieron los hombres de negocios que asistieron a las presentaciones del Presidente estuvieron referidas a la perdurabilidad de los cambios producidos por su gobierno. De ahí que el resultado de la elección legislativa del año que viene sea vital para la toma de decisiones de muchos de ellos.

Donde las cosas no le salieron nada bien al Presidente fue en el asunto Malvinas. Macri dio un garrafal paso en falso con su desafortunada e inexacta declaración acerca de una aceptación de conversar sobre el tema por parte de la flamante primera ministra británica Theresa May. El jefe de Estado cometió el mismo error de todos su predecesores al no comprender la necesidad de encarar el tema bajo la concepción de asunto de Estado, lo que exige acuerdos con todas las fuerzas políticas. En la compleja trama de idas y vueltas de las que se nutre la disputa por las Malvinas entre nuestro país y Gran Bretaña, el nuevo volantazo de la política exterior argentina, implementada sin esos consensos, no puede augurar otra cosa que un resultado cantado: el fracaso.

Producción periodística: Santiago Serra.