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domingo, 14 de junio de 2020

Aislamiento social y privación del acceso a la Justicia… @dealgunamanera...

Aislamiento social y privación del acceso a la Justicia…

Corte Suprema de Justicia de la Nación

El abogado y querellante en la causa ESMA, Ariel Noli, analiza la parálisis del Poder Judicial decidido por la Corte Suprema de Justicia de la Nación y qué significa una privación del derecho de acceso a la Justicia.

© Escrito por el Doctor Ariel Noli (*) el sábado 13/06/2020 y publicado por Portal de Info Nativa Periodismo Nacional y Digital de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 

Desde el 20 de marzo pasado, fecha en que el Poder Ejecutivo Nacional dispuso el ASPO (Aislamiento Social Preventivo Obligatorio), la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha decretado un feria judicial extraordinaria, la cual se viene prorrogando en la medida que el Poder Ejecutivo prorroga el ASPO y que implica concretamente el cierre del acceso a los tribunales de la Nación.

Entiendo que ante dicha circunstancia la pregunta que corresponde hacerse es:
¿El acceso a la Justicia un servicio esencial? ¿Resulta razonable y/o lógico, sostener que uno de los Poderes del Estado resulta no esencial?

El acceso a la Justicia como servicio esencial

Entiendo que no cabe la menor duda que el acceso a la justicia resulta un servicio esencial. A mi parecer resulta una obviedad.

Sin embargo, no resulta menos obvio y no podemos dejar de señalar, que el acceso a la justicia de gran parte del pueblo argentino ya estaba vedado con anterioridad al Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio.

No se entiende el motivo por el cual la sociedad acepta sin mayores resquemores que los Jueces nos digan que el acceso a la Justicia se encuentra cerrado por la pandemia de Covid – 19

Es más, haciendo un análisis más fino aún, llamar “Justicia” a los Tribunales argentinos, es un absurdo. JUSTICIA es otra cosa

No existe en la Argentina nada más alejado de la problemática del pueblo argentino que la “justicia” que imparten nuestros jueces.

No obstante lo señalado, en este caso, dejaremos para otra oportunidad esos debates sin dejar de manifestar que hay que tenerlos en algún momento y he de ceñirme al análisis de la situación de la “Justicia en cuarentena”, dado que ese alejamiento del Poder Judicial respecto de la problemática de gran parte del pueblo argentino se ha generalizado y hoy día abarca a todas y todos.

No existe argumento lógico y/o jurídico que pueda justificar la no esencialidad de uno de los tres Poderes del Estado.

Podemos válidamente discutir sobre distintas formas de gobierno, pero si entendemos que la forma de gobierno elegida por la Nación Argentina, como señala nuestra Constitución Nacional, es la representativa, republicana y federal, según mi parecer no podemos discutir la esencialidad de uno, o mejor dicho, de cada uno de los tres poderes del Estado.

Establecida la esencialidad y contrastando con la realidad objetiva de la situación actual del ASPO en la ciudad de Buenos Aires, debemos decir que resulta cuanto menos un absurdo que en la C.A.B.A. se encuentre a la fecha prácticamente todo habilitado a excepción del Poder Judicial, los colegios y las reparticiones del Estado.

Entiendo que resulta cuanto menos paradójico que se establezcan como excepciones al aislamiento, por poner algunos ejemplos, la venta de flores, las casas de juegos de azar o las jugueterías y no se establezcan como excepciones verdaderas actividades esenciales como el acceso a la justicia o la educación primaria que, en otro contexto, hasta habilitarían la intervención federal de una provincia.

Quiero dejar expresamente aclarado que lo señalado anteriormente no implica de ninguna manera una crítica al modo en que el Gobierno Nacional ha decidido enfrentar la pandemia de Covid – 19, esto es el ASPO.

Haciendo un análisis más fino aún, llamar “Justicia” a los Tribunales argentinos, es un absurdo. JUSTICIA es otra cosa

Sino una crítica concreta a las prioridades otorgadas a las excepciones previstas a dicho aislamiento y al “rotulado” por decirlo de algún modo de lo que son, o que no son, actividades esenciales.

Vale decir establecido que el acceso a la justicia resulta un servicio esencial para el pueblo en su conjunto, no se puede comprender que los Jueces se nieguen a prestarlo en debida forma.

Tampoco se comprende el motivo por el cual gran parte de la sociedad acepta sin mayores inconvenientes, que los Jueces se nieguen a garantizar el acceso a la justicia por la existencia de la pandemia.

Considero que la pregunta que la sociedad debería formularse es, ¿aceptaríamos que una enfermera o un médico nos dijera que no va a prestar el servicio de salud porque estamos en pandemia? ¿Aceptaríamos que un chofer de una línea de colectivos nos dijera que no va a prestar el servicio de transporte público porque estamos en pandemia? ¿Aceptaríamos que un conductor de ambulancias nos dijera que no va a prestar el servicio porque estamos en pandemia? Claramente no.

Pues entonces no se entiende el motivo por el cual la sociedad acepta sin mayores resquemores que los Jueces nos digan que el acceso a la Justicia se encuentra cerrado por la pandemia de Covid – 19

Otra discusión que deberíamos darnos en algún momento, es la razonabilidad que los jueces en promedio ganen arriba de $400,000 mensuales y los docentes o los trabajadores de la salud no alcancen en su gran mayoría a un 20% de dicho ingreso.

El acceso a la Justicia como resguardo de los derechos

La Argentina venía sumida en una profunda crisis económica previo a la pandemia. Las medidas sanitarias dispuestas por el Poder Ejecutivo indudablemente tienen como consecuencia no querida la profundización de dicha crisis económica, tal como pasa en todo el mundo.

Hoy el aumento desmedido e injustificado de precios, miles despidos, merma en el pago y pérdida del poder adquisitivo de salarios, argentinos que no llegan a obtener un plato de comida, son una realidad incontrastable.

Sostenemos que el acceso a la justicia resulta un elemento indispensable para el resguardo de los derechos de los trabajadores y el pueblo en su conjunto.

Las medidas adoptadas por el Gobierno Nacional intentando morigerar dichos efectos, tales como la imposición de la doble indemnización por despidos y la prohibición de despidos resultan medidas abstractas en tanto el acceso a la justicia le sea negado a los despedidos y/o a quienes les redujeron el salarios de hecho.

Es por ello, entre otras cosas, que sostenemos que el acceso a la justicia resulta un elemento indispensable para el resguardo de los derechos de los trabajadores y el pueblo en su conjunto.

Es que la realidad siempre supera a la teoría, y si bien en teoría en la argentina están prohibidos los despidos, la realidad cotidiana nos marca que los despidos existen y que las personas que se quedaron sin trabajo ( y como consecuencia de ello sin obra social en medio de la pandemia) no tienen acceso al reclamo judicial para hacer valer sus derechos, debiendo aguardar con absoluta desprotección para efectuar su reclamo, el fin de la pandemia o que la Corte Suprema de Justicia, se decida a dar cumplimiento de su obligación de garantizar el servicio de justicia.

Del mismo modo sucede con las víctimas del terrorismo de estado, que siguen esperando una reparación de la justicia a través de los juicios de lesa humanidad que hasta la fecha han quedado “paralizados” en su mayoría, o los miles de jubilados, que están a la espera de la resolución de sus ajustes previsionales.

El alejamiento del poder judicial en general, y de los jueces en particular, con las problemáticas sociales y populares, se viene acrecentando año tras año, pero desde el 20 de marzo de 2020 dicho alejamiento se ha convertido directamente en la negación del acceso del pueblo a la defensa de sus derechos ante los tribunales.

Será entonces el desafío del momento, lograr en lo inmediato la apertura de los tribunales y en el mayor corto plazo posible producir una reforma estructural del poder judicial que pueda acortar el alejamiento actual del poder judicial con las problemáticas sociales del pueblo argentino.

(*) Ariel Noli es abogado, querellante en la causa ESMA e integrante de la lista Mariano Moreno del CPACF. 




miércoles, 2 de enero de 2019

Tiempo de espera. Llega el 2019… @dealgunamanera...

Tiempo de espera. Llega el 2019…

Termina un 2018 turbulento. Dibujos: CEDOC

Así termina un 2018 marcado por incertidumbres y expectativas en cualquier nivel que podamos pensar. Una previa poco auspiciosa del año que comienza.

© Escrito por Ursula Ures Poreda el martes 31/12/2018 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 

El año en que vivimos agazapados. Así termina un 2018 marcado por incertidumbres y expectativas en cualquier nivel que podamos pensar. Una previa poco auspiciosa del año que comienza.

Hagan ustedes también el esfuerzo de leer proyecciones. Las que quieran: económicas, políticas, encuestas, enseñanzas kabalísticas, horóscopos. Lo que quieran y de lo que crean. 

No hay quien hable en Argentina de otra cosa que no sea esperar. Vacaciones, primer trimestre, inicio de clases, campaña, elecciones, cambio de gobierno (si cambia), reactivación económica, etc. Hay que esperar y no sólo hasta que den las 12.

Y mientras lo hacemos, casi sin darnos cuenta repasamos el último año, a modo de balance urgente antes del brindis, las uvas y la enumeración de nuestros mejores deseos, esa voluntad tan ingenua como inalienable del ser humano.

Llegar a fin de año en Argentina, esta Argentina, es un acto heroico en sí mismo. Algo así como una prueba de supervivencia diaria. Pero que lleguemos implica, en cualquier caso, un resultado positivo.

Termina el diciembre más tranquilo desde 2001, en parte gracias a la apatía ciudadana -que ya ni protesta por los tarifazos- pero más aún por los millones de pesos que el Gobierno nacional destinó para calmar a los sectores más golpeados por el ajuste. No hubo saqueos, desmanes en Plaza de Mayo ni corridas.

En las últimas semanas, los editores de Perfil repasamos varios de los que considerábamos los temas del año: el brainstorming derivó en un listado impresionante, como si en lugar de un año hubiéramos abarcado siete.

A esa aproximación se sumó un intento más metódico de ver, mes por mes, las noticias más buscadas. Las historias virales  y demás curiosidades se mezclaron con hechos que se convirtieron en hitos periodísticos.

El escándalo de los cuadernos de la corrupción, y la reacción en cadena de arrepentidos de toda la corpo, la K y la empresaria.

- El extraño ejercicio de la independencia del Poder Judicial, que acelera su marcha al compás de los tiempos políticos más que por las causas en curso.

- Las filtraciones que dejaron al descubierto la existencia de empresarios argentinos y entonces funcionarios nacionales en complejas redes offshore. Los Paradise Papers nos perdonaron a nadie

El éxito del G20, aunque en el cortísimo plazo sólo hablemos de intenciones de inversión extranjera.

- La crisis económica con que recibiremos el modesto 2019, gestada con el 28D y agravada desde entonces con la cadena de desaciertos del equipo económico y la soberbia de los cerebros comunicacionales.
- Las negociaciones con el FMI. ¿Alguien vio con atención el cronograma de pagos?

- El blindaje del Senado hacia los fueros de los legisladores investigados en la Justicia, no sólo a favor de Cristina Fernández de Kirchner.

- La escasa actividad legislativa tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores. Pese a la indecencia de algunos debates, hay dos leyes a destacar, que llevan nombres que no necesitan mayores explicaciones, Justina Micaela.

- El grito del movimiento feminista en Argentina, cuyo avance crece aunque también lo hagan las cifras que hablan de violencia contra las mujeres, en todas sus formas. Con su revolución, las hijas prometen obtener lo que sus antecesoras no pudieron lograr.

- Los debates por la interrupción voluntaria del embarazo y la educación sexual en las escuelas. Lo que buena parte de la progresía local valoró como consumo irónico de redes resultó tener tal poder que todavía asistimos de reojo a la muerte de mujeres por abortos clandestinos.

- El fracaso de la "argentinidad chabona"con Sampaoli y otros tantos en el Mundial de Rusia. Acaso sea hora de impulsar otras disciplinas donde el negocio de los dirigentes y las barras no sean la columna vertebral del deporte en cuestión.

El crecimiento de la pobreza en el país, cuyos gráficos cuantifican el espanto de un futuro negro para el 51% de los niños en el país.

El hallazgo del A.R.A. San Juan (S-42), sobre el cual la sociedad sigue demandando explicaciones.

La identificación de soldados caídos en Malvinas. Todo avance hacia la verdad es el camino para comenzar el duelo de quienes todavía esperan respuestas.

Visto lo visto, ¿por qué brindar? Por lo que falta y la inagotable resiliencia, por la espera. Nada cambiará el 2 de enero pero si el calendario sirve, cual placebo, para engañarnos y convencernos de que, por los próximos 364 días todo es posible, que así sea.




(Fuente: www.perfil.com). El periodismo profesional es costoso y por eso debemos defender nuestra propiedad intelectual. Robar nuestro contenido es un delito, para compartir nuestras notas por favor utilizar los botones de "share" o directamente comparta la URL. Por cualquier duda por favor escribir a: perfilcom@perfil.com 

miércoles, 28 de enero de 2015

Nisman: Lo que es y lo que no es… De Alguna Manera...

Nisman: Lo que es y lo que no es…


Es lógico que después de diez años de bombardeo de falacias, negaciones e informaciones falsas difundidas por el aparato con vocación totalitaria del oficialismo, lo que reine sea la confusión. La defección opositora y de los primeros años del periodismo, no ayudan. Sin descartar que yo mismo esté confundido en semejante maroma, en estos días escucho definiciones que a mi juicio están muy equivocadas.


Voy a detallar dos:

1. La señora viola el artículo 109 de la Constitución Nacional al hacer hipótesis delictivas.

No es así y eso sería reducir la cuestión a un exceso de funciones. La Constitución en el artículo 109 no refiere a opiniones, ni siquiera a opiniones tontas del presidente. Cuando le prohíbe “conocer” las causas (“o restablecer las fenecidas”) el sentido del término “conocer” no es literal, sino técnico. Implica intervenir, es decir tomar decisiones en el proceso, cosa que esta señora no hizo. Presiona desde afuera, pero no toda violación a la independencia del Poder Judicial, que sí es el caso, es una violación al artículo 109 de modo específico.

En cambio sí fue una violación al artículo 109 de la Constitución, que se les escapó, la intervención del señor Kirchner como presidente al instar al Congreso al juicio político de la anterior Corte, con el propósito expreso de responder a un fallo adverso para las finanzas y planes políticos de su gobierno. Su acción estaba dirigida a esos contenidos judiciales que lo estorbaban, a deshacerse de jueces por el modo en que fallaban y así torcer los criterios jurídicos que adoptaron. Pero en ese momento nadie dijo nada. El señor Kirchner con su lugarteniente Beliz, representaban para el común y el no común comunizado, la restauración de las leyes. Como Rosas antes, de un modo tan similar.

La señora viola la independencia del Poder Judicial, que es un principio general aludido en el artículo 1 (forma republicana de gobierno), al exponer hechos que conoce al no denunciar lo que dice saber. No por violar el 109 y “conocer” en el caso, por atropellar y querer confundir a quiénes si lo hacen. Sin embargo lo grave acá no es eso, nos estamos deteniendo en lo accesorio. La señora interfiere con sus acciones al enviar un delegado personal a la escena del crimen, no por las tonterías que dice como cuando involucra a Clarín. Sus actos en esta causa son cuestionables no porque se mete al opinar, sino porque opera para desviar el curso de un proceso, en un abuso de poder que además es causal suficiente de Juicio Político (la parte de la Constitución que toda la clase política ha decidido violar, es decir, la que se refiere a la responsabilidad del presidente y sus consecuencias).


En lo que se refiere a la investigación el problema fundamental con las declaraciones de la señora sobre el caso Nisman, no es formal. No es siquiera la cuestión constitucional, sino la penal. Tiene que ver con lo que implican sus actos en relación al objeto de al menos tres investigaciones penales: 


1. La del Atentado de la AMIA.

2. La denuncia contra ella por encubrimiento.

3. La muerte de Nisman. Quedarse con la cuestión de la intromisión en el trabajo de la Justicia es minimizar ese significado. Sería como querer condenar a Yiya Murano por copiar la receta de las tortas sin pagar los derechos intelectuales.

¿Qué significa que un delegado político, defensor a ultranza del gobierno, haya estado en la escena del crimen antes que las autoridades competentes? ¿Una violación a la independencia del Poder Judicial o un interés específico? No entiendo cómo a tanta gente se le puede escapar semejante elefante.

¿Qué significa que la señora y los demás denunciados y el aparato de gobierno estén en una campaña para denostar al muerto? ¿Falta de educación, no entender su alta misión presidencial, falta de sensibilidad por no dar el pésame a la familia? ¿O una enemistad con la víctima de un posible homicidio?

¿Qué valor tiene que todo el aparato estatal haya sido puesto al servicio de la diatriba contra el muerto? ¿Una negligencia o la exhibición obscena de un motivo para celebrar la muerte cuyo autor mediato o inmediato se investiga?

Imaginemos una escena del cine más obvio dónde se descubre un muerto y uno de los posibles involucrados se muestra sumamente nervioso, sale corriendo, se sube a un auto ajeno y huye. ¿Qué decimos? ¿Cómo encuadramos la cuestión? ¿Cómo hurto automotor?

No sé, me parece a veces que la principal muerte decidida por el gobierno K es la del sentido común. Por si acaso dejo abierta la respuesta.

2. Lagomarsino y la provisión de armamento.

La información dice que se ha “imputado” a Lagomarsino la provisión de un arma a una persona no autorizada para la tenencia. Escuché todo tipo de reflexiones al respecto, incluso que el problema era que Nisman tenía su permiso de tenencia vencido.

En la Argentina hay una ley de Armas número 20.429 y una modificatoria del Código Penal número 25.886 sancionada en abril de 2004 que en su inciso 4 del artículo 1° establece que “será reprimido con prisión de UN (1) año a SEIS (6) años el que entregare un arma de fuego, por cualquier título, a quien no acreditare su condición de legítimo usuario”

Acá sí debería saltar el instinto constitucional, que parece otro muerto. Existe un principio universal del derecho que es el de la legítima defensa, que no sólo es defensa propia, sino que también alcanza a la defensa de otros, como dice el inciso 7 del artículo 34 del Código Penal. Pero aunque no fuera así, hablo del instinto constitucional porque todo el andamiaje en el que se sustenta una legalidad constitucional (y por lo tanto también la legalidad positiva) parte de la base de que los ciudadanos ceden su defensa, pero no de forma absoluta. No pierden el derecho a defenderse por sí mismos o hacerlo con terceros, cuando las circunstancias lo ameriten (del modo en que en la Argentina están detalladas en el mismo artículo).

Hay unos requisitos para la legítima defensa. Debe haber una hipótesis demostrable de la imposibilidad de recurrir a las autoridades policiales y se exige racionalidad del medio empleado. El requerimiento es la no existencia de provocación suficiente por parte del que se defiende. Aclaremos para los desprevenidos que una denuncia de un fiscal, no es una provocación suficiente sino un acto legítimo y debido.

No creo que a Lagomarsino le vayan a pedir que demuestre que tenía motivos para pensar que Nisman no podría recurrir a las autoridades policiales, a juzgar por los resultados. Pero como el aspecto subjetivo en materia penal es fundamental y la falta que se le imputa no puede cometerse en forma culposa, la pretensión de centrarse en este verdadero perejil, se disuelve con toda facilidad. Su supuesta falta, en este contexto, es una absoluta estupidez formal.

Quiero decir con esto que me parece que hay fallas gruesas de formación en quienes se dejan barrer por la apariencia formal de las situaciones y no entienden el problema esencial de la juridicidad, que es proteger derechos, no reglas en abstracto.

Si estamos frente al caso de un fiscal que acaba de denunciar a un presidente autoritario en un hecho que es un escándalo internacional, en el que están involucrados los intereses de varios países y actos de terrorismo, Lagomarsino sería un verdadero imbécil si se pone a leer la ley 25.886 y le dice a Nisman que no puede darle el arma si no le muestra el carnet de legítimo usuario. Para colmo a un fiscal. Tal conducta no sería ni jurídicamente exigible ni deseable.

Si la decisión fue buena o mala, si debió hacer otra cosa, es harina de otro costal. Lagomarsino por entregar el arma (en falta o no), no tiene ninguna relevancia  en la investigación del homicidio en sí y hasta ahora nadie ha sostenido cómo esa transgresión que no es tal en este caso, lo convierte en autor o cómplice de la muerte.

Si alguien llega a recibirse de abogado pensando que en el medio de un tiroteo mientras alguien es asaltado, un señor le acerca un arma al que se está defendiendo sin preguntarle por su permiso de tenencia, comete un ilícito, estamos en serios problemas.

Vamos al elefante: el gobierno quiere tirar la pelota afuera de la cancha con cualquier cosa ¿Por qué? Yo diría que habría que preguntárselo al hijo de Pierri. Seguro lo sabe.

Otra pregunta fácil ¿Cómo se comportaría un gobierno inocente? Ahora comparemos.

© Escrito José Benegas el martes 27/01/2015 y publicado por el Blog http://josebenegas.com de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.






lunes, 10 de febrero de 2014

Ricardo Echegaray y Tiempo de Revancha... De Alguna Manera...


“Si el gobierno me suelta la mano, cuento todo y me los llevo a la cárcel conmigo”...


Tiene miedo, mejor dicho, está aterrorizado. Nunca fue un hombre valiente, quien tiene la potestad de enviar un ejército de cien inspectores impositivos para amedrentar a los enemigos del gobierno se supone que tiene un poder ilimitado. Pero Ricardo Echegaray fue uno de quienes impulsaron “asustar” impositivamente al Poder Judicial, y ahora es —como aquel film de lo 80— “Tiempo de revancha”.

Los jueces federales no le tienen miedo. Y antes de entrar de lleno en esta historia, un dato que conocen varios miembros del gobierno. El jefe de la AFIP contrató un estudio jurídico que decía tener contactos para librarlo de la causa de Ciccone. Le pidieron dinero diciéndole claro que era para “coimear” a los que deciden ese tema. Y Echegaray pagó, no sabemos si con plata propia o con el de alguna empresa a la que le puede condonar deudas o mirar para otro lado aún siendo evasores. El jefe de la AFIP —no vale aclarar que no es una carmelita descalza— puso una millonada y cayó en la trampa. Sus abogados se quedaron con esa platita y el hombre, obvio, no los puede denunciar.

Sergio Berni sabe que es así, pues su gente fue quien descubrió la maniobra corrupta.

Amado Boudou lo terminó de hundir cuando justificó su situación por el tema Ciccone diciendo que él cumplió una resolución de la AFIP. Ya antes de eso, Echegaray dijo a medio gobierno: “Yo los salvé a Lázaro Báez, Rudy Ulloa y otros. Si me sueltan la mano cuento todo y si voy preso me llevo a unos cuántos kirchneristas conmigo”.

Carlos Menem acostumbraba poner dinero (el asunto aquel de la servilleta donde Corach le escribió a Domingo Cavallo quiénes eran los magistrados que recibían dinero mensualmente para serles fieles), pero éste gobierno prefirió correrlos con el Consejo de la Magistratura y ese puñado de impresentables como Diana Conti o Carlos Kunkel. La corporación llamada “familia judicial” los esperó como tigre al acecho, y llegó la hora de la revancha.

Pero no sólo el caso Ciccone pone a Echegaray al borde de la imputación. Hay otro asunto que puede ser más grave aún.

Ya tiene estado judicial. Una denuncia de Massalin Particulares hizo allanar por el Juzgado Federal de Concepción del Uruguay una fábrica llamada “Tabacalera del Litoral SRL”, en la ciudad de Concordia. Falsificaba marcas con los nombres de Philip Morris, Marlboro, Viceroy, Rodeo y Blitz (para Paraguay), Pall Mall Bellmont y Hilton (para Chile), y hasta Marlboro para Estados Unidos.

Al fabricar marcas de renombre y contrabandearlas eludían los impuestos al tabaco, que como se sabe son muy altos.

El juzgado hizo 14 allanamientos y encontró: 494 kilogramos de estampillas falsas, las necesarias para 3,6 millones de paquetes, 5 millones de cigarrillos falsos listas para vender, 33 toneladas de hebras para tabaco, 7 millones de filtros y 7 mil bobinas de papel para cigarrillos. Algo así como 30 millones de pesos –o más- en una mega fábrica que funcionaba gracias a la complicidad de la AFIP y de algunos jefes de Gendarmería que eran quienes cuidaban que el contrabando fuese perfecto, al menos saliendo de la Argentina. Claro que funcionarios del gobierno de Entre Ríos también tenían complicidad.

Tabacalera del Litoral SRL fue creada en el 2006 por tres mujeres que anunciaron que el destino era exportar cigarrillos al África. En el 2011 hubo un cambio de manos y el nuevo titular es un desconocido en la industria llamado Raúl Alberto Molina, hasta ahora el único detenido.

El juzgado federal realizó los allanamientos con personal de Gendarmería de otras provincias, por sospechar de las connivencias de los hombres del lugar.

La AFIP envió gente para hacer un sumario administrativo de urgencia y trasladar al delegado en Concordia a otro destino.

Pero las pruebas halladas en el lugar demuestran que Echegaray no era ajeno a la existencia de esa fábrica trucha, esa causa también lo tendrá casi como principal protagonista. No escapan a la mira de la justicia funcionarios del gobierno entrerriano a quienes se estima cómplices de la millonaria estafa.

¿Otro problemita para el jefe de la AFIP?

El titular de Covelia, Ricardo Depresbiteris, adquirió un Cessna con capacidad para nueve pasajeros valuado en 5 millones de dólares. La recolectora de residuos más grande de la Argentina tuvo los vínculos con Hugo Moyano cuando el líder de la CGT era oficialista y con el propio Ricardo Echegaray, quien debería investigar a su socio de entonces Depresbiteris. Si, Moyano dejó de ser kirchnerista y hoy es uno de los enemigos del gobierno, pero negocios son negocios y tanto el gremialista como el titular de la AFIP mantienen el vínculo comercial.

Esperá, no te vayas, viene lo mejor. Otro socio de ese negocio de la basura es “el uruguayo” Jorge Lambiris, conocido por su veraneo en Río de Janeiro con Ricardo Echegaray.

Está groggy, contra las cuerdas y al borde del knockout judicial. Por eso su desesperado mensaje de náufrago. Dice que por haberle salvado la cabeza a Lázaro Báez, Rudy Ulloa (tirado panza arriba en su campo cerca de San Pedro, provincia de Buenos Aires y haciendo un perfil bajo casi inexistente) y hasta hacerle el camino sencillo a Amado Boudou por el caso Ciccone, tiene derecho a que el gobierno lo salve del temporal de juicios que se le avecinan.

Nadie le avisó que este gobierno ya no existe.

© Escrito por Jorge Boimvaser el Lunes 10/02/2014 y publicado por Tribuna de Periodistas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.



a) http://www.diariojunio.com.ar/noticias.php?ed=1&di=0&no=58410

b) http://www.elentrerios.com/policiales/sigue-preso-el-gerente-de-la-tabacalera.htm

c) http://concordiadirecto.com.ar/concordia-la-evasion-tributaria-de-tabacalera-del-litoral-superaria-los-25-millones-de-pesos.html

d) http://www.lavoz901.com.ar/despachos.asp?cod_des=187179&ID_Seccion=3&fecemi=06%2F12%2F2013&Titular=directivos-y-trabajadores-de-la-tabacalera-de-concordia-fueron-detenidos.html

e) http://www.ellitoralconcordia.com/?p=39869