Mostrando las entradas con la etiqueta Mount Pleasant. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Mount Pleasant. Mostrar todas las entradas

sábado, 24 de diciembre de 2016

Noticias de las Islas Malvinas... @dealgunamanrea...

En Malvinas afirman que necesitan un segundo vuelo "desesperadamente"...

El momento de la firma del acuerdo para identificar a los soldados NN enterrados en Malvinas. Londres, el lunes pasado.

La Cámara de Comercio de las islas asegura que se dificulta el ingreso de productos con el actual vuelo semanal.

© Escrito por Natasha Niebieskikwiat el viernes 23/12/2016 y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La Cámara de Comercio de las Malvinas afirmó que las islas necesitan “desesperadamente” un segundo vuelo semanal con Sudamérica. Fue a través de un comunicado que publicó esta mañana la agencia Mercopress. Así, sin mencionarlo expresamente, la Cámara apoyó las negociaciones entre Argentina y Gran Bretaña para se aumente la frecuencia de escalas en el territorio nacional respecto a la que ya existe a través de la aerolínea Latam en su ruta entre Punta Arenas y Mount Pleasant y que sólo un sábado por mes para en Río Gallegos, de ida, y el sábado siguiente, de regreso. 

Mike Summers, durante la reunión del C24, de las Naciones Unidas, en Nueva York. (Adriana Groisman)

“La capacidad para el desarrollo (de las islas) está siendo limitada y un nuevo vuelo traerá nuevas oportunidades de crecimiento en todos los sectores de la economía. Más capacidad es desesperadamente requerida”, señala la declaración de la Cámara. Esta ejemplifica los problemas con "la falta total" de disponibilidad de asientos que hay ya hasta fines de enero en el vuelo de Latam que cada sábado hace la ruta Santiago-Punta Arenas (ambas Chile) - Mount Pleasant, con la escala mensual en la capital santacruceña. “Esto no es sólo una restricción a las oportunidades de turismo y a los negocios sino que significa que ninguna carga comercial podrá ser importada en las islas hasta febrero”.

Esta semana, al firmarse el acuerdo en Londres para hacer el ADN a los restos de los argentinos caídos en la guerra que están sepultados sin identidad en Darwin, la Asamblea Legislativa de las islas también consideró el avance de las conversaciones sobre vuelos como “positivo” y puso octubre de 2017 como posible fecha de lanzamiento. Dos consejeros de las islas, Mike Summers y Phyl Rendell, fueron parte de la delegación británica. Y el acuerdo por el ADN fue el primer paso en una amplia política de deshielo de todas las partes, en un tema de alta sensibilidad.

El vicecanciller Pedro Villagra Delgado irá está semana al Congreso para explicar al llamado Observatorio Malvinas, los alcances del proceso de identificación de los caídos pero también qué se está hablando de vuelos con el Reino Unido y qué se hablará en el futuro sobre pesca y petróleo en el marco del conflicto de soberanía. Cuando Londres y Buenos Aires firmaron el comunicado conjunto del 13 de septiembre pasado hubo fuertes críticas de legisladores de la oposición como de Cambiemos. Por otra parte, los acuerdos de 1999 amarraron los vuelos con la empresa Lan. En las islas no quieren a Aerolíneas Argentinas. Algunos acuerdos tendrán que pasar por el parlamento, donde coincidentemente se acaba de conformar el Grupo de Amistad Argentina-Gran Bretaña, que ya preside la diputada Margarita Stolbizer. 

En el tema vuelos, como ya publicó Clarín son británicos e isleños los que se muestran más apurados en cerrarlo por necesidades económicas. El vuelo de la Royal Airforce que llega una vez por semana a Mount Pleasant desde la base Brize Norton, con algunas plazas para civiles es insuficiente, y tiene una escala incómoda en isla Ascensión. El de Latam está saturado y viene siendo incómodo para una ruta a Europa o al resto de América. Todos los países vecinos de Argentina apoyan el reclamo de soberanía y harán lo que pida Buenos Aries. Pero el deshielo generó otro clima, y el gobierno de Macri puso fin hacia la política de aislamiento a las islas que mantuvo el kirchnerismo con resultados negativos.

La premier británica, Theresa May. (AP)

En las islas el tema tampoco es fácil porque hay sectores que no quieren absolutamente ningún contacto con Argentina, aún a costa de las comunicaciones. Convencerlos de lo contrario es una ardua tarea de Londres y de sus propios legisladores.

Anoche, en su primer mensaje navideño a los territorios de ultramar de la Corona británica, la primer ministro británica Theresa May se refirió al acercamiento con la Argentina entre el ex primer ministro David Cameron y Mauricio Macri aunque de manera más general y sí manifestando su satisfacción por el acuerdo por la identificación de los caídos en Darwin que estará bajo el mandato del Comité Internacional de la Cruz Roja. 

"El año próximo es el 35o. aniversario del conflicto de las Islas Falkland. A medida que nos acercamos a ese momento importante, seguimos recordando aquellos que lucharon con tanta valentía y los 255 militares británicos y tres Isleños que ofrendaron sus vidas en defensa de la libertad. Quisiera expresar mi agradecimiento al gobierno de las Islas Falkland por su apoyo a los trabajos de identificación de soldados argentinos desconocidos, sepultados en Darwin. Vuestro gobierno ha estado involucrado muy de cerca en la discusión de los siguientes pasos de este asunto de tanta sensibilidad humanitaria que será liderado por el Comité Internacional de la Cruz Roja.", dijo.

“Como ustedes saben, a lo largo del año hemos estado trabajando con el gobierno de Argentina para edificar una relación más constructiva, con cooperación más estrecha en áreas de mutuo interés, incluyendo avances para asegurar importantes beneficios para Ustedes en las Islas Falkland”, señaló May. 

“El Comunicado Conjunto acordado en setiembre fue un paso en la dirección correcta. Hemos de continuar a trabajar con el gobierno de Argentina y vuestro gobierno para hacer de los cometidos del comunicado conjunto una realidad”, dijo May, que obviamente al sumirse en el conflicto de soberanía por el histórico reclamo argentino remarcó como todos sus antecesores: “Permanecemos absolutamente comprometidos con vuestro derecho a la auto determinación, sobre el cual Ustedes, con absoluta claridad reafirmaron en el referendo de tres año atrás. 

Una mejor relación con Argentina es de interés de todos, y con tiempo, espero cosecharán las recompensas con beneficios para vuestra economía, mejorando el comercio y el turismo, a la vez que desarrollando vuestras industrias de hidrocarburos y de pesca”.







jueves, 8 de septiembre de 2016

Argentina negocia con el Reino Unido vuelos directos a Malvinas… @dealgunamanera...

Argentina negocia con el Reino Unido vuelos directos a Malvinas…


Malcorra también evalúa con su par británica la posibilidad de realizar exploraciones marítimas en las Islas.

Publicado el miércoles 08/09/2016 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de buenos Aires.

El gobierno nacional intenta acercar posiciones con Gran Bretaña para que "en el corto plazo vuelvan los vuelos directos" a Malvinas y la posibilidad de negociar exploraciones marítimas en el territorio isleño. El anuncio se produce junto con la visita de la canciller Susana Malcorra a Londres, donde asistió a la cumbre de la Paz y mantuvo una reunión con la ministra de Estado británica, la baronesa Joyce Anelay.

Por otro lado, se acordó también que "la Cruz Roja" sea la encargada de iniciar las tareas de identificación de los soldados enterrados como NN en el cementerio de Darwin en las Islas Malvinas.

"Están viendo de iniciar un diálogo. La idea es que en el corto plazo vuelvan los vuelos directos. La canciller busca empezar a hacer una negociación, un diálogo serio para negociar estos temas", precisaron fuentes de la cancillería a la agencia DyN.

El anuncio se da en el marco de la visita a Buenos Aires del ministro británico para América Latina y las islas Malvinas, Alan Duchan, quien estará presente junto con varios empresarios británicos en la Cumbre de Inversiones argentina.

Actualmente, la empresa chilena Latam hace un vuelo cada sábado desde Santiago de Chile a Mount Pleasant (Malvinas), pasando por Punta Arenas (sur de Chile), en tanto una vez por mes ese mismo vuelo hace escala en Río Gallegos de ida y de vuelta. Durante el gobierno del ex presidente Néstor Kirchner se prohibió a los isleños que organizaran charters que pasaran por el espacio aéreo argentino, política que siguió la ex mandataria Cristina Fernández.

En noviembre de 2015, CFK amenazó con no autorizar más los vuelos semanales desde Chile a las Malvinas, que sobrevuelan por espacio aéreo nacional y son el único puente aéreo entre el archipiélago y el Continente, en búsqueda de que el gobierno británico cediera a un inicio del diálogo por la soberanía de las islas.


domingo, 27 de marzo de 2016

Islas Malvinas. Nuevos vientos soplan al sur del continente… @dealgunamanera...

Nuevos vientos soplan al sur del continente…


Las autoridades de las Islas Malvinas lanzaron una rama de olivo al nuevo gobierno argentino para que se reanuden las relaciones de cooperación científica, turismo y otras.

© Escrito por Mariano González, enviado especial, el viernes 25/03/2016 y publicado por elsalvador.com de la Ciudad de San Salvador, El Salvador.

Cuando se habla sobre las Islas Malvinas, la gente piensa en la guerra de 1982 o en gélidos desiertos donde parece el fin del mundo, más al sur del Continente. Pero más bien se trata de bellos y tranquilos miradores y zonas clave  para la investigación científica y el turismo.

Sitios como Sea Lion, o la Isla de los Leones Marinos, son parajes con una diversidad de flora y fauna, en los que sobresalen los pingüinos y los leones y elefantes marinos, así como albatroces y otras aves. Por la confluencia de corrientes de los continentes en ese punto, abundantes cardúmenes recorren esas aguas.

Actualmente hay exploraciones en busca de petróleo y se prevé que desde 2020 habrá las primeras extracciones. El mismo suelo en algunas zonas está constituido de un material orgánico que es combustible, llamado “peat” o turba.

Nuevos vientos parecen soplar en esta región: las autoridades de las islas, que se definen como un “territorio británico en ultra mar”, lanzaron una rama de olivo al Gobierno de Argentina para volver a estrechar relaciones de cooperación mutua, tras una década de estancamiento.  Argentina mantiene su reclamo sobre las islas como parte de su territorio, lo cual derivó en una guerra en 1982.

“Nuestras expectativas son altas con el nuevo gobierno argentino de Mauricio Macri. Con el gobierno de Carlos Menem fue más pragmático y más fácil. Estamos dispuestos a dialogar sobre los temas que beneficien a Argentina y a las islas”, dijeron Barry Elsby y Michael Poole, integrantes de la Asamblea Legislativa de las islas, de tan sólo 8 miembros.


De igual manera, los legisladores valoran fortalecer lazos con Latinoamérica y tratan de afianzarlos con Chile, Uruguay y Brasil.

Ellos han ponderado el reciente encuentro cordial entre el presidente Macri y el primer ministro británico David Cameron en Londres, el pasado enero.

El Gobernador Colin Roberts, quien representa al gobierno británico, dice que una señal importante sería restablecer los vuelos directos y permitir que las demás aerolíneas hagan lo propio.

Actualmente, sólo llega un vuelo semanal de LAN Chile al aeropuerto militar de Mount Pleasant.

Hace una década 30 mil ó 40 mil pasajeros llegaban periódicamente en vuelos charter.

La capital, Puerto Argentino, es una ciudad al estilo europeo, con iglesias, barrios y pequeñas oficinas públicas, pero sobre todo lejos del mundanal ruido y con temperaturas de 18 grados y vientos de hasta 50 kilómetros por hora que recuerdan los frentes fríos de octubre y noviembre en El Salvador de hace tres décadas.

No hay embotellamientos ni olas de homicidios y otros hechos delincuenciales, aunque de vez cuando capturan a un conductor ebrio o manejando a gran velocidad.

La gente prefiere los vehículos todo terreno. Generan su electricidad a partir de combustible y energía eólica (de los vientos).

Según el último censo, las islas tienen tres mil habitantes,   con el 54 por ciento nacidos allí, el 27 por ciento de ascendencia británica, un 5 por ciento de ascendencia helénica (de la isla Santa Helena) y un 6 por ciento son chilenos.

En la capital hay varios hoteles, pubs (tabernas) y bares.

Los dos templos principales son la Catedral anglicana y la iglesia católica de Santa María.


Argentina no renuncia a su reclamo por  las islas.

El Diario de Hoy intentó en varias ocasiones obtener la posición de la Embajada de Argentina en relación con el llamado que se formula en este  reportaje. Pese a las gestiones, no se pronunciaron.

Sin embargo, medios internacionales han publicado más recientemente que el pasado 5 de marzo la  canciller Susana Malcorra declaró a una radioemisora argentina que el Gobierno hablará “con el Reino Unido de muchas otras cosas, sin ceder en lo que entendemos es un derecho” sobre las Islas Malvinas.


En un comunicado el pasado enero, el Gobierno argentino señaló que las islas fueron ocupadas en 1833 por fuerzas británicas que desalojaron a la población y a las autoridades argentinas.

Reiteró que “el objetivo permanente e irrenunciable de recuperar el ejercicio pleno de la soberanía sobre dichos territorios y espacios marítimos, de conformidad con los principios del derecho internacional y respetando el modo de vida de los habitantes de las Islas Malvinas. Este objetivo es una política de Estado y responde al anhelo de todo el pueblo argentino”.

     
El gobierno llamó al encuentro de una “solución pacífica de las controversias, el derecho internacional y el multilateralismo e invita al Reino Unido a reanudar las negociaciones con miras a resolver -a la mayor brevedad posible, y de manera justa y definitiva- la disputa de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, a través del camino del diálogo, la paz y la diplomacia”.


sábado, 15 de agosto de 2015

Volver a Malvinas… @dealgunamanera...

Volver a Malvinas…

Cada vez que Miguel Anderfurhn vuelve a Malvinas toca el himno nacional con el acordeón de su bisabuelo, quien peleó en la Primera Guerra Mundial. Foto: José Supera

Algunos regresan todos los años, otros lo hacen por primera vez. Un viaje a las islas junto a un grupo de ex combatientes, una experiencia única que es también una forma de renacer.

Del blanco de esta hoja a la arena blanca y limpia con la que empieza todo esto, una playa de aguas cristalinas que a la vista puede ser una de esas playas paradisíacas de publicidad, pero no, nada de eso, en la costa corre un frío que tiene el poder del hielo, y el viento, el viento es filoso y áspero, y por momentos parece querer cortar la piel, pero igual, el ex combatiente José Luis Aparicio hace lo que viene a hacer casi todos los años desde que volvió por primera vez a Malvinas en 2006. Se saca la campera de nieve y los guantes, la remera térmica y hasta los borceguíes, se queda apenas en calzoncillos. Desnudo de ropa, pero también de muchas cosas más. Sufriendo como ellos. Sintiendo el frío en la piel y en la carne, y en el alma. Su ritual de hace años. Su bautismo, que lo hace nacer y renacer, con el que les rinde también homenaje a los compañeros caídos en el hundimiento del Belgrano. "Hago esto para sentir por un segundo el frío que sintieron esos chicos antes de morir." Y entonces corre por la playa. No importa el frío ni el tiempo. Corre y corre, y sus pies chapotean, hace un paso, dos, se deja caer, se hunde y su cuerpo se envuelve de agua helada. José Luis nace una vez más: como lo hace cada vez que vuelve a Malvinas.

Volver. Esa es la palabra que trato de descifrar en esta nota. Por qué volvemos a esos lugares que duelen, que nos hicieron mal. Quizás enfrentando el dolor, volviéndolo a vivir, logremos entenderlo. O quizá no es entender la palabra. No. La palabra es revivir. Volver para pararse en un mismo lugar y decir acá estoy, acá estuve, soy esto, porque soy lo que fui.

Ellos vuelven todos los años a Malvinas. Como si tuvieran que volver al dolor para que no duela tanto.

Los integrantes del centro de ex combatientes Islas Malvinas (Cecim) de La Plata vuelven todo el tiempo a las islas. Algunos, en época de invierno. Otros, en septiembre, octubre, cuando el clima malvinero está un poco más apto, menos violento.

Algunos lo hacen por primera vez.

Y acá empieza esta historia.

Llegar a las Islas…

Regresar a ese núcleo que late, que duele, que supura cosas desde adentro tuyo: ese tuyo que quiere decir todos nosotros.

Volver a Malvinas no es fácil, sobre todo la primera vez. Ya en el aeropuerto uno les veía las caras, una ansiedad serena, contenida dentro de sus cuerpos. El trayecto del vuelo comercial chileno de Río Gallegos a las Malvinas dura poco más de una hora. Llegamos a una base militar, Mount Pleasant. El clima es congelante y despiadado. Cielo y tierra son desolación. Llegamos a una base militar, llena de hangares, aviones, misiles, radares, llena de violencia y justificaciones, y de miedos. Un soldado nos custodia ni bien bajamos del avión. Los ex combatientes del Cecim La Plata que vuelven esta vez son 11. Cuatro por primera vez. Y también por primera vez en la historia vuelve una mujer ex combatiente: Norma Ethel Navarro. Enfermera. Ella, volviendo 32 años después. Volviendo, a su propia tierra de dolor. Nos alojamos en dos casas de Puerto Argentino. O Port Stanley. La sensación de un pueblo fantasma, respirar inexistencia, aire helado y solitario, casas que parecen no guardar habitantes.

Nos vienen a buscar dos camionetas. Próximo destino: cementerio de Darwin.

La Bahía del Silencio…

"Lo que me impactaba era la expresión que tenían en los ojos esos chicos". Foto: José Supera

Después de varias horas de viaje en dos 4 x 4, después de cruzar ríos de piedra y zonas minadas, después de animales huesudos y solitarios, encontramos el recinto que encierra todas las cruces blancas, las paredes de piedra con los nombres de todos nuestros soldados caídos. Ernesto Alonso es uno de los ex combatientes que más viajes a Malvinas tiene en su haber. Cada vez que vuelve le duele. Ahora se queda unos segundos en la tumba de uno de sus amigos. En silencio. Arrodillado. Tratando de entender. Por qué otro y no él. Después se levanta y le doy un abrazo, y con un nudo en la garganta me dice que "todos estos amigos nuestros que están aquí, hoy estarían vivos. Viviendo la vida que les hubiera tocado. Ellos dieron todo. Venimos a rendir homenaje acá, y estamos para reafirmar que todas las tumbas que tienen cuerpos NN, que están acá como soldado solo conocido por Dios, tienen que ser reconocidos, para tener su historia, su lugar, para no ser olvidados".

Después de un rato, entre las cruces blancas, perdida en un tiempo que no es tiempo, la encuentro a Norma, la única mujer en el grupo. En sus ojos y en su voz hay desolación, como si el ambiente terminara por pegársele a uno en el cuerpo. "Estando acá se siente una desazón muy grande." Se queda en silencio. Repite el mismo concepto: "Una sensación de desazón". Y otra vez hace silencio, pero se repone y vuelve. "Había visto unas fotos de este cementerio, había visto los rosarios colgados de las cruces. Ahora no están. No hay nada. Sólo cruces. Se siente una tristeza muy grande estando acá. Llevo piedras para una amiga del Chaco que me pidió, ella tiene a su hermano acá, pero como soldado solo conocido por Dios. Ver las lápidas que dicen eso da mucha impotencia, no saber dónde están enterrados nuestros chicos."

El cementerio tiene el tamaño de una manzana y todos los compañeros se fueron dispersando entre las cruces, dividiendo sus dolores. Entonces el viento me trae algo más que desesperanza. Música. Dulce y cálida. De acordeón. A lo lejos y parado sobre un monte lo veo. Con su instrumento, con toda la fuerza, con la energía que destila su personalidad. El ex combatiente Miguel Ruso Anderfurhn. Descendiente de italianos. Alto y rubio y de hombros anchos. Su bisabuelo estuvo peleando en la Primera Guerra Mundial. La tradición del acordeón fue pasando de generación en generación en su familia. Su bisabuelo tocó alguna vez para alejar el silencio de la locura, ese que llega después de la guerra. Hoy Miguel está en la isla que lo marcó para siempre. Y está tocando el Himno, parado sobre el mismo monte donde lo hizo las veces que volvió a las islas, y todos sus compañeros cantan el Himno junto a él, y todos están jurando, jurando por una cosa que los une y los ata, y los lleva por encima de un dolor que todavía parecen no entender: están jurando con gloria morir.

Volver al Monte Longdon…

Llanuras, montes y laderas para un recorrido que es mucho más que un ritual. Foto: José Supera

El monte Longdon fue uno de los últimos lugares en caer y donde se registró la mayor cantidad de bajas argentinas. Uno camina en ese monte y ve marcas todo el tiempo. Agujeros en la tierra que fueron bombas. Chatarra oxidada. Zapatos. Pero qué marcas son las que quedan en nosotros. Qué marcas quedan en el suelo de nuestra propia existencia. Acá no existe el tiempo. Es como si todo volviera a repetirse. Los agujeros en la tierra son morteros que siguen estallando. Las esquirlas siguen traspasando nuestra carne. "Acá no existen los días", me dice alguno de los excombatientes, mientras caminamos durante horas por los montes, en busca de las posiciones donde estuvieron por meses. "Acá sólo existen los restos de las cosas que ves, y nada más."

Carlos Daniel Chicho Amato pertenecía al Regimiento 7. Era encargado de manejar el radar de detección de movimiento. Había aprendido a usarlo unos días antes de salir a Malvinas. Me cuenta su historia en la misma trinchera en la que estuvo hace 32 años, en el mismo Monte Longdon, donde fue la gran batalla, donde los ingleses los rodearon y ya nada se pudo hacer. "Fue a fines de mayo. Nos llamó un segundo jefe. Estaban viendo a los ingleses con prismáticos. Entonces empezamos a monitorear el posible avance inglés. Claramente nos lo comimos. Yo había visto en el detector unas manchas nuevas, algo que no había visto antes. Se lo informé a mi jefe. Me dijo que eran ramas, viento, que no pasaba nada. Volví a ver esas manchas en el radar y le volví a decir a mi jefe. Y nada. Esa misma noche nos atacaron. Eran como 700 tipos. Fue la parte más jodida de la guerra ésa, donde tuvimos la mayor cantidad de bajas, un desastre. Y ahí mismo nos tomaron prisioneros. Fue difícil porque tuvimos que enterrar a nuestros propios muertos."

Carlos está excitado. Hace unos minutos escarbó donde estaba su posición y encontró su cuchara y algunas municiones. Pero dejemos de escarbar la tierra. Escarbemos el propio interior de Carlos Chicho Amato, sepamos qué se siente volver después de tanto tiempo: "Me siento un poco raro. Como alejado de todo y a la vez, cerca. Siempre me había resistido al viaje. Pero si vuelvo es porque lo hago con dos amigos míos que también vuelven por primera vez. Recuerdo que cuando estábamos acá, no veía colores, sino todo gris. Pasé por cosas que me hicieron mal después de la guerra. Pero después fue como que lo borré, es como si no sintiera nada. Siempre había estado en la organización de los viajes de otros ex combatientes. Les armaba todo, los despedía, pero nunca me animaba a venir: siempre me molestó bastante ir a un lugar que es nuestro y tener que presentar el pasaporte. Había prometido que no iba a venir. Pero esta vez se decidieron Mario y Sergio, que también venían por primera vez. Supongo que pude volver porque tengo dónde apoyarme en el dolor, porque no estoy solo".

Cuenta Sergio Isaia, otro de los ex combatientes que vuelve por primera vez: "Recuerdo la voz de mi hermano llegándome en el medio de la oscuridad". Estamos en el lugar donde combatió su hermano. Hay una placa que pusieron hace varios años. Hace unos segundos le rindió homenaje a su manera. Se quebró. Pero ahora está más entero. Sabe que cumplió con lo que tenía que cumplir. "Yo había viajado junto a él en el mismo avión. En las islas estuvimos en compañías diferentes, pero como los dos éramos operadores de radio, durante todas las noches nos comunicábamos para ver cómo estábamos. La idea fue siempre volver con él a las islas. Pero mi hermano falleció por una enfermedad hace varios años. Hoy sé que estoy volviendo con él. Pero también vuelvo con mis amigos, y eso me ayuda a soportar mejor este viaje, que es un viaje que hacemos, de alguna forma, también a nuestro interior."

La Primera Mujer…

En los comienzos de la guerra se habían solicitado instrumentadoras quirúrgicas para ir a las islas, a Puerto Argentino. Norma Navarro tenía miedo. Miedo de que la guerra llegara al continente. Quería colaborar de la forma que fuese. Entonces fue y se ofreció. Al instante la aceptaron. "Después del día que me aceptaron junto a tres chicas más, al día siguiente salimos desde Buenos Aires hasta Río Gallegos. Al rompehielos Almirante Irizar llegamos en helicóptero. Había sido convertido en buque hospital. Nuestra tarea era colaborar con los médicos en lo que se pudiera. Se había decidido que nos quedásemos en el buque, porque cabía la posibilidad de que si estábamos en tierra podíamos ser tomadas prisioneras." Respecto del trabajo que tenía que realizar todos los días, cuenta que "estaba en quirófano, aunque en realidad no teníamos una tarea definida. Venían con esquirlas de bombas, heridas en el abdomen. Hubo alguien que llegó en estado muy crítico, hicimos lo que pudimos durante muchas horas, pero falleció. Fue el único fallecido que me tocó ver. Hay cosas que me quedaron grabadas. No me impactaban los heridos, porque yo ya venía con la experiencia del hospital: lo que me impactaba era la expresión que tenían en los ojos esos chicos. Era como verles el alma, una mirada repleta de desolación, como si la guerra estuviera contenida en las pupilas". Pero si algo no puede olvidar Norma es la noche del 13 de junio, según ella, lo más duro que le tocó ver. "En un momento dado salí a cubierta con un tripulante. Recuerdo que estábamos cerca de la costa y se podían ver las casitas con techos de colores. Todo se veía iluminado de un lado y de otro, iluminado por las explosiones de colores amarillo y naranja, de bengalas que caían, lanchas que pasaban, era como una película, algo dantesco pasando frente a mí, una película espectacular y horrible. Y la desesperante sensación de que allá a lo lejos había gente muriéndose y no podías hacer nada." Le pregunto qué le dejó volver acá. Estamos en una montaña, el viento y la nieve arrecian. Mira hacia el horizonte. Parece recordar. "Estar acá es algo que te marca, porque aunque vos no veas más a las personas con las que estuviste ligada en ese momento de la guerra, una siente que sigue unida a través del tiempo, aunque nunca más los vuelva a ver."

Reflexiones y Renacimientos…

Recuerdos que aún perduran de la guerra en las islas. Foto: José Supera

Hay alguien que mientras recorremos montes y laderas se mantiene serio, por momentos alejado del grupo, por momentos reflexivo y silencioso, como si hubiera una batalla adentro suyo, como si todo se tratara de una guerra que se libra en los confines de nuestros sentimientos.

Mario Volpe se desempeñaba en la Compañía C. Al principio hacía de apuntador con un cañón, pero después le quedó como responsabilidad la parte de la enfermería. Ahora estamos en un alto de la travesía que supone recorrer los montes cercanos a Puerto Argentino. Mario acaba de encontrar la posición de un amigo suyo, Calvo, que era el encargado de la Compañía A. "Este lugar para mí es muy importante. Acá tuve la suerte de renacer, acá mismo fui herido." Suspira. Le cuesta seguir, pero sigue. "Veníamos replegándonos, ya habían tomado el Logdon y fuimos atacados y bombardeados. Llegamos entonces adonde se encontraba la Compañía A. Desde el lugar donde estábamos veíamos explosiones a 150 metros, a 100 metros, a 50. En un momento, siento que los silbidos de las bombas venían y pegaban adelante nuestro, y fue un segundo, pero sentí las esquirlas entrando en mi cuerpo, creo que caí unos metros. Un compañero me ayudó a levantarme. Sentía un dolor fuerte. Las esquirlas habían perforado mi pulmón y fracturado la escápula, entre otras cosas. La sangre no paraba de salirme de la espalda. Sentía toda la espalda mojada. Pensé que no tenía más posibilidades. Pero otros compañeros me ayudaron. Y llegamos caminando, al límite de mi fuerza, para que me atendieran en la Compañía Comando: ellos no podían hacer mucho. No había chances. O sí. Tenía que ir al pueblo. Como pudiera. Bajé la loma y encontré que venía una camioneta Dogde de la Marina llena de heridos. Me senté como pude. Llegué al hospital y ahí mismo lograron operarme." Le pregunto qué es lo que le pasa por adentro estando ahí. "Cuando uno camina por acá y siente el frío y el cansancio, de golpe, se mezcla esa cosa atemporal, como si el 82 se repitiera una y otra vez, como si todavía estuviera atrapado acá en las islas. La tristeza, la desazón, todo se repite acá adentro. Es como si el tiempo no hubiera pasado. Estar acá es revivir. Pero revivir aquel momento. A pesar de los 32 años que pasaron, uno no logra despegarse de las sensaciones: el frío, el suelo, el viento. El tiempo no puede despegarnos de las cosas. La sensación de que los años no hubieran pasado, la misma sensación de soledad, la incertidumbre. Es la primera vez que vuelvo a Malvinas, pero desde el año 82, regreso todos los días con sus noches."

Llenarse de Energía… 

Ernesto Beto Alonso era uno de los 800 soldados que conformaron el Regimiento de Infantería 7 y al que le tocó estar en el monte Longdon. Después de visitar el lugar donde estaba su trinchera, confiesa: "Volver a Malvinas me llena de energía; en los viajes que realicé después del 82 me ayudó a comprender más sobre este conflicto que data desde 1833, cuando nos fueron usurpadas; de entender qué paso en el conflicto de 1982, entender que efectivamente la decisión de la dictadura fue una aventura bélica que nos alejó de Malvinas, entender cada día más cuáles son las razones de la usurpación y la importancia geoestratégica que tienen las islas, y además, no olvidar a los que quedaron, a nuestros amigos, los verdaderos héroes" .

Carlos Tolomeo sintió "como si hubiese estado caminando en el aire, suspendido", cuando explotó la bomba a sus espaldas. Y lo cuenta al lado de su cañón, que ahora está oxidado y clavado en el suelo. "Mientras huíamos del ataque inglés, sentimos las ondas expansivas. Mi función era apuntador con el cañón. Hacía unos minutos había realizado dos disparos. Al tercero se trabó la vaina. Ellos se acercaban. Tuvimos que retirarnos. Corrimos y ahí fue que sentimos la bomba explotando detrás de nosotros, la onda expansiva tirándonos." Carlos señala los lugares donde estaban todas las posiciones. A lo lejos se ve el río Murrell. Desde ahí venían los ingleses. "Siempre que hemos podido volver hemos vuelto. Y hoy, a 32 años de que nuestros compañeros ofrendaran sus vidas, queremos brindarles nuestro homenaje, con este vino." Tolomeo descorcha una botella. Es ritual que beban todos los ex combatientes allí presente. El resto del vino lo echan a la tierra. Para los que quedaron. Después aplauden y se abrazan, hasta que Rubén Franzcunaz les dice a todos que encontró algo que sobresale de la tierra, cerca de la posición en la que se encontraba Carlos. Todos se mueven hacia el lugar. Carlos va primero. Apoya las rodillas sobre la tierra. Alguien le pasa una palita de jardinería. La usa poco, se olvida de la palita. Empieza a excavar con sus manos. Sus manos se llenan de tierra y de pasado.

Se ve la tela camuflada. Sus manos sacan la tierra cada vez más rápido. La tierra de sus manos se limpia con las lágrimas que caen de sus ojos. A nadie de los que estamos ahí se le cruza por la cabeza acercarse a ayudarlo. Es algo que tiene que desenterrar solo. Raíces y tela y tierra. "Esto era parte de mi uniforme", dice. Y nadie de los que está ahí dice nada. "Esto es parte de lo que somos, lo que queda enterrado acá para siempre, somos nosotros."

Juntarse para Contenerse…

El Centro de Ex combatientes Islas Malvinas, más conocido como el Cecim La Plata, fue ideado por algunos jóvenes soldados estando todavía en las islas. "Queríamos tener una voz, una voz que se escuchara, porque nos habían llevado sin preparación ni armamento, y estando allá pasamos hambre y hasta fuimos torturados", asegura Ernesto Alonso, que hoy es uno de los pilares fundamentales del centro. "Cuando estábamos allá veníamos charlando la idea de juntarnos y hacer algo que nos uniera a todos." Ahora el que habla es Mario Volpe, actual presidente del centro que sirve para seguir la lucha de la causa Malvinas, pero también para debatir y contenerse, y cenar todos los martes. De la cocina se encarga el ex combatiente José Chiquito Zarzoso, que en esas noches deleita a los más de cuarenta ex combatientes que llegan para pasar un buen rato entre ese grupo de amigos que se fue afianzando con el tiempo.

© Escrito por José Supera el domingo 21/09/2015 en el Diario La Nación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.