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viernes, 1 de marzo de 2019

Mauricio Macri en el Congreso… @dealgunamanera…

Estamos mal, eso prueba que vamos bien…


Una hora clavada habló el presidente Mauricio Macri. Sería un ejercicio interesante (y masoquista) observar la pieza sin sonido. Se notaría, aún más, cuán envejecido está el mandatario incluso debajo de la gruesa capa de maquillaje. Se percibiría un rostro entre tenso y enfurecido, sin concesión a una sonrisa o a un rictus amable ni siquiera cuando aludió al futuro pum para arriba. Están pasando cosas y el lenguaje corporal las denuncia.

© Escrito por Mario Wainfeld - mwainfeld@pagina12.com.ar -el viernes 01/03/2019 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Con sonido, seguramente, la expresión más repetida fue “cambio profundo” con variantes mínimas. La cantidad de aplausos oficialistas, interminable. Una de las mayores ovaciones de las bancadas oficialistas premió al DNU sobre extinción de dominio, un desaire al propio Congreso. La incongruencia atañe a oficialistas de dos poderes.

Se vivieron momentos más psicóticos. Por ejemplo, cuando Macri enunció la reducción de la pobreza, la baja de la inflación, el crecimiento y la creación de empleo supuestamente sucedidos hasta 2018. Con subterfugios y gambeta corta, aceptó que ese cuadro es pasado, que el presente es distinto. Agreguemos: con indicadores deprimentes. A no mortificarse, martilló el mandatario, estamos sentando las bases, los cimientos, tendiendo puentes, construyendo futuro.

En los primeros minutos Macri situó el origen de los problemas argentinos más allá de la “herencia recibida”, los remitió a 70 años atrás, “son estructurales”. Pero consagró buena parte de la hora a fustigar al kirchnerismo con tópicos recurrentes como la relación exclusiva con Irán y Venezuela, la entrada al mundo.

El único anuncio importante fue la elevación de la Asignación Universal por Hijo este mes un 46 por ciento. Sería un aumento interesante si cumple la promesa.

Los silencios merecen nombrarse: no se nombró al Fondo Monetario Internacional (FMI), ni a las palabras “tarifas” o “dólar”. No se enunció ninguna reforma laboral grata al oficialismo. Ni mentó “derechos”, vocablo y concepto al que es refractario.

Hubo menciones en varios tramos a las mujeres, sus derechos, compartibles críticas al abuso. Estaban guionadas, son estimulantes igual. Pero cuando Macri interpeló a la Asamblea, legisladoras y legisladores, usó el vocativo “señores”, lejos del lenguaje inclusivo y aún del protocolo de los maestros de ceremonias old fashion (“señoras y señores”).

Macri enalteció a las Pymes y a la apertura de fábricas, cuando su política económica lleva al cementerio a las empresas chicas o medianas y a la industria.

El discurso urdió un hilo gánico, auto contradictorio. Todas las dificultades y tropiezos, propone el presidente, comprueban que se está yendo por el buen camino. Los retrocesos imprevistos acreditan la razonabilidad del rumbo. Reformula a Bernardo Neustadt, propagandista del menemismo: que estemos mal evidencia que vamos bien.

Tres lapsus freudianos alteraron la lectura. El primero cuando anotició que se están protegiendo las fronteras con el auxilio del narcotráfico. Había querido decir “ejército”, no es lo mismo. Las cámaras de la TV pública, rutinarias y atentas, obviaron mostrar al ministro de Defensa Oscar Aguad.

El segundo comentó la “radiación social” del Norte argentino, queriendo hablar de la solar.

La frase “viendo qué trabas podemos renovar” fue el tercero menos saliente pero acaso no menos confesional.

El desplazamiento de la realidad fue el hilo clave. Habló de un futuro hipotético, dudoso y eludió todo lo posible las menciones sobre el presente, tangible. Se difundieron o difundirán en estos días la reducción del Producto Bruto Interno, la inflación, los cierres de industrias. Quedaron afuera del radar.

Terminó in crescendo, como debe ser, dejando la sensación de ir a un combate. Refirió haber recibido mensajes de tres mujeres argentinas, pobres y felices, un clásico de la publicidad duranbarbista. Reconoció que “muchos van a pensar que están peor que hace años”. En una de esas no es que lo piensen sino que lo están.

Sin nada que mostrar, sin mejor herramienta que colisionar contra el kirchnerismo, el hombre que enfeudó el porvenir con una deuda externa colosal y delegó el manejo de la economía al FMI alegó haber dejado atrás la “imposibilidad de hacernos cargos de nuestros problemas nosotros mismos”. 

La disociación con la realidad constituyó, junto a la soberbia, el karma del discurso sobre el que escribimos sobre tablas pronunciado en una sesión tumultuosa. Con las inmediaciones del Congreso cercadas como si estuviéramos en guerra o en el cónclave del G-20, el trance más dichoso que Macri pudo rescatar tras tres años largos de gestión.



domingo, 22 de julio de 2018

Submarino A.R.A. San Juan (S-42)... @dealgunamanera...

Submarino desaparecido…

© clarin.com Muestra anual de Fotoperiodismo argentino 2018. ARGRA (uso exclusivo) Muestra del fotoperiodismo argentino un recorrido narrativo a partir de las imagenes más representativas del año muestra reporteros gráficos. Submarino A.R.A. San Juan (S-42).

Se agravó la crisis de la Armada por el A.R.A. San Juan (S-42): un almirante acusó a otro de falso testimonio.

Escrito por Daniel Santoro el sábado 21/07/2018 y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La crisis interna de la Armada por las causas del naufragio del submarino San Juan se agravó en los últimos días. Ahora el ex jefe del base naval de Puerto Belgrano contralmirante en actividad Luis Lopez Mazzeo, denunció por falso testimonio al ex jefe de la Armada, almirante (RE) Marcelo Srur, por su declaración testimonial ante la jueza federal de Caleta Olivia, Marta Yañez, quien investiga las causas por las que naufragó el 15 de noviembre pasado el buque.

En este hecho inédito para la estructura jerárquica militar, López Mazzeo acusó de mentiroso a su ex jefe quien le había atribuido responsabilidades en la falta de control del mantenimiento y las piezas del submarino.

En una extensa denuncia, según fuentes judiciales consultadas por Clarín, se confirmó que las armadas de EE.UU y Gran Bretaña fueron las primeras en informar que el San Juan había explotado y no la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBTO, en inglés), como hizo informar Srur a los medios de comunicación.

Almirante (RE) Marcelo Srur.

El ex jefe de Puerto Belgrano, quien todavía sigue en actividad, querelló a Srur porque avanza la causa penal en Caleta Olivia, donde se investiga a una válvula como una posible causa del accidente, entre otras hipótesis, y se revisa todos los materiales por los cuales se le hizo al San Juan el mantenimiento de media vida durante el gobierno de Cristina Kirchner.

Sucede que la causa penal sigue adelante mientras el ministro de Defensa, Oscar Aguad, no decidió si anula el polémico sumario de Srur, que es precisamente el eje de esta denuncia por falso testimonio, a pesar de que ya recibió dos recomendaciones en ese sentido.

A mediados de junio, el director de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Defensa, Juan Manuel Mocoroa, también había aconsejado a Aguad declarar nulo el sumario abierto de Srur. En una resolución de 15 páginas, el máximo responsable jurídico de la cartera opinó a favor de anular el sumario, es decir en el mismo sentido se había pronunciado el auditor de las FF.AA. coronel abogado Jorge Stanchina. 

El informe se conoció un día después de que Srur declarara ante la comisión investigadora bicameral. Srur, quien fue echado en diciembre pasado por Aguad, intentó deslindar la responsabilidad en sus subalternos por la "falta de información" sobre las condiciones en que se encontraba el submarino "ARA San Juan" al momento de su desaparición.

Reiteró que si hubiera sabido el estado en que se encontraba la nave “no habría permitido que zarpara”. "Me faltó información. No me la dieron. Es muy importante recalcar que el comandante de alistamiento es el encargado de ver qué barcos pueden zarpar y qué barcos no", declaró Srur.

Srur había acusado, en el sumario, a López Mazzeo y a Villamide de “arriesgar la tropa” y “negligencia en el servicio” al permitir la salida del San Juan. El sumario provocó una cadena de pedidos de pase a retiro en solidaridad con López Mazzeo y Villamide que terminó con 7 renuncias.

El texto de esta nueva querella implícitamente muestra que la decisión de suspender al contralmirante Lopez Mazzeo, entonces Jefe de Alistamiento y Adiestramiento de la Armada, “obedeció a la intención de Srur de perjudicar” a quien estaba previsto que lo sucediera al frente de la Armada, y entregar “culpables” a la opinión pública para de este modo "eludir las responsabilidades inherentes al cargo que ostentaba", al frente de esa Fuerza.

En su presentación contra Srur, López Mazzeo, según siempre las fuentes judiciales, le reprocha a su ex jefe “la invocación de hechos y circunstancias inexistentes, con el objeto de afirmar que el submarino no estaba en condiciones de zarpar, responsabilizando dolosa y falsamente a sus subordinados”.

Esas supuestas omisiones de Srur serían:

- Ocultar prueba documentada sobre las reparaciones efectuadas al submarino, y afirmar posteriormente en forma falsa su desconocimiento, con el objeto de mantener su infundada imputación.

- Callar acontecimientos, ocultar documentación y hechos, y brindar datos falsos y opiniones contrarias a las prácticas de la Armada Argentina, sus técnicas y el lenguaje naval.

- Tergiversar prueba relevante para el descubrimiento de la verdad, sea ignorando intencionadamente su existencia, sea atribuyéndole un significado que nunca podría tener.

- Descalificar en forma permanente la aptitud y competencia de su subordinado y de subalternos, así como su comportamiento profesional antes y después del siniestro, de modo de asignar fallas que no surgen de la documental existente ni de hechos objetivos probados en la investigación disciplinaria.

- Atribuir culpa grave a un subordinado y a subalternos, extendiendo infundada e implícitamente responsabilidad a la Armada Argentina, al Estado Nacional y al actual gobierno, afirmando sin fundamento la existencia de supuestas averías graves no reparadas en el submarino ARA San Juan.  En su larga presentación, López Mazzeo asegura que Srur “mintió al atribuirle demora en hacerle saber la falta de comunicación con el submarino, pues minutos después de recibir la información del Comandante de la Fuerza de Submarinos, Capitán de Navío Villamide, se comunicó con Srur para ponerlo al tanto de la novedad y hacerle saber las primeras acciones adoptadas para la búsqueda”.

Luego el texto afirmó que Srur también habría mentido acerca de cómo y cuándo se enteró de la detección de la “anomalía hidro acústica”, dejando que continúe la falsa versión de que la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBTO, en inglés), con sede en Austria, fue la primer fuente que brindó la noticia de la explosión.

Lopez Mazzeo reveló que “24 horas antes de la información proporcionada por aquel organismo internacional, fue la Armada de los EEUU, con datos ratificados luego por el Oficial de enlace de la marina británica en Puerto Belgrano, la que le transmitió a él y su comando la información, que fuera inmediatamente comunicada al Almirante Srur”.

© clarin.com Muestra anual de Fotoperiodismo argentino 2018. ARGRA (uso exclusivo) Muestra del fotoperiodismo argentino un recorrido narrativo a partir de las imagenes más representativas del año muestra reporteros gráficos. Submarino A.R.A. San Juan (S-42).

Por otra parte, ante la jueza Srur negó haber estado en conocimiento de supuestos desperfectos que surgen de un informe de navegación de julio de 2017 y dijo que, de saberlos, hubiera prohibido que el ARA San Juan zarpara. Además negó conocer si se tomaron medidas para subsanar las anomalías advertidas.

Sin embargo, López Mazzeo sostiene que Srur “sabía perfectamente que las observaciones de la patrulla de julio habían sido atendidas para su reparación”. Para probarlo, acompañó en su querella el acta de entrega de documentación firmada en noviembre de 2017 de donde surgen “las obras correctivas dispuestas por Villamide, documentación que Srur tenía a su disposición cuando prestó declaración testimonial”.

Agregó que en los partes diarios de situación que se le elevaban, entre otros, a Srur “entre el 20 de septiembre y el 20 de octubre, figura que el San Juan se encontraba en reparaciones en los Arsenales de Mar del Plata y Puerto Belgrano”.

Por estas razones, López Mazzeo sostuvo que la afirmación de Srur en el sentido que el submarino no se encontraba en condiciones de zarpar “resulta particularmente perversa” y que el Almirante Srur no ignoraba “las numerosas travesías y ejercicios realizados  por el San Juan luego de las reparaciones efectuadas con posterioridad a la Inspección N° 10/16 S y al informe de la patrulla de julio de 2017, prueba irrefutable de que las averías fueron superadas en lo referente a las condiciones de seguridad para la navegación”. 

© Arte Gráfico Editorial Argentino S.A. El ex jefe de la Armada almirante Marcelo Srur saluda a la jueza de Caleta Olivia, Marta Yáñez. (Foto: El Patagónico)

Añadió López Mazzeo en su querella que Srur, además, “omitió un posterior informe del Capitán de Fragata Pedro Martín Fernández, Comandante del A.R.A. San Juan, en el que concluyó que el submarino se encontraba en condiciones de “Buque habilitado””. Recordó que esa omisión le fue reprochada, en diciembre del 2017, a Srur por el Ministro de Defensa en nota que le dirigió en el sumario disciplinario, y no obstante la ignoró al declarar como testigo.

López Mazzeo sostuvo que Srur mintió también cuando dijo que desconocía que el ARA San Juan iba a realizar una patrulla de mar. Recordó López Mazzeo que el 18 de octubre de 2017 efectuó “una exposición en el Edificio Libertad, ante Srur y ante todo el Consejo de Almirantes, en la que incluyó la descripción de toda la etapa de adiestramiento de Octubre y Noviembre de 2017 del A.R.A. San Juan”.

Resaltó López Mazzeo que en el sumario disciplinario obran dos dictámenes uno de la Auditoría General de las Fuerzas Armadas y otro de la Dirección de Asuntos Legales del Ministerio de Defensa, en los que se concluye que corresponde declarar la nulidad de la resolución dictada por Srur, por su parcialidad, arbitrariedad y abuso de autoridad.

En los dictámenes se advierte que Srur dictó la resolución sin contar previamente con la opinión  de los peritos designados, omitió el último informe del capitán Fernández que calificó de “Buque Habilitado” al ARA San Juan -pese a la advertencia del Ministro Aguad-, omitió la documentación que acredita las reparaciones hechas al submarinos luego de los informes sobre averías, y se destaca “la inusitada velocidad” con que se habrían analizado más de mil hojas de documentación, todo en el término de un día. 

Lopez Mazzeo respaldó sus afirmaciones con documentación y mensajes navales cursados en cada momento, señalando que las "falsedades" de su declaración quedaron además expuestas en la exposición efectuada por el Ministro Aguad en la Bicameral, la cual terminó por probar "las mentiras, incoherencias y contradicciones" de su declaración.



domingo, 25 de marzo de 2018

El A.R.A. San Juan (S-42) participó de una misión con toda la flota de la Armada… @dealgunamanera...

El A.R.A. San Juan (S-42) participó de una misión con toda la flota de la Armada…

Submarino A.R.A. San Juan (S-42) Fotografía: Archivo Clarín

Lo hizo unos días antes de explotar. El submarino pasó a 5 millas de la zona de Malvinas y tenía como misión controlar a los pesqueros británicos.

© Escrito por Nicolás Wiñazki el domingo 25/03/2018 y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

“Presidente, le habla Aguad, le confirmo que no volvimos a tener comunicación con el submarino. Está perdido”.

Habían pasado 36 horas desde el último contacto del A.R.A. San Juan (S-42) con la Base Naval de Mar del Plata. Era el 16 de noviembre del 2017. Mauricio Macri entendió el problema.

El ministro de Defensa, Oscar Aguad, también le había comunicado la novedad, cuando todavía quedaban esperanzas de retomar contacto con la nave de inmersión furtiva al jefe de Gabinete, Marcos Peña.

“Oscar, tenemos que encontrarlo sí o sí. No se nos puede perder un submarino”, le contestó Mauricio Macri al Ministro.

Sí, se podía perder.

Pero eso no ocurrió en las circunstancias en las que el entonces jefe del estado mayor Naval, Almirante (hoy retirado) Marcelo Srur, persuadió a la Casa Rosada, y luego a la ciudadanía, sobre cómo se enmarcó esa pérdida.

El submarino no partió desde el Atlántico Sur hacia Mar del Plata en solitario. Más bien lo contrario. Toda la flota de la Marina argentina navegaba por la zona. Buques, corbetas, lanchas patrulleros con buzos tácticos y hasta aeronaves, se ejercitaban junto al San Juan en el mayor ejercicio naval de desplegado por la Armada desde 1983. Incluso, el submarino desaparecido participó de la operación de mayor riesgo militar en ese plan conjunto cumplido hasta el fin.

Se trató del hundimiento, adrede, de un buque en desuso de la Marina, que fue escogido como blanco de una ofensiva militar de naves de superficie y también submarinas como el San Juan. Lo hundieron con disparo de misiles y con minas que buzos tácticos colocaron en el barco, que finalmente explotó.

Ese antiguo buque se llamaba Comodoro Somllera. Las armas navales, algunas de ellas sigilosas, lo destruyeron según el procedimiento articulado por el plan del Ejercicio, la zona que este operativo confidencial de la Armada identificó como su “punto rojo” es un área cercana a la Isla de los Estados, frente a Tierra del Fuego.


Clarín accedió a documentos de la Marina, clasificados con la categoría de “Confidencial”, que demuestran que, más allá de la historia narrada por las más altas autoridades de esa fuerza, el A.R.A San Juan (S-42) no tenía como única misión patrullar por las aguas territoriales de la Argentina para detectar pesqueros extranjeros que podrían surcarlas y explotarlas de modo ilegal.

Que haya cumplido con su parte en el Ejercicio conjunto prueba que el San Juan, entonces, podía navegar. Y navegar incluso con solvencia tal como para participar, con protagonismo armamental variable según las diferentes fuentes consultadas por este diario, en la calculada explosión exitosa del Somellera.


Después, sí, el submarino partió hacia el Golfo San Jorge, y hacia Mar del Plata, y el 15 de noviembre ya no se supo más de él.

El Gobierno mostró en el Congreso documentación confusa que indicaba, con anotaciones manuscritas y tachaduras sobre el texto, que el submarino desaparecido, junto a sus cuarenta y cuatro tripulantes, habría entrado en las doscientas millas náuticas que, de acuerdo al Reino Unido, son los límites perimetrales de las islas Malvinas dentro de los cuales no podrían navegar otras naves de guerra que las tripuladas por marineros súbditos de la Reina Isabel II. O sea: la Royal Navy.

El plan naval del sur, que movilizó a toda la fuerza de la Marina, incluido el A.R.A. San Juan (S-42), y que tenía como duración un mes, y como teatro de operaciones también las aguas del canal de Beagle, había sido organizado por el contralmirante José Luis López Mazzeo, Comandante de Alistamiento y Adiestramiento de la Armada.

A los ojos de la mayor parte de la Fuerza, López Mazzeo parecía el sucesor natural de su superior, Marcelo Srur.

La desaparición del A.R.A. San Juan (S-42) desencadenó una disputa interna en la Fuerza impulsada desde la propia cúpula de la Armada para evitar la promoción de López Mazzeo.


Esta situación fue reconocida por importantes funcionarios del Ministerio de Defensa, quienes pusieron fin al conflicto al zanjar la cuestión de modo rotundo.

En medio la crisis institucional provocada por la desaparición del San Juan, Srur le inició un sumario interno a López Mazzeo, en el que lo responsabilizó por la vida de los cua renta y cuatro tripulantes del submarino.

López Mazzeo respondió jurídicamente.

El ministro Aguad se sorprendió con la voluntad sumariante de Srur, y le pidió el pase a retiro.

Según se determina en la documentación que hoy revela Clarín, el A.R.A. San Juan (S-42) partió hacia los puertos del Sur, donde se unió al resto de la flora de la marina, con varios objetivos prefijados de antemano.

Están resumidos en un paper interno de la Armada, de este modo:

“ZARPAR A PARTIR DEL 27 OCT, EJECUTAR ACTIVIDADES DE ADIESTRAMIENTO NAVAL INTEGRADO EN ACCIONES DE DEFENSA AÉREA, ANTISUBMARINA, ANTISUPERFICIE Y ANFIBIAS. DURANTE LAS OPERACIONES REALIZAR RECONOCIMIENTO DEL LITORAL MARÍTIMO, VISITAR LOS PUERTOS DE ((USU)), DEL 6 AL 9 NOV Y ((DRY)), DEL 20 AL 22 NOV Y POSTERIORMENTE EJECUTAR UN ENCUENTRO TÁCTICO PREVIENDO TOMAR PUERTO BELGRANO A PARTIR DEL 25 NOV”.

Según admitieron a este diario fuentes de la Armada y del Ministerio de Defensa, el A.R.A San Juan, en un momento de su travesía, habría navegado guardando una distancia de cinco millas con el límite “de la Corona”, como llamaron a la zona de conflicto con el Reino Unido sobre la soberanía de las Islas Malvinas.

Siempre de modo informal, en el Gobierno admiten que el San Juan tenía como una misión vigilar las aguas argentinas, pero en particular prestar atención a la ya antes comprobada aparición de pesqueros de bandera inglesa que sí superaban los límites de la Corona de Su Majestad: pero en sentido contrario, ingresando al Mar Argentino.

Según consta en el expediente judicial de la causa que instruye la jueza Martha Yañez, de Caleta Olivia, que investiga la desaparación del San Juan, el submarino, en un viaje anterior por el Atlántico Sur, efectivamente se topó con naves extranjeras. Algunas, manejadas por súbditos de la Reina Isabel II.

En la que resultó ser su última travesía, el San Juan tenía la orden de avistar e intentar conseguir material audiovisual de posibles naves intrusas en aguas de República Argentina.

En el punto 4 del documento de la Armada, también “Confidencial”, titulado: 

“ETAPA FINAL DE ADIESTRAMIENTO ESPECÍFICO INTEGRADO”, se advierte la importancia que se le daba al viaje del San Juan por las aguas nacionales: “DURANTE EL DESARROLLO DE TODA LA ETAPA SE DEBERA ENFATIZAR EL CONCEPTO DE CONCIENCIA DE DOMINIO MARITIMO (MDA) ASOCIADO A LA PERMANENTE VIGILANCIA Y CONTROL DE LOS ESPACIOS MARITIMOS JURISDICCIONALES, DE INTERES Y DE MANIOBRA COMO TAREA PERMANENTE DE LA FASE PREVIA DEL EMPLEO DEL INSTRUMENTO MILITAR CONFORME LOS PLANES EN VIGOR”, se lee en uno de sus párrafos.

Y agrega el texto del documento:

“LA FUERZA DE TAREAS DEBERA MANTENER EN TODO MOMENTO UNA CLARA SITUACION DE SUPERFICIE Y SUBMARINA QUE PERMITA, EN COORDINACION CON LA CENTRAL DE OPERACIONES DE ESTE COMANDO, CONTRIBUIR A LOS OBJETIVOS ESPECIFICOS DE LA VIGILANCIA ESTRATEGICA DEL ATLANTICO SUR. EN IGUAL SENTIDO, REPORTARÁ LOS CONTACTOS AEREOS QUE SE OBTENGAN A LA GUARDIA DEL CENTRO AEROESPACIAL EN MERLO (COAMER) CONTRIBUYENDO A LA VIGILANCIA Y CONTROL AEROESPACIAL…”.

Una comisión de expertos analiza aun qué fue lo que pasó con el San Juan.

No se sabe.

Los Estados Unidos, el Reino Unido y el organismo de búsqueda internacional de submarinos, conocido con las siglas de Ismerlo, coinciden en que hubo una explosión repentina de la nave en el lugar en el que las autoridades informaron al respecto.

El “Orden de Operaciones del Comando de la Flota de Mar N 14”, especifica, tras caracterizar la “situación” del operativo en el Atlántico Sur, nunca antes ejecutado en esta magnitud por una Armada, hoy diezmada presupuestariamente, remarca una cuestión crucial. Dice así: “Fuerzas enemigas: no hay”.

Ese documento era “Confidencial”.

Hasta hoy.



sábado, 17 de marzo de 2018

La implosión del A.R.A. San Juan (S-42)… @dealgunamanera...

La Armada de EEUU reveló en noviembre la posición de la implosión del A.R.A. San Juan (S-42)…

ARA San Juan (S-42)

El 22 de noviembre de 2017, siete días después de la perdida de contacto con el San Juan, se llevó a cabo una videoconferencia en la Base Naval de Puerto Belgrano. Los interlocutores fueron el contralmirante Luis López Mazzeo, entonces Comandante de Adiestramiento y Alistamiento, a cargo de las operaciones de búsqueda del A.R.A. San Juan (S-42) un alto oficial de la Armada estadounidense.

© Escrito por Edgardo Aguilera el sábado 17/03/2018 y publicado por el Diario Ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 

El contenido de la conversación fue volcado en un texto de una carilla y revelaba la información dada por la U.S. Navy confirmando la explosión/implosión del submarino y la posición geográfica del suceso.

La marina estadounidense es la "tercer fuente" a la que hace mención López Mazzeo en el mensaje Confidencial que emitió el 30 de noviembre para dar por cerrado el caso SAR (acrónimo inglés de Search and Rescue, Búsqueda y Rescate) porque se habían agotado las posibilidades de rescatar con vida a sus tripulantes.

Hasta ahora se conocía que la explosión había sido registrada por el sistema de sensores de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (uno ubicado en la isla Ascensión y otro en las isla Crozet) y por un informe del analista Bruce Rule, de la Oficina de Inteligencia Naval de Estados Unidos (ONI), que reveló que el San Juan colapsó en fracciones de un segundo. Vale mencionar que los analistas de la ONI (del inglés: Office of Naval Intelligence) producen información de inteligencia a partir de la obtención de distintas fuentes y sensores de la propia U.S. Navy. Las tres informaciones recibidas eran coincidentes en la determinación del lugar donde ocurrió el naufragio y la causa; una explosión/implosión.

El sobre cerrado con el dato brindado por la U.S. Navy fue recibido por el ministro de Defensa, Oscar Aguad y por el exjefe de la Armada, almirante Marcelo Srur en la mañana del 23 de noviembre. Era la revelación quizá más importante; por la calidad de la fuente; nada menos que la marina norteamericana que ya tenía un avión y medios de búsqueda y rescate desplegados en la zona del naufragio.

Uno podría suponer también que esa información sensible llegó cuanto menos a conocimiento del secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo, quien oficiaba de enlace de alto nivel con los países participantes del mega operativo de búsqueda. El aporte resultaba determinante para definir el modo de continuar con el esfuerzo de búsqueda. Cuesta decirlo pero significaba un cambio en la utilización de los medios ya que el capítulo de la urgencia en salvaguarda y preservación de la vida humana quedaba superado y el procedimiento continuaría con la búsqueda de los restos materiales del submarino.

El curriculum del contralmirante López Mazzeo muestra que participó de programas de intercambio de oficiales con la armada estadounidense en dos oportunidades, en la jerarquía de teniente de navío y luego de capitán de fragata, como profesor en la Escuela de Guerra Naval (U.S. Naval War College) ubicada en Newport.

Mauricio Macri tuvo el primer contacto con el mando naval en el edificio Libertad para recibir las novedades del caso en la tarde del 21 de noviembre de 2017. Al día siguiente, el aporte de la U.S. Navy al contralmirante López Mazzeo en aquella videoconferencia fue crucial para levantar la incertidumbre sobre qué pasó: una explosión/implosión terminó con la vida de los 44 miembros de la dotación.

Macri retornó al edificio Libertad el 24 de noviembre y se presume que ya contaba con la información de la U.S. Navy que reforzaba sino definía la certeza de la "anomalía hidroacústica compatible con una explosión" que había registrado la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, ubicada en Viena. Ese día el presidente dio un mensaje claro "hay que saber por qué pasó" y exhortó a "no aventurarse a buscar culpables", y que habrá "una investigación seria y profunda" sobre lo sucedido. 

El ex jefe de la Armada, almirante Marcelo Srur ya había desatado la tirria que tenía con López Mazzeo y lo responsabilizó junto al entonces comandante de la Fuerza de Submarinos, capitán de navío Claudio Villamide, de negligencia y otras graves calificaciones, en esencia por permitir la salida y operación de una nave que -en su apreciación- no estaba en condiciones de hacerlo. Esa resolución fue cuestionada por el ministro que aún no resolvió si los observados deben recuperar el servicio activo.



jueves, 28 de septiembre de 2017

Comenzaron las pruebas de mar del rompehielos A.R.A. Almirante Irízar Q-5)… @dealggunamanera...

Comenzaron las pruebas de mar del rompehielos 
A.R.A. Almirante Irízar (Q-5)…

 A.RA. Almirante Irizar (Q-5)

Esta mañana el buque de la Armada zarpó desde el CINAR para comprobar y verificar sus sistemas y equipos. Una vez cumplimentada esta etapa darán inicio las pruebas de hielo.

Con la presencia del Ministro de Defensa Oscar Aguad, acompañado por el Jefe del Estado Mayor General de la Armada, Almirante Marcelo Eduardo Hipólito Srur, y el Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, ingeniero Jorge Elustond, el rompehielos ARA “Almirante Irízar” soltó amarras desde el Complejo Industrial Naval Argentino (CINAR) para dar inicio a una nueva navegación.

Previo a la zarpada, las autoridades navales, del Ministerio de Defensa y del CINAR realizaron un breve recorrido por el “Irízar”.

Con los honores rendidos por la Banda de Música de la Armada y la Compañía de Ceremonial del Batallón de Seguridad del Estado Mayor General de la Armada, el buque procedió a soltar amarras, dando inicio a la maniobra de zarpada para comenzar la navegación en la que se realizarán pruebas de mar y se verificarán sistemas y equipos, previo a las pruebas en zona de hielos.

Participaron, además, de la ceremonia de zarpada el Director General del Material de la Armada, Contralmirante David Fabián Burden; el presidente del CINAR, Jorge Arosa, y operarios del astillero que participaron activamente en las tareas de reparación y modernización de esta unidad de la Armada.

Durante esta navegación se pondrá a prueba la performance de la unidad, al mando del Capitán de Fragata Maximiliano Mangiaterra, exigiendo al máximo el rendimiento de cada uno de los sistemas y ajuste de roles de las diferentes operaciones que realiza la unidad en navegación.

Estas pruebas se enmarcan en el adiestramiento y alistamiento del buque previo a futuras Campañas Antárticas.