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martes, 9 de febrero de 2016

Hablando mal y pronto… @dealgunamanera...

Hablando mal y pronto…

Darío Lopérfido. Foto: Cedoc

La reacción de la comunidad literaria y artística no se hizo esperar. Las declaraciones de Darío Lopérfido no dejan opción. Cualquiera que se sienta con algo de sensibilidad está más o menos compelido a pedir la renuncia de Lopérfido, quien acusa a los firmantes de la solicitada de ser “comisarios políticos del kirchnerismo”.

© Escrito por Rafael Spregelburd el sábado 06/02/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Los firmantes son, digamos, casi todos. Casi todos los que se dedican al pensamiento o a la cultura. Es difícil sostener lo que él pretende. Además, es claro que si se intentara juntar firmas a favor dentro del medio que Lopérfido pretende administrar, el resultado sería flaco y vergonzoso. No recuerdo ningún acuerdo tan masivo de artistas e intelectuales contra un ministro que debería representarnos aquí y hacia afuera.

La acumulación de cargos incompatibles hace pensar en alguien con una sed de algo sin nombre: no dejó el Festival de Teatro cuando agarró el Colón, ni ninguna de estas dos cosas cuando se lo nombró ministro de Cultura. No es lo que Cambiemos vendía como pluralidad en su campaña. Pero no es fácil encontrar en sus filas gente idónea para la cultura. O la sensibilidad. ¿Por qué nadie de ellos milita en Cambiemos?

El debate que Lopérfido impulsa diciendo que no hubo 30 mil desaparecidos es una cortina de humo. Bien sabe que la cifra es ardua cuando son los genocidas los que la ocultan. El diálogo oral es tramposo y Lopérfido se expresa mal: “Si algún error cometió la dictadura militar, enorme, fue no hacer un proceso legal y hacerlos desaparecer”. Son meros deslices de sus ganas de hacer lío y de su antiperonismo confeso, pero obnubilante.

Una frase que empieza con “si algún error cometió” revela una tácita defensa de los genocidas y se usa cuando se piensa en realidad: “Los militares fueron muy prolijos, pero si algún error cometieron fue éste”.

Yo no tengo ganas de pensar que Lopérfido pueda pensar eso. Pero caramba, pertenece a un gobierno de derecha que demuestra con actos contundentes lo que él apenas manifiesta con torpes lapsus.

Funcionó. La desviación del tema de fondo sirvió para tapar la brutal represión “por error” en la murga del Bajo Flores. Las grabaciones con celulares son contundentes, pero Bullrich elige fotografiarse con los gendarmes “atacados” y los medios esconden las fotos de niños heridos que hemos visto todos en Facebook. Ellos toman partido por el represor.

Como Vidal, que canceló la Dirección Provincial de Políticas Reparatorias, la que relevó 53 cementerios buscando información de entierros clandestinos, obtuvo 2.066 muestras de sangre de familiares de desaparecidos, querelló en más de 18 juicios de lesa humanidad, etc. Ya no se hará más este trabajo. Esto es gravísimo. Lopérfido lo sabe. Y un ministro de Cultura, que debería estar de este lado y denunciar este vacío, insulta nuestra inteligencia con un debate lo suficientemente escandaloso como para llenar de humo el ambiente.


miércoles, 28 de diciembre de 2011

McDonald’s y la Retórica del choreo... De Alguna Manera...

Retórica del choreo…


El cartel del McDonald’s en el Once reza (sic): “Debido a las últimas oleadas de delincuencia que hemos sufrido en nuestros establecimientos Arcos Dorados SA se ha determinado que los clientes peruanos, paraguayos y los residentes de villas de emergencia se les cobrará un recargo de $ 5 en todas sus compras con la finalidad de constituir un fondo de caución contra la inseguridad”.

Que el cartel sea falso poco importa; existe como argumento, como mitito urbano, y una foto trucada lo ha propagado en Facebook. Si esto no es verdad, es literatura. ¿O no es tal cosa eso de decir “oleadas de delincuencia”?

Una amiga que tiene un pequeño restó en Palermo (ahí se llaman así) me dice que las señoras cool le roban desde el teléfono hasta los percheros y velitas de los baños, y en cambio ella no armó ningún fondo de caución. Pero tal vez mi amiga se funda mientras McDonald’s progresa.

El argumento xenófobo liga dos países a una condición urbana (residentes de villas de emergencia), y al abrochar lo uno con lo otro genera una metáfora remanida pero exquisita. Imagino que al peruano, al paraguayo, se los reconocerá mediante el pasaporte y se les pedirá esos $ 5. Pero al residente de emergencia, ¿cómo se lo identificará? Esa es la parte más ambigua de este poema clásico sin versos. También es simpático pensar que la solución al choreo consiste en cobrar un poco más al potencial chorro antes del acto ineludible. ¿No será la manera plástica y sencilla de empezar a cobrar propina en el McDonald’s?

Cartel falso. Acto literario verdadero. La mezcla es apenas para hacer hablar a los marmotas como yo, que me preocupo cuando los carteles confunden un objeto indirecto con uno directo (leer de vuelta). Felicito a los bromistas que han querido dotar a Arcos Dorados de un habla propia de una clase que apenas sabe expresar por escrito su indignada proclama de orden, raza, seguridad.

En cuanto a la Navidad, que cada uno la consuma según su palermitano, boliviano o indigente bolsillo: es otra ficción antiquísima orientada hacia el bendito consumo, otro fondo de caución capitalista frente al potencial atraco que todos podríamos perpetrar: dejar de consumir como salames.

© Escrito por Rafael Spregelburd y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el viernes 23 de Diciembre de 2011.