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domingo, 10 de octubre de 2021

Sí pero No... @dealgunamaneraok...

Sí pero No… 


Emilio Pérsico, hablando en el acto en la cancha de Nueva Chicago. @movimientoevita 

Emilio Pérsico dijo, frente al presidente Alberto Fernández, que “la democracia de la alternancia no funciona”.

Escrito por Javier Calvo el domingo 10/10/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

 

Casi como el frustrado “Sí se puede” con el que Macri intentó dar vuelta la elección presidencial tras el cachetazo de las PASO 2019, el Frente de Todos encara ahora su campaña del “Sí” con el mismo objetivo. Acaso tenga también el mismo resultado que su precedente.

 

El argumento del consultor español Antoni Gutiérrez-Rubí (de quien se reproduce un texto en esta edición de Perfil) es que el positivismo del nuevo eslogan se contrapone a lo negativo que supuestamente aporta la oposición. Además, claro, de que hay que dar vuelta atrás a los errores graves propios.

 

Aunque no tienen el mismo rating que los noes gubernamentales emblemáticos (Pfizer, vacunatorio vip, escuelas cerradas y Olivosgate), el oficialismo insiste por estos días en autodesmentirse.

 

Ahí está, por caso, el discurso incendiario de Emilio Pérsico en el acto del jueves del Movimiento Evita. Ante la presencia de Alberto Fernández, el también secretario de Estado en el Ministerio de Desarrollo Social se despachó con que quiere llenar la política de pobres y que descree de la alternancia en el poder. El asesor Gutiérrez-Rubí, presente en el atiborrado estadio de Nueva Chicago, no podía creer lo que estaba escuchando.

 

En ese mismo sentido auditivo, se escucharon promesas y anuncios a borbotones desde la derrota de hace un mes y el recambio de Gabinete. Algunas se pusieron en marcha, sin que haya precisión sobre el costo público de esas erogaciones en forma de “platita”. Tal el caso del nuevo piso de Ganancias o el Plan Registradas.

 

Otras duermen la siesta, tucumana o no, como la promocionada reapertura de la exportación de carnes. Y algunas parecen una provocación, como el proyecto de subsidio lanzado por el gobernador Kicillof para que los alumnos bonaerenses puedan irse de viaje de egresados.

 

 

Hablando de plata y pese a que no es público aún, un nuevo crujido aparece entre el ministro Guzmán y La Cámpora. La agrupación que lidera Máximo Kirchner le endilga a Economía que en el Presupuesto 2022 enviado al Congreso se establece un millonario recorte de los fondos a enviar a las universidades nacionales. Allegados a Guzmán niegan tal ajuste y atribuyen la maniobra a la interna oficial.

 

Tampoco vendrían a ser muy consistentes con la nueva estrategia positivista el reactivado accionar de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). El Presidente descalificó a la AFI por contribuir a los “sótanos de la democracia” y se comprometió a transparentarla.

 

No estaría funcionando. La justicia investiga el espionaje contra una secretaria de la embajada de Irán en Buenos Aires, a manos de tres agentes de Contrainteligencia. La funcionaria de la sede diplomática hizo la denuncia judicial, que fue revelada por el colega Patricio Del Pozo. También hizo trascender un misterioso viaje de integrantes de la AFI a Moscú, quienes habrían sufrido el hackeo de sus celulares.

 

No termina acá. Macri está convencido de que varias de las imágenes filtradas durante su actual estancia en Miami son producto de seguimientos de la AFI, conducida por la ex fiscal Cristina Caamaño. No se basa sólo en una sospecha: se la alimentó un viejo conocido suyo, de activa participación en la agencia durante la jefatura de su amigo Gustavo Arribas. Sí, el mismo que hizo espiar a propios y extraños.





domingo, 20 de octubre de 2019

No, no se puede… @dealgunamanera...

No, no se puede…


La dinámica política argentina desde el retorno democrático debería obligarnos a la deconstrucción del análisis, a la hora de anticipar sucesos o interpretarlos de manera tajante. Pero, al menos acá, intentamos hacer periodismo basado en evidencias y no en creencias.

© Escrito por Javier Calvo el domingo 20/10/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Repasemos antecedentes presidenciales impensados. Alfonsín le quitó el invicto electoral al peronismo. Menem llegó con promesas de hiperpopulismo y aplicó un capitalismo salvaje. De la Rúa iba a cambiar la historia, la detonó. Kirchner era impensable hasta que Duhalde lo bendijo por descarte. Cristina solo era la escala constitucional para que el matrimonio se sucediera a sí mismo y la dieron por acabada miles de veces. Macri lideraba un partido vecinal sin ambiciones de poder. Fernández ni en sueños pensaba que podía sentarse en el sillón de Rivadavia.

Con el diario del lunes, como suele decirse, es más sencillo hallar argumentos. En especial cuando previamente se arman falsas burbujas de paridades electorales, como desnudaron las PASO tanto en oficialistas como en opositores.

Dos ejes excluyentes pueden explicar el amplio triunfo del Frente de Todos en las primarias: la reunificación de casi todo el peronismo y la crisis económica. Ambas razones no han hecho otra cosa más que acentuarse desde agosto.

Por ello es que resulta muy improbable que el macrismo la dé vuelta, que sería llegar al ballottage, pese a la extraordinaria convocatoria en el acto de la 9 de Julio. No es imposible, en nombre de la deconstrucción mencionada, pero sí una utopía.

De todas maneras lo obtenido no es poco. Desde ya, que un gobierno no peronista termine un mandato es un logro. Y con apreciable respaldo en las urnas. Puede no alcanzar para forzar una segunda vuelta, pero el tercio en las PASO –que podría crecer algo el domingo 27– coloca a Juntos por el Cambio en la perspectiva de una fuerza opositora nada desdeñable para los tiempos muy difíciles que vienen.

Este futuro inmediato tan problemático es el que además amplía la enorme dificultad del “Sí, se puede” al espacio peronista triunfador. No, no se puede creer basados en evidencias que Alberto Fernández vaya a cumplir con sus promesas de reactivar, poner a la Argentina de pie y plata en los bolsillos de la gente, amén de varios otros compromisos ambiguos llenos de “qué”, pero sin “cómo”. Ni hablar de la incógnita en torno a que vuelven mejores…

Contra el lugar común de que la fe mueve montañas, desde lo racional no hay lugar para milagros. Ni para Macri, ni para Fernández.




domingo, 2 de diciembre de 2018

No llores por mí, G20… @dealgunamanera...

No llores por mí, G20…

Macri, emocionado en la gala. Fotografía: Captura de video.

Más allá del debate lagrimal, la cumbre ha significado un punto a favor para el Presidente.

© Escrito por Javier Calvo el domingo 02/12/2018 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Si ni las lágrimas de Macri al final de la gala del Colón pudieron escapar del alineamiento en torno a su figura (y por oposición, a la de Cristina), parece más complicado salir de esa lógica bipolar si se trata de un balance de la cumbre, que conlleva mayores complejidades por la naturaleza misma del evento.

Antes de lo importante, terminemos con la anécdota: no está mal que Macri llore y que unos u otros, según el posicionamiento dual, se emocionen o enfurezcan por ello. Sí puede virar hacia el oportunismo cuando el aparato comunicacional presidencial (que incluye a ciertos medios y periodistas) propaga ese gesto. Ya estamos en campaña.

Más allá del debate lagrimal, la cumbre ha significado un punto a favor para el Presidente, que consolida una política exterior y una imagen for export como uno de los aspectos más altos de su gestión.

Buenos Aires no fue tierra arrasada o escenario de guerra callejera, como hemos visto en cumbres anteriores (caso Hamburgo) y en no pocas marchas porteñas.

Parece una verdad de Perogrullo decir que es mejor estar dentro que fuera del G20. Lo cierto es que hay sectores políticos nac & pop que intentan desmentir semejante obviedad.

Macri puede colgarse la medalla de haber organizado una cumbre exitosa, independientemente del efecto real en la política y comercio globales, que dependen de los grandes en serio, como EE.UU. y China.
La administración Cambiemos, claro, se adjudicará todos los méritos y caerá en ese egocentrismo tan argentino de creernos el centro del mundo. Ni muy muy, ni tan tan.

El desafío debería pasar por dos planos. En el orden internacional, que la Argentina se sume a los debates mundiales y aporte miradas imprescindibles aún desde la periferia a la que pertenecemos. Los problemas domésticos, graves, no tendrían que ser un impedimento (sino, que lo diga Macron y tantos otros). En el aspecto local, que las bilaterales del G20 le permitan al Estado avanzar en acuerdos de cooperación e inversión serios y sustentables, no tanto para la tribuna o para una fuerza política determinada.

Y hablando de fuerza, otro gran punto a favor: el G20 se llevó a cabo con protestas pero sin incidentes. Buenos Aires no fue tierra arrasada o escenario de guerra callejera, como hemos visto en cumbres anteriores (caso Hamburgo) y en no pocas marchas porteñas. El caos de hace solo una semana alrededor del Monumental disparó los peores augurios. Ni Perogrullo podría haber profetizado calma semejante. Esto debería emocionar más que el show del Colón.




(Fuentewww.perfil.com). El periodismo profesional es costoso y por eso debemos defender nuestra propiedad intelectual. Robar nuestro contenido es un delito, para compartir nuestras notas por favor utilizar los botones de "share" o directamente comparta la URL. Por cualquier duda por favor escribir a: perfilcom@perfil.com

sábado, 18 de junio de 2016

Pornográficos e hipócritas… @dealgunamanera...

Pornográficos e hipócritas…

Historia. A los lectores de este diario no debería sorprenderles el caso López. El primer título ya denunciaba sus actos. Fotos: Cedoc

La necesidad de ver una imagen a pesar de las alertas. Fue necesaria una foto del pequeño cuerpo sin vida de Aylan para que tomáramos nota del drama de los refugiados. Fue necesaria una imagen del hijo de Lázaro Báez en una financiera para que asumamos el dinero que lavó el kirchnerismo. Fue necesario el reality de José López para consagrar la cleptocracia ejecutada en la década dilapidada.

© Escrito por Javier Calvo el sábado 18/06/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Las alertas no sirvieron de nada. O, siendo justos, de poco. Buena parte de la sociedad argentina que respaldó a Néstor y Cristina en los últimos doce años no quiso, no pudo o no supo ver la obsesión K por el dinero. Desde el Estado y la actividad privada hubo frente a esa dinámica, como mínimo, participación o tolerancia. En un puñado de casos, tal vez más de los que suponemos, implicó algún tipo de renunciamiento.

De los tantísimos aspectos increíbles que tiene el caso López, uno es el de la antigüedad. El ex secretario trabajó un cuarto de siglo junto a Kirchner, De Vido y Cía. desde los tiempos en los que gobernaban Río Gallegos. Allí probaron el modelo de obra pública “exitoso” que luego ampliaron a Santa Cruz y la Argentina.

Convengamos en que tampoco inventaron nada. El tradicional “roban pero hacen” del peronismo nació casi desde la fundación misma del movimiento, en los años 40 y 50, con inocultable tufillo antiperonista. Ciertos herederos partidarios de Perón, como Menem, sofisticaron el saqueo de la mano de las privatizaciones y también de las obras. La patológica desmemoria nacional permite que algunos de los emblemas de los 90 ahora analicen por TV la corrupción K. Y algún analista avispado e influyente les endilgue a los K poco menos que inventarla, lo mismo que eso de comprar jueces o espiar ilegalmente, como si el menemismo no hubiera existido.

Debe ser tranquilizante socialmente echarle la culpa de todo al kirchnerismo. Eso expía las responsabilidades de todos los demás. ¿Dónde estaban o estábamos todos los demás? Empresarios. Sindicalistas. Jueces. Gobernadores. Legisladores. Intendentes. Iglesia. ONG. Organismos de derechos humanos. Medios de comunicación. 

¿Qué hicimos mientras un grupo de bandoleros liderados por Néstor Kirchner fabricaba negocios y aprovechaba el aparato del Estado para financiar sus políticas y bolsillos? Ahora muchos se golpean sacando pecho y muchos otros reclaman explicaciones inútiles.

Esta nota se acompaña por viejas tapas de Perfil, para mostrar dónde estábamos, aunque saliéramos sólo los domingos y luego también los sábados.

El título principal de la primera edición de este diario en su regreso a la calle, el 11 de septiembre de 2005, denunció que el ministro de Justicia de entonces, Horacio Rosatti, renunciaba por no avalar sobreprecios en la construcción de cárceles. El autor de la nota, un tal Jorge Lanata. El mismo que tiempo después reveló la existencia de la bolsa de dinero en el baño de Felisa Miceli, ministra de Economía. Perfil también difundió el primer escándalo de obra pública, conocido como caso Skanska. O el dinero negro con facturas truchas para la campaña presidencial de Cristina Fernández de Kirchner. O la mafia de los medicamentos, también con desvíos a bancar la carrera electoral K.

Mientras hacíamos eso, sufríamos duras represalias económicas y periodísticas. Al mismo tiempo que otros medios colegas miraban para otro lado y hacían acuerdos con el Gobierno. Hasta que les tocó a ellos. Ante un cambio de ciclo, se corre el riesgo de que vuelvan a la misma práctica.

El destino de aquel primer título de tapa en el regreso de Perfil abriga, sin embargo y pese a esta catarsis escéptica, una metáfora esperanzadora. El funcionario que se negó a los sobreprecios y renunció acaba de recibir la aprobación del Senado para asumir en la Corte Suprema. Y el que lo apretaba para que firmara está preso, tras revolear bolsos con dólares en un convento de madrugada.


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domingo, 1 de mayo de 2016

Mani pulite las pelotas… @dealgunamanera...

Mani pulite las pelotas…

Martín Báez, clave en la causa de la Ruta del dinero K, aún sigue en libertad. Foto: Cedoc

En diferentes niveles del Gobierno y de la Justicia se discute la dosis de transparencia y castigo que mantengan gobernable la Argentina.

© Escrito por Javier Calvo el domingo 24/04/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Por momentos pareciera que el epicentro del poder se corriera hacia Comodoro Py. Muchos jueces y fiscales que desde hace años “muñequean” las investigaciones a funcionarios públicos lucen ahora implacables, impolutos, heroicos y como ejecutores inflexibles de la Justicia en castigar la corrupción.

Convendría aclarar algunas cosas. Cierto es que hay descontrol en algunos juzgados y fiscalías. Operadores y amigos acaso no tengan tanto peso ya. Y sus mandantes se preocupan, sean ellos el Gobierno, el ex gobierno, sectores de inteligencia, intereses privados o el propio Poder Judicial.

No debería entenderse este peculiar proceso sólo como un súbito arranque de independencia o de postergadas venganzas. Más bien se podrían hallar explicaciones desde una demostración de fuerza: con nosotros o el caos.

No hay mejor defensa que un buen ataque, y en Comodoro Py sobran las preocupaciones. Ya el kirchnerismo fue más que duro con aquellos que osaron algún desafío y amenazó su autonomía con la Procuración, el Consejo de la Magistratura y Justicia Legítima. Ahora Cambiemos los apestilla con una reforma judicial y con el ciclón Carrió.

Pero jueces y fiscales federales no están locos ni comen vidrio. Ayer, Perfil reveló el pacto de silencio en torno a la causa sobre la ruta del dinero K: todo queda en Lázaro Báez y su séquito (Pérez Gadín, Chueco y siguen las firmas) en tanto y en cuanto su hijo Martín no vaya preso. Báez Jr. es uno de los protagonistas estelares del video de La Rosadita y participa en las sociedades y cuentas sospechadas, por lo que deberían caberle las mismas figuras legales por las que toda la banda está procesada y detenida.

Sin embargo, el juez Casanello y el fiscal Marijuan lo mantienen libre. Lo dijo la mamá de Martín: si lo apresan, hablan. Y hablar significa tirar hacia Cristina. Y tirar hacia Cristina puede impactar políticamente y arrastrar a muchos actores económicos.

En diferentes niveles del Gobierno y de la Justicia se discute la dosis de transparencia y castigo que mantengan gobernable la Argentina. No es un debate desinteresado: hay protagonistas de esos dos poderes que se arriesgarían a que el barro los manche, como sucede en Brasil o como ocurrió antes en Italia.

Justamente, por interés personal o republicano, algunos de los que defienden ponerles ciertos límites a las sanciones penales contra la corrupción plantean la experiencia itálica de su mani pulite: barrió a todo el sistema político, pero no terminó con los corruptos y le abrió la puerta a Berlusconi.

Bajo ese paraguas teórico, Martín Báez, Julio De Vido y Cristina Kirchner siguen libres.


viernes, 1 de enero de 2016

Mauricio Kirchner… @dealgunamanera...

Mauricio Kirchner…


En apenas dos semanas de gestión, Macri ha mostrado algunos rasgos de procedimientos más parecidos al nestorismo. Pero el fin nunca justifica los medios.

© Escrito por Javier Calvo el martes 29/12/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La peor de las herencias de la década en que Carlos Menem gobernó el país, con el voto de los argentinos, no fue la corrupción, la impunidad o la exclusión. Todas ellas juntas construyeron un legado cultural político, económico y social que lleva años desandar, porque incorpora mecanismos de acción y pensamiento que se tornan normales pese a sus vicios de origen.

Por ejemplo, Menem nos enseñó a no escandalizarnos con el enriquecimiento en la función pública, el pago de coimas, la domesticación judicial, el capitalismo de amigos y la hechura de leyes a medida según la ocasión.

El tema es que ya empiezan a notarse los efectos de la herencia cultural kirchnerista, nada menos que en aquellos que se construyeron políticamente como lo opuesto. En apenas dos semanas de gestión, Macri ha mostrado algunos rasgos de procedimientos más parecidos al nestorismo pragmático que al republicanismo declamado.

El primer caso fue la decisión de promover con un decreto la llegada a la Corte Suprema de los  abogados Horacio Rosatti y Carlos Rosenkranz. Aunque la medida tuvo un retroceso elegante, mostró la hilacha (la misma que muestra el kirchnerismo cada vez que puede: la primera impugnación a Rosatti para que llegue a la Corte lleva la firma de Alessandra Minicelli, esposa de Julio De Vido, el funcionario por el que Rosatti renunció como ministro de Justicia K al no avalar sobreprecios en la construcción de una cárcel).

Una segunda muestra la dio la modificación por decreto de la reglamentación de la Oficina Anticorrupción, para que la politóloga Laura Alonso pudiera asumir como su jefa. Hasta ahora, uno de los requisitos era ser abogado. Institucionalmente hubiera sido más prolijo que el cambio se instrumentara para la próxima gestión.

La tercera, que no parece la vencida, ha sido la intervención por decreto de la Afsca y la Aftic. Ayer, Perfil adelantó que el Gobierno ya tiene planeado en enero otro DNU para eliminar ambos organismos y crear uno nuevo, lo que consagra la reforma de una ley (en este caso la de Servicios de Comunicación Audiovisual) a través de una medida del Poder Ejecutivo.

La presión oficial para que la procuradora Alejandra Gils Carbó deje su cargo amenaza con erigirse en otra posible prueba de “makrichmo”. Y esto recién empieza.

En algunos de estos episodios son atendibles las explicaciones y justificaciones gubernamentales. Que aún no pudieron construirse consensos legislativos. Que los funcionarios afectados no cumplieron con el rol que las leyes les habían asignado, etc. etc. Se toma nota.

También se toma nota del patetismo con el que el kirchnerismo (en su fase política y mediática) se indigna por estas iniciativas del Gobierno, cuando ellos hicieron de la arbitrariedad, el doble estándar y la moral reajustable un sello de fábrica.

Por eso, más allá de todo y de todos, debería aprenderse que el fin nunca justifica los medios. Nunca. Aunque lo tengamos inyectado en nuestro cuerpo social desde hace décadas.






lunes, 27 de abril de 2015

Festejan pero no ganaron… @dealgunamanera

Festejan pero no ganaron…

Horacio Rodríguez Larreta, Martín Lousteau, Mariano Recalde, 

Siempre se hace posible observar la mitad del vaso lleno, pero ciertas sobreactuaciones denotan vacíos difíciles de disimular.

Con las celebraciones que se mostraron en el PRO, en ECO y en el FpV algún desprevenido puede llegar a creer que todos vencieron. Cierto es que siempre se hace posible observar la mitad del vaso lleno, pero ciertas sobreactuaciones denotan vacíos difíciles de disimular.  

Está claro que Mauricio Macri es el gran triunfador de la elección porteña. Tras ocho años de gestión, su fuerza sumó en las PASO casi el 50% de los votos. Ganó con holgura su candidato, un Horacio Rodríguez Larreta que hace apenas un año estaba muy por debajo en la intención de voto de Gabriela Michetti, una de las grandes perdedoras de este domingo.

Igual, Macri no debería confundirse respecto a que esta foto capitalina se reproduzca en el resto del país. Ni siquiera tendría que creer que es extensible al otro lado de la General Paz o del Riachuelo, donde se acumula la mayor concentración de votantes de toda la Argentina. Allí, con baile y globos no basta.

ECO también disfrutó haber obtenido el segundo puesto. Martín Lousteau se proclamó entre rulos y sonrisas como el principal candidato opositor al PRO. No era momento de explicar por parte del exministro de Economía de Cristina Kirchner cómo ser oposición al macrismo en la Ciudad y aliado en la presidencial.

Acompañado con Elisa Carrió y Ernesto Sanz, Lousteau pasó con un aprobado su debut electoral, con una fuerza que no se sabe bien qué es, lo que valoriza su performance.

Pero todas las medallas escenográficas se las lleva el kirchnerismo. Salvo Cristina, todos dijeron “presente” la noche del domingo en el comando del Frente para la Victoria, para ensalzar la obtención del tercer puesto.

Junto a Mariano Recalde y los candidatos K derrotados por él, aparecieron Scioli, Randazzo, Zannini, la cúpula de La Cámpora, caciques sindicales y siguen las firmas. 

Curioso que insistan con el tono épico, tan afín a la cultura kirchnerista, cuando este domingo apenas fueron respaldados por 2 de cada 10 porteños. Acaso ellos vean algo que el común de los mortales no vemos.

¿Y Massa? Menos mal que tiene rápido su relanzamiento de campaña, el viernes 1 de mayo. Su candidato en la Ciudad, Guillermo Nielsen, ni siquiera consiguió el piso del 1,5% de los votos para poder competir el 5 de julio. Otro papelón que no contribuye a su carrera, últimamente plagada de tropiezos. Tantos, que fue al único presidenciable que no le dio el domingo por la noche ni para aparecer. Con lo que le gusta.

© Escrito por Javier Calvo el domingo 26/04/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.