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lunes, 16 de octubre de 2017

Festejos y alivio… @dealgunamanera...

Festejos y alivio…

PRO-CESADA Alejandra Gils Carbó. Dibujo: Pablo Temes

Las encuestas y Messi, dos alegrías oficiales pensando en 2018. El turno de Gils Carbó.

El oficialismo vivió estas últimas semanas con gran angustia y preocupación. ¿Por el resultado de las encuestas? ¿Por el intercambio con empresarios en el Coloquio de IDEA? ¿Por el déficit fiscal? No. Nada de lo que muchos imaginan. Todo fue por el fútbol. Lo que vivimos con la Selección tuvo un significado muy importante, primero desde el punto de vista social, pero sobre todo desde el punto de vista político.

Existía una gran preocupación por parte del presidente Mauricio Macri del posible malhumor social si la Argentina quedaba eliminada del Mundial de Rusia. ¿Cómo iba a atravesar la sociedad un 2018 con aumento de tarifas y viendo el evento de fútbol más importante del mundo sin la participación de Lionel Messi y quienes eventualmente sean sus compañeros de equipo? Pero para alegría de todos –y como increíblemente dijo Claudio “Chiqui” Tapia por el aporte de Messi y del brujo Manuel– la Selección ganó. Por lo tanto, Cambiemos tuvo festejo por partida doble: uno, por la clasificación para el Mundial y otro por las encuestas, que le están dando el triunfo en la provincia de Buenos Aires por al menos 4 puntos.

Números. 

Según datos de Opinaia, una de las pocas encuestadoras que acertó los números en las PASO, la tendencia posiciona a Esteban Bullrich con 41,2% y a Cristina Fernández de Kirchner con un 36,7%.

“La ex presidenta está en su techo. Podríamos decir que la imagen positiva de un dirigente es el techo, y la de Cristina Fernández de Kirchner en la provincia de Buenos Aires lo es. Diferente es el caso de los candidatos a senadores que disputan el tercer y cuarto puesto, en el bastión más importante del país en cuanto a su representatividad de votos, la provincia de Buenos Aires. Datos de la misma encuesta ubican a Sergio Massa, de 1País, con 12% de los votos. Si bien representa una baja comparativamente con las PASO –donde sacaron el 15,5%–, desde el espacio se muestran confiados: “esperamos crecer. Buscamos alejarnos de la disputa pasado o presente para presentar una alternativa, la alternativa del peronismo. Somos lo que Cambiemos no representa. Y venimos a proponer un nuevo peronismo, renovado y sin corrupción. Vamos a caminar la Provincia con esa bandera”, sostiene un referente del riñón del massismo.

Lo cierto es que en el Conurbano ya hay una lista de intendentes del PJ que hoy responden a Cristina, que está armando un peronismo bonaerense con Sergio Massa a la cabeza.

Sorpresivamente, los últimos datos de la consultora Opinaia ubican a la Izquierda, de Néstor Pitrola, con el 4º puesto con un 5,5% de los votos, superando a Florencio Randazzo en el 5º lugar con el 4,6% de los votos. “Randazzo debería haber aceptado un frente único con Sergio”, agrega un asesor cercano a Massa. Y así lo demostró el mismo líder político este jueves cuando fueron invitados a El juego limpio en TN. En los pasillos, los dos ex referentes de gobierno intercambiaron risas y chicanas: “¡Gato! ¡Gato! Me deberías haber aceptado las PASO”, le gritó Sergio a un sonrojado y sonriente Florencio Randazzo, quien se retiró del estudio sin respuestas. Cristina le dijo que no a Randazzo; Randazzo le dijo que no a Massa.

Si el resultado de unas posibles PASO con un frente compartido del PJ hubiese dado mejores números, nunca lo sabremos.

Si los resultados de las encuestas se corroboran en las urnas –lo que significaría para el peronismo su tercera derrota consecutiva en la provincia de Buenos Aires– viene para el peronismo el gran desafío de su renovación, algo que la presencia y la influencia de Cristina Fernández de Kirchner ha impedido.   

Dura ley. 

Esta semana el juez federal Julián Ercolini procesó a la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, por administración fraudulenta, debido a la compra del edificio de la Procuración ubicado sobre la calle Perón.

¿Por qué la procesó el juez Ercolini? Por sobreprecios evidentes en la compra del inmueble de marras. Gils Carbó sostiene que no tuvo nada que ver y que cuando se enteró de esto produjo sanciones a los que tomaron la decisión de comprar el edificio. Evidentemente el juez Ercolini no le creyó y, por el contrario, sostiene que ella sí tuvo responsabilidad en la operación.

Es necesario que veamos dónde está Argentina. 

En otros países del mundo –no en todos lamentablemente– en los que existe otra calidad institucional, si el procurador de la Nación es procesado renuncia o, por lo menos, pide licencia.

Sin embargo, el problema institucional más importante que representa Gils Carbó no es la compra del edificio. El tema más grave es que durante el kirchnerismo actuó como un apéndice del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, impidiendo el desarrollo independiente de la Justicia. Ahí está –a manera de ejemplo– el intento de desplazamiento al fiscal José María Campagnoli quien, por haber investigado a Lázaro Báez, fue suspendido y sometido a un jury de enjuiciamiento.

Esa es la falta más grave de Alejandra Gils Carbó, una persona que ha deshonrado la jerarquía institucional de un cargo que nunca debió haber ocupado.

Producción periodística: Lucia Lopreiato.


domingo, 30 de abril de 2017

Jugo de Trump… @dealgunamanera...

Jugo de Trump…

“Dame un limón...” Mauricio Macri. Dibujo: Pablo Temes

El Gobierno tomó el encuentro como una inversión, y espera cosechar. Ruido interno.

Algunos periodistas latinos que trabajan en los Estados Unidos describieron a un Macri algo retraído durante su reunión con Donald Trump. “Mauricio era el invitado y, si bien íbamos con la expectativa de un respaldo casi asegurado, no esperábamos señales tan precisas. Tampoco podíamos ir a coparle la escena al dueño de casa. Se optó por la sobriedad, algo que hace 12 años no se veía”, argumentó una fuente del riñón del PRO.

La historia de la relación política de la Argentina con los Estados Unidos es la expresión de una ciclotimia incesante. Así se ha pasado de las “relaciones carnales” al encono furibundo. Muchos –equivocadamente– refieren el comienzo de este fenómeno al enfrentamiento Perón-Braden. En verdad, es algo que viene desde tiempos aún más lejanos. El primer enfrentamiento fuerte entre ambos países se produjo durante la Primera Conferencia Panamericana, realizada en Washington en 1889.

La delegación argentina integrada por Manuel Quintana y Roque Sáenz Peña se opuso tenazmente a la propuesta de unión aduanera del presidente Benjamin Harrison. A nuestras dirigencias les ha costado entender la lógica y los códigos que se manejan en la Casa Blanca. Néstor Kirchner cometió un grueso error cuando maltrató a George Walker Bush durante la cumbre de presidentes que se hizo en Mar del Plata en 2005. Su actitud demostró su desconocimiento de esa lógica y de esos códigos y, además, pecó de ingrata. Bush tenía verdadera simpatía por los Kirchner –a la entonces legisladora Cristina Fernández de Kirchner la llamaba “la senadora más linda del mundo”–, simpatía que devino en ayudas concretas hacia el gobierno de entonces en su dura renegociación de la deuda externa.

“La actitud de Trump –que es un personaje cuya presidencia está atravesando por un sinfín de problemas– reflejó el optimismo que hay en Nueva York, en Ginebra y en Londres por el cambio en Argentina”, aseguró un economista de buen trato con el Gobierno, que prosiguió: “Lo más valioso no fue lo de Trump sino el haber estado el día anterior en Houston con los petroleros. Ese fue el gran logro del viaje porque está mostrando desde dónde van a venir las inversiones. Si todo sale bien, en 2020 debería estar resuelto el tema del déficit energético”.

En ese marco sí cobra valor una de las frases de Trump describiendo a Macri como “un viejo amigo”; en palabras de los norteamericanos fue lo que se conoce como this is the guy (“éste es el tipo”). La visita a Trump representa un mensaje de apoyo al gobierno argentino hacia el interior de los inversores norteamericanos y hacia el mundo. Ese es su valor. El gesto del presidente de los Estados Unidos de haber levantado la prohibición de importar limones argentinos grafica la intención de llevar ese apoyo al campo de los hechos.

Una de las cosas que impresionaron a Macri fue el Niágara de elogios que recogió en los ámbitos políticos y empresariales durante su breve periplo norteamericano. De todas maneras, comprobó allí que debe ganar las elecciones de octubre. Por otra parte, el contraste entre esos elogios y las críticas que recibe aquí, aun desde los sectores afines, lo tiene contrariado. Eso ya les pasó a varios de sus predecesores. Por lo tanto, no debería ni sorprenderse ni confundirse. Son vivencias y visiones absolutamente diferentes. Las dificultades de la economía siguen siendo muchas. Abril termina con un índice de inflación que será superior al planeado por el Gobierno.

El PRO parece tener un karma con los jefes policiales.

Ya lo vivió Mauricio Macri cuando tuvo la malhadada idea de nombrar al comisario Jorge “Fino” Palacios al frente de la Policía Metropolitana.

Igualdad ante la ley. En este contexto, no extraña que el karma continúe hasta el presente. A sólo cuatro meses de la creación de la nueva Policía de la Ciudad, su flamante director, el comisario José Pedro Potocar, quedó detenido, acusado de liderar una banda que cobraba coimas por protección policial. En los casos problemáticos, una coincidencia que habla de cierta improvisación a la hora de elegir: jefes y subjefes no pasaron los cuatro meses de actividad hasta que saltó su verdadero prontuario. En el caso de Potocar, sobre quien la Justicia tendrá la última palabra, el viento no está soplando a su favor.

El fiscal José María Campagnoli confía en la prueba que reunió, que, a su vez, fue refrendada por el juez Ricardo Farías. Desde el Gobierno de la Ciudad aseguran que chequearon los antecedentes y nada parecía fuera de lugar.

Para colmo de males, las fuentes que conocen el caso aseguran que “funcionarios de alto rango del Ministerio de Justicia de la Nación están haciendo lobby para sostener la teoría de que el fiscal es víctima de una operación derivada de las internas existentes en el seno de la Policía Federal”.

Esto es algo que parece poco probable en un hombre de la experiencia y la talla de Campagnoli. Es cierto que el nivel de prueba reunido al día de hoy no es el mismo que existía cuando Potocar fue nombrado –en verdad es mucho mayor– pero no es menos cierto que el ex titular de la Dirección General de Comisarías aparecía nombrado en la causa por pedido de coimas a comerciantes, empresarios y vecinos, desde el principio.

El famoso cuaderno con los pagos y las siglas DGC llegó a manos del fiscal en agosto del año pasado. Como se ve, tiempo más que holgado el transcurrido entre el inicio del escándalo y el nombramiento efectivo de Potocar. Un dato más cierra el círculo en este derrotero de idas y venidas: fuentes con acceso a la causa aseguran que “el principal expediente con pruebas irrefutables que comprometían al jefe policial hoy preso llegó a la fiscalía de Campagnoli vía Ministerio de Seguridad de la Nación”. Parece evidente que alguien no investigó bien los antecedentes o se hizo la vista gorda ante una situación semejante.

Che, esto no es el kirchnerismo, aflojen un poco”, escucharon decir allegados a Campagnoli de fuentes del gobierno nacional. A quienes así piensan, hay que recordarles que no se trata de kirchnerismo o antikirchnerismo, se trata de igualdad ante la ley. Las pruebas están y, como diría Perogrullo, las cosas son lo que son.

Producción periodística: Santiago Serra.



domingo, 24 de abril de 2016

Fin de pendientes… @dealgunamanera...

Fin de pendientes…

Vía Libre. Alfonso Prat-Gay. Dibujo: Pablo Temes

El pago a los holdouts alivia y elimina obstáculos y excusas. Cristina, complicada.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 23/04/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Hasta que no arreglemos con los holdouts, no habrá plan económico”. Esa es la frase que se venía escuchando en el Gobierno desde el Presidente para abajo. Ese objetivo se logró y se terminó de concretar el viernes pasado, es decir, 14 años y cuatro meses después de aquel infausto día en que el presidente brevis Adolfo Rodríguez Saá lo había decretado entre los aplausos y vítores de legisladores que no se supo bien qué festejaban.

Cuando se escriba toda la historia de estos 14 años en default, se hará mucho más evidente –entre otras cosas– el grosero error que cometió Cristina Fernández de Kirchner cuando, mal aconsejada por su ministro de Economía, Axel Kicillof, y llevada por los arrebatos fantasiosos del así llamado “relato”, decidió frenar el último día de julio de 2014 un acuerdo en marcha con los fondos buitre que le hubiera permitido a su gobierno acceder a una solución a este litigio por muchísima menos plata de la que ahora debió erogarse.

En esa negociación dramática –contada con todo detalle por el entonces presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega–, un grupo de banqueros había decidido aportar gran parte del dinero requerido para llevar adelante la operación. “Si Cristina hubiese arreglado con los holdouts, habríamos podido enfrentar las elecciones con una realidad económica mejor y con mayores chances de ganar las elecciones”, se lamentaba por estas horas un hombre que fue parte importante del equipo de campaña de Daniel Scioli.

El cierre del conflicto con los holdouts representa una gran oportunidad para el país y un enorme desafío para el Gobierno. El viernes se vivía en el corazón de la City porteña un clima de euforia que no se experimentaba desde hace años. El reto de aquí en más es que esa euforia se traduzca en mayores niveles de inversión y no quede limitada a una circunstancia financiera que beneficie a unos pocos y deje en un limbo de penurias a millones de argentinos.

El gobierno de Mauricio Macri enfrenta una realidad económica compleja. La luna de miel ya pasó. La inflación está en el centro de los problemas que hacen difícil la vida de la mayoría de los argentinos. El aumento de las tarifas y la caída del consumo representan una combinación que está haciendo crujir al sector de las pequeñas y medianas empresas, que son los principales dadores de trabajo en el sector privado. Con tasas de interés al 30% y con negociaciones paritarias aún pendientes, se les hace muy complicado mantenerse a flote a muchas de ellas. Las inversiones llegarán. Pero no ocurrirá de un día para el otro. Eso genera impaciencia en el Gobierno.

Es que saben que necesitan que estos beneficios comiencen a ser experimentados por la población lo antes posible. Por eso, la obra pública jugará un rol fundamental. Lo primero que vendrá será la reactivación de muchas que estaban paradas ya desde los últimos meses del gobierno de CFK.

Desnuda. Hablando de la ex presidenta, la semana que pasó la puso en una realidad que inquieta al kirchnerismo duro: la paulatina declinación de su liderazgo. Su mejor momento lo vivió con los diputados del Frente para la Victoria que aún le son leales. Ya con los intendentes del Gran Buenos Aires las cosas fueron un poco más heterogéneas.

El faltazo de muchos senadores, en cambio, la puso frente a la realidad de su pérdida de poder. La decisión de retirase antes de la finalización del encuentro adoptada por Juan Manuel Abal Medina habla del mal clima que hubo allí.

“La reunión fue mala”, confesó uno de los asistentes que supo ser una de las espadas de la ex presidenta. Cuando se le pidió hacer una autocrítica por la derrota electoral de noviembre, CFK fue terminante: “Scioli perdió por no haberme escuchado más a mí” (sic).

Se cierne alrededor del entorno de la ex mandataria una situación judicial cada vez más complicada. El episodio protagonizado por Jorge Chueco, el abogado que armó toda la trama legal del lavado de dinero obtenido por Lázaro Báez a partir de los sobreprecios pagados por la obra pública que se le adjudicó, habla de la debacle que se vive en esa verdadera organización que se montó para beneficiarse de la corrupción.

Es importante señalar que, además de la declaración judicial de Leonardo Fariña –que “el valijero” amplió en la semana–, en la que se alude a Chueco, está la investigación del fiscal federal José María Campagnoli, que determinó con precisión el rol clave de este personaje en esta trama delictiva.

Tan exacta y bien fundamentada había sido esa investigación del fiscal que el kirchnerismo buscó sacarlo de la cancha de cualquier manera. Por eso fue el juicio político que montó la procuradora Alejandra Gils Carbó en el que, insólitamente, uno de los testigos fue el mismísimo Chueco.

Nadie puede asegurar a ciencia cierta cuántas cosas más se sabrán de este caso llamado “la ruta del dinero K”. Lo que sí queda claro es que “la ruta del dinero K” significará el camino de la cárcel para Lázaro Báez, Martín Báez, Daniel Pérez Gadín, Sebastián Pérez Gadín, el ya mencionado Jorge Chueco y otros. La pregunta es: en el rubro otros, ¿estarán Cristina Fernández de Kirchner y su hijo Máximo?

Producción periodística: Guido Baistrocchi.


domingo, 20 de julio de 2014

El Espíritu de Cuerpo sobre el Espíritu de las Leyes... De Alguna Manera...


El tribunal que juzga a Campagnoli protegió a su presidente...


El juicio iniciado contra el Fiscal Campagnoli será anulado o caducará como consecuencia de dos circunstancias:

El Primero, la imposibilidad de reemplazar a una integrante del tribunal, la renunciante Dra. Martínez Córdoba. Ello, en tanto que su suplente no había concurrido a las audiencias por no haber sido convocado por el Presidente del Tribunal, el Dr. Daniel Adler. Es decir que, en caso de asumir, debería emitir su voto sin la percepción directa de las declaraciones de testigos que exige el sistema de juicio oral.

El Segundo incumplimiento, que se deriva del primero, es que, como consecuencia del pedido de licencia y posterior renuncia de la mencionada integrante del tribunal, el período de audiencias excedió su tope legal de diez días.

En este contexto,  y a raíz de una denuncia, el tribunal que juzga a Campagnoli analizó la actuación de su Presidente, el Dr. Daniel Adler, entendiendo que el nombrado no había incurrido en “inconducta grave”. El argumento: las normas sólo obligan expresamente a convocar a los jueces suplentes a las audiencias, para aquellos casos excepcionales  en que las mismas se planifiquen por períodos mayores a diez días

Conclusión del Tribunal: el Dr. Adler no estaba obligado a convocar suplentes, en este caso, porque el período de audiencias no excedía el mencionado tope legal.

Ahora bien, si convocar al suplente era la única manera de proteger al juicio de una nulidad o de una caducidad, la inexistencia de norma expresa que obligue a dicha convocatoria no es excusa para que la misma no se haga. No sólo porque dicha convocatoria no está prohibida, sino porque, sin ella, la continuidad del proceso queda a merced de la renuncia de cualquier integrante del Tribunal.

En definitiva, y sin perjuicio de que el juzgamiento de Campagnoli es la mera consecuencia de una persecución política, la deslucida actuación del Presidente del Tribunal para llevar adelante la causa nos pone en la siguiente disyuntiva: la ciudadanía nunca conocerá una sentencia justa que despeje o con firme las sospechas sembradas contra Campagnoli, o bien habrá un nuevo juicio que desemboque en una sentencia, vulnerándose el derecho del Fiscal a no ser juzgado dos veces por un mismo hecho, mientras se le impide, consecuentemente, el ejercicio de sus funciones por un plazo mayor al previsto.

A falta de norma expresa, es evidente que prevaleció el espíritu de cuerpo por sobre el espíritu de las leyes.  Resolución TE SF 16/14 – Acá puede verse el texto completo de la resolución del Tribunal.

© Escrito por José Lucas Magioncalda y publicado por Tribuna de Periodistas el Sábado 12/07/2014.


sábado, 19 de julio de 2014

"Ni la dictadura se atrevió" a tanto… De Alguna Manera...


Strassera y la restitución de Campagnoli: "Ni la dictadura se atrevió" a tanto…

Julio César Strassera conocido por ser el fiscal federal a cargo del juicio contra las juntas militares que gobernaron la Argentina entre 1976 y 1983. Foto: DyN 

El ex fiscal criticó la intención del jurado de reanudar el juicio político. "No se puede juzgar dos veces a una persona por un mismo hecho".

El ex fiscal Julio Strassera opinó sobre la situación que ha vivido el fiscal José María Campagnoli y consideró que ni siquiera "la dictadura se atrevió a echar" a un funcionario judicial por "cumplir con su deber". Por ello, acusó a la agrupación Justicia Legítima de ser una "banda" destinada a "favorecer la impunidad de los funcionarios".

El fiscal federal del histórico juicio a las juntas militares aplaudió la decisión de reincorporar a Campagnoli al frente de la Fiscalía de Saavedra. En esa línea, criticó la intención del jurado de reanudar el juicio político a Campagnoli en las próximas semanas. "Hay un principio que dice que no se puede juzgar dos veces a una persona por un mismo hecho", sentenció el exfuncionario del Ministerio Público, en declaraciones a radio Mitre.

Strassera volvió a cargar contra la procuradora General, Alejandra Gils Carbó, impulsora del enjuiciamiento político de Campagnoli por presuntas irregularidades en la investigación al empresario kirchnerista Lázaro Báez. También consideró que el entorno de la funcionaria podría “obstaculizar” la reincorporación del equipo de Campagnoli cuanto éste retome su cargo el lunes en la Fiscalía del distrito de Saavedra-Nuñez. "Ojalá se le permita asumir con su personal", deseó.

En opinión de Strassera, el proceso impulsado contra Campagnoli "no tiene antecedentes". Y añadió que en "la dictadura jamás se animó a echar a un fiscal por cumplir con su deber". "Esa banda de Justicia Legítima están nada más que para favorecer la impunidad de los funcionarios", soltó, en alusión a la agrupación a la que pertenece Gils Carbó junto a jueces, fiscales y abogados cercanos al Gobierno nacional.

© Publicado el Sábado 19/07/2014 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.