Mostrando las entradas con la etiqueta General Motors de los Estados Unidos. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta General Motors de los Estados Unidos. Mostrar todas las entradas

jueves, 19 de abril de 2012

El primer automóvil que nació eléctrico... GM EV-1... De Alguna Manera...


EV-1. Electric Vehicle One


General Motors de los Estados Unidos presentó recientemente el primer automóvil con propulsión eléctrica producido en serie, diseñado desde un principio para este tipo de impulsión de "cero emisiones", el EV-1 (Electric Vehicle One). El singular vehículo, fruto de un gran trabajo de investigación y desarrollo, y de grandes inversiones -que superan los 500 millones de dólares-, ha despertado un vivo interés en el mundo del automóvil.

Muchos automovilistas saben que los autos eléctricos no son un "invento" moderno. En realidad, fueron concebidos antes que los rodados con motores que queman combustibles fósiles, y sus orígenes se remontan a la Europa de la década de 1880. La tracción por electricidad era sumamente apreciada porque los vehículos se movían con gran suavidad, es decir todo lo contrario de los primitivos autos a nafta, los que fácilmente eran reconocidos por ser ruidosos, malolientes y muy proclives a las fallas más contundentes y también insólitas.

El futuro del auto eléctrico depende principalmente de las formas aerodinámicas y los materiales livianos.

Pero los autos eléctricos, a pesar de que ya pasó mucho más que cien años desde su aparición en las calles, nunca pudieron sobreponerse a su "enfermedad de la infancia": la escasa autonomía o radio de acción que permitan sus voluminosas baterías. El interés por los autos eléctricos quedó entonces bastante relegado por muchas décadas, hasta que de pronto, por causa de las cada vez más severas reglamentaciones para la protección del medio ambiente que se hicieron sentir por primera vez en los países industrializados, la investigación cobró nuevos bríos y se hicieron grandes inversiones para intentar obtener el éxito.

Orígenes del EV-1

General Motors empezó a concebir su EV-1 en 1990 y lo presentó por primera vez como prototipo en la ciudad de Los Ángeles, bajo el nombre de "lmpact". Es éste el primer automóvil que "nace" eléctrico, es decir que no es una mera adaptación de un auto de serie con motor a nafta o diesel a la tracción eléctrica. Se vende a un precio de 35.000 dólares en Norteamérica. La ley exigirá que en el año 2003, el 10 por ciento de todos los automóviles nuevos que se vendan en el estado de California, deberán ser de "emisión cero" de sustancias contaminantes, y esto se puede lograr únicamente con la propulsión eléctrica. En años posteriores se incrementará dicho porcentaje y regirán leyes similares en otros estados, por ejemplo en Michigan, Arizona, Illinois y Nueva York.
 

El General Motors EV-1 se puso a la venta desde fines del año pasado en el sudoeste de los Estados Unidos, en los estados de California y Arizona, una región de clima seco que beneficia a la compleja electrónica computadorizada del vehículo, a base de prodigiosos "chips" de altísima integración.

El sistema de carga inductivo, desarrollado junto con Siemens, elimina la necesidad de contactos a la hora de recargar las baterías. El proceso dura tres horas.


Sin entrar en una descripción pormenorizada de la sofisticada tecnología del EV-1, podemos decir que este rodado de dos plazas y 1.350 kg de peso, tiene un motor eléctrico delantero conectado a las ruedas motrices, de 140 HP. Dicho motor es alimentado por un conjunto de baterías de plomo, que con su carga completa de energía permite un radio de acción en el tránsito urbano de unos 110 kilómetros, cifra que asciende a los 150 kilómetros al circular por una ruta o autopista. 

Como podemos apreciar, todavía no está resuelto el problema de conseguir baterías que hagan realidad altas autonomías, pero no obstante se han logrado importantes avances tecnológicos, principalmente en lo que concierne a los controles electrónicos. Esto abrirá las puertas a las súper baterías que la industria promete de aquí a una década. De todas maneras, el radio de acción de algo más de 100 kilómetros en ciudad es suficiente para la mayoría de las personas que se movilizan en los núcleos urbanos.

El EV-1 rueda de una manera absolutamente silenciosa y libre de vibraciones, y es capaz de alcanzar una velocidad máxima de 130 kilómetros por hora.

Menor consumo de energía.
 
El Departamento de Energía de los Estados Unidos, así como la Agencia de Protección Ambiental (EPA), han establecido que el GM EV-1 consume 30 kilovatios-hora por cada 160 kilómetros manejando en la ciudad, y 25 kilovatios-hora al transitar en autopista. La energía eléctrica que consume el vehículo reingresa a las baterías en el proceso de recarga, que puede ser realizado en estaciones de servicio especiales que ya existen en California y Arizona, o bien en el propio hogar. Haciendo una comparación con un automóvil a motor de nafta que consume un promedio de 10 litros de combustible cada 100 kilómetros, y recorriendo anualmente ambos 24.000 kilómetros, el GM EV-1 requiere un gasto de 420 dólares anuales en concepto de consumo de energía eléctrica (suponiendo que se recarguen las baterías en horas pico de demanda de energía) mientras que el automóvil a nafta requiere recargas de combustible por un total de 696 dólares al año. 

En la estación de servicio especial, y cuando el automovilista recurre a ella para la recarga de las baterías, lo único que tiene que hacer es conectar una especie de gruesa manija (con un sistema inductivo incluido) en un alojamiento delantero que queda visible al levantar una tapa en el capot, a la vez que coloca su tarjeta de crédito en un lector de la instalación y que debita de su cuenta la suma por la energía consumida. Este sistema de recarga es totalmente seguro, a prueba de accidentes, y con él las baterías recuperan su carga completamente en sólo dos o tres horas.
 
El automovilista también tiene la posibilidad de conectar su auto eléctrico a un tomacorriente de su casa (por ejemplo, el del lavarropas) y esperar de 12 a 14 horas para que recupere su aliento vital.
 
Microcomputadoras con grandes reservas de memoria se hacen cargo de todas las funciones de este original automóvil eléctrico, desde el control de los órganos de la propulsión hasta el cierre de las puertas con teclado para introducir un código, pasando por los instrumentos del tablero y llegando a los frenos y la dirección electro-hidráulica. A propósito, es éste el primer auto de serie que trae frenos eléctricos en las ruedas traseras. Los delanteros son hidráulicos.
También se ha recurrido a los materiales de la era espacial (plásticos especiales, súper aleaciones de aluminio, materiales compuestos) para reducir el peso -algo de vital importancia en todo vehículo eléctrico para minimizar las pérdidas de energía- pero conservando las características de seguridad de la carrocería y el chasis. Incluso los neumáticos especiales están inflados a muy alta presión para minimizar las pérdidas del rodaje.

EV-1 hay que introducir un código de cinco cifras en vez de una llave.

 

El General Motors EV-1 es tan silencioso que los ingenieros tuvieron que diseñar un sistema de sonido especial que puede accionar el conductor para alertar a los peatones, es decir que se simula un ruido de un automóvil convencional.

El conductor es informado en todo momento de la reserva de energía de las baterías a través de un indicador en el tablero. Una computadora a bordo del vehículo calcula el radio de acción en función de las condiciones meteorológicas, del estado del tránsito y de la forma de manejar.

También llama la atención la atractiva forma aerodinámica del vehículo, elaborada de forma tal que presente la menor resistencia al avance posible. Todo para ahorrar energía, y tenerla disponible en las ruedas.

De este modo el automóvil eléctrico intenta nuevamente abrirse paso entre los devoradores de combustible fósil y permanecer latente a la espera de que la era del petróleo se extinga lo antes posible...