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domingo, 12 de diciembre de 2021

Con el enemigo no se dialoga… @dealgunamaneraok...

 Con el enemigo no se dialoga… 

“Sacándole viruta al piso”. Cristina y Alberto Fernández. Dibujo: Pablo Temes. 

Para el kirchnerismo los opositores son malos por el simple hecho de pensar distinto. Y los necesita para crear su mística. 

Escrito por Nelson Castro el sábado 11/12/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 


La democracia es un logro que se conquistó con el esfuerzo de todos, y que llevó años de lucha y consolidación. Esto no es compartido por el kirchnerismo quien, en su pensamiento con aires de mesianismo, cree que la Patria nació con ellos. Por eso, el Gobierno celebró el Día de los Derechos Humanos y los 38 años del regreso de la democracia con un festival organizado por Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner convocando y llevando a la militancia a un acto político partidario de carácter excluyente. Si queda alguna duda del tinte del encuentro solo basta recordar el pedido de Máximo Kirchner hace algo más de una semana: “Hay que reventar en serio la Plaza de Mayo”. Objetivo que en la tarde del viernes repitió y que, finalmente, no logró. La Plaza no reventó. El pedido que el líder de La Cámpora había hecho a sus acólitos para que se movilizaran hacia el acto, que tuvo como oradores a su madre, al Presidente bendecido por ella, al ex presidente de Brasil Luis Ignacio “Lula” da Silva y el de Uruguay José “Pepe” Mujica, no dio resultado. En definitiva, el acto del viernes fue un acto faccionario, porque ni siquiera incluyó a todo el peronismo. Otra paradoja más del relato kirchnerista, un gobierno que llama a defender la democracia, uno de los valores por los que menos ha trabajado, como se desprende de la siguiente enumeración:


- Ausencia de diálogo político.


- Concepción del adversario como un enemigo.


- Generación y sostenimiento de la grieta.


- Utilización de la mayoría parlamentaria convirtiendo al Congreso en escribanía.


- Degradación de la Justicia.


- Reformas en el Consejo de la Magistratura que facilitan la concentración del poder oficialista.


- Elución de juicios y condenas, sin que se completen los procesos judiciales, como ocurrió en las causas Memorándum con Irán, Hotesur y Los Sauces.


- Una de las características sobresalientes del kirchnerismo es su amnesia política. 

 

Tiene su explicación: el archivo los condena ya que expone sus contradicciones y mentiras. 

 

¿Cómo olvidar que tanto CFK como su esposo, Néstor Kirchner, fueron parte del menemismo?


¿Cómo olvidar que Alberto Fernández fue funcionario del menemismo?


¿Cómo olvidar que CFK y Néstor Kirchner supieron derrochar elogios a Domingo Cavallo en sus años de ministro de Economía?


¿Cómo olvidar que durante sus años como  gobernador de Santa Cruz, para Néstor Kirchner el tema de las violaciones a los Derechos Humanos sucedidas en la brutal última dictadura no estuvieron en su agenda pública? 

 

La intención del acto del viernes nada tuvo que ver con el festejo del renacimiento de la democracia argentina. Tuvo que ver, en cambio, con la interna sórdida por la que atraviesa el oficialismo.  

 

Como no podía ser de otra manera, el discurso central del acto fue el de la ex presidenta en funciones. La devaluación que ha sufrido la palabra del Presidente –abundante en mentiras– le ha conferido una robusta intrascendencia.

 

 

El primer rasgo que surge claro de la alocución de CFK es que habló todo el tiempo de ella. Nada que sorprenda: es una muestra indeleble de su patológica personalidad. Su egocentrismo permanece intacto.

 

Según la vicepresidenta, en todo lo ocurrido durante los doce años del kirchnerato, la Argentina fue un paraíso.


Olvidó mencionar las deudas que dejó con los “fondos buitre”, el mal arreglo con el Club de París, los altos índices de pobreza y de inflación, la corrupción y la persecución y hostigamiento a jueces y periodistas independientes. Recuérdese cuando se quiso eyectar de la Corte Suprema al Dr. Carlos Fayt, persona de honestidad y convicciones republicanas intachables. 

 

En este discurso típicamente kirchnerista, otro de los ejes fue la imprescindible presencia de los enemigos. Sin el concepto del enemigo, no hay posibilidad de crear mística. El elenco de enemigos de la vicepresidenta es siempre el mismo: el FMI, los jueces, los opositores, los medios y los periodistas. Los jueces malos son los que deciden investigarla y/o juzgarla en las varias causas que aún debe afrontar. Los que la absuelven sin juicio, son buenos. Los opositores son malos por el solo hecho de pensar distinto. Y los medios y periodistas malos, son los que la critican y/o investigan, los hechos de corrupción sucedidos en sus gobiernos. Los otros, son buenos.

 

En su tergiversación de los hechos, culpó al Fondo Monetario Internacional de haber sido el responsable de las crisis que desencadenaron la entrega del poder anticipada por parte del Dr. Raúl Alfonsín y de la caída del Dr. Fernando de la Rúa. Olvidó mencionar que, en ambos casos, el peronismo tuvo un rol activo que fue decisivo para precipitar los hechos. 

 

Y, lo último –pero no menos importante– fue el desprecio exhibido hacia la mayoría de la ciudadanía que no votó por el kirchnerismo. A esa ciudadanía no se la convocó al festejo del Día de la Democracia. A esa ciudadanía se la ignoró. 

 

Para CFK quienes no coinciden con ella están equivocados. 

 

El pensamiento distinto no forma parte de su pensamiento. Por eso nada de lo que dijo es creíble cuando, en su perorata del viernes, apareció la convocatoria a todas las fuerzas políticas a discutir la búsqueda de un acuerdo de cara a la negociación con el Fondo Monetario Internacional.  

 

Es muy difícil creer en la voluntad de diálogo de un gobierno que trata a sus opositores como enemigos y no como adversarios. Con el adversario se dialoga. Con el enemigo, no. 

 

El acto del viernes demuestra que el kirchnerismo volvió tan malo como lo fue siempre.







domingo, 5 de mayo de 2019

Hipocresía argentina… @dealgunamanera…

Provocaciones…

Tension. Venezolanos exiliados y argentinos chavistas chocaron frente a la embajada en Bs. As. Fotografía: CEDOC PERFIL

El 30 de Abril hubo decenas de miles de manifestantes en la calle, donde ejercieron su derecho a protestar contra el gobierno de Macri. También se cantó por el regreso de Cristina Kirchner. A la tarde de ese mismo día, frente a la embajada de Venezuela, un grupo de exiliados manifestó su apoyo a la protesta contra Maduro que había estallado en Caracas. Los hostilizaron aguerridos defensores locales del “madurismo”; volaron trompadas, le arrebataron el teléfono a un repartidor. La Policía de la Ciudad intervino, excesiva e ineficaz, como es costumbre.

© Escrito por Beatriz Sarlo el domingo 04/05/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Los exiliados venezolanos ejercían su derecho y no es difícil comprenderlos, porque Maduro es una hipérbole de rasgos que estuvieron presentes en el chavismo, pero que ahora alcanzan un indecente paroxismo de intolerancia. Lo que en Chávez era una ideología expresada con talento oratorio, con Maduro perdió expresividad y carisma. Lo suyo es el verticalismo impuesto por la fuerza o la corrupción.

Los defensores argentinos de Maduro alegan que hay que aguantarlo todo con tal de enfrentar al imperialismo. Hay que aceptar la falta de comida y la subordinación a un jefe vociferante e inepto como si fuera una prueba heroica. Solo quienes no pasan privaciones piden tales sacrificios: enfrenten ustedes al imperialismo, mientras aquí nosotros todavía tenemos Parlamento, somos legisladores o funcionarios, cobramos dieta, viajamos, vamos a la universidad, publicamos nuestras ideas. Aguanten ustedes.

A los venezolanos los vemos en Buenos Aires todos los días trabajando en lo que consiguen, decenas de horas en bicicleta repartiendo los deliveries de porteños más afortunados; decenas de horas limpiando o atendiendo bares, cobrando en negro, viviendo en una ciudad extranjera donde se los distingue por su acento y donde compiten por los peores trabajos.

Son inmigrantes, esa condición que los discursos recogen con hospitalidad ampulosa y la realidad desmiente. A los venezolanos millonarios y proimperialistas nunca tuve oportunidad de verlos todos los días en el transporte público, ni cargando un cajón de Glovo. Deben haber elegido ciudades como Miami para pasar el rato.

Pues bien, esos trabajadores venezolanos estaban en Buenos Aires, frente a la embajada de su país, apoyando a quienes, en Caracas, tiraban piedras y eran reprimidos por la policía, con el arma novedosa de las tanquetas topadoras. Separados por un cordón policial, un grupo con algunas banderas rojas manifestó su antiimperialismo agrediéndolos de palabra. En esa escena, el dolor del exilio se sumó al insulto recibido frente a la embajada. Un hombre de un lado se trenzó con uno del otro y empezaron las trompadas.

Hay que entender el totalitarismo como una patología de la idea democrática, donde el populismo hace que la democracia se vuelva contra ella misma, reflexionó un filósofo de la política. No se equivocaba, aunque no estaba pensando en el eje La Habana-Caracas-La Cámpora-Recoleta.

En Caracas ya hay varios muertos que no siguieron el consejo que les dio Pepe Mujica: no ponerse delante de las tanquetas. Seguro que esos infelices se pusieron delante de las balas.

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lunes, 11 de febrero de 2019

Sabio o líder… @dealgunamanera...

Sabio o líder…

L&L. Lavagna y Lagos, ex presidente de Chile, parecidos. Fotografía: CEDOC.

Los líderes lidian con los problemas. Los sabios saben qué es lo que se puede hacer para resolverlos. Pero, ¿son ellos quienes pueden hacer lo que prescriben? Según “el Duran Barba de Massa”, Antoni Gutiérrez-Rubí (ver ayer: http://bit.ly/propietario-ventajita), la gente elige para presidentes a líderes y no a sabios, intuyendo que son dos roles diferentes porque los sabios no serían personas de acción.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el domingo 10/02/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Desde su lógica, Lavagna sabe y Massa ejecuta. Tratando de revalorizar a su cliente y desvalorizar a Lavagna, el consultor español también apela a que la edad del ex ministro, 76 años, no es la mejor para un presidente y que además no es uno de esos “viejos jóvenes” plenos de testosterona como a los 77 años Bernie Sanders, del Partido Demócrata de Estados Unidos, o a que no lo caracteriza el nervio vivo de la aguerrida alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, que a los 75 años exhibe más energía que muchos políticos de mediana edad, habiéndose dedicado a la política después de estar jubilada como jueza.

Hay decenas de casos de presidentes longevos, exaltados y moderados: Giorgio Napolitano fue presidente de Italia con 90 años y el actual presidente, Sergio Matterella, tiene 77 años, también Shimon Peres fue presidente de Israel con 90 años, Pepe Mujica fue presidente de Uruguay hasta los 80 años y el actual presidente, Tabaré Vázquez, cumplió 79 años hace pocos días, Piñera en Chile cumple 70 años en pocos meses, Donald Trump tiene 72 y el papa Francisco, 82.

Pero a Antoni Gutiérrez-Rubí le resulta funcional comparar a Lavagna con el ex presidente de Chile Ricardo Lagos, quien después de haber sido quizás el más lúcido presidente contemporáneo de su país en la misma época en que Lavagna fue exitoso al sacar a la Argentina de la crisis de 2002, intentó volver a competir por la presidencia ahora, con 82 años, y tuvo que retirar su candidatura al ver en las encuestas que los votantes no lo consideraban una alternativa.

Un meme que muestra frustración y deseo de alternativa dice: "Feliz cumple Presidente, al fin cumplís algo..."

El ejemplo vale porque Lagos, sin ninguna duda califica como sabio. Doctorado en la Universidad de Duke, fue profesor en la Universidad de Carolina del Norte, ambas en Estados Unidos; fue profesor de economía en la Universidad de Chile, y ya en el exilio, durante la dictadura de Pinochet fue secretario general de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Flacso, y director regional del Programa de Estudios de Posgrado en Ciencias Sociales del Proyecto Unesco, UNDP, ambas en Buenos Aires.

Pero la comparación entre la edad de Lagos y la de Lavagna como limitante se contradice con la diferenciación irreconciliable que Gutiérrez-Rubí quiere instalar entre sabio y líder, porque Lagos es un buen ejemplo de sabio que supo liderar.

En el austero minuto cuarenta y tres segundos del mensaje que Lavagna envió a la reunión de Alternativa Federal en Mar del Plata el lunes pasado, propuso paz (no grieta), orden (no kirchnerismo), progreso (no macrismo) y justicia social (justicialismo), llamó a construir un gobierno de unidad nacional (“que no quiere decir unanimidad”) que trascienda a Alternativa Federal (sume al socialismo, radicales, ex Cambiemos desencantados) y cuente con equipos que permitan recorrer el camino de un presente “complejo” hacia un futuro distinto para dar comienzo a un “nuevo momento”.

Pareció el mensaje de un candidato contradiciendo la nota publicada por el diario La Nación el viernes 8 titulada “El núcleo duro de Lavagna descree de una candidatura”, funcional al deseo del consultor de Massa para que su cliente y no el ex ministro sea candidato presidencial. Cerca de Lavagna sospechan que las fuentes de esa nota de La Nación hayan sido quienes no desean su candidatura.

Comienzan a vislumbrarse caminos no paralelos entre Massa y Lavagna al punto de conjeturarse la posibilidad de que Massa pueda acordar con el kirchnerismo y Lavagna sea el candidato de los gobernadores peronistas más el socialismo y los radicales desencantados con Cambiemos.

En el reportaje que le concedió a la radio Milenium el miércoles, dos días después de la reunión de Mar del Plata, Lavagna marcó diferencias con Massa: “Mi relación personal con él es la que fue siempre, buena. Pero desde el punto de vista de la política, no. No es lo mismo, él piensa en una expresión más ligada a lo que puede ser una propuesta de un sector del justicialismo y yo vengo pensando en la necesidad de construir algo más amplio”.

Surgen divergencias entre Lavagna y Massa, quien trata de instalar que el exministro no será candidato.

Lavagna explica mejor que nadie en Alternativa Federal cuál es la alternativa entre Macri Cristina Kirchner, a quienes define como un extremo marketinero y otro extremo pseudoideológico, uno orientado a las finanzas y otro al exceso de intervencionismo del Estado. Expone ideas, por ejemplo que la recesión crea más inflación en lugar de combatirla, como cree el Gobierno, y por eso fracasa al enfrentarla, porque al achicarse la cantidad de unidades vendidas el costo fijo de cualquier actividad se tiene que dividir por menos unidades, aumentando el precio unitario. O que se puede convertir el problema del desempleo y de la fuga de capitales en solución porque son recursos ociosos de trabajo y capital argentino (no de inversiones internacionales) disponibles para volcar a la producción si se generan condiciones de rentabilidad por incremento de la demanda.

También marca diferencias entre el justicialismo, al que adhiere como idea, y la práctica del peronismo, que rechaza, desde el corrimiento excesivo a la derecha de Menem, o a la “pseudoizquierda” del cristinismo.

El explicar de Lavagna se asocia con el saber, con la idea del gobernante sabio o filósofo que proponía Platón como solución a los malos gobiernos, aplicando el intelectualismo moral socrático a la política. Platón le asignaba al intelecto un lugar preponderante para lograr el conocimiento: el sabio, al saber la idea de justicia y de bien, obraba lo correcto. Ponía a la educación al servicio de la política y a la dialéctica como técnica al servicio del gobierno: el diálogo donde polemicen pacíficamente argumentos contrapuestos como método de alcanzar mejor síntesis.

Construir un gobierno de ideas, lo contrario a Macri (no hay otra alternativa que el ajuste) y a Cristina (no hay otra alternativa que el control de la economía por parte del Estado).



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domingo, 2 de febrero de 2014

L'ultimo tango dell'Argentina che spaventa il mondo… De Alguna Manera…


L'ultimo tango dell'Argentina che spaventa il mondo…


La banca centrale sta combattendo una battagli disperata contro la svalutazione del peso. Servono duecento milioni di dollari al giorno per salvare il Paese dal baratro ne quale sta nuovamente precipitando. Torna l'incubo del 2001: default e sanguinosa cancellazione del debito. Da allora molto è cambiato: gli investimenti stranieri ormai guardano altrove e oggi Buenos Aires è sola.

BUENOS AIRES - L'ingresso della Banca centrale a Buenos Aires è un tempietto neoclassico di colonne bianche non lontano da luoghi molto più carichi di passato e simboli: la plaza de Mayo, la Casa Rosada, la Cattedrale dell'episcopato. È il "microcentro" della capitale argentina, la City. Un reticolo di stradine pedonali dove di giorno è quasi impossibile camminare senza sbattere contro qualcuno ma che, dopo il tramonto si svuota, diventando un labirinto abbastanza pericoloso per l'incolumità del neofita. È qui, nella Banca centrale, che si combatte in queste ore l'ultima guerra d'Argentina, la battaglia del peso. Sostenere la moneta locale dalla svalutazione sta costando alle riserve monetarie del Paese quasi 200 milioni di dollari al giorno. Tanti ne stanno gettando sul mercato i funzionari della Banca per impedire il disastro. Ma, a questi ritmi, è una guerra già persa. Sul campo minato della battaglia finanziaria l'Argentina ha già lasciato quasi 4 miliardi di dollari delle sue riserve nel breve volgere di dicembre e gennaio, l'estate australe da queste parti. Due mesi, massimo tre, dicono gli economisti, e quando lo Stato non avrà più dollari per sorreggere il valore della sua moneta arriverà il crac. Si salvi chi può.

D'altra parte basta dare uno sguardo alle cifre. Il dollaro si scambia sul mercato ufficiale controllato a 8 pesos mentre su quello "vero", parallelo, libero, continua a crescere. Era a undici, poi a dodici, oggi è a tredici. Il 60% di più. Per contenere la pressione, all'inizio della settimana, il governo ha dischiuso l'uscio. Ha svalutato e liberato parzialmente l'acquisto di dollari che era completamente proibito alle persone dalla fine del 2011. Non basta. La fuga dai pesos è ormai un fiume in piena e chiunque ha risparmi cerca di metterli al sicuro nelle monete forti.

Così l'Argentina è tornata a correre sull'ottovolante come alla fine del 2001 quando la crisi precipitò nel default, nella cancellazione del debito estero dei bond (che tanti risparmiatori italiani stanno ancora soffrendo) e in una delle svalutazioni più pesanti della storia. Lo scenario c'è tutto. L'inflazione cresce (+4% solo a gennaio), il deficit fiscale - ossia la differenza fra quanto lo Stato spende e quanto incassa - pure. Mentre i sindacati si preparano al rinnovo dei contratti pretendendo aumenti al di sopra del 30%, ossia l'inflazione reale del 2013. L'altro guaio che confonde la congiuntura è l'immagine di debolezza e confusione del governo.

La Presidenta Cristina Kirchner non c'è. A dicembre è scomparsa per settimane nei suoi possedimenti in Patagonia convalescente per una operazione. A causa di una caduta le si era formato un ematoma nel cranio. È tornata a Buenos Aires solo per andare all'Avana dove, mentre il suo esecutivo tremava, si è fatta fotografare insieme a Fidel Castro e alla moglie dell'anziano ex lider maximo, Delia Soto del Valle. Ha evitato accuratamente il vertice economico di Davos. È nervosa, distratta. Forse vorrebbe addirittura mollare prima di essere travolta dalla tempesta in arrivo. In tv vanno, una volta per uno, il segretario alla presidenza, Capitanich, e il ministro dell'Economia, Axel Kicillof. Provano a mettere delle pezze. Chi compra dollari per la paura del crollo del peso è "un traditore della patria", affermano. "L'ultima svalutazione non avrà effetto sui prezzi", giurano. Altrimenti minacciano multe e sanzioni ai negozi che "speculano". Ma il circolo ormai è vizioso e nessuno sa veramente cosa fare per invertire lo scivolone ormai dietro l'angolo.

Se lo Stato spende i suoi dollari per sostenere il peso, non ne ha per finanziare le importazioni. I supermercati si svuotano, le fabbriche si fermano. La scarsità dei prodotti rilancia l'inflazione. Nessuno vende perché non sa quanto costerà domani quello che ha. Così si favoleggia di container alla rada lontano dal porto pieni di mercanzie che gli importatori non scaricano. Aspettano per evitare di perderci.

Il problema - dice un analista finanziario - è che a Buenos Aires da tempo "il denaro scotta in mano". Una famiglia di classe media che ha risparmi in pesos non sa cosa farsene se non osservare come perdono valore. Non li mette in buoni del Tesoro perché dopo il fallimento del 2001 non si fida. Fino all'altro ieri non poteva neppure cambiarli in dollari perché era proibito. E non può neanche investirli nel mercato immobiliare perché, da quando Cristina ha deciso che le transazioni per l'acquisto di immobili possono avvenire solo in pesos, nessuno vende più. Stagflazione è la parola maledetta. Vuol dire stagnazione economica, crescita inesistente del Pil con inflazione alta. È comunque il destino prossimo dell'economia argentina se i suoi piloti riusciranno a salvarla dal tracollo del default della fine dei dollari nelle casse del Banco Centrale.

In fondo è uno scenario semplice, il governo dovrebbe tagliare, e molto, le spese. Ma non può, senza incendiare il Paese. In questa strettoia da brividi Capitanich e Kicillof si trovano abbandonati dalla Presidenta. Kicillof è un ministro dell'economia molto giovane. Poco più di quarant'anni. Ha assunto l'incarico a dicembre scalzando il suo rivale perché, si dice, ha sedotto Cristina intuendone la psicologia. È piuttosto bello, ma anche un po’ presuntuoso. Kicillof è un simpatizzante di Carlo Marx. Da assistente all'Università faceva lezioni sul plusvalore e sul feticismo delle merci. Ora vorrebbe smentire i manuali d'economia e avviare l'Argentina verso la "fine del capitalismo".

Nuove tormente sembrano inevitabili anche se la differenza con il 2001 è profonda. Questa volta l'Argentina è da sola con i suoi ciclici drammi politico-economici. Si teme un contagio regionale, ma nulla di più. Il Paese della Kirchner è da tempo fuori dai mercati del credito, litiga con l'Fmi e non ha forme per finanziare i suoi debiti. Gli investimenti stranieri se ne sono andati verso la Colombia, nuovo gioiello dell'economia sul Pacifico. Se il peggio deve ancora arrivare la politica già si muove per spartirsi il dopo Cristina. Sperando che non sia così drammatico come si preannuncia. Le elezioni sono lontane, in teoria. Fine 2015. Ma Cristina ci arriverà?

Una variabile positiva, si sostiene nella capitale, questa volta potrebbe essere il Papa argentino. Sui giornali adesso Bergoglio furoreggia per la copertina di Rolling Stone e il disegno nel quale vola come Superman. E c'è perfino un aspirante candidato che attende la benedizione dal Vaticano per lanciarsi nella scalata alla Casa Rosada. È il presidente del Parlamento Julian Dominguez che sogna un movimento alla Solidarnosc, Wojtyla più Walesa, per rimettere a posto il Paese e regalargli un futuro meno tragico.

Poi c'è anche chi se ne va. È triplicato in pochi mesi il numero degli argentini che scelgono di spostare la residenza nel vicino Uruguay. Lungo le spiagge di Punta del Este. Hanno cominciato gli intellettuali e gli artisti come la disegnatrice Maitena, famosissima qui per una deliziosa striscia di comics, e il ballerino Julio Bocca. E la tendenza ha successo. D'altra parte perché restare a Buenos Aires che sarà anche bella ma è sporca, pericolosa, caotica e dall'avvenire incerto? Molto meglio il piccolo Stato riformista di Pepe Mujica. Magari noioso, ma ben governato e accogliente dall'altra parte del Rio de la Plata. Chi non può, e sono naturalmente la stragrande maggioranza, attende intrepido. L'Argentina è sull’ottovolante del suo ennesimo tango monetario e nessuno può prevedere quando e soprattutto come scenderà.

© Escrito por Omero Ciai  el Sábado 1º de Febrero de 2014 y publicado por http://www.repubblica.it/