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domingo, 13 de mayo de 2012

Panqueques a la Grondona... De Alguna Manera...

Los motivos de un “panquecazo”...

 Julio Grondona. Foto: CEDOC

Grondona había aprobado el formato de campeonato que querían los representantes de los clubes. Pero tuvo un llamado de arriba y todo cambió.

Señor 2: Ya hablé con todos y consensuamos que sigan los torneos cortos.

Señor 1: Bueno, andá para adelante. El martes lo aprobamos en Comité Ejecutivo.

El “Señor de los anillos” (todo pasa), el uno, descansaba en Loma Verde, en el campo familiar. El Señor dos lo llamó por teléfono el jueves 3 para avisarle lo que habían decidido, por amplísima mayoría, los dirigentes del fútbol argentino: dos campeonatos, dos campeones. Sin esgrimir argumentos contrarios, el Señor uno dio el sí. Lo raro empezó después.

El sainete cuenta con actores elegidos de un casting de fútbol y, también, de la política nacional. Una fuente de un club importante de Primera División le confirmó al diario PERFIL que hubo un llamado del presidente de Lanús, Nicolás Russo, a Julio Grondona. Russo está a cargo de la Comisión de Torneos, un organismo creado como parte de la nueva estrategia del titular de AFA; para que los dirigentes crean que se sientan a la mesa en la que se decidirán asuntos estructurales.

La burbuja democrática duró lo que tardó Grondona en desactivar la decisión colectiva: un día. El viernes 4, se cambiaron los roles. Fue Don Julio el que llamó a Russo y lo conminó a cambiar de idea; había que jugar una final. Un allegado al Jefe, lo justifica: “Nos conviene tener un gran campeón y no dos campeoncitos”. Hojarasca.

El guión tiene actores de reparto y un protagonista: el Gobierno. “Me llamaron: tiene que haber un sólo campeón”, retransmitió Grondona a sus adláteres. Así se lo confió a PERFIL alguien que participó del boceto que escribieron los dirigentes; ése del campeonato que querían todos.

El poder. Los interlocutores de la Casa Rosada son el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini, y el ministro de Justicia y Derechos Humanos,  Julio Alak. Son los hombres que tienen la pelota desde que Aníbal Fernández pasó a ser senador. Ya sin peso en AFA, el ex jefe de Gabinete había salido al cruce en la semana en el programa Rock and Closs, ante los rumores que emparentaban al Gobierno con el nuevo formato: “No hay injerencia en el torneo, sólo compramos los derechos”.

La pretensión es bajar el nivel de histeria y conflictividad. Ergo, reducir la violencia en el fútbol. Esa es la cuenta que se hace: un campeón equivale a la mitad de tensión que dos. Sin embargo, los dirigentes de Primera desconfían del éxito de la teoría. Lo raro empezó después, otra vez: por unanimidad, los hombres de los clubes votaron el campeonato que nadie quiere jugar.

El único que se opuso abiertamente fue Boca. Juan Carlos Crespi, vicepresidente segundo, le reprochó a Grondona: “Hace quince días votamos un formato (en verdad, lo que hicieron fue consensuarlo) y ahora es un papelón que lo cambiemos. ¿Qué digo yo en mi club?”. Grondona gritó y ensayó una puesta en escena, a partir del desalineamiento. Al Señor del anillo no le había gustado que lo evidenciaran.

La dupla que llama al teléfono rojo de la calle Viamonte la componen Zannini y Alak. Son quienes, desde el Gobierno, monitorean a Grondona. De ellos parten ideas y eventuales modificaciones sobre asuntos del fútbol. En tanto, Cristina, también, suele escuchar los consejos de su hijo Máximo. No es casual la participación de Alak. El ministro cuenta con experiencia en materia futbolera. Por lo bajo, Gastón Cogorno y Rodolfo Molina reconocen que Alak interviene en el día a día de Racing. De hecho, fue el ex intendente de La Plata quien gestionó el predio que ahora el club de Avellaneda tiene en el partido de Esteban Echeverría.

Silenzio stampa. El operativo seducción distó de retórica. Apenas consistió en un aspecto económico, que ni siquiera puede resultar atractivo para las economías de los clubes: un millón de pesos (hoy, 227 mil dólares) para el ganador de cada torneo y la misma cifra, además, para el campeón. Los dirigentes agacharon la cabeza y refrendaron el “sijulismo”. En términos financieros, hay una razón: casi todos los clubes tienen en default la cuenta corriente con la AFA. Un dirigente de un club sin deudas, se excusó en off: “No íbamos a ir a la guerra con Grondona por el tema del campeonato”.

En efecto, el estímulo del premio como argumento es tan endeble como los mismos antecedentes: sólo en el primer año de contrato con el Fútbol Para Todos, Grondona les pagó a los clubes los 25 millones de pesos para operativos de seguridad. Nadie alza la voz. No es raro; todo pasa.

“Estamos pintados”, se queja ante este medio un dirigente que, al igual que todos, pide no ser nombrado. El ninguneo consistió en desoír a la Comisión de Torneos, que tenía como única función definir con qué formato se jugaría la próxima temporada del fútbol argentino; los encargados eran Miguel Angel Silva (Arsenal), Enrique Lombardi (Estudiantes de La Plata), Nicolás Russo (Lanús), Guillermo Lorente (Newell’s), Horacio Martignoni, Francisco Marín y Fernando Araujo (categorías del Ascenso) y Alfredo Derito (torneos del Interior).

Cuentan que por el enojo, el presidente de Lanús se desenfocó. Tras recibir el llamado de Grondona le comentó a algunos allegados que estaba dispuesto a renunciar al cargo en AFA. Después, lo raro: en la reunión de Comité Ejecutivo del martes pasado, sonrió y acomodó su discurso a la pretendida bajada de línea.

El campeonato “por orden de arriba”, como explica Grondona en su círculo íntimo, se jugará sin el gusto de los directivos. Mientras, los futbolistas callan. El torneo que retoma la inédita modalidad de 1991 se disputará como la Casa Rosada le mandó a decir a la Casa Madre del fútbol. Ese lugar que perdió hace un tiempo la posesión de la pelota.

La historia de las mil vueltas. Entre el miércoles 2 y el viernes 4 de mayo circularon tres proyectos distintos sobre el formato del campeonato. El primero ya había sido consensuado por los dirigentes en la anterior reunión de Comité Ejecutivo de AFA. El mismo mantenía el esquema actual, pero eliminaba las promociones y contemplaba tres descensos directos en lugar de dos. Uno de ellos correspondería a quien saliera último en la tabla anual. También introducía leves modificaciones en lo que tenía que ver con las clasificaciones a la Copa Libertadores y Sudamericana.

El jueves 3 comenzó a evaluarse la alternativa de que los campeones disputaran una final en territorio neutral. El ganador jugaría una final contra el campeón brasileño en Miami o Japón. Julio Grondona se había comprometido a gestionar el nuevo torneo internacional, y a vender sus derechos televisivos. La idea fue tomando forma, pero fue el propio presidente de la AFA quien la abortó por indicación de funcionarios del Gobierno nacional.

Una propuesta que aún sigue siendo estudiada en la calle Viamonte es la organización de la Supercopa argentina. ¿Quienes la protagonizarían? El triunfador de la súper final y el de la Copa Argentina.

© Escrito por  Marcelo Rodríguez y Gabriel Zandoná  y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 12 de Mayo de 2012.