Mostrando las entradas con la etiqueta Gays. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Gays. Mostrar todas las entradas

jueves, 5 de marzo de 2015

El amor no tiene etiquetas... De Alguna Manera...

Una campaña sobre amor y prejuicios, el nuevo éxito viral…


La organización Ad Council crea la campaña 'El amor no tiene etiquetas' para concienciar sobre la discriminación subjetiva.

Diversity & Inclusion – Love Has No Labels

El amor es ciego y no tiene fronteras y eso es lo que ha querido dejar claro la organización Ad Council con su campaña Love has no labels ('El amor no tiene etiquetas') que se ha convertido en un éxito en las redes sociales. En su emotivo vídeo utiliza una pantalla de rayos X para mostrar varios esqueletos de parejas (o trios) besándose y mostrando su cariño. La sorpresa para muchos es cuando abandonan el anonimato y revelan sus identidades al público.

Por el escenario van desfilando dos lesbianas, una chica afroamericana y su novio de origen asiático, una niña con síndrome de down y su hermana mayor, una pareja de ancianos, dos homosexuales y su hijo, un rabino y un imán... y a cada aparición crece el asombro y la admiriación entre las personas que se han ido congregando frente a la pantalla de rayos X.

"La mayoría de los estadounidenses están de acuerdo que las personas deben ser tratadas con respeto y de manera justa. Sin embargo, muchas personas en los Estados Unidos todavía dicen sentirse discriminadas. La razón podría ser que en realidad estamos discriminando involuntariamente", explican los miembros de Ad Council sobre una problemática que tiene lugar no solo en EE.UU., si no en todo el mundo, incluida Catalunya.

Los cinentíficos han determinado que el 98% de nuestro pensamiento se genera en el subconsciente y es en esta parte de nuestro cerebro donde recogemos y almacenamos los prejuicios. "Lo importante es educarnos a nosotros mismos y ver los prejuicios cuando aparecen", añaden desde esta organización sin ánimo de lucro.

En funcionamiento desde 1942, Ad Council se ha convertido en el principal productor de anuncios de servicio público en los Estados Unidos, centrados en sensibilizar y estimular a la población sobre cuestiones polémicos. "Grandes cosas están en juego", afirman.

"Los prejuicios influye en cómo las personas se tratan y cómo interactúan entre sí.

También puede perpetuar las desigualdades alterando la capacidad de una persona para encontrar trabajo, obtener un préstamo, alquilar un apartamento o tener un juicio justo. Para acabar con el prejuicio tenemos que ser conscientes de ello y hacer todo lo que esté a nuestro alcance para detenerlo", explican en su página Love has no labels.

Esta campaña tiene como objetivo reconsiderar "la discriminació que ni siquiera sabemos que tenemos". "Una de cada cinco personas lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT) dice sentir poca o ninguna aceptación de su comunidad. Seis de cada diez latinos afirman que la discriminación es un problema importante y la mayoría de los afroamericanos aseguran que no están satisfechos con la manera en que son tratados por la sociedad", añaden desde Ad Council.

'Love is love' (amor es amor), asegura la pareja de lesbianas que abren el vídeo.

"Mi corazón no ve razas", declaran la pareja multiétnica. "Somos vecinos y los mejores amigos", dicen el imán y el rabino. "Nuestra familia no es menos que ninguna otra", concluyen la pareja homosexual con su hijo en brazos". 

© Publicado el jueves 05/03/2015 por el Diario La Vanguardia de la Ciudad Barcelona, España.

miércoles, 4 de julio de 2012

Vis a Bis... De Alguna Manera...

Vis a Bis...


Sospechada de cobardía o de promiscuidad, despreciada por la misma comunidad lgbtti, la bisexualidad estuvo presente en los orígenes de la historia de la militancia, aunque escondida en un closet dentro del closet, defendiéndose de sus propios aliados. Actualmente es una palabra que circula entre los más jóvenes como bandera del rechazo a las identidades estancas. Pantalla o bandera, es una figura molesta que pone en evidencia la pretensión general de dividir el mundo en blanco y negro o, dicho de otro modo, en hombre o mujer, homo o hétero, rosa o celeste.

Se ha decretado, en unanimidad silenciosa, que la bisexualidad no existe. O que casi no existe, es una grieta, la hendidura imaginaria entre la heterosexualidad y la homosexualidad que se soluciona dando “el paso”. Decirse bisexual es una declaración fanfarrona (le gusta todo, prueba de todo, consigue doble) o cobarde (es gay o es lesbiana y no se anima, está confundido, no le llegó el telegrama). Admitir en una misma figura ambas interpretaciones casi opuestas es uno de los sinos con los que carga el bi y que lo constituyen, no es una cosa ni la otra y tampoco las dos. 

Disfrutar de ciertas comodidades del paraguas de la heterosexualidad y a su vez ejercer las fantasías sexuales de lo gay, son sus ventajitas más reprochadas. Recibe, como mínimo, una sonrisa socarrona, porque es un impostor: mientras la homosexualidad, aunque no se declare, “se nota”, la bisexualidad es falsa aunque se grite. Muchos teóricos queer, como Amber Ault, afirman que los procesos por los cuales se margina a la bisexualidad no hacen más que preproducir los mecanismos que la heteronormatividad utiliza para marginar a lesbianas y a gays, y en líneas generales son cuatro: supresión (se niega su existencia), marginación (no se los admite), incorporación (se insiste en que son gays y lesbianas) y deslegitimación (se los acusa).

Pero aun así, como suele ocurrir con todo lo negado y silenciado con tanto esfuerzo, las personas bisexuales existen y tienen voz, no necesariamente una voz portadora de una verdad revelada sino muchas veces reproducción de esa misma zozobra por no pertenecer completamente a ningún sistema cerrado de signos, sin adscribir a los rasgos distintivos de un grupo pero tampoco permanecer inmune a lo señalamientos de perversión. Una voz que por momentos, como se puede ver en los testimonios de esta nota, también alcanza un tono altanero, orgullo de poder circular por lugares que aparentemente están separados por un abismo.

Si letra B se hizo su lugar bastante temprano en la sigla de las identidades disidentes, con nombres propios, señoras y señores casados con familias y con hijos y también enamorados de personas de su mismo sexo, en la historia de la militancia se dio una paradoja: las personas bisexuales, que se cuentan entre las primeras filas del activismo histórico, se vieron obligadas a ocultar su bisexualidad y declararse gays o lesbianas para no ser expulsadas de sus movimientos. Y éste es sólo uno de los puntos en los que esta identidad difusa pone en cuestión los mecanismos poco amables, con la diferencia que tiene la misma diferencia: ser o no ser, ésa es la cuestión, el resto se borra. La bisexualidad puede ser entendida como una categoría que en el fondo no existe, ni como institución ni como grupo ni como verdad elegida o heredada, sino que se trata de un término aglutinador de diferentes patrones eróticos y sociales. 

La palabra quema incluso para los mismos que la llevarían prendida como una escarapela en el corazón: ¿cuándo uno es bisexual? ¿Por la existencia de la posibilidad de que le guste alguien de uno u otro sexo? Y cuando le gusta alguien de su sexo, ¿sigue siendo bisexual o se ha pasado al otro bando? El “bi” conlleva una doble afirmación de pertenencia que parece retratar un estrabismo a la hora del deseo. De hecho muchas personas están “pasándose” al término queer, más amable, libre –por extranjero– de toda connotación reconocible y sobre todo del prefijo “bi” que tanto remite a binarismo, goza de lo ambiguo y de lo híbrido, sus dos condiciones. Además la teoría queer ha sido más que anfitriona de la idea de bisexualidad, apuntándola como baluarte de la lucha contra las identidades más acomodadas (incluyendo la homosexual). 

Un bisexual es queer en tanto ejercita aquella perversión polimorfa que Freud había reconocido como natural en la tierna infancia, acusa solidaridad con gays y lesbianas y eleva el nivel de confrontación con el erotismo entendido como cuestión de género. No definir la identidad por el género que tiene el objeto de deseo, y no decir tampoco que “da lo mismo”, es uno de los grandes actos terroristas con los que la letra B, de bomba, amenaza.

© Escrito por Liliana Viola y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el viernes 29 de Junio de 2009.


jueves, 10 de mayo de 2012

Ley de Identidad de Género... De Alguna Manera...

Festejan en el Congreso la sanción de la ley de Identidad de Género...

Agrupaciones de homosexuales, como la FLGBT y los Putos Peronistas, se movilizaron para respaldar la norma aprobada en el Senado. Video y galería de fotos.

Mientras el Senado debatía las leyes de Muerte digna y de Identidad de género, que fueron aprobadas esta tarde, frente al Congreso se vivía una verdadera fiesta protagonizada por la diversas organizaciones de militantes por la diversidad que salieron a respaldar los proyectos de ley.

La norma -aprobada con 55 votos a favor, una abstención y ninguno en contra-, permite reconocer la "identidad de género, tal como cada persona la siente" más allá del "sexo asignado al momento del nacimiento". También habilita a pedir la rectificación registral del sexo y el cambio de prenombre e imagen "cuando no coincidan con su identidad de género autopercibida, sin necesidad de ningún trámite judicial o administrativo".

Centenares de personas se movilizaron frente a la Plaza de los dos Congresos para respaldar la ley. La Comunidad Homosexual Argentina (CHA), la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FLGBT) y los Putos Peronistas, entre otros, montaron sus carpas, repartieron volantes, colgaron sus banderas y hasta organizaron una radio abierta frente al Congreso.

"Esta ley para nosotras es muy importante para nosotras porque nos va a reconocer ante el Estado como ciudadanas argentinas, como personas", comentó a Perfil.com, militante de Putos Peronistas y locutora de la improvisada radio abierta de la agrupación.

"Esta ley viene a otorgar derechos a una comunidad que ha sido vulnerado en los mismos durante muchísimos años, los dota de una herramienta imprescindible, el Documento Nacional de Identidad con el nombre que ellos sienten, que ellos perciben", agregó por su parte Pedro Mouratian, interventor del INADI.

© Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el jueves 10 de Mayo de 2012.