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sábado, 9 de febrero de 2019

Alejandro Dolina. Al final "Todos Roban"... @dealgunamanera...

Al final "Todos Roban"...



© Escrito por Alejandro Dolina (para "Facebook" del 06-02-17)

"El cepo al dólar o el pasado del Papa; La justicia, la verdad, el suicidio de Nisman y menos que menos los bomberos muertos de Iron Mountain, no le importan. El pibe que mataron en un robo o la heladera que compró y vino fallada, tampoco. Mintió. No le importaba ni la corrupción, ni los pobres, ni el de al lado, y menos los que manda a agarrar la pala desde Internet. El tema era culpar al peronismo de todo lo malo. Nada más. A él solo le importó una cosa: que el gobierno NO sea peronista. Para él: los Kirchner, Evita, Dolina, Corach, Leonardo Favio, el Papa Francisco, Rodríguez Saa, Rodolfo Walsh, Cafiero, Cámpora y el que silba la marcha de Hugo del Carril cuando limpia los vidrios, fueron, son y serán, todos iguales, son todos enemigos que pertenecen a ese movimiento maldito.

Si estando en el gobierno privatizan o estatizan, a él, le da lo mismo, siempre es malo, porque la acción no le interesa, sino la identificación de alguien como peronista; y si van al norte o al sur, está mal ambas cosas, solo porque son peronistas.

Como no puede admitir que vota y opina según una "camiseta", siempre “en contra de ellos” y que en realidad, las ideas, las obras, las acciones no le importan, se viste para la ocasión. Si se tiene que vestir de socialista indignado; de comunista que tiene auto importado con calcomanía del Che Guevara; de humanista porque postea si ve un perrito perdido; de radical especializado en Illia porque murió pobre; de Isaac Rojas subido a un avión bombardero; de estadounidense o francés porque son países serios; de ciudadano derecho que pide golpe de Estado o de republicano racional que entiende que la economía está por encima de la gente, él se cambia sin vergüenza alguna. El fin justifica los trajes: el gobierno no tiene que ser peronista. Punto.

El centro cultural más grande de la historia, el polo científico, los trenes, la nacionalización de YPF, el matrimonio igualitario, los satélites argentinos, el Hospital El Cruce, Tecnópolis, el billete con las islas Malvinas, el plan Qunitas, el Pro.cre.ar, hubieran sido obras de un gobierno no peronista, a él mucho no le hubiera importado, salvo que lo beneficien en algo, pero sí afirmaría que son aciertos irrefutables. Pero como son acciones de gestiones peronistas, entonces: son curros, no son los modales adecuados, lo importante no es la obra sino el nombre o fueron gastos que no corresponde a este tiempo.

Lo que sí le importa es repetir que su fortuna personal no depende del estado del país, mucho menos cuando hay gobiernos peronistas, y que su familia y él, son, los poquísimos trabajadores serios y honrados, que habitan “éste país” que anda mal porque salvo él y unos pocos, el resto son todos vagos peronistas y ladrones.

Cuando todo estalla y ya no se puede disimular que no se construyó nada en función del pueblo, no será consecuencia de que los que venían a salvar al país son inoperantes, deshonestos, cipayos y mucho menos dirá “que mal voté es que siempre voto lo que sea para no votar un peronista” En ese momento soltará una de sus frases escudo: “es que, al final, son todos iguales, todos roban”. De esa manera, no hay análisis ni cálculos, todos son corruptos.

El gobierno que pone derechos del trabajador en la Constitución, les otorga pensión a las amas de casa, promueve el aguinaldo, y/o subsidia el transporte, la luz y el gas a los que menos ganan, será, según él, igualito al que se quedó con los ahorros que tenía la clase media en los bancos y no construyó ni un hospital porque igual, al final “todos roban."

Alejandro Dolina



miércoles, 31 de octubre de 2012

La popularidad de Cristina... De Alguna Manera...


¿Por qué la popularidad de Cristina está intacta…?


A un año de asumir, y más allá de las controversias instaladas en los medios opositores, de octubre 2011 a 2012 la jefa de Gobierno siguió poseyendo la mejor imagen nacional (ver gráfico), por razones elementales: desde que asumió, en diciembre de 2007, Cristina Kirchner tomó una serie de medidas de gestión, económicas y políticas que profundizaron el rumbo de la política y la economía y que hoy merecen una evaluación comunitaria mayoritariamente positiva.

* La Resolución 125: “Mi voto es no positivo. Mi voto es en contra”. Con esas palabras, el entonces vicepresidente Julio Cobos intentó desactivar en favor de los productores un conflicto que mantuvo en vilo al campo y al Gobierno por el proyecto oficial de retenciones móviles, que generó cortes de rutas, cacerolazos y manifestaciones, a favor y en contra de la medida, en distintos puntos del país. En marzo de 2008, el entonces ministro de Economía, Martín Lousteau, anunció la implementación del esquema de retenciones móviles, elaborado con técnica muy pobre, que una vez renunciado criticó como si no hubiera sido responsable de la medida.

* La reestatización de Aerolíneas Argentinas: en julio de 2008, Cristina anunció la reestatización de Aerolíneas Argentinas y Austral luego de haber acordado con el grupo español Marsans, ex controlante de ambas compañías, el traspaso del 100% de las acciones. Además, envió el proyecto con el acuerdo al Congreso, donde luego sería aprobado por ambas cámaras. Durante el acto, la mandataria les mandó un mensaje a los gremios: “Que el usuario no se vea afectado por conflictividades ajenas. Pagó un pasaje y quiere un buen servicio. No llegaremos a buen puerto si no contamos esencialmente con la participación activa de todo el personal, los pilotos, los técnicos, las azafatas”. En ese momento, el oficialismo se hizo cargo de una empresa que perdía treinta millones de dólares por mes y tenía un pasivo de 890 millones de dólares, esto es, vaciada por sus dueños anteriores.

* La asignación universal por hijo y su ampliación a embarazadas: alcanza a 1,8 millones de familias o 3,7 millones de menores de 18 años, resultando la más importante política social desde la recuperación democrática; retrotrajo la pobreza y la indigencia a los niveles previos al año 1980.

* La eliminación de las AFJP: en noviembre de 2008, el kirchnerismo logró la sanción abrumadoramente mayoritaria en el Congreso de la reforma del sistema previsional argentino. La ley, impulsada por el Poder Ejecutivo, implicó la desaparición de la jubilación privada y las AFJP y la transferencia de 74 mil millones de pesos a manos del Gobierno. “Yo les pregunto a los que quieren seguir con el sistema de las AFJP: ¿a qué caja defienden o a qué caja quieren representar?”, enfatizó la Presidenta al anunciar la reforma.

* Fútbol para Todos: en agosto de 2009, luego de la ruptura del contrato de la AFA con la empresa TSC, el Estado intervino en la televisación de los partidos de la Primera División a través de una sociedad con la institución que preside Julio Grondona, y una inversión de 600 millones de pesos anuales. El acuerdo permitió que se pudiera ver en directo un Boca-River por el campeonato local, vedado al público desde mediados de los años 70.

* La Ley de Medios y la democracia informativa: en octubre de 2009 fue sancionada la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, mejor conocida como Ley de Medios. Entre otras medidas, el proyecto del oficialismo buscaba que las empresas de radio y televisión por cable y por aire se desprendieran de las licencias que superaran el límite establecido por la nueva norma en el plazo de un año. La nueva norma fue discutida en el Congreso y finalmente aprobada mayoritariamente, con duros cruces entre legisladores del Frente para la Victoria y la escasa oposición.

* El papel de diarios: en diciembre de 2011, el kirchnerismo logró la sanción de la ley que declaró de interés público la fabricación y la comercialización del papel para diarios. Así, el Poder Ejecutivo obtuvo la potestad para controlar el mercado, estableciendo precios de venta y metas de producción sobre la empresa Papel Prensa, que se manejaba discrecionalmente hasta la intervención, discriminando a empresas por fuera de los grupos dominantes; por ejemplo, a Editorial Perfil.

* La Ley Antiterrorista: con el impulso del arrasador triunfo en las elecciones de octubre del año pasado, el kirchnerismo promovió la aprobación de una batería de leyes en el Congreso. Una de las más polémicas fue la Ley Antiterrorista, que recibió duros cuestionamientos de la oposición y los organismos de derechos humanos, algunos cercanos al Gobierno. Quienes se opusieron al proyecto argumentaron que la ley criminaliza la protesta social. Desde el kirchnerismo dijeron que fue una respuesta a las presiones del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), principal foro intergubernamental para la prevención y la lucha contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo.

* La reforma del BCRA y la soberanía monetaria: durante la inauguración de las sesiones ordinarias del Congreso, la Presidenta anunció el envío de un proyecto para reformar la carta orgánica del Banco Central (BCRA) con el fin de que éste pueda intervenir en la “economía real” y en los créditos para la producción. “El BCRA no sólo debe resguardar la estabilidad monetaria, sino fiscal, la producción y la economía real. Pero no para hacer cualquier zafarrancho”, enfatizó Cristina durante su discurso.

El proyecto de reforma fue aprobado por ambas cámaras. La ley duplica la capacidad del Banco Central de adelantarle recursos al Tesoro Nacional y de utilizar, si fuera necesario, reservas para el pago de deuda.

* La expropiación de YPF y la soberanía energética: la Presidenta anunció la expropiación del 51% de YPF, decisión histórica que despertó la adhesión de más del 80% de la opinión pública local y las esperables críticas de la oposición, como de sectores minoritarios de la comunidad de negocio internacional, en especial del gobierno español, que piloteó la depredación desde que la empresa fue concedida al manejo de sus capitales.

* Plan de viviendas Procrear: más allá de su alto impacto social al atacar una carencia histórica y muy extendida en el país (déficit de viviendas estimado en 2.500.000 unidades), el efecto multiplicador para sostener o ampliar el nivel de empleo del plan de viviendas Procrear Bicentenario, que se proyecta como el más importante desde la recuperación democrática, será notable de cumplirse cabalmente lo anunciado en sus 48 meses de despliegue.

Cada movimiento del ciclo de la construcción repercute directamente en el nivel de actividad de la red de proveedores e indirectamente en la cadena de demanda hacia abajo. El efecto multiplicador final de producción de la construcción en la economía es 1,8, o sea, más potente que el medido para sectores como el automotriz, el comercio minorista y mayorista, los bancos o las telecomunicaciones.

La industria de la construcción posee la ventaja de generar puestos de trabajo de forma rápida, ya que su impacto económico sobre la demanda y el empleo es prácticamente instantáneo. Por ejemplo, por cada millón de pesos (US$ 350 mil) invertido en la construcción en el año 2004 se podían crear aproximadamente sesenta nuevos puestos de trabajo que no requerían una elevada calificación.

© Escrito por Artemio López, Director Consultora Equis y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el viernes 26 de Octubre de 2012.