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domingo, 8 de abril de 2012

Mundo Mafalda... De Alguna Manera...

Mundo Mafalda...

 Mafalda.

Con las palabras que no tuvo Periquita y la garra política que no heredó Lisa Simpson, Mafalda es un personaje único. Aquí, su mirada de época y la filosofía que la anima.

Mafalda es única. Aunque en sus comienzos haya parecido un homenaje a Periquita y en la actualidad la haya heredado un poco Lisa Simpson. Sin embargo, Periquita está sumida en el silencio, en comparación, y a Lisa le falta la garra para cuestionar el mundo.

La tira nació oficialmente en 1964, en Primera Plana, pero Mafalda ya era una nena que hablaba. Y marca un antes y un después en los lectores argentinos: los adultos que la leían “en vivo y en directo” por aquellos años, se sonreían. Los adultos argentinos de entonces (la leían en los diarios El Mundo, El Litoral, Córdoba, Noticias, de Tucumán, o la revista Siete Días), si podían, o hacían la revolución o compraban Nervocalm. Para los demás lectores –por lo general se accede a Mafalda en la adolescencia–, los que la leímos después en las tiras que publicó Ediciones de la Flor, ella se convertirá en el bálsamo con el cual soportar la realidad y las pérdidas de estos últimos cuarenta años: una dictadura con un saldo de 30 mil desaparecidos, una guerra inútil e injusta, la prosperidad fingida de los 90, el ingreso con tarjeta de cartón a un primer mundo de pacotilla.


Dice Quino que la hizo cascarrabias: en realidad es una melancólica que estalla de ira por los avatares del mundo. La realidad política remite en última instancia a la naturaleza codiciosa y cruel del ser humano y nos hace desgraciados y Mafalda es quien denuncia todo el tiempo, a través de la frescura de su humor, la maldad y la impericia del hombre y la ingenuidad de muchas de las soluciones planteadas a los problemas mundiales, como el hambre y la paz.

En un reportaje de 1987, el autor explica que el nihilismo de Mafalda se refiere a la índole del ser humano, no a la civilización. “Estaba convencido de que si alguien no modificaba un gen del hombre, éste desaparecería a corto plazo”. Con ironía, Mafalda sobrellevaba los conflictos bélicos del Congo, Israel, Vietnam, la Unión Soviética, Hungría, las Revoluciones sangrientas, y en el plano local, el golpe de estado de Onganía, la eterna contradanza de precios y costo de la vida; y las dos paranoias fundantes de esas décadas: el terror amarillo y el avance del comunismo, con su consecuencia: la guerra nuclear.

La sopa, que ella detestaba (fue la época en que la sopa en cubitos se impuso), sin duda era un mal menor. No hay lector ferviente de la tira que no acabe odiando la sopa tanto como ella. Sin embargo, hay dos cosas buenas con que enfrentar el mundo y que pueden escudarnos, sostiene Mafalda: los Beatles y el amor de los amigos.

Los seis amigos tienen intereses distintos y hasta irreconciliables por momentos, sin embargo construyen un vínculo que aspira al bienestar del grupo. Tal como el sueño que anhela: ser intérprete de la ONU para lograr la paz mundial. Aquí es cuando Mafalda se pone de verdad optimista y ansía creer en que los gobiernos de distintos países pueden acordar entre sí, como acuerdan los amigos.

En 1973, Mafalda dejó de salir en los diarios y con eso terminó su vida de historieta. Quino declaró sentirse oprimido por el personaje; las peroratas de Mafalda acabaron siéndole insoportables y no la extrañó jamás una vez que dio por finalizada la tira. Volvió, en ocasiones, a ilustrarla en otras producciones, como La declaración de los Derechos del Niño que publicó UNICEF en 1976.

Pero Mafalda ya no regresó a la vida de personaje de historieta; Quino se exilió en España y sus fans argentinos nos quedamos un poco huérfanos. Para Umberto Eco, leer Mafalda era indispensable para entender la realidad argentina; hoy Wikipedia lo contradice, afirmando que los temas que se tratan en la tira son universales. Sin embargo, la vigencia de Mafalda, con su cotidianidad porteña y una clase media a la que pertenece, ¿se vive igual leída por un francés o un sueco?

El último libro, Mafalda 10, nobleza obliga, Quino lo dedicó a Mafalda, Manolito, Felipe, Susanita, Miguelito, Guille y Libertad. Uno puede comprender al creador cuando dice: “Se acabó, se agotó” y que se haya negado a conformar un equipo de guionistas para generar nuevas ideas, como hicieron Charles M. Schulz con Peanuts, Matt Groening con Los Simpson o Nick con Gaturro. Uno, lo admira, lo entiende y agradece.

Pero igual, ¿A quién no se le estrujó el corazón de pena cuando cerró Mafalda 10?

© Escrito por Patricia Suárez (*) y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el Domingo 8 de Abril de 2012. (*) Escritora.


sábado, 14 de enero de 2012

Martín Caparrós... A la izquierda de los K... De Alguna Manera...

“A la izquierda de los K está medio país”...
 
“Es muy probable que cuando este proyecto termine de deshacerse, quien gane sea un candidato de centro derecha: Macri, Scioli o alguien por el estilo”.

Una de las voces críticas del “relato” oficial interviene en los últimos debates del campo cultural. Arrepentidos y desertores. Lanata, Carta Abierta y Plataforma 2012.

La palabra “vacaciones” no forma parte del diccionario de Martín Caparrós. Cuando no viaja por el mundo reuniendo material para sus libros, se recluye en su casa de Tigre, un rincón dentro de un jardín verde y salvaje, adonde escribe todos los días con rutina rigurosa. Los resultados están a la vista en cualquier librería: más de dos docenas de libros entre novelas y ensayos, y títulos insoslayables como “La voluntad”, escrito junto a Eduardo Anguita, una monumental historia de la militancia de los 70, pionera en revisar el pasado reciente. Su último logro no es menor. Con su novela “Los Livings” (Anagrama) ganó el Premio Herralde, uno de los más prestigiosos en lengua española. Pero, en 2011, también publicó “Argentinismos” (Planeta) mordaz diccionario que pasa revista a los principales términos de la política nacional. Porque Caparrós, en estos años, ha sido una de las voces más fuertes en el debate que divide a los intelectuales. De ese debate y sus consecuencias, de su nuevo libro y su blog y del futuro post-kirchnerista habló con NOTICIAS.

Noticias: ¿Qué significó para usted ganar el Premio Herralde?

Martín Caparrós: Me dio mucho placer porque es un premio que respeto. De todos los premios literarios que se dan en castellano es el que está más lejos de la plata y más cerca de las palabras. Y porque el grupo de escritores que lo recibieron, es un club al que da gusto pertenecer.

Noticias: La novela tiene muchas referencias a la historia argentina. ¿Cómo deberían ser leídos esos datos del texto?

Caparrós: No puedo ni quiero definir cómo debe ser leído lo que escribo. Sería, para empezar, tonto; para seguir patético y para terminar inútil. Me preguntaron muchas veces si “Los livings” eran una referencia a los desaparecidos. Es una lectura posible pero no la única.

Noticias: El libro también puede leerse como una simple y pura reflexión sobre la muerte.

Caparrós: Me alegra que se pueda leer de otra manera. Se muere gente todos los días. Hay mucha cantidad de muertos, entre los cuales están los desaparecidos. Pero esta especie de corrección política o de discurso hegemónico por el cual todo se lee desde cierta referencia a la dictadura militar, me parece reductora. Y lo digo desde la posición de haber sido uno de los primeros que empezó a hablar sobre el tema.

Noticias: ¿Qué pasa con su blog, “Pamplinas”, donde la escritura es interactiva? ¿Cómo se adapta a las nuevas formas de la comunicación?

Caparrós: No diría que me adapto. Me interesa probar, buscar, ver qué cosas se pueden hacer. Twitter me interesa mucho. Empecé hace 8 meses. Estaba por salir “Argentinismos” y pensé que iban a decir una cantidad de cosas sobre el libro en espacios con cierto poder. En “678” me pegaban con cierta frecuencia y yo no tenía ningún lugar donde contestar. Empecé tímidamente y en esos días hubo un episodio que me permitió descubrir lo mejor de Twitter. Yo escribía para la “Newsweek” nacional  y en la Web de “El Argentino”, ambos medios del Grupo Szpolski. Publiqué una nota sobre la reelección de Cristina y a las dos horas la bajaron de la Web y desapareció. Alguien por Twitter me avisó, empecé a buscarla y no la encontré. Lo comuniqué por Twitter y se armó una reacción en cadena. En el mundo “pre” Twitter la posibilidad de reacción hubiera sido mucho más lenta. La velocidad y la difusión horizontal son las grandes ventajas. La desventaja son los 140 caracteres. Hay cosas que no se pueden decir en 140 caracteres.

Noticias: ¿Cómo lo modifica el hecho de que su blog forme parte de la página del diario El País?

Caparrós: No entran sólo argentinos y esto te complica un poco en el momento de escribir. También, al principio, estaba la reacción de los “tiradores de mierda oficialista” que festejaban que me hubiera ido a España, como ignorando que un blog se puede escribir desde cualquier parte. Estas puteadas también incluían una palabra que yo había dejado de ver, que es “cipayo”. Yo era un “cipayo” porque escribía para un medio extranjero. Cuando en realidad a mí me interesó esta posibilidad porque me permitía no trabajar ni en los medios de la hegemonía peronista, ni en los de la hegemonía rica de la Argentina. Estoy claramente en la disputa, pero no quiero estar ni con unos ni con otros.

Noticias: ¿Y qué piensa de que Lanata trabaje para Clarín?

Caparrós: Lanata hace un tipo de trabajo que requiere de mucha más infraestructura. Hacer radio o televisión requiere de una empresa más pesada. Y él decide lo que quiere hacer. Para escribir una columnita por semana, yo podía hacerlo en lugares que no estaban tan implicados de un lado o del otro.

Noticias: ¿Cómo se siente hoy con respecto a esta guerra? ¿Cansado?

Caparrós: Sí, porque no me parece que haya nada importante en juego. Se están peleando por los cachos de queso en el reparto de dos sectores de los ricos argentinos. Unos señores que siempre fueron los dueños de la riqueza nacional ven que otro sector amenaza sus privilegios. En esa pelea yo no tengo nada que ver.

Noticias: De todos modos, terminan ubicándolo en un bando.

Caparrós:
Ese es uno de los grandes efectos del discurso kirchnerista. Contra ese efecto escribí “Argentinismos”. A los kirchneristas les conviene postular que si no estás con ellos estás con La Nación, con la Sociedad Rural y con Clarín. Cuando fui a “678” tuve una discusión porque me decían: “A nuestra izquierda no hay nada”. Justamente, uno de los trabajos que he tratado de hacer es demostrar que sí, que a su izquierda está la mitad del país.

Noticias: En la última Carta Abierta o, incluso, en las críticas de José Pablo Feinmann (aunque se haya retractado), ¿no ve una reacción de los intelectuales que adhieren al gobierno?

Caparrós: Efectivamente, aparecen ciertas fisuras. En una entrada de mi blog, titulada “Todos terroristas”,  y escrita en relación con la Ley Antiterrorista, hablaba de cómo una serie de hechos podían a largo plazo terminar siendo un quiebre. Una cantidad de gente que se hizo la boluda con muchas cosas, descubre que ya no puede seguir haciéndolo porque son demasiado centrales al sistema de ideas que dicen defender. Parece que se pueden hacer los boludos respecto al hecho de que en un año hayan matado 14 personas en protestas sociales. Pero es difícil hacerse los boludos con una Ley que puede ser usada para que la próxima vez que los maestros salgan a la calle a pedir un aumento, un juez diga que están amenazando al gobierno, que son terroristas y que deben ir presos con el doble de la pena. Insisto, esto puede marcar un quiebre. Hay gente que dice cosas que hace unos meses no habría dicho. También está este grupo que acaba de aparecer, “Plataforma 2012” (ver recuadro), que por ahora tampoco es un grupo, es un texto firmado por una cantidad de gente. Yo no lo firmé, quiero aclararlo, pero publiqué en mi blog el texto porque me pareció interesante.

Noticias: Hacia la izquierda del kirchnerismo también hay grandes polémicas. La creación del Instituto Manuel Dorrego fue tema de discusión en diferentes sectores.

Caparrós: Ese Instituto es un ejemplo de cómo creyeron que podían hacer cualquier cosa impunemente. Y hay cosas que pasan de la raya, de lo que la vergüenza pública tolera. El hecho de crear una institución nueva, con este fin, era un poco innecesario, porque hay suficientes instituciones dedicadas al tema. Pero además, poner como director al “panqueque” más famoso de un país lleno de “panqueques”, como es el señor Pacho O’Donnell, también era innecesario. Puso incómoda a mucha gente. Por qué poner a un tipo que fue alfonsinista, duhaldista y delarruísta. Tuvo una coherencia extraordinaria a lo largo de su vida: siempre fue oficialista. Nunca se confundió. ¿Por qué tenés que poner a un tipo así para revisar la historia?

Noticias: ¿Cuáles son las opciones políticas de aquí en adelante?

Caparrós: A mediano plazo, lo peor que van a haber hecho los Kirchner, va a ser desactivar ciertas ideas políticas durante mucho tiempo. Es muy probable que cuando este proyecto termine de deshacerse, quien gane sea un candidato de lo que solemos llamar centro derecha: Macri, Scioli o alguien por el estilo. Una de las razones es que el discurso de cierta centro izquierda va a estar tan desacreditado por su malversación kirchnerista, que nadie le va a dar bola. Durante años, cuando alguien diga: “Vamos a redistribuir la riqueza”, se le van a reír a carcajadas.

© Escrito por Liliana Lorruso y publicado por la Revista Noticias el viernes 13 de Enero de 2012.