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viernes, 24 de marzo de 2023

Memoria, Verdad y Justicia… dealgnamaneraok...

 Memoria, Verdad y Justicia… 


Todos los años. Multitudinaria marcha a Plaza de Mayo en 2022. Una manifestación que forma parte de la tradición popular argentina. Fotografía: NA. 

Para las argentinas y los argentinos marzo es un mes con una carga de sentido político y cultural notable, fundamentalmente porque se conmemora, el 24 de marzo, el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia. La dictadura cívico-militar iniciada ese día de 1976 fue el acontecimiento más dramático desde que somos un país independiente.

Tenemos una historia lacerante, con elementos de violencia importantes, fundamentalmente desde el golpe de 1930, pero también en épocas anteriores, cuando ocurrieron genocidios como el de los pueblos originarios o represiones como la Semana Trágica y los peones patagónicos. Sin embargo, la dictadura de 1976 a 1983 es la etapa más trágica en todo sentido. Generó la pérdida de 30.000 desaparecidos, robo de bebes y niños, tortura. Mediante el terror y el miedo instrumentaron un modelo económico que mutiló nuestro sistema productivo e instaló un sistema basado en la financiación. La «Ley de Entidades Financieras» pergeñada por José Alfredo Martínez de Hoz, todavía vigente, representa una rémora de esa política.
 

© Escrito por Juan Carlos Junio, Dirigente Cooperativista, el lunes 20/03/2023 y publicado por la Revista Acción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. 

En ese marco, el 24 actual es un acontecimiento democrático, político y cultural que alcanza a la gran mayoría de la sociedad argentina, en forma transversal en términos culturales, ideológicos y sociales, superando incluso la llamada grieta y distintas identidades políticas.

Lo cierto es que el 24 de marzo, con la lucha de madres, abuelas, hijos, se ha logrado ideológica y culturalmente que una gran mayoría de la sociedad asuma la convicción del «Nunca más». La consigna «Memoria, verdad y justicia» se ha transformado en un signo de nuestro pueblo, adquiriendo carácter universal. 

Por eso esperamos que este 24 sea una vez más un gran pronunciamiento en las calles y plazas a lo largo de toda la geografía del país, cargada de sentido y contenido, en la que no solo se rinda homenaje a los desaparecidos y las desaparecidas, sino que se consolide la idea de una democracia humanista y solidaria con memoria, verdad y justicia, ya que no puede haber democracia escondiendo crímenes y genocidios. 

En nuestro Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini realizaremos esta semana una actividad muy trascendente, junto con el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), bajo el título «40-50-50 Memorias, Derechos Humanos y Democracia: diálogos sociales a 40 años de la recuperación democrática en la Argentina». El objetivo de estas jornadas no es solamente historizar la memoria viva, sino desde allí y recordando los 50 años de los golpes de Estado de Uruguay y de Chile, aunque lo primero es el 40, en representación del aniversario de nuestra recuperación del sistema constitucional. Se trata de repensar el presente y el futuro desde la perspectiva de la Argentina y el continente. 

Esteban Echeverría decía que nada es más inútil que la historia si no se busca en ella enseñanza. Es decir, estamos historizando, recuperando la memoria, pero como sustento del debate de los tiempos por venir. Participarán personalidades políticas y del mundo de la cultura de Uruguay, Chile, Perú y Colombia, habrá talleres y debate y en la inauguración, el martes 21 a las 18 horas, además de los mensajes institucionales de Karina Batthyány, directora ejecutiva de CLACSO Uruguay y del que daré como director del CCC Floreal Gorini, brindará una conferencia Manuela D’Avila, periodista, escritora, dirigente política y feminista y gran personalidad política de Brasil. También presentaremos los libros Malvinas en la geopolítica de América Latina, coordinado por Luis Wainer y editado por el CCC, y una obra de Dávila, Siempre fue sobre nosotras, presentada por la directora de CLACSO. 

En un momento tan difícil de la vida política en Argentina, en un año electoral decisivo, en el que se dirimen dos proyectos políticos y económicos entre la derecha y los sectores populares y progresistas, la idea de los derechos humanos como algo compartido por las grandes mayorías progresistas es una de las nutrientes decisivas y determinantes del proyecto popular. No hay que olvidar, por citar solo una de las expresiones de esta naturaleza, que el expresidente Mauricio Macri planteó en su momento, y reiteró esta semana, que los derechos humanos son «un curro». Por lo tanto, no es una cuestión circunstancial, sino de carácter ideológico y estratégico, que define con claridad miradas y enfoques de proyectos de país contrapuestos.


jueves, 25 de mayo de 2017

Los Hijos de los Represores... @dealgunamanera...

Hijos de represores: del dolor a la acción...


Hijos de represores: del dolor a la acción... El testimonio de Mariana D., hija de Etchecolatz, movilizó a otros hijos de represores a tender redes entre ellos. “¿Juntarnos para qué? No para seguir regodeándonos en nuestros dolores, sino para organizarse y aportar datos a los familiares que aun hoy buscan justicia, nietos y poder llorar sus muertos”, escribe Erika Lederer. Su padre fue un obstetra que actuó en la maternidad clandestina de Campo de Mayo en los ’70. Un texto que reflexiona sobre la carga del apellido, la culpa y la construcción de la identidad.

© Escrito por Erika Lederer el miércoles 24/05/2017 y publicado por Revista Anfibia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Ilustración: Julieta Marziani

Me llamo Erika, con K, porque en noviembre de 1976, en Salta, un par de botas metieron el miedo suficiente en el Registro Nacional de las Personas como para que nadie se opusiera a anotar un nombre que no estaba permitido. No supe nunca de qué se vanagloriaban al contar esa anécdota. Imaginarlo es sencillo: se jactaban con alegre impunidad, del poder que a diario ejercían en las pequeñas cotidianidades.   No llegué a cumplir un mes en la provincia norteña. A mi viejo, médico obstetra y carapintada, años más tarde, lo trasladaron a La Plata. Recuerdo y sé que se conservan fotos del festejo por el campeonato mundial de fútbol en la plaza de aquella ciudad. Para el año ‘79 estábamos en Campo de Mayo, uno de los grandes centros clandestinos de detención. Mi viejo era uno de los obstetras de la maternidad que allí funcionaba. Allí, ese mismo año, nació mi hermano. 

Tengo algunos recuerdos de esos años, como cuando destruí la guardería que tenían para los hijos de los milicos. Me veo saltando de cuna en cuna, despertando bebés. Recuerdo también una jirafa enorme, grande muy grande para mis dos años y ocho meses. Tengo presente también las palizas que recibía por infiltrarme entre las botas durante los desfiles.

Fue cuando estaba en tercer grado, alrededor del año 1984, cuando algo del relato familiar empezó a no encastrar. Esas grietas en la historia son las que poco a poco fueron sembrando dudas y desconfianza en relación al relato hegemónico familiar. Ni Papá Noel existía ni mi viejo era tan bueno.   

De esa época recuerdo mis problemas para vincularme, el asma y el miedo a hablar. Algo no encajaba en mi pequeña lógica. Un par de años después, siendo todavía una estudiante primaria, escuché de boca de mi viejo -entre otros relatos- el de los vuelos de la muerte. (Nunca pude entender cómo se las arreglaba con el Juramento Hipocrático ya que la paradoja es insalvable: la mano que cura es la misma mano que puede torturar, dar a luz, decidir sobre la vida y también, criar, acompañar al colegio, abrazar y golpear. Un devenir incesante de disociaciones, ninguna gratuita).   

También recuerdo el no poder hablar, los golpes, la vergüenza, los textos prohibidos, las películas vedadas y, principalmente, lo mal fundado de los argumentos por los cuales habría uno de creer su visión de la historia era la correcta. Creo que todo ello fue deslegitimando la figura paterna y me permitió interpelarlo e interpelarme.   

Para ese entonces, se escondían ejemplares de Página/12 en casa como parte de los temas de los que no se podía hablar, en especial con Mercedes. ¿Qué tenía de particular la familia de mi compañera de colegio? Puedo decir que agradezco infinitamente haber tenido luego una cantidad inmensa de Mercedes que me abrieron los ojos. Lo extraño es que ellos nunca supieron todo lo que sembraron en mí. La duda quiebra lo hegemónico.

¿Por qué hay tantas cosas de las cuales no se puede hablar? ¿Por qué papá aparece en un diario? Página/12 lo había escrachado por defender a Camps (y uno va creciendo, leyendo –nada más hermosamente subversivo, para usar el término que ellos entienden–  e informándose respecto de quiénes eran esos personajes siniestros). Pero hay edades donde no se cuenta con esa información o no se la puede abordar. Un niño no está preparado para asimilar que sus padres no hacen bien las cosas.

El 24 de marzo de este año mi hija menor, Alba Libertad, me preguntó con sus 9 años (¿será casual la adquisición de conciencia a esa edad?), si de vivir, su abuelo estaría preso. “Sí”, le respondí de inmediato. Nunca la vi llorar como ese día. Nunca. Algo se había quebrado en aquella niñez, pero no podía ser de otro modo. Recordé que a esa edad yo le preguntaba a mi viejo si él había matado. Hay preguntas de las cuales no hay regreso posible, porque son de algún modo mayéuticas y nos solicitan como sujetos. Al salir de la caverna, después de encandilarse y ver las imágenes verdaderas, el esclavo debía regresar para contar lo que había visto fuera de ella.


Que la verdad duele es cierto, pero es necesaria, para poder construirse como sujeto. Y eso vale también para los que debemos hacernos cargo de la mierda que nos toca. No se puede vivir eternamente disociado.

A los hijos de los milicos -y más si tu viejo era comando y carapintada- nos formaban en ciertos valores más que en otros; es decir, se nos educaba para ser gallardos. El peor defecto que podíamos detentar era el de ser cobardes. Agradezco que haya sido así: había que tener valentía para mirar al verdugo a los ojos y, aun así, mantener la palabra. Memoria, Verdad y Justicia. Clarito y sin claudicar.

Todas esas inquietudes, esas fisuras dentro del relato totalitario paterno, estallaron cuando tenía 15 años, quizás todavía 14.  Si el tipo que debía cuidarme encañonaba a mi vieja delante mío, era capaz de cualquier otra cosa. Lo personal es político. El respeto a un Otro, los abusos de autoridad y de poder, la violencia como modo de disciplinamiento se juegan dentro y fuera del seno familiar. ¿Si mi viejo podía golpearme con la ferocidad que lo hacía, siendo su hija, por qué no lo haría con personas desconocidas?

Tendría alrededor de diez años cuando recogí un gato de la calle. Por si no lo saben: los felinos no son los animales preferidos de un castrense. Entendí, tijera de jardinero mediante, que lo de las siete vidas es puro camelo. El gato fue desechado en una bolsa negra de basura. Estos métodos terminan por amedrentar cualquier subjetividad.

Otra cosa que intenta quebrar un milico es la voluntad; nada de sacar los pies fuera del plato. Estudié Derecho (aunque me gustaba la filosofía, carrera vedada) con un único objetivo que me acompañó año a año: recibirme e irme de esa casa. Para ese entonces mi viejo ya no era milico, pero lo había receptado la Policía Bonaerense, Techint y los Astilleros Astarsa. Recuerdo la última golpiza, ya de grande, después de que me encontrara un periódico troskista. Entré a mi habitación y vi todo dado vuelta, como en las requisas dentro de lugares de encierro. Me juré irme y nunca más volver, cosa que sucedió.

En agosto de 2012 recuerdo haber festejado la aparición de Pablo Gaona Miranda, el nieto 106. Durante la noche y acorralado por la situación judicial mi viejo decidió quitarse la vida. Se hizo justicia popular.

Poner en cuestionamiento (en duda) el relato totalitario paterno es necesario como primer paso para la toma de conciencia (mi viejo no está haciendo las cosas bien). Y  en relación a la identidad, vivir bajo el yugo de la incertidumbre y de no saber quién es uno, no es algo que posibilite la construcción de una subjetividad sino lábil.

Cuando se comunicaron desde Abuelas ante la posibilidad de que mi ADN fuera compatible con los aportados al Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), la primera sensación que tuve fue la de traición. Hiciera lo que hiciera estaba traicionando; o bien a quien me crió o bien a mis propias convicciones que son las que me llevaron a la sede de Abuelas (Virrey Ceballos 592), y luego al Durand. Lo cierto es que no fue compatible y esto implicaba hacerse cargo de que era la hija de este personaje. Desde esa certeza es que pude hablar y asumir el camino que me tocaba. Un camino no elegido, pero que sin embargo me es propio. Por esa razón, y siendo existencialista, no sentí necesidad de cambiar mi apellido, pero sí un compromiso genuino con la búsqueda de la verdad.

El milico suele ser implacable y hay que estar preparado para defender una idea (Julio López es un argumento en este sentido).

Mientras escribo esto, mi hijo me envía un mensaje de texto preguntándome si su abuelo se había suicidado. Hasta ahora sabía todas las cosas que había hecho, incluso sabía que si su abuelo viviera estaría en cana. Pero no sabía cómo había terminado. No creí oportuno hablarle del suicidio a su edad, me parecía una crueldad innecesaria. Sin embargo hoy debo responder esta pregunta de la única manera posible, con la verdad. Y el dolor de niño otra vez.

Además, no olvidemos, que nunca se arrepintieron. Mi viejo jamás se arrepintió. Cuando leí el artículo de Anfibia sobre Mariana, la hija de Etchecolatz, se me vinieron a la mente -y al cuerpo, principalmente- mil recuerdos. Es difícil deshacerse de ellos; son como una música en sordina, para nada alegres por cierto. La disociación, la culpa, la angustia (porque uno puede comprender racionalmente que no tuvo nada que ver, pero carga la piedra de Sísifo de todos modos) encuentran a la palabra como cura, como instrumento para nombrar y generar presencia, quién sabe si una anécdota no viene a completar lagunas o dar un poco de luz a los relatos de familiares que aun hoy buscan respuestas.   

Cuando ellos piden olvido, nosotros tenemos el deber cívico y humano de dar presencia y memoria; la palabra nombra y mantiene vivo el relato. Por eso el relato de Mariana emociona, convoca y, en cierto modo, obliga. Nos interpela a contar; decir lo que sabemos, por poco insuficiente o mal articulado que sea. Coadyuvar a la construcción de la historia es un compromiso colectivo. Todavía faltan nietos por aparecer y cuerpos por despedir (hasta en la edad antigua se les permitía sepultura a los muertos del enemigo).   

Leer el testimonio de la hija de Etchecolatz me genera, más allá de la angustia por los recuerdos, la posibilidad de transformarlos en acción plena de sentido, lo cual es más útil y consecuente. Así surgió la idea de juntarnos. Hijos de milicos genocidas, bajo una única consigna inclaudicable: Memoria, Verdad y Justicia. 

Y esto es necesario dejarlo más en claro que nunca por el contexto actual: se reciben a familiares de genocidas en oficinas de gobierno, se otorgan beneficios en la ejecución de las penas a los genocidas condenados, se hizo campaña (y se ganó una elección) contra el “curro” de los derechos humanos y el más alto órgano jurisdiccional argentino desoye instrumentos internacionales en la materia y argumenta y sentencia en favor de aplicar la famosa pero no vigente ley del 2×1. 

Esto es  borrar lo logrado con años de lucha. Es increíble que se vuelva a escuchar hablar de dos demonios. Fue uno y se llamó Terrorismo de Estado. No hay reconciliación posible con las Pandos. En el año 2012 hubo justicia, porque o bien mi viejo terminaba preso en el penal de Marcos Paz o terminaba como terminó. ¿Qué respuesta judicial habría hoy para un caso como el de mi viejo?   

Ahora bien, ¿juntarnos para qué? No para seguir regodeándonos en nuestros dolores, sino para organizarse con miras a aportar datos a los familiares que aún hoy buscan justicia, nietos y poder llorar sus muertos. 

Cuando la palabra circula la historia permanece viva. Cuando nombramos generamos presencia. Y es entonces que podemos estar seguros de que no nos han vencido. 






domingo, 2 de abril de 2017

“Se cambió el eje de la cuestión Malvinas”… @dealgunamanera...

“Se cambió el eje de la cuestión Malvinas”…

Edgardo Esteban, periodista y Ex Combatiente de Malvinas. Foto: Edgardo Esteban, periodista y Ex Combatiente de Malvinas. Foto: http://www.laimposible.org.ar.

Edgardo Esteban advierte sobre el giro que se produjo durante la gestión de Mauricio Macri. En un nuevo aniversario del desembarco en las islas, el periodista y ex combatiente explicó que “vuelve esta idea castrense de reivindicación de la ‘gesta’ como relato único”. Remarcó que, además, “se perdió la idea de que Malvinas era parte de América latina”.


© Escrito por Fernando Cibeira el domingo 02/04/2017 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Audio de Edgardo Esteban.


En su condición de ex combatiente de Malvinas y periodista, a Edgardo Esteban le toca vivir hoy un 2 de abril diferente a los acostumbrados en años anteriores. Hoy, el presidente Mauricio Macri recibirá sólo a algunas agrupaciones de ex combatientes y de familiares, entre los que están quienes escracharon al premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, a la madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas y al referente del Centro de Ex Combatientes de La Plata Ernesto Alonso a la vuelta de su reciente viaje a las islas Malvinas. En cambio, los sectores nucleados en la Mesa de Coincidencia de Malvinas –a la que pertenece– no fueron invitados y realizarán su propia actividad hoy a las 15.30 en la Plaza de Mayo. “La verdad que sorprende que esta gente que hace pocos días agredió e insultó a Pérez Esquivel y a Nora Cortiñas hoy sean recibidos en Olivos. Está claro que eso poco les importa y poco les interesa”, sostiene.

–¿En qué contexto se conmemorará este 2 de abril?
–Es una fecha que nos moviliza, se cumplen 35 años del conflicto. El contexto es especial. Por un lado vuelve esta idea castrense de reivindicación de la “gesta” como relato único, que es algo que ya tuvimos durante muchos años, sin respetar las otras miradas ni las otras construcciones colectivas. El tema Malvinas no le pertenece a nadie, pero es una cuestión de pertenencia de todos los argentinos en función de lo que significa esa vivencia. Hay tantas miradas de Malvinas como de argentinos, pero ahora se vuelve a avanzar en esa construcción de la “gesta” y de los “héroes” y no se hace cargo de todo lo que se planteó desde la mirada humana, de los derechos humanos y la situación difícil que vivieron algunos soldados. Por otro lado, esa construcción colectiva que consiguió que se entendiera que Malvinas no era sólo un reclamo argentino sino de la Patria Grande, de los países de la región, también se bajó. Se cambió con este acuerdo de septiembre pasado que firmó la Cancillería con la cuestión de los vuelos a terceros países, con los vínculos de la investigación científica y de cuestiones comerciales, y se quitó un eje que no tendría que pasar por quien sea el gobierno que ejerza en el poder de turno sino que es una cuestión de Estado.

–Con respecto al primer punto que plantea, ¿en qué cuestiones se ve que hoy prevalece esa mirada que llama “castrense” antes que la más “humana” que proponen ustedes?
–Hoy el Presidente convoca directamente a un sector que tiene un mensaje de reivindicación castrense explícita con referentes que han tenido vínculos con la dictadura. Es como si estuviéramos todos en la misma bolsa. Ya no prevalece el perfil de quienes venimos marcando los casos de abusos de autoridad, de los que estaquearon a los soldados. Hay otro perfil. Ya lo marcó el desfile del año pasado por el 9 de Julio con Aldo Rico y los carapintadas. Todos estamos juntos, en el mismo contexto, sin que se hagan cargo del rol que tuvieron durante la dictadura. Para nosotros no somos todos iguales. Hay gente que no dio explicación y hay denuncias en la Justicia por esos abusos. 

–¿Esas denuncias se siguen investigando?
–Sí, siguen. A pesar de que la Corte Suprema planteó la prescripción porque no eran delitos de lesa humanidad hay un requerimiento en la Corte Interamericana de Derechos Humanos con relación a esto. 

–¿Ustedes qué actitud van a tomar frente a esta nueva política del Gobierno?
–Seguir trabajando. Recientemente hicimos este viaje junto a la Comisión Provincial por la Memoria a Malvinas marcando nuestra posición respecto a los derechos humanos. También participamos del acto por el aniversario del 24 de Marzo en la Plaza de Mayo con un documento en el que quedó fijada nuestra posición respecto a las reivindicaciones históricas por Malvinas, pero fundamentalmente nuestra consigna que es Memoria, Verdad, Justicia y Soberanía. No olvidamos pero también reivindicamos a aquellos que actuaron en consecuencia con sus soldados. 

–¿Imaginaban que un sector podía manifestar un rechazo de ese tenor contra el viaje de la Comisión Provincial por la Memoria?
–Hay una situación de intolerancia que siempre existió. Yo siempre recibí mentiras, amenazas, insultos y ahora meten también a referentes como Pérez Esquivel o Nora Cortiñas. Puede que no estén de acuerdo con el viaje pero esto de ir a insultar a una Madre de Plaza de Mayo, decirle “hija de puta” a Nora Cortiñas, no puede ser parte de ninguna construcción colectiva. Es un tipo de violencia que resurge porque quieren volver a plantarse como el único relato y no permitir las distintas miradas. No voy a permitir que nos hagan callar sobre lo que hemos construido y sobre lo que sentimos que es la causa Malvinas. 

–¿Ese viaje cumplió el objetivo que se habían planteado? Pérez Esquivel y Cortiñas parecían un poco decepcionados por la poca recepción de los isleños.
–Los kelpers tienen buen trato, manejan bien la diplomacia, pero cuando uno quiere hablar de política, dialogar sobre lo que significan los derechos sobre Malvinas para los argentinos, ahí se ponen agresivos. La presencia de un referente como Pérez Esquivel sin dudas que le iba a provocar molestias porque saben que genera una repercusión a nivel internacional que a ellos no les gusta en función de lo que plantean en cuanto a su autodeterminación y a la situación tan especial de Malvinas, que es algo así como un paraíso fiscal. Yo estuve hace poco en Gibraltar, que es un territorio de siete kilómetros cuadrados donde viven 30 mil personas y el principal ingreso es el juego online, después recién vienen los barcos y el turismo. Todos los barcos que se ven amarrados en la Costa del Sol en España tienen bandera de Gibraltar. Hay en el medio una cuestión de dinero que se ve también en Malvinas donde por un lado hay una base militar desmesurada que llegó a tener un soldado por cada habitante y por el otro la cuestión de las regalías pesqueras que a los isleños les generó una ganancia de 150 mil millones de dólares desde 1983 hasta el 2015. Tienen la excusa de la autodeterminación pero ahí tienen todo el control marítimo de nuestra pesca, de la búsqueda de petróleo, de lo que significa a futuro la discusión de la Antártida. 

–Está la otra cuestión que planteaba, del abandono de la postura de mostrar Malvinas como un reclamo de la región. ¿En qué lo percibe?
–Mientras nosotros nos relajamos y permitimos que pasen cosas como que aterricen aviones militares británicos en Brasil o les damos la posibilidad de más vuelos a terceros países o que haya barcos brasileños o chilenos comprando los permisos para poder pescar en la zona de Malvinas, los kelpers siguen operando para llevar agua para su molino en lo que es el vínculo con el continente. Invitan a un ex presidente como el uruguayo Luis Lacalle, o a estudiante o a periodistas para hablar de los beneficios que tienen en las islas. En los últimos años se había planteado una política muy fuerte de integración, se veía un relato acerca de que Malvinas era parte de América Latina y no sólo de Argentina, y hoy se perdió. Hoy no se ve en los foros internacionales a nuestro país reclamando nuestro derechos soberano. Viajan comitivas oficiales al Reino Unido, se festeja el “Día del panqueque” como se hizo días atrás en la embajada argentina en Londres, buscando algún acercamiento cuando lo único importante es que alguna vez el Reino Unido se siente a dialogar de soberanía de Malvinas con Argentina como lo estableció una resolución de las Naciones Unidas hace más de 50 años. Eso este Gobierno lo olvidó, no le importa, no le interesa. Estamos regalando todo este tiempo de lucha y de construcción colectiva de algo que nos pertenece a todos los argentinos como parte de nuestra identidad. Acá puede haber grietas, pero la causa Malvinas, más allá de los matices, es el tema que nos une. Mirando hacia el futuro, todos esos recursos alimenticios y minerales que hay en nuestra plataforma marítima son fundamentales. 

–En el medio quedó el paso en falso de Macri asegurando que discutiría de soberanía con la primera ministra Theresa May. Ni siquiera se reunieron después.
–Hasta ese momento, Macri era un ídolo de los kelpers. Bastó que hablara de soberanía para que se le pusieran en contra, pero igual hacen distinciones. Si Cristina Kirchner compraba un helicóptero para las Fuerzas Armadas salía el Foreign Office a decidir que había que reforzar las defensas de las islas porque Argentina se preparaba para atacar. Ahora se está hablando de comprar armamento por dos mil millones de dólares y no hubo ni un comunicado del gobierno británico. Hay un vínculo y una construcción un tipo de alianza que es muy peligrosa, como eso que se dice sobre la posibilidad de una base norteamericana en el sur. Es muy peligroso relajarse en este tema porque estamos entregando cuestiones que tienen que ver con la soberanía.


martes, 1 de diciembre de 2015

Madres Línea Fundadora repudió "la resistencia" de Bonafini a Macri… @dealgunamanera...

Madres Línea Fundadora repudió "la resistencia" de Bonafini a Macri…

La Línea Fundadora de Madres de Plaza de Mayo, repudió los dichos de Hebe de Bonafini. Foto: DyN

La grieta en los Derechos Humanos. Mediante un comunicado expresaron su postura contra la referencia que hizo al expresar que el electo presidente era un “enemigo peligroso”.

Las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora repudiaron "con firmeza" los dichos de la titular de la Asociación de Madres, Hebe de Bonafini, quien llamó a "resistir" al nuevo gobierno de Mauricio Macri y convocó a una marcha para el día de su asunción.

"Coherentes con nuestra trayectoria, y como organismo de derechos humanos, repudiamos con firmeza cualquier expresión verbal o acto que atente contra la vida democrática y las instituciones de la República", manifestó la organización integrada por Nora Cortiñas y Marta Ocampo de Vásquez, entre otras.

En un comunicado, amplió que "sostenemos las conquistas sociales ganadas en estos 12 años y reafirmamos nuestros principios fundacionales, basados en la Memoria, la Verdad, la Justicia", informó la agencia DyN.


Esta postura fue expresada luego de que Bonafini calificara a Macri como un "enemigo peligroso" y convocara a una marcha de la resistencia para los días 10 y 11 de diciembre en rechazo a la asunción del nuevo gobierno.

"Vamos estar del jueves 10 a las 15.30 al viernes 11 a la tardecita, en donde daremos por terminada la marcha, que no será una Marcha de la Resistencia más, es una marcha que dice: 'Ni Un Paso Atrás - Resistir es Combatir'. Si tenemos que volver a hacer todo lo que hicimos en los gobiernos de Menem y De la Rúa, lo vamos a hacer”, propuso la titular de Madres de Plaza de Mayo.

© Publicado el martes 01/12/2015 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

  



jueves, 1 de octubre de 2015

Margarita Stolbizer: El Voto Ganado... @dealgunamanera...

El Voto Ganado


Nosotros queremos plantear qué es ganar en estas elecciones.

Ganar es no dejarse doblegar por las falsas opciones. O por las malas opciones.

Ganar es que triunfen las ideas y la coherencia política. Porque sólo así un país va a salir adelante.

Ganar es plantear propuestas sin demagogia.

Ganar es tener memoria.

Ganar es ser previsibles.

Ganar es ser sensibles a nuestra realidad y comprometerse en cambiarla.

Ganar es sacar a los que gobiernan pero no continuar con los que ya nos gobernaron y muy mal.

Ganar es no dejarnos confundir con el marketing y las luces de colores. No es dejarnos convencer por los que proponen cambios sino por los que pueden producirlos.

Ganar no es jugar por el menos malo sino por el mejor. Es no quedarnos con las ganas de votar lo que queremos.

Ganar es terminar con la mentira, el relato, la corrupción y los negocios. Y también es no dejar que otros con otra careta puedan hacer lo mismo que los que se van.

El triunfo debe ser el de las ideas.

Si votás pensando en vos, ya ganaste.
Ese es #ElVotoGanado

domingo, 19 de mayo de 2013

Memoria, Verdad y Justicia... De Alguna Manera...

Memoria, Verdad y Justicia...
 
Videla no tiene entidad, no está vivo ni muerto... Sus palabras hacia los desaparecidos en Argentina...

El 24 de marzo de 1976 el entonces Teniente General Jorge Rafael Videla encabezó el golpe de Estado que pisoteó la soberanía popular iniciando la dictadura militar más sangrienta de nuestra historia. Argentina se integraba así al gigantesco campo de concentración en que se convirtió el cono sur de América Latina, donde no se respetaron los derechos de más de 180 millones de mujeres y hombres, ni siquiera el más elemental, que es el derecho a la vida.

Ante un país desintegrado, debilitado institucionalmente, los intereses de la administración republicana de los Estados Unidos y de las fuerzas armadas junto a los sectores más retrógrados de la vida nacional, impusieron a sangre y fuego su objetivo de reestructurar la sociedad y el Estado de forma de establecer una nueva distribución del ingreso que favoreciera a los sectores económicamente dominantes.

La drástica reducción de la participación del asalariado en la renta nacional fue acompañada de la deserción del Estado en su rol como prestador de servicios sociales e instrumento reparador de las desigualdades. Se impuso así una política económica neoliberal de marginación y exclusión, un modelo económico pensado para expoliar a nuestro pueblo y saquear a la Nación.

Las previsibles resistencias que el modelo provocaría hicieron que el asalto al poder fuera acompañado de una represión sin antecedentes, y de una sistemática violación a los derechos humanos. El terrorismo de Estado, instrumento al servicio de esa atroz doctrina, arrojaría así el trágico saldo de decenas de miles de argentinos torturados, vejados y asesinados a sangre fría. El asesinato de mujeres embarazadas, niños y jóvenes revela la magnitud de este verdadero genocidio.

Ante la muerte de Videla, y a 37 años del funesto episodio que iniciaría la hora más larga y más negra de nuestra historia, recordamos con dolor aquellos momentos en que nuestro pueblo sufrió el oprobio de la dictadura, y seguimos reclamando Memoria, Verdad y Justicia.

El dictador Videla murió en una cárcel común condenado por la Justicia y la sociedad, una lección para esta generación y las generaciones futuras para que el NUNCA MÁS sea por siempre realidad.

© Escrito por  Rubén Giustiniani, Senador Nacional, el sábado 18/05/2013 y publicado en: http://rgiustiniani.blogspot.com.ar