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domingo, 13 de marzo de 2016

Aldo Ferrer y el desarrollo industrial… @dealgunamanera...

Aldo Ferrer y el desarrollo industrial…


Aldo Ferrer fue parte de los economistas estructuralistas que siguieron la estela abierta por Raúl Prebisch con la publicación del Manifiesto del 49 (El desarrollo de América Latina y algunos de sus principales problemas) que desafiaba la visión neoclásica del desarrollo. Ese documento plantea la diferencia entre los países periféricos –productores primarios– y los centrales –industrializados– en la desigual apropiación de los frutos del progreso tecnológico y el consecuente fenómeno del deterioro de los términos de intercambio y abre el cauce a las corrientes heterodoxas y desarrollistas en la región.


© Escrito por Federico I. Poli el viernes 11/03/2016 y publicado por el Diario Perfil de la 
Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Por esa época, un joven Ferrer escuchaba de boca de Prebisch, en un seminario en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, el desencanto con la teoría económica ortodoxa que este ex presidente del Banco Central expresaba porque no le sirvió para resolver los problemas que había enfrentado. Ahí aparece la necesidad de construir una teoría a partir de estilizar los hechos de la realidad de nuestros países. A ese conocimiento contribuiría mucho Ferrer con aportes como La economía argentina (1963) en el que proponía una periodización de la historia de la economía argentina y de sus dilemas, tomando como modelo los trabajos de Celso Furtado de los 50, y su polémico Crisis y alternativas de la política económica argentina (1980).

Creía Ferrer en la importancia de alcanzar una “estructura industrial integrada y abierta” que refería a una estructura económica industrial diversificada con participación de sectores intensivos en conocimiento, abierta al mundo y al comercio intraindustrial, contrariamente a la visión autarquizante que algunos atribuyeron a su “vivir con lo nuestro”. Planteaba que el desarrollo económico se alcanza a través de la competitividad, para la que un tipo de cambio adecuado es un elemento fundamental, junto al aporte de políticas de ciencia, tecnología, capacitación de los recursos humanos. “En la medida en que el tipo de cambio es competitivo genera industria y ocupación, mejora los salarios reales”, Ferrer dixit. En este sentido, defendía las retenciones como instrumento de política económica que permitía compatibilizar, en países como Argentina, el desarrollo de la industria y el agro, por el dilema, que tan bien formularía Diamand, que las productividades diferenciadas introducía al manejo del tipo de cambio.

Sabía Ferrer que el Estado tiene un rol claro en la economía para alcanzar el desarrollo. Siendo ministro de Economía, a principios de los 70, impulsó la creación del Banco Nacional de Desarrollo para financiar la expansión y reconversión de sectores industriales, las infraestructuras y la minería, y la ley del “compre nacional” que permitía utilizar el poder de compra del sector público y sus empresas, que representaba el 40% de la inversión total, para apalancar sectores de complejidad tecnológica.

Afirmaba Ferrer que “cada país tiene la globalización que se merece” porque “el grado de desarrollo alcanzado depende de la aptitud de cada sociedad para participar de las transformaciones desencadenadas por el avance de la ciencia y sus aplicaciones tecnológicas”. Introduce el concepto de “densidad nacional” que hace referencia a que la calidad de las respuestas que cada país da a los desafíos y oportunidades que la cambiante globalización le plantea está en relación con los liderazgos.

La última vez que lo vi fue en Madrid, en octubre de 2012, en un seminario que organizamos con Enrique Iglesias. Le dije a Aldo que ese día debíamos sacarnos una foto porque no teníamos. Aceptó encantado. Lamentablemente, no lo hicimos. El martes cuando me enteré de su desaparición, me acordé con tristeza de esa foto que no fue.


martes, 14 de agosto de 2012

Joseph Stiglitz... De visita en Argentina... De Alguna Manera...

Joseph Stiglitz: "Es mentira que a los mercados le preocupan la inflación y los pobres"...
 
 El economista y Premio Nobel asegura que para las grandes finanzas, el aumento de precios y su incidencia en la gente no es prioridad.
El economista y Premio Nobel asegura que para las grandes finanzas, el aumento de precios y su incidencia en la gente no es prioridad. Foto: Télam

Joseph Stiglitz. El economista y Premio Nobel de Economía en 2001, de visita en la Argentina, habló de todo. Economista y Premio Nobel asegura que para las grandes finanzas, el aumento de precios y su incidencia en la gente no es prioridad.

Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía 2001 que está de visita en la Argentina, en sus conferencias de ayer en la Casa Rosada y hoy en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, considera que la inflación sólo si es muy alta puede afectar el crecimiento y que el aumento de precios, así como la pobreza, no son preocupaciones importantes para los mercados financieros.

Respecto de la inflación, Stiglitz consideró como “una mentira” la preocupación de los mercados financieros por el aumento de ese parámetro, aunque destacó que si el aumento de los precios “es muy alto puede afectar el crecimiento”.

Para el economista, “la inflación puede tener un efecto adverso en el crecimiento, pero la preocupación principal de los mercados financieros internacionales nunca han sido los pobres” y añadió que “uno de los logros de haber reducido la deuda (en la Argentina) es haber disminuido la dependencia con los mercados financieros”. En ese sentido, advirtió: “La reestructuración de la deuda da una posibilidad de tener un nuevo comienzo pero es importante aprender de los errores y no endeudarse nuevamente”.

Stiglitz cargó contra los bancos y los sectores financieros especulativos, a quienes acusó de responsables de crear una “paranoia de la inflación”, en un mundo desarrollado que sigue apostando a “recetas de austeridad” debido a este “mal diagnóstico”.  A su entender, son precisamente aquellos los que digitan las políticas que se ejecutaron en la previa y durante la crisis que comenzó en el 2008 y parece no tener fin.

Retenciones, convertibilidad, desendeudamiento

El Nobel de Economía, que disertó en el seminario “La Crisis de Deuda y su Resolución”, elogió la política de retenciones a las exportaciones llevada adelante por el Gobierno y destacó el manejo que hizo de “los beneficios que fueron a los exportadores”, como consecuencia de la salida de la crisis, “en el proceso de distribución” de los ingresos.

Stiglitz también como un ejemplo al país, comparando su situación en 2001 y la actual de Europa. “Vale la pena pensar en la experiencia argentina para tomar conciencia de los desafíos a enfrentar”, en referencia a la crisis de los países centrales, y destacó que “la mayoría diría que la experiencia argentina fue un éxito total”.

El economista comparó “los costos enormes” que tuvo la Argentina por continuar con la convertibilidad, con los que está teniendo Europa, en alusión al mantenimiento del euro.

Respecto de la crisis internacional, sostuvo que “los prestamistas han prestado de más y éstos siempre va a culpar a los que toman prestado, cuando la culpa es de ambos. O incluso, más de los prestamistas”.

“La deuda y el déficit que tienen España e Irlanda son latigazos de la crisis de Estados Unidos y no por el aumento del gasto” en esos países, ya que “reducir el gasto podría exacerbar el problema”. Tras elogiar la reestructuración de la deuda argentina, Stiglitz señaló que “eso por sí sólo no hubiese resuelto el problema, sino se hubieran hecho otras reformas profundas”, entre las que mencionó las realizadas en el tipo de cambio.

© Publicado en la Revista Fortuna de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el martes 14 de Agosto de 2012.