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domingo, 18 de septiembre de 2022

Humo. Ruido por lúmpenes… @dealgunamaneraok...

 Ruido por lúmpenes… 


Sergio Massa. Dibujo: Pablo Temes.

El Gobierno insiste en ver una conspiración detrás del atentado a Cristina para no hablar de economía. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 17/09/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. 

Para ser claros: el principal problema –pero no el único– que afecta a la sociedad argentina en su totalidad es el incontrolable nivel de inflación. Y para este problema –así como para los otros– el Gobierno viene demostrando no tener ninguna solución.

Sergio Massa hizo bien los deberes con el Fondo Monetario Internacional y regresó al país con una palmada en la espalda –una ansiada palmada– de Washington. Allí se valoró el cambio de actitud política que explicó con detalle el ministro de Economía.  A decir verdad, se trata de un fuerte cambio en lo discursivo que llevó algo de tranquilidad a la cúpula del FMI, que todavía le reprocha a Kristalina Georgieva su mano blanda con la Argentina.

Una fuente que conoce el clima de lo que se vivió en esas reuniones lo describió así: “Los tipos no lo podían creer. Por primera vez en lo que va de este gobierno alguien llegó desde la Argentina para hablar un idioma similar al de ellos con cierta coherencia y en línea con los intereses del Fondo. No es poco: en la Casa Blanca ya no había paciencia para los berrinches revolucionarios y los discursos berretas. No son tontos, saben que el volantazo es abrupto y por imperio de la necesidad, pero consideran un avance que, al menos por ahora, se hable el mismo idioma”.

Traducido: las cosas estaban tan mal que ante el primer atisbo de razonabilidad, en cuanto a correcciones de los desajustes fiscales, desde el norte aplaudieron de pie.

A pesar de esto, Massa no se llevó un cheque en blanco. Aun cuando dio un paso fundamental para permitirle al FMI anunciar que la Argentina viene cumpliendo con las metas, los deberes que debe completar son muchos y de alto costo político en relación con el frente interno del Frente de Todos contra Todos.  

“Subsiste un estado de duda permanente. Eso lo genera la figura de Cristina. Todos acá saben que la que manda es ella, por lo que todos se preguntan hasta cuándo aguantará sin quejarse por las consecuencias de este inevitable gran ajuste que debe hacer”, señalaba otra voz del Fondo desde una de sus oficinas en el caluroso mediodía del último viernes en  Washington.

El 7% de inflación fue un mazazo. Lo fue para el Gobierno en lo político y para la gente; en especial, para los más pobres. Los promedios de aumentos de los precios de alimentos en distintas zonas del Gran Buenos Aires, en donde la pobreza y la marginalidad se vienen enseñoreando desde años, fueron todavía mayores que la general.     

Un exministro de Economía lo puso en estos términos: “Es lógico que se haya dado un paso adelante, pero, atención, solo se compró tiempo a cuenta. ¿Cuánto? Dos meses en términos económicos. Pero caemos en el cuento de la frazada corta. Lo que se pagó ahora faltará a fin de año. Igual festejan el paso a paso, el día a día, pero la situación sigue siendo agobiante”.

En el ámbito legislativo le escucharon decir con sorna al propio Massa: “¿De qué se preocupan? Estamos haciendo lo que hay que hacer. El cambio de discurso es clave. ¿Qué esperaban que haga? ¿Qué querían que dijera?”(Sic).

Para un referente de la oposición acostumbrado a los vaivenes discursivos del kirchnerismo, el volantazo es tan grande que tendrá consecuencias. “Lo que ayer era un elefante hoy es una tortuga y te lo dicen con total convicción. Ese cambio de discurso tendrá costos. Una parte de La Cámpora y del Instituto Patria no lo va a digerir”.

Los pronósticos para este mes en curso no son mejores. Los guarismos de las dos primeras semanas de septiembre no son buenos. El aumento de los precios trae augurios sombríos. Los productores venden soja y liquidan dólares, pero el dólar “blue” no baja de 270. “Muchos reciben pesos y, al instante, los cambian en dólares”.

En virtud de la necesidad de desplazar a la grave crisis socioeconómica del centro de la agenda, el Gobierno viene desplegando un arsenal de acciones ruidosas vinculadas con el atentado que puso a Cristina Fernández de Kirchner a centímetros de la muerte. El oficialismo pretende hacer de un hecho grave llevado adelante por personas propias del lumpen una conspiración terrorista de alto vuelo en la que, de paso, intenta asociar al macrismo.

Nada que sorprenda: la mentira y el relato son la esencia del kirchnerismo. Es algo que está en su génesis. Todo es puesta en escena: la fallida misa en la Basílica de Luján que generó una oleada de críticas y pases de facturas entre curas y obispos que aún no cesa. La reunión con trazos de teatralidad de la expresidenta en funciones con un grupo ultraminoritario de curas y laicas que han hecho de su devoción por ella un credo.

La calle está diciéndole al oficialismo que este plan no está dando resultados. El nivel de incredulidad sobre el atentado crece a medida que se le van aditando detalles que parecen extraídos del Día del chacal, la célebre novela del famoso escritor Frederick Forsyth.  
 

La supuesta intención de gestar un diálogo con la oposición que incluya una reunión entre CFK y Mauricio Macri. La promesa de otras convocatorias hechas por el ministro de Desarrollo de la provincia de Buenos Aires, Andrés Larroque, una voz de CFK.

En medio de este humo, avanza a paso firme la idea de supresión de las primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). La excusa que se utiliza prende en muchos sectores de la población: son muy costosas. Con ese criterio, en el futuro podrían peligrar las elecciones. Lo curioso –pero no sorprendente– es que las PASO fueron una creación de CFK luego de la traumática derrota electoral de 2009, en la que, en la provincia de Buenos Aires, el trío Néstor Kirchner, Daniel Scioli y Sergio Massa fue vencido por Felipe Solá, Francisco de Narváez y Mauricio Macri. El objetivo es claro y burdo: complicar a la oposición y  aprovechar para reinstalar en muchos distritos la ley de lemas, una distorsión grave y aberrante del voto.       

La oposición tuvo ocasión de festejar una victoria de alto valor simbólico en la elección municipal de la pujante ciudad de Marcos Juárez, ubicada en el sur de la provincia de Córdoba. Sin embargo, todo lo que transmite hasta aquí es estar envuelta en una maraña de rencillas internas interminables. Mauricio Macri quiere ser candidato. Su voluntad es esa. A ello se opone Juliana Awada, su esposa. Habrá que ver cuánto pesa eso a la hora de las decisiones del expresidente. 




    

domingo, 17 de octubre de 2021

Oficialismo desquiciado… @dealgunamaneraok...

 Oficialismo desquiciado…

 

Es otro cantar, Alberto Fernández. Dibujo: Pablo Teme


Crecen las señales de un gobierno partido en dos, incapaz de enfrentar el desafío de la crisis económica.

“Ningún gobierno es mejor que las personas que lo integran.” (John Fitzgerald Kennedy)


Escrito por Nelson Castro el sábado 16/10/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

 

La conducta errabunda del Presidente no se detiene. Su navegación en un mar de idas y vueltas mina su credibilidad día tras día. Un día dice que se levanta el acto de hoy por el 17 de octubre y, al otro, afirma lo contrario. Algo similar sucedió con la designación de Gabriela Cerruti como “portavoz de la Presidencia”, algo que cayó como una bomba en el entorno de Alberto Fernández. Generó suspicacias y hasta burlas dentro de Presidencia: “¿Vuelve 6,7,8?”, se preguntaron. Pero otra fuente que recorre la Rosada confirmó que “la eligió Alberto más allá de las discusiones que pudieron haber tenido en el pasado. “Fue una decisión suya. Pero hay muchos que sienten que quedaron pedaleando en el aire y no hacen pie”, remarcó. Se entiende: primero AF lo negó y, luego, lo confirmó.


El hilo de tuits que los tuvo como protagonistas en el mes de enero de 2017 confirma la labilidad del Presidente. Alberto Fernández había dicho en una entrevista que Cristina Kirchner lideró una etapa “patética del peronismo”, asegurando que se había “bancado” a “Boudou, Moreno, Milani, el pacto con Irán”. Cerruti lo cruzó por la red social del pajarito: “Para @Alferdez @CFKArgentina representa el peronismo patético”, y agregó: “Yo no dudo que despreciás al kirchnerismo. Me alegra que no haya más confusión”. A lo que Fernández respondió: “La única confundida sos vos que nunca fuiste peronista. Ganate una banca sin chicanear. A mí no, Gaby”.


El ahora presidente de los argentinos, pues, atacó a Cerruti al igual que condenó a Cristina Fernández de Kirchner. Hoy Cerruti es su flamante vocera y CFK su vice, que paradójicamente fue quien lo ungió y quien, sin lugar a dudas, es la que manda.


A falta de alguna buena idea, lo que abunda en esa navegación a través de un mar de aguas procelosas son las peleas. Muchas son subterráneas; otras, en cambio, salen a la superficie. Entre estas últimas está la que tuvo el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, con Máximo Kirchner. La disputa fue pululante en lenguaje soez y gestualidad amenazante. La conclusión es que Berni ya anunció que después de las elecciones se va del Frente de Todos contra Todos. El nombre que desde las canteras del peronismo  bonaerense se hizo circular para reemplazarlo es el de Alejandro Granados, quien ya ocupó ese cargo –y fracasó– en la segunda gobernación de Daniel Scioli. Más allá de que se concrete o no su designación, esto da idea de la revulsión que existe al interior del oficialismo.


Mientras tanto, la inseguridad en el Conurbano se enseñorea con su reguero cruel de violencia y muerte. Esta semana fueron los asesinatos de Gonzalo Refi en Lanús, de Lucas Iván Cancino en Quilmes, y del subcomisario Rodrigo Becker en Caseros. ¿Cuáles serán los próximos? ¿Cómo se puede vivir así? No es casualidad que mucha gente joven –y no tan joven– se esté yendo del país. No es solo un mejor futuro económico lo que buscan; es también la seguridad, el saber que se puede salir a la calle sin el temor de que a la persona le roben y la maten por un teléfono celular, un par de zapatillas, una bicicleta, una moto o lo que fuere. 


 

El territorio bonaerense es un aquelarre. El intervenido gobierno de Axel Kicillof se ve azotado por un vendaval político imparable. El gobernador, que desafió al agua, al viento y al polvo en el acto de campaña de inauguración de un tramo de seis kilómetros de la Ruta 3 entre Ezeiza y La Matanza, enfrenta la rebelión –subterránea, por ahora– de los intendentes peronistas del Conurbano que nunca –y ahora mucho menos– lo quisieron.  


Kicillof ha perdido su calidad de niño mimado de la ex presidenta en funciones. No solo de ella; también de su hijo.


La salida de Paula Español fue otro cachetazo para el gobernador, ya golpeado por la intervención de su gabinete por parte de Martín Insaurralde.


El otrora predilecto del kirchnerismo viene cayendo en picada luego de la derrota en las PASO.


En este contexto declinó la invitación a participar del Coloquio de IDEA a pesar del cambio de rumbo que significó la participación del mismísimo Presidente y distintos funcionarios y candidatos en el encuentro empresarial. “¿Que iba a decir en una semana marcada por hechos negativos y sin el respaldo al que estaba acostumbrado? Inflación de septiembre, asesinatos en el Conurbano y recambio de funcionarios cercanos. Es mejor volar bajo radar”, aseguró una fuente del Instituto Patria. El control de precios ya puso los pelos de punta a los empresarios justo antes del Coloquio de IDEA. “Congelar los precios de 1.200 productos de la canasta por noventa días es inconsistente. ¿Qué va a pasar el día 91? Cuantos más parches pongan sin soluciones reales más difícil será desandar ese camino. Ahora Feletti abre la temporada de amenazas con precios máximos y ley de abastecimiento, ¿se olvidó del fracaso de las políticas de Moreno?”, dijo un hombre del sector del retail.

Todo lo que viene haciendo el Gobierno no tiene otro destino que el fracaso.

La reunión convocada de urgencia  con los líderes empresariales fue la confirmación del deterioro de la autoridad del Presidente. La pregunta de Francisco de Narváez –uno de los asistentes– fue la muestra: “Queremos saber si la vicepresidenta está de acuerdo con esto”, inquirió cuando AF hablaba de la voluntad del Gobierno de llegar a un acuerdo con el FMI. No fue la única pregunta e inquietud que se volcó sobre la mesa. Lo notable es que, en un intento de sincerarse, el Presidente reconoció las dificultades económicas que derivan de esa falta de acuerdo. Se habló allí de la insostenible brecha cambiaria, de las dificultades que para la actividad industrial representan el cepo y las trabas a las importaciones. Más allá de la cortesía reinante en el encuentro, fueron pocos los hombres de negocios que se fueron de la Casa Rosada con alguna expectativa positiva. A esos pocos, la desvaída alocución de AF en IDEA los derrumbó.  “El problema central sigue siendo de confianza y de credibilidad. La economía no se puede ordenar con un gobierno partido en dos”, señaló uno de los empresarios que escuchó con resignación al Presidente que llegó cincuenta minutos tarde al coloquio.

La defensa de Jones Huala (líder del grupo violento y radical Resistencia Ancestral Mapuche) por parte  del embajador argentino en Chile, Rafael Bielsa, es otra muestra del desquicio que anida en el seno del oficialismo. Nada que sorprenda.




domingo, 8 de noviembre de 2020

¡Volveremos!... @dealgunamanera...

 ¡Volveremos! 

Francisco de Narváez. Fotografía: CEDOC Perfil 

Casi paralelamente a que el Partido Demócrata desalojaba a los republicanos de la Casa Blanca en una disputada elección, casi un signo de los cuatro años trumpistas, el estandarte del estilo norteamericano de los negocios tradicionales, Wal-Mart, ejecutaba su retirada estratégica de Argentina. Y el comprador resultaba un viejo conocido del rubro, Francisco De Narváez, que ya había vendido la cadena familiar Casa Tía en 1999, cuando todavía gobernaba Bill Clinton en los Estados Unidos.


© Escrito por Tristán Rodríguez Loredo y publicado el sábado 08/11/2020 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 


Durante buena parte de la crisis económica y tensión cambiaria que comenzara en 2018 y se agudizara durante esta larga cuarentena, más de un empresario votó con los pies y se afincó fiscalmente en otro país. No sólo los casos de las celebridades y CEOs que preferían eludir el largo brazo de la AFIP ante la eventualidad de cualquier nuevo impuesto que la creatividad y la necesidad del Tesoro pueda generar bajo distintas modalidades.

Siempre en nombre de la solidaridad, la emergencia y ahora, la pandemia. Emigrar, para los que quieren y pueden parecería ser una marca registrada de esta larga crisis argentina,  que como reflexiona con genial agudeza el historiador económico Pablo Gerchunoff en la última edición de la revista Noticiasni es original ni es nueva: arrastra al menos cuatro décadas y viene acompañada por la fragilidad institucional de no poder acordar una hoja de ruta para volver a una senda de desarrollo que ofrezca un horizonte a la población. 

Justamente, los que están en la cúspide de esa pirámide social, globalizados y con intereses no necesariamente atados al país, son los que ahora, como en el caso de la operación de Wal-Mart, pueden ser los beneficiarios de la retirada ordenada de las casas matrices que bajaron el pulgar a sus inversiones en una economía inestable e impredecible. 

A veces, como en este caso, ese repliegue de varios países de la región viene alentado por la dura batalla comercial que tiene que librar en su propio territorio. En la última década, el gigante norteamericano viene siendo acosado por el comercio online y nuevas modalidades de consumo. En 2015, Amazon ya pasó en capitalización de mercado a la firma y en la actualidad, si bien no perdió valoración absoluta (US$ 413 mil millones) representa sólo la octava parte de la capitalización bursátil de Amazon (US$ 3,3 billones). 

¿Representa esta operación el inicio de una reargentinización de las empresas que habían sido vendidas en cifras millonarias durante los 90? 

En 2008, cuando Repsol cedió parte de su paquete accionario de YPF al grupo Eskenazi, atribuyó al comprador su carácter de “experto en mercados regulados”. Más que un elogio, una pintura de época. 

La economía argentina precisa con urgencia subirse a un proceso de inversiones que primero frenen el deterioro de la infraestructura y luego den el basamento para un crecimiento módico, al menos el promedio de la región. Cerrados los caminos de acceso al crédito internacional hasta terminar de cerrar un nuevo acuerdo con los organismos internacionales en las negociaciones encabezadas por el FMI, las alternativas son pocas: o un nuevo flujo de inversión extranjera directa o un aumento del ahorro interno. 

El primer caso no parecería ser inmediato cuando la inestabilidad hizo reconfigurar a muchas filiales su permanencia al menos que haya cápsulas de atracción a la inversión, como fue pensada Vaca Muerta en su momento o hace más tiempo con la industria automotriz, que requiere algo más que seguridades del tipo de cambio. La otra alternativa es un aumento sustancial del crédito interno, fomentando el ahorro… de los que generan ahorro. 

Justamente, los que hoy dudan sobre su futuro en esta tierra. Un operativo de seducción que tampoco se agota en una declamación, sino que abarca una batería de medidas, actitudes y normativas que puedan revertir la fuga de capitales, cerebros y voluntades. Recién entonces los fondos habrán visto que hay terreno fértil para sus negocios.





sábado, 13 de junio de 2015

Durán Barba… El nuevo influyente… @dealgunamanera...

Durán Barba… El nuevo influyente…

Porteñidad, Mauricio Macri. Dibujo: Pablo Temes

Secretos e intrigas en torno al principal asesor de Macri. Su reunión con Massa, acompañado por el ‘Coti’ Nosiglia.

El hombre tiene su estilo, quizás de algunas décadas atrás, como si acabara de salir de la peluquería de Harrod’s cuando era una gran tienda, recién afeitado, impecable y perfumado con  lavanda inglesa y el cabello de un brillante tono caoba, artificial, que no hubiera atravesado sin sonrisas algún barrio porteño. Tiempos en que no era mixto el vecino bar del Plaza Hotel y seguramente Franco, el padre de quien es hoy su principal contratista, debía pasar una vez por semana ante los famosos fígaros de Plaza San Martín..

Flash de presentación para Jaime Duran Barba, influyente y fundamentalista asesor de Mauricio Macri, a quien se responsabiliza por la negativa del candidato presidencial a cualquier asociación con Sergio Massa. Aun en situación de ventaja. Como si este asesor ecuatoriano fuera el dueño del pensamiento y los actos del ingeniero boquense, lo dominase o guiara al igual que el peruano  Sergio Bendixen hace trabajosamente con Massa, o James Carville –otro consultor norteamericano de nota– ejerce control sobre la cabeza de Daniel Scioli, sobre todo a la hora de mantener sumisión a la Presidenta, recomendando casi vestirse como Ella. Ventrílocuos de los aspirantes a la Casa Rosada.
Junto al “Coti”. Volviendo a Duran Barba y su peso sobre el alcalde y la cúpula del PRO, convendría repasar algunas de sus impresiones en la charla que mantuvo con Francisco de Narváez y Massa –acompañado también por Enrique Nosiglia– en la que bloqueó cualquier negociación “por arriba” (las “de abajo” ya son explícitas y en varias provincias) fulminando como embajador de su jefe un acercamiento mínimo entre las partes, hablando como si fuera Macri, casi más presumido que él.
Para el consultor ecuatoriano, la futura elección presidencial es complicada por la participación activa de Cristina de Kirchner, a quien respeta y admira políticamente, casi un enamorado –y no de ahora– por el animal político que habita en Ella. Le parece imparable y casi única en su actividad, una Ave Fenix perpetua. Menos consideración le cede a Scioli.
También supone que el clima electoral será más favorable al oficialismo cuando se aproxime la definición en las urnas. Cree, como afirman varios economistas, que los presupuestos familiares serán más holgados por gentilezas del Gobierno, habrá una primavera económica para seducir votantes.
Considera que su pupilo Macri logró una imagen personal ajena a la política y a la tradición peronista. Le concede un valor superlativo a esa condición y, en consecuencia,  pegarse a un dirigente como Massa –teñido de justicialismo por su origen bonaerense–   “desperfilaría” a su ingeniero candidato ante una presunta mayoría dispuesta a remover la franquicia gubernamental. Esa es la razón por la cual Macri insiste con una frase: “En política no siempre uno más uno es dos”, además de reverenciar y sobrevaluar un concepto o palabra: cambio.
O sea que para Duran Barba ahora Massa resta más de lo que le suma a Macri si se formalizara un acuerdo.  Entiende, además, que esa caracterización diferencial de Macri en las costumbres políticas le otorga fuertes posibilidades para triunfar en un comicio polarizado, aún en tierras sin dominio partidario ni estructuras como la provincia de Buenos Aires, debido a que parte de la población se manifiesta harta con las castas políticas. Es su palabra, seguida a pie juntillas por el alcalde.
Por último, aunque esto sea apenas una parte de su digesto,  en la reunión reveló una frase sospechosa y casi resignada: “Ganamos perdiendo”. Algo así como esa justificacion argentina, bastante habitual, en torno al campeón moral  que esta vez no le tocó el título pero seguramente tendrá otra oportunidad dentro de cuatro años.
Habían llegado Duran Barba junto a Nosiglia –extrañamente casi no fue mencionado en las crónicas periodísticas de la reunión, tampoco se explicó si asistió como gestor de ententes o representante de la UCR– luego que a Massa lo habían llamado telefónicamente un par de emisarios (uno de ellos, el intendente Jesús Cariglino) sugiriendo que se comunicara con Macri por celular. Como tardó, vino luego la iniciativa telefónica de los dos visitantes, en forma casual a diez minutos de la casa.
Preguntados. Massa conserva varios interrogantes luego de la tertulia:

¿Cuál es la razón por la cual tanto el Gobierno como Macri se interesan por polarizar la elección entre ellos, como si ambos fueran beneficiados con su proscripción?

Si Macri ha ganado con todas las virtudes y los vicios la totalidad de las comunas porteñas, ¿por qué se niega a disponer de una estructura como la de los intendentes massistas para fiscalizar el territorio bonaerense en el momento de contar los votos, cuando es público que ese ejercicio mal instrumentado le costó la derrota a más de un opositor al peronismo en anteriores comicios?

¿Supone tal vez que el sindicalismo y Hugo Moyano podrán realizar esa tarea, cuando ya manifestaron fallas al respecto en otras oportunidades?

¿De dónde saca Duran Barba la seguridad de que la ola amarilla de Macri se convertirá en un tsunami poco tiempo antes de las elecciones, cuando al mismo tiempo revela que vencer a Cristina parece una tarea imposible?

Con ese mar de dudas se retiró. Igual, más tarde, se negó a cualquier rendición incondicional como propuso Duran Barba. Llamó a sus propios consultores para elaborar una nueva estrategia, observando que mientras más lejos del peronismo se ubica Macri, más cerca de esa fracción política empieza a pegotearse Cristina.
Como siempre, cuando llegan las convocatorias electorales, el cristinismo lo saca a pasear a Perón, lo cita Ella en sus discursos (en la última cadena lo hizo en dos oportunidades) luego de olvidarlo y quizás detestarlo en buena parte de su vida. Pero, como Duran Barba le reconoce talento, no hay que desconocer la respuesta que le dio al gobernador Juan Manuel Urtubey, luego que este fuera reelegido abrumadoramente. “¿Qué querés que le diga a la prensa”, planteó Urtubey al concluir la entrevista triunfal en la Casa Rosada. “Sólo quiero que digas que ganó el peronismo. Nada más. Es todo lo que necesito”, le espetó.
© Escrito por Roberto García y publicado el sábado 13 de Junio de 2015 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

domingo, 7 de junio de 2015

De Massa a menos… @dealgunamanera...

De Massa a menos…

Con uñas y dientes, Sergio Massa. Dibujo: Pablo Temes

La posibilidad de una oposición unida parece alejarse por completo. La caída del Frente Renovador.

La candidatura presidencial de Sergio Massa ya no tiene destino. La semana que pasó fue catastrófica para él. La sangría de varios de los intendentes que fueron clave en la construcción política que hace apenas dos años lo llevó a su resonante triunfo electoral vació al Frente Renovador. “Se la creyó”, fue la frase lapidaria con la que uno de los operadores que más contribuyeron a aquel éxito –hoy lejano– describió las razones de una sonora caída libre que parece aún no haber tocado fondo. 

En diciembre de 2014, el ex intendente de Tigre disputaba en las encuestas cabeza a cabeza el liderazgo de los candidatos presidenciales con Daniel Scioli. Eso ya es pasado. A seis meses de aquel momento, esas mismas encuestas exhiben un retroceso que ha llevado a diezmar las filas del Frente Renovador y dejar a Massa sin plata para la campaña y sin proyecto.

La decisión de Francisco de Narváez de deponer su precandidatura a la gobernación de la provincia de Buenos Aires respondió a una maniobra de última instancia para forzar un acuerdo con Mauricio Macri. Curiosa parábola la de De Narváez, ya que fue su precandidatura a la gobernación el hecho que disgustó a Darío Giustozzi –fundacional y clave del Frente Renovador– y lo empujó a abandonar sus filas. “Es un gesto en pos de la unidad”, explicó el ahora ex precandidato para marcar su apelación a Macri a fin de que modifique su actitud de intransigencia. 

Paradojas de la política argentina: De Narváez y Macri supieron formar parte de aquella Unión-PRO que, con la participación de Felipe Solá, le asestó una dura derrota al Frente para la Victoria, cuya lista encabezaron Kirchner, Scioli y Massa; hoy, en cambio, casi ni se saludan.

Por el momento, en el PRO se mantienen inmutables: no habrá unión con nadie del FR. En la reunión que hubo el viernes pasado en Mar del Plata quedó plenamente ratificada esa postura, para cuyo sostenimiento juegan un rol fundamental las encuestas que aporta Jaime Duran Barba –convertido ya en un gurú por el núcleo duro del partido–, quien insistió en que una alianza con el massismo desdibujaría a Macri y, lejos de beneficiarlo, lo perjudicaría. 

Como se adelantó en la edición de ayer de Perfil, Duran Barba fundamentó su posición a través de una encuesta que muestra a Macri ganando con 33% de los votos, seguido por Scioli con el 28%, y muy atrás Massa con el 14%. Con un escenario de segunda vuelta, se predice el triunfo del PRO.

La línea que representa Emilio Monzó, en tanto, no se resigna y no baja sus banderas. La reaparición ocurrida en estos días del dirigente del peronismo que aboga y trabaja intensamente en pos de la conformación de una alianza entre el PRO y el FR ha dado algo de aire a los que comparten la convicción de que sin esa unión el triunfo irá a manos del Frente para la Victoria. Lo que no se descartó como alternativa que podría dar algo de aire a esa postura es la apertura de las listas de legisladores para dar cabida a emigrados del FR.

Vice.

En ese marco, en la interna del PRO las conjeturas están a la orden del día respecto de la precandidatura a la vicepresidencia. Los nombres en danza son los de Gabriela Michetti, Marcos Peña y Rogelio Frigerio. Esta definición está dando una disputa sorda que perturba a Macri. Si fuera por lo que aporta en imagen y nivel de conocimiento, la elección recaería sin lugar a dudas en Michetti. “A Mauricio le pesa que se piense que Gabriela lo hará presidente”, confiesa una dirigente histórica del PRO, y agrega: “Es ahí donde gana fuerza Marcos (Peña), en cuyas manos está toda la negociación por la integración de las listas, hecho que le confiere un gran poder al que muchos dentro del partido le temen”.

En el kirchnerismo viven toda esta realidad de la oposición con euforia.

La negativa de Macri y la deserción de De Narváez han dado pie a otra posible alternativa que, como conjetura, ha crecido en estas horas: que Massa decline su precandidatura presidencial y baje a la provincia de Buenos Aires con una boleta corta. Ello equivale a decir que el ex intendente de Tigre se presentaría como candidato a gobernador y que el FR no tendría candidato a presidente.

Esta es una posibilidad que preocupa al Gobierno y a la que, por ende, le viene prestando mucha atención. La gobernación de la Provincia podría ser para Massa el trampolín desde donde relance e intente reconstruir su sueño presidencial, que hoy ha quedado trunco.

En el kirchnerismo viven la realidad de la oposición con euforia. Una de las cosas que más entusiasmo producen en el entorno presidencial es que la interna entre Scioli y Randazzo está al rojo vivo. Hoy, el ganador claro e indiscutible es Scioli. Sin embargo, en las segundas líneas del gobernador no todo es tranquilidad: hay quienes reconocen el crecimiento que del ministro de Interior y Transporte, a quien el acelerado paso con el que se están reabriendo ramales ferroviarios le está dando una visibilidad de la que carecía hasta hace un año. 

A eso hay que agregar el favoritismo que existe hacia él por parte de la Presidenta, interesada en esmerilar lo máximo posible al gobernador, por quien nunca sintió gran cariño y de quien desconfía. Randazzo, por su parte, no oculta su sentimiento de desprecio hacia su contrincante, lo que no se cuida de manifestar ni en ámbitos privados ni en públicos.

Quien se beneficia con todo esto es Cristina Fernández de Kirchner, que hoy mantendrá en el Vaticano su último encuentro en calidad de presidenta con el Papa. De allí regresará para abocarse a la tarea de definir las listas de candidatos con las que aspira a mantener el poder más allá del 10 de diciembre, cuando deje el gobierno, circunstancia que comienza a pesarle.

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

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© Escrito por Nelson Castro el domingo 07/06/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.