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sábado, 17 de marzo de 2018

Contundente rechazo de los curas villeros a la despenalización del aborto… @dealgunamanera...

Contundente rechazo de los curas villeros a la despenalización del aborto…

Con los pobres abrazamos la vida...

En un documento, afirman que "no necesitamos más muertes" y reclaman "propuestas de vida digna" combatiendo la pobreza. Lamentaron la utilización de los sectores vulnerables como justificación para avanzar en esta legislación. Los acompañan los dos nuevos “Obispos Villeros”


© Escrito por Sergio Rubin el viernes 16/03/2018 y publicado por Valores Religiosos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Fuente: VR

De modo contundente, los curas villeros salieron hoy a rechazar la despenalización del aborto, al señalar que “no necesitamos más muertes”, sino que “nuestros barrios necesitan propuestas de vida digna y una sociedad que proteja al más débil” por lo que consideran que debería “priorizarse”el combate a la pobreza.

En una declaración suscripta por más de treinta sacerdotes de asentamientos de la capital y el gran Buenos Aires –además de los dos curas villeros recientemente designados obispos y dos monjas villeras- refutan, además, a quienes apelan a la situación de precariedad de las embarazadas de escasos recursos.

“Algunos planteos de otros sectores sociales —creemos que este es uno de ellos— toman a los pobres como justificativo para sus argumentos. Se habla de la tasa de mortalidad por aborto de las mujeres de los barrios más pobres”, dicen.

Y agregan: “Lo primero que hay que hacer en nuestros barrios es luchar contra la pobreza con firme determinación y en esto el Estado tiene las mejores herramientas. Con casi un 30% de pobres —detrás de los cuales hay rostros e historias— hay discusiones que debieran priorizarse”.

Además critican al Poder Ejecutivo por haber “propuesto” de debate sobre la cuestión pese a que “no estaba en su plataforma electoral” y destacan que el Gobierno de Cristina Kirchner “no sólo no propició este debate, sino que incluyó a las mujeres embarazadas en la Asignación Universal por Hijo”. 

"Eso es un gesto concreto de una política a favor de la vida", Subrayan.

Texto del Documento:

1. El Poder Ejecutivo ha propuesto el debate acerca de la despenalización del aborto. Este tema no estaba en su plataforma electoral. El Ejecutivo anterior no solo no propició este debate, sino que incluyó a las mujeres embarazadas en la Asignación Universal por Hijo. Eso es un gesto concreto de una política pública a favor de la vida.

2. Nuestras opciones son por “la vida como viene”, sin grises. Especialmente la vida amenazada en cualquiera de sus formas. Por eso hemos hablado a favor de los inmigrantes, de la lucha por la justicia, de que nadie a raíz de la desnutrición tenga su futuro hipotecado, que nadie muera por enfermedades que podrían curarse, como por ejemplo la tuberculosis. Por eso estamos en contra del gatillo fácil. Por eso hemos apoyado las manifestaciones de “Ni una menos” contra los femicidios. Y a esta opción la confirmamos con acciones comunitarias concretas, que realizamos en nuestros barrios para que se viva bien, se viva con dignidad.

3. Como curas y religiosas desde las villas y barrios populares, nuestra experiencia de vecinos, fruto de una consagración, es la de haber aprendido de los villeros a amar y cuidar la vida. La cultura popular de estos barrios nos ha mostrado una manera real de optar por la vida. Muchas veces donde el Estado no llega, donde la sociedad mira para otro lado, la mujer sola o atravesada por la marginalidad encuentra en las redes de amor que se generan en nuestros barrios su ayuda y su esperanza, para ella y sus hijos.

4. En esta línea hay muchos ejemplos de mujeres que saben cuidar a los niños como si fueran sus propios hijos. Creemos que debería ser más sencillo el camino para adoptar un niño. Somos testigos de que muchos matrimonios de la villa fueron marginados de la posibilidad de adopción porque no tenían, por ejemplo, título de su vivienda.

5. Algunos planteos de otros sectores sociales —creemos que este es uno de ellos— toman a los pobres como justificativo para sus argumentos. Se habla de la tasa de mortalidad por aborto de las mujeres de los barrios más pobres. Lo primero que hay que hacer en nuestros barrios es luchar contra la pobreza con firme determinación y en esto el Estado tiene las mejores herramientas. Con casi un 30% de pobres —detrás de los cuales hay rostros e historias— hay discusiones que debieran priorizarse.

6. Muchas veces miramos a los países poderosos y “desarrollados” de nuestro mundo. En muchos de ellos está legislado el aborto. Y en muchos casos se descarta así a los niños que van a nacer con Síndrome de Down. ¡Cuánto nos enseñan estos niños a los que tenemos atrofiada la capacidad de amar! La lógica de los poderosos, de los fuertes, que deciden sobre los que menos posibilidades tienen, es la lógica dominante. Y esto también, de alguna manera, se traslada al tema de la niña o niño por nacer.

7. A lo largo de cincuenta años este equipo de sacerdotes de las villas, que se fue ramificando en otros lugares como la provincia de Buenos Aires, ha sido testigo de muchas propuestas de muerte. Han muerto catequistas, religiosos y sacerdotes por la dictadura. Por el tráfico de armas y de drogas continúan las muertes de adolescentes y jóvenes. No necesitamos agregar más muertes. Nuestros barrios necesitan propuestas de vida digna. Y una sociedad que proteja al más débil.

Que la Virgen de Luján, Madre del Pueblo, nos enseñe a cuidar de nuestra Patria, comenzando por los más frágiles.

P. José María Di Paola. Villa La Carcova, 13 de Julio y Villa Curita. Diócesis de San Martín.

Mons. Gustavo Carrara. Obispo auxiliar de la arquidiócesis de Buenos Aires. Vicario para la Pastoral en Villas de la Ciudad de Buenos Aires.

P. Juan Isasmendi, P. Eduardo Casabal, P. Ignacio Bagattini. Villa 1-11-14. Arquidiócesis de Buenos Aires.

P. Lorenzo de Vedia, P. Carlos Olivero, P. Gastón Colombres. Villa 21-24 y Zavaleta. Arquidiócesis de Buenos Aires.

P. Guillermo Torre, P. José Luis Lozzia, P. Marco Espínola. Villa 31. Arquidiócesis de Buenos Aires.

P. Domingo Rehin. Villa Lanzone. Villa Costa Esperanza. Diócesis de San Martín.

Mons. Jorge García Cuerva. Obispo auxiliar de la diócesis de Lomas de Zamora.

P. Basilicio Britez. Villa Palito. Diócesis de San Justo.

P. Nicolás Angellotti. Puerta de Hierro, San Petesburgo y 17 de Marzo. Diócesis de San Justo.

P. Sebastián Sury, P. Damián Reynoso. Villa 15. Arquidiócesis de Buenos Aires.

P. Rodrigo Valdez. Villa Playón de Chacarita. Arquidiócesis de Buenos Aires.

P. Martín Carroza y P. Sebastián Risso. Villa Cildañez. Arquidiócesis de Buenos Aires.

P. Pedro Baya Casal, P. Adrián Bennardis. Villa 3 y del Barrio Ramón Carrillo. Arquidiócesis de Buenos Aires.


P. Joaquín Giangreco. Villa Trujuy. Diócesis Merlo-Moreno.

P. Nibaldo Leal. Villa Hidalgo. Diócesis de San Martin.

Carlos Morena, Mario Romanín, Alejandro León, Juan Carlos Romanín, Salesianos, Don Bosco. 

Cecilia Lee, misionera franciscana. Bea GmiItrowicz, misionera franciscana, Villa Itatí.

P. Antonio Mario Ghisaura. Villa Tranquila. Diócesis Avellaneda- Lanús.

P. Alejandro Seijo. Villa Rodrigo Bueno. Arquidiócesis de Buenos Aires.

P. Andrés Tocalini. Villa los Piletones. Arquidiócesis de Buenos Aires.

P. Dante Delia. Barrio la Loma de Roca. Diócesis de San Isidro.

P. Franco Punturo. Villa 20. Arquidiócesis de Buenos Aires.

P. Omar Mazza. Villa Inta. Arquidiócesis de Buenos Aires.




jueves, 21 de marzo de 2013

Oportunidad única… De Alguna Manera...


Oportunidad única…


El particular estilo de Jorge Bergoglio anuncia un cambio de época. En el mundo y también aquí.

Ocurrió en un anochecer de 2002. Era el mes de septiembre. Salía de dar una conferencia y estaba, a la búsqueda de un taxi, parado a pocos metros de la esquina de Diagonal Norte y Florida. El colectivo se detuvo y paró enfrente de mí. Era el 111 que va desde Villa Zagala hasta la Aduana. Venía casi vacío. Al abrirse la puerta trasera bajó un solo pasajero. Al vernos nos reconocimos mutuamente.

–Hola cardenal –dije sorprendido.

–¿Cómo le va, Nelson? –me respondió.

–¿De dónde viene? –le pregunté.

–De Villa Pueyrredón. Estuve visitando la Parroquia de Cristo Rey –me contestó–. ¿La conoce? –me preguntó.

–Soy de ahí –le dije.

Hablamos unos pocos segundos más y nos despedimos con un hasta luego.

La anécdota es una más entre las centenares conta­das por muchos otros conciudadanos acerca de situaciones similares. El colectivo, el subte, el tren, la calle de a pie, formaban parte de la vida cotidiana del cardenal Jorge Bergoglio. He aquí uno de los mensajes más impactantes del nuevo papa: su contacto con la vida común y con la pobreza no es enunciativo; es fáctico. Su cercanía con los que menos tienen es una presencia en su vida y en la de ellos. No necesita contarlo él. Lo hacen espontáneamente quienes encontraron en el entonces cardenal alguien de su cercanía.

En los pocos días que han corrido desde su elección, el Papa ha producido un impacto que sacude al mundo. Basta ver, escuchar y leer los principales medios para observarlo. El presente le sonríe. El futuro lo desafía. A Francisco lo aguardan tareas de enorme trascendencia. La primera de ellas es la necesidad de revitalización y renovación de la Iglesia.

Los hechos que con inusual claridad denunció Benedicto XVI –junto a su renuncia, esas denuncias constituyen su principal legado– deberán ser abordados con urgencia por el nuevo pontífice. “La Iglesia corre el riesgo de transformarse en una ONG piadosa”, fue la frase con la que el Papa resumió el objetivo primordial que la Iglesia Católica tiene de mantener vivo su liderazgo espiritual y moral, seriamente afectado por la suma de corrupción, luchas intestinas por el poder y tolerancia con los execrables hechos de pedofilia protagonizados y/o tolerados por presbíteros, obispos y cardenales.

Benedicto XVI dio un primer paso –importante– reconociendo, denunciando y condenando esos hechos. Le corresponde a Francisco acometer la ineludible empresa de poner fin a esos males. En un plano de similar trascendencia está la tarea evangelizadora de la Iglesia. Es un desafío esencial. En este aspecto, la tarea del nuevo papa se asemeja mucho a la que le cupo a Juan XXIII. El así llamado Papa Bueno entendió que la Iglesia, que se hallaba en una situación crítica tras el controvertido papado de Pío XII, debía tener una aproximación diferente a la problemática de aquel momento, no para cambiar sus pilares doctrinarios, sino para tener una mejor comprensión de cambios que estaban aconteciendo en ese momento de la historia.

Muchos creen que la revolución y la modernización de la Iglesia implican demandar cambios en su postura frente a temas como el aborto o el matrimonio entre personas de un mismo sexo. Es un grueso error. Eso no cambiará nunca porque constituyen pilares de su doctrina. Lo que se requiere de la Iglesia es una postura más comprensiva y, en el caso particular del aborto, una fuerte participación en las acciones de prevención. El aborto es una desgracia en la vida de cualquier mujer. En lo personal estoy en contra del aborto. El desafío es prevenirlo; condenarlo no solu­ciona nada.

Para la Argentina, el significado del nuevo papa es monumental. Francisco ha pasado a ser el argentino más importante de toda la historia de nuestro país. La Argentina nunca fue el paradigma ni el modelo a seguir en las arenas de las cuestiones morales. De repente, se encuentra con que de su seno emerge el Papa, alguien llamado a ejercer un liderazgo moral y espiritual de dimensión universal. ¡Qué magnífica paradoja! ¡Qué oportunidad única para nuestro país! ¡Qué desafío para nuestras dirigencias! ¡Qué momento augural para nuestra sociedad!

Al recibir a la Presidenta, el Papa no sólo dio un ejemplo de grandeza, sino que marcó un camino. El beso de Francisco que impactó a Cristina Fernández de Kirchner tiene el valor de un gran gesto: perdonar y dejar atrás ofensas, agravios y descalificaciones. Aplicado a nuestra realidad desde el poder, este gesto tendría hoy un valor casi revolucionario. Si capta este mensaje y lo transforma en hechos, la Presidenta tiene la oportunidad de cambiar el presente de una sociedad atravesada por la intolerancia al pensamiento diferente inculcado desde el poder. La oposición, también. ¿Tendrán la sabiduría de aprovecharlo y hacer historia?

© Escrito por Nelson Castro el 21/03/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.