Mostrando las entradas con la etiqueta Coloquio de IDEA. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Coloquio de IDEA. Mostrar todas las entradas

domingo, 16 de octubre de 2022

Chicanas sin ideas… @dealgunamanera...

 Chicanas sin ideas… 


Silencio stampa” La voz de su amo. Dibujo: Pablo Temes 

Esa es la cruda descripción del discurso del Presidente ante los empresarios. 

El discurso que el Presidente dio cuando caía la tarde del viernes en Mar del Plata en el cierre del Coloquio de IDEA fue malo. No es novedad. Todos los discursos de Alberto Fernández son malos. Los tibios aplausos que le brindaron los empresarios que lo escucharon fueron el reflejo del clima de entusiasmo declinante que generó la alocución del jefe de Estado. Las caras mustias que se veían entre los que escuchaban lo decían todo. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 15/10/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

El azoro era inocultable. La falta de autocrítica hacia la gestión de su gobierno, así como también los mensajes con aires de chicanas destinados tanto a Mauricio Macri, como a Cristina Fernández de Kirchner fueron tan evidentes como burdos. “No escuchamos ni una sola propuesta de acción gubernamental concreta para solucionar alguno de los graves problemas que acechan a nuestro país”–se quejó un empresario. Otros prefirieron apuntar al Frankenstein político que arrastra desde su génesis el Frente de Todos: “No hay certidumbre ni horizonte posible cuando el Gobierno es oficialismo y oposición al mismo tiempo”.  Su descripción es tan gráfica como cierta y la ausencia de un plan económico, que fue sustituido por un parche detrás del otro, tiene que ver con esta situación anómala. 

Es por eso que el destino haya querido que el discurso del Presidente fuera en el mismo día que se conoció el índice de inflación de septiembre, es una de esas coincidencias que hace más patética la situación. El 6,2% del Indec encierra cifras que no son las que realmente afectan a vastos sectores de la ciudadanía y, en especial, a los más pobres. Esto es así porque el rubro alimentos está claramente por arriba del número de septiembre. Esto está generándole un delicado problema a Sergio Massa, porque las proyecciones para el mes de octubre auguran una situación todavía peor. 

La inflación en alimentos ya se hizo sentir en la primera semana del mes y se proyecta una suba del rubro en torno al 7,3%, mientras que el IPC ascendería más cerca del 6,5%. Los que conocen la interna del Frente de Todos contra Todos señalan –sin dudarlo– que Axel Kicillof está “taladrando la cabeza” de CFK con un tema recurrente: el congelamiento de precios. Es una medida totalmente superada y anacrónica. Nunca dio resultados en el tiempo por la total ausencia de eficacia de esta metodología. No funcionó con el peronismo en su esplendor. Así que menos va a funcionar con un gobierno en decadencia permanente. 

Massa ya hizo saber su desacuerdo con esta iniciativa. Sin embargo, el gobernador de la provincia de Buenos Aires no se da por vencido. Por lo tanto, está dispuesto a insistir, insistir e insistir. 

Paradójicamente desde Juntos por el Cambio se jactan de su responsabilidad institucional como adversarios políticos, pero la realidad desnuda su impericia. No hay santos republicanos, hay hombres y mujeres incapaces de ocultar sus propias miserias. 

Por lo pronto, para dar idea de que algo se va hacer al respecto, AF decidió convocar para el próximo lunes, a los empresarios de las firmas alimenticias a una reunión. No es casualidad que ese día sea 17 de octubre. “Es que el Presidente algo tenía que hacer para no quedar sin agenda en medio de tanto acto que hará el peronismo dividido en distintos lugares” –se sinceró un histórico analista del PJ. 

Otro síntoma de la decadencia en la que está sumida el oficialismo está marcado por la desmedida y burda ceremonia de asunción de las tres ministras elegidas por el Presidente para tapar los agujeros de su gabinete. Ya no importan los nombres. No revisten ningún peso político, todo lo contrario. “Parece que se creyeron lo del cargo. La fiestita de las recién llegadas no tiene nada que ver con lo que vivimos adentro. Hay desgano, enojo y la convicción de que se termina una etapa. Estamos de salida”, reconoció un hombre de contacto frecuente con la Rosada. 

Una cosa es segura: en el Gobierno no miden lo que resta de mandato como una unidad temporal de más o menos, año y monedas. Lo dividen en tres postas a las que hay que arribar como sea. 

El primer hito es el Mundial de Qatar. El segundo es pasar diciembre sin sobresaltos, algo que solo el peronismo podría lograr, y el tercero es el receso de verano donde gran parte de la gente intenta olvidar sus penurias. 

El resto es la bandera de largada de la campaña electoral. Los movimientos internos, dentro de ambas coaliciones anticipan un período sombrío de polarización y ataques personales muy lejos de las ideas y propuestas para salvar un país, que está cada vez más cerca del abismo.



   

domingo, 17 de octubre de 2021

Oficialismo desquiciado… @dealgunamaneraok...

 Oficialismo desquiciado…

 

Es otro cantar, Alberto Fernández. Dibujo: Pablo Teme


Crecen las señales de un gobierno partido en dos, incapaz de enfrentar el desafío de la crisis económica.

“Ningún gobierno es mejor que las personas que lo integran.” (John Fitzgerald Kennedy)


Escrito por Nelson Castro el sábado 16/10/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

 

La conducta errabunda del Presidente no se detiene. Su navegación en un mar de idas y vueltas mina su credibilidad día tras día. Un día dice que se levanta el acto de hoy por el 17 de octubre y, al otro, afirma lo contrario. Algo similar sucedió con la designación de Gabriela Cerruti como “portavoz de la Presidencia”, algo que cayó como una bomba en el entorno de Alberto Fernández. Generó suspicacias y hasta burlas dentro de Presidencia: “¿Vuelve 6,7,8?”, se preguntaron. Pero otra fuente que recorre la Rosada confirmó que “la eligió Alberto más allá de las discusiones que pudieron haber tenido en el pasado. “Fue una decisión suya. Pero hay muchos que sienten que quedaron pedaleando en el aire y no hacen pie”, remarcó. Se entiende: primero AF lo negó y, luego, lo confirmó.


El hilo de tuits que los tuvo como protagonistas en el mes de enero de 2017 confirma la labilidad del Presidente. Alberto Fernández había dicho en una entrevista que Cristina Kirchner lideró una etapa “patética del peronismo”, asegurando que se había “bancado” a “Boudou, Moreno, Milani, el pacto con Irán”. Cerruti lo cruzó por la red social del pajarito: “Para @Alferdez @CFKArgentina representa el peronismo patético”, y agregó: “Yo no dudo que despreciás al kirchnerismo. Me alegra que no haya más confusión”. A lo que Fernández respondió: “La única confundida sos vos que nunca fuiste peronista. Ganate una banca sin chicanear. A mí no, Gaby”.


El ahora presidente de los argentinos, pues, atacó a Cerruti al igual que condenó a Cristina Fernández de Kirchner. Hoy Cerruti es su flamante vocera y CFK su vice, que paradójicamente fue quien lo ungió y quien, sin lugar a dudas, es la que manda.


A falta de alguna buena idea, lo que abunda en esa navegación a través de un mar de aguas procelosas son las peleas. Muchas son subterráneas; otras, en cambio, salen a la superficie. Entre estas últimas está la que tuvo el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, con Máximo Kirchner. La disputa fue pululante en lenguaje soez y gestualidad amenazante. La conclusión es que Berni ya anunció que después de las elecciones se va del Frente de Todos contra Todos. El nombre que desde las canteras del peronismo  bonaerense se hizo circular para reemplazarlo es el de Alejandro Granados, quien ya ocupó ese cargo –y fracasó– en la segunda gobernación de Daniel Scioli. Más allá de que se concrete o no su designación, esto da idea de la revulsión que existe al interior del oficialismo.


Mientras tanto, la inseguridad en el Conurbano se enseñorea con su reguero cruel de violencia y muerte. Esta semana fueron los asesinatos de Gonzalo Refi en Lanús, de Lucas Iván Cancino en Quilmes, y del subcomisario Rodrigo Becker en Caseros. ¿Cuáles serán los próximos? ¿Cómo se puede vivir así? No es casualidad que mucha gente joven –y no tan joven– se esté yendo del país. No es solo un mejor futuro económico lo que buscan; es también la seguridad, el saber que se puede salir a la calle sin el temor de que a la persona le roben y la maten por un teléfono celular, un par de zapatillas, una bicicleta, una moto o lo que fuere. 


 

El territorio bonaerense es un aquelarre. El intervenido gobierno de Axel Kicillof se ve azotado por un vendaval político imparable. El gobernador, que desafió al agua, al viento y al polvo en el acto de campaña de inauguración de un tramo de seis kilómetros de la Ruta 3 entre Ezeiza y La Matanza, enfrenta la rebelión –subterránea, por ahora– de los intendentes peronistas del Conurbano que nunca –y ahora mucho menos– lo quisieron.  


Kicillof ha perdido su calidad de niño mimado de la ex presidenta en funciones. No solo de ella; también de su hijo.


La salida de Paula Español fue otro cachetazo para el gobernador, ya golpeado por la intervención de su gabinete por parte de Martín Insaurralde.


El otrora predilecto del kirchnerismo viene cayendo en picada luego de la derrota en las PASO.


En este contexto declinó la invitación a participar del Coloquio de IDEA a pesar del cambio de rumbo que significó la participación del mismísimo Presidente y distintos funcionarios y candidatos en el encuentro empresarial. “¿Que iba a decir en una semana marcada por hechos negativos y sin el respaldo al que estaba acostumbrado? Inflación de septiembre, asesinatos en el Conurbano y recambio de funcionarios cercanos. Es mejor volar bajo radar”, aseguró una fuente del Instituto Patria. El control de precios ya puso los pelos de punta a los empresarios justo antes del Coloquio de IDEA. “Congelar los precios de 1.200 productos de la canasta por noventa días es inconsistente. ¿Qué va a pasar el día 91? Cuantos más parches pongan sin soluciones reales más difícil será desandar ese camino. Ahora Feletti abre la temporada de amenazas con precios máximos y ley de abastecimiento, ¿se olvidó del fracaso de las políticas de Moreno?”, dijo un hombre del sector del retail.

Todo lo que viene haciendo el Gobierno no tiene otro destino que el fracaso.

La reunión convocada de urgencia  con los líderes empresariales fue la confirmación del deterioro de la autoridad del Presidente. La pregunta de Francisco de Narváez –uno de los asistentes– fue la muestra: “Queremos saber si la vicepresidenta está de acuerdo con esto”, inquirió cuando AF hablaba de la voluntad del Gobierno de llegar a un acuerdo con el FMI. No fue la única pregunta e inquietud que se volcó sobre la mesa. Lo notable es que, en un intento de sincerarse, el Presidente reconoció las dificultades económicas que derivan de esa falta de acuerdo. Se habló allí de la insostenible brecha cambiaria, de las dificultades que para la actividad industrial representan el cepo y las trabas a las importaciones. Más allá de la cortesía reinante en el encuentro, fueron pocos los hombres de negocios que se fueron de la Casa Rosada con alguna expectativa positiva. A esos pocos, la desvaída alocución de AF en IDEA los derrumbó.  “El problema central sigue siendo de confianza y de credibilidad. La economía no se puede ordenar con un gobierno partido en dos”, señaló uno de los empresarios que escuchó con resignación al Presidente que llegó cincuenta minutos tarde al coloquio.

La defensa de Jones Huala (líder del grupo violento y radical Resistencia Ancestral Mapuche) por parte  del embajador argentino en Chile, Rafael Bielsa, es otra muestra del desquicio que anida en el seno del oficialismo. Nada que sorprenda.




domingo, 18 de octubre de 2020

IDEA con pocas ideas… @dealgunamanera…

IDEA con pocas ideas… 

Ehhhhhhhh... Dibujo: Pablo Temes.

Alberto Fernández rompió con el legado miope de no asistir al coloquio empresarial. Pero su aporte fue pobre. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 17/10/82020 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 

En el apogeo de su poder, Néstor Kirchner le hizo la cruz al coloquio de IDEA. La memoria nos trae el recuerdo que, en 2005, luego de haber participado de una de sus sesiones, Roberto Lavagna, entonces ministro de Economía, fue eyectado de su poltrona por el ex presidente a causa de esa presencia. Ese reproche fue la excusa que le vino como anillo al dedo al ex presidente, que quería sacarse de encima a Lavagna.

 

Alberto Fernández decidió romper con ese legado miope. Fue un buen gesto político al que lamentablemente le faltaron buenas ideas. En su mensaje, el Presidente puso especial énfasis en la ratificación del apoyo a los hombres de negocios y se esmeró con insistencia en dejar claro que no habrá devaluación ni confiscación de depósitos en dólares. La reacción de los empresarios, sin embargo, fue tibia. La credibilidad de la palabra del Presidente cae días tras día, señal de la crisis de confianza que genera un gobierno bifronte.

 

Un consultor que mantiene contacto fluido con distintos sectores de la economía lo explicó de manera irrefutable: “La devaluación ya se hizo. Los números no mienten”. Es esta una verdad inapelable: la Argentina tiene un dólar oficial a $ 83; un dólar solidario a $ 172; un dólar blue a $ 178; un dólar Agro a $ 51 y ahora un dólar gas –para la energía– a $ 42. “El Gobierno va a hacer lo que hizo siempre: negarlo. Es decir, no convalidar la devaluación en el discurso”, completó el consultor.

 

Los ejemplos son más claros aún: si una empresa tiene que importar un insumo o un repuesto, no puede esperar meses a que le aprueben la operación. Lo que está pasando es que prefieren llamar a su casa matriz en el exterior para que le envíen el repuesto de manera directa y se lo pagan por dólar contado con liquidación a $ 168. El caso de la energía es dramático, agregó otra fuente, que graficó así la situación: “Las energéticas deben invertir con un dólar a $ 150 y por el gas de transferencia a YPF le liquidan el dólar a $ 42. Hay un desdoblamiento de hecho”.  

 

Cristina Kirchner le dijo hace un tiempo a Axel Kicillof: “El que devalúa no gana”, señaló la misma fuente. Pero por más que se apele a la retórica, más temprano que tarde, este desorden y la multiplicidad de tipos de cambio se trasladará a los precios. La emisión sin control es otro de los problemas que enfrenta la actual administración.  El déficit fiscal no da tregua y el Estado se financia a sí mismo. Pero a un ritmo de emisión de 200 mil millones de pesos mensuales no hay economía que aguante.

 

Martín Guzmán tampoco logró generar entusiasmo en su exposición ante los empresarios. “No hubo enojo con el ministro. Lo que hubo fue desconcierto, porque si la única manera de paliar el déficit fiscal es con aumento de impuestos, vamos mal”, señaló Miguel Blanco, ex presidente del Coloquio.  

 

Marchas y contramarchas. A medida que pasan los días, y el dólar aumenta sin que ninguna de las medidas que toma el Gobierno den resultado, las disputas internas se agudizan. Hay algunos que están convencidos de que todo lo que se está haciendo está bien y que lo que hay es un problema con el relato. Otros, en cambio, reconocen una sostenida carencia tanto de la gestión como del relato.  

 

Los rumores de cambios de ministros siguen a la orden del día. Muchos son fogoneados desde el mismo oficialismo.   

 

La organización del acto por el 17 de Octubre mostró fisuras. La CGT –organizadora del acto oficial de manera virtual– viene haciendo lo imposible por mostrar unidad en el peronismo.

 

Lo dijo el propio Héctor Daer el jueves por la noche: “Queremos replicar el acto de La Pampa en forma unida con un volumen político que nos haga recuperar la esperanza”. Para la CGT ese movimiento incluye a CFK, aunque muchos peronistas no están tan seguros de eso. En otros sectores, en tanto, anida la necesidad de “recuperar la calle” luego del “banderazo” del pasado lunes 12 de octubre.

 

La lectura parcial que sobre esa manifestación hizo el Gobierno es inquietante. Apelar al remanido término de “destituyente” para  aplicarlo a los que se oponen al oficialismo habla de una falta de aprendizaje del pasado que no deja de sorprender. Escuchar decir cosas como “a esa gente la tenemos perdida; nunca estarán con nosotros” es lamentable.

 

“El kirchnerismo no tiene un problema con la clase media, lo tiene con todo aquel que piense distinto”, señala un analista que viene siguiendo con detalle la ponderación de la imagen del Presidente, cuya caída se confirma prácticamente en todas las encuestas.


La oposición también salió a la búsqueda de consensos. La unidad es la palabra más repetida en las últimas horas. Todo un indicador que habla a las claras de los problemas internos. La política vernácula es francamente paradojal. Se habla de unidad y lo que se hace, en verdad, es exactamente lo opuesto. Macri aportó lo suyo en la semana que pasó.

 

Fulminó a Rogelio Frigerio y a Emilio Monzó, dos de los integrantes de su gobierno que más hicieron por zanjar la grieta y encarar acciones en pos de lograr acuerdos sin los cuales esa gestión, que no tenía mayoría en la Cámara de Diputados ni en la Cámara de Senadores, no hubiera podido aprobar ni un solo proyecto de ley.

 

Mientras en el universo de la política la vida transcurre por los habituales carriles de la sinuosidad, la vida de la gente lo hace por andariveles más terrenales y dramáticos: se mezclan ahí el cierre de miles de pequeñas empresas y la falta de trabajo, la inflación con su incidencia sobre el precio de los alimentos que como siempre castiga a los más pobres, la inseguridad que cada día nos trae la historia de un asesinato que destruye familias y las deja sin sueños y sin proyectos, el submundo de la anomia que se vive en las tomas de terrenos donde se protege más a los intrusos que a su legales los propietarios, y un largo etcétera de un país que se ha transformado en un verdadero Reino del Revés “donde un ladrón es vigilante y otro es juez”.





domingo, 16 de octubre de 2016

Iglesia, gobierno y CGT… @dealgunamanera...

Iglesia, gobierno y CGT…


El Papa y Macri quedaron más satisfechos que los gremialistas. El paro general sigue en estado latente.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 16/10/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El Gobierno logró esta semana una victoria política importante al congelar el paro con que la Confederación General del Trabajo lo había amenazado en su reunión del 23 de septiembre pasado. Esto produjo heridas al interior de las estructuras gremiales.

No hay riesgo de fractura: la CGT no se va a partir, aunque tampoco habrá síntesis total en una conducción que, por falta de consenso sobre una figura común, terminó siendo tripartita. Ese es el pensamiento que reina en la central obrera –en todas sus vertientes–, en la que coinciden además las otras figuras del espectro sindical, como la CTA.

Para el ala más dura, representada entre otros por Pablo Moyano y Sergio Palazzo, de diálogo fluido con la Central de Trabajadores Argentinos, fue un error haber dejado librados al manejo de los privados algunos aspectos importantes de interés para los trabajadores. El otro punto que causó malestar entre los arriba citados fue que los triunviros salieron a festejar la postergación de un paro soslayando el resto de las voces que no son afines a la Rosada.

Esto encierra un problema que podría desencadenarse en el muy corto plazo: el mes de diciembre. “El Gobierno cantó victoria antes de tiempo, la democracia no se construye con el ‘sí, Presidente’”, remarcan desde el seno del ala más dura.

Todo esto decantará en una reunión que tendrá lugar el próximo martes a la tarde entre Pablo Moyano, Sergio Palazzo, Hugo Yasky y Pablo Micheli. Allí se decidirá la realización de una medida de fuerza que podría terminar en un paro más cerca de fin de año. Lo que se acordó es insuficiente y no desactiva las protestas de cara a diciembre, poniendo en riesgo un fin de año que podría terminar agitado. En esto coinciden, además, integrantes de Barrios de Pie y de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP).

Del otro lado, el Coloquio de IDEA ofreció una versión casi festiva de la realidad argentina. Es cierto que ha habido avances de forma y de fondo en el diálogo con los empresarios. Pero también es verdad que habrá que esperar al menos hasta “el primer trimestre de 2017 para que se activen algunas de las inversiones prometidas, y hasta el segundo semestre para que el efecto derrame llegue a la población y se sienta la mejoría. Esto, claro está, si no se producen sobresaltos”, aclara un empresario del interior cercano a la Unión Industrial Argentina.

En este marco, la fiesta que se vivió hasta altas horas de la noche del jueves en los pisos superiores del Sheraton con Natalia Oreiro como invitada interpretando temas de Gilda pareció un grotesco. Los números del Indec hablan de la monumental tarea que el presente y el futuro deparan al poder político y al poder económico, si es que el objetivo de combatir la pobreza se va a encarar con seriedad.

Rol eclesiástico. Hay que señalar un actor muy importante en todo este proceso: la Iglesia. Entre los diversos temas que forman parte de la agenda del episcopado argentino está su contribución concreta al sostenimiento de la paz social y de la gobernabilidad. Así como estos asuntos fueron una prioridad durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, también lo son ahora. Ningún obispo quiere que se repita la traumática experiencia de un gobierno democrático eyectado por la ventana. Y en esto, mucho tiene que ver el Papa. Cuando el paso del tiempo deje lugar a la historia, se terminará de conocer la trastienda de las reuniones de Francisco con CFK, lo que permitirá tener la verdadera dimensión de la preocupación del santo padre por los avatares políticos y emocionales que enmarcaron las conductas y las decisiones de la ex presidenta.

El balance del encuentro de Mauricio Macri con el sumo pontífice produjo, en estas primeras horas, un estado de euforia entre los integrantes del Gobierno. Es verdad, el Presidente se llevó lo que vino a buscar: un clima de familiaridad y respeto que lanzó al olvido aquel tenso primer encuentro del 26 de febrero pasado. 

Como ocurre en estos casos, son los gestos y los detalles los que definen su real significado político. Buena parte del fiasco que se llevó el jefe de Estado en la reunión antes citada tuvo que ver con no haber prestado debida atención a esos aspectos. Veamos, pues, algunos de los detalles anecdóticos del encuentro que confirman el buen clima reinante a lo largo de los casi sesenta minutos que duró. Para los observadores que estuvieron allí y que conocen los códigos del Vaticano, lo más destacado fue la frase pronunciada por Macri en la conferencia de prensa, en la que dijo: “Vengo a consultar a Francisco porque para mí es un líder moral”.

Por parte de la Santa Sede hubo muchísimo esmero en asegurar el carácter privado de la reunión. Es que el Papa quería que fuera un encuentro en total tranquilidad. De ahí que ningún periodista de la Santa Sede se haya podido acreditar. No entró nadie.

“Es el comienzo de una nueva relación, sin intermediarios”, dijo alguien de diálogo directo con Francisco.

Otro dato de “color” significativo fue el regalo que, entre otras cosas, Macri le llevó al sumo pontífice: un resumen del Plan Belgrano con el detalle de lo que podría ser el resurgimiento del ferrocarril en la Argentina. Trascendió que Bergoglio estaba feliz, ya que se conocía todos los pueblos que el Presidente le mencionaba. “Parecían dos ingenieros”,  cuenta la citada fuente.

A Macri se lo vio tranquilo y bien dispuesto. El Papa quedó contento. Fue una conversación que sobrevoló los temas más calientes de la difícil realidad argentina –la pobreza, el narcotráfico, la corrupción, la inseguridad– en un clima de serenidad y concordia.

La foto oficial, en la que están Francisco, Macri, Juliana Awada, Antonia–la hija de ambos–, Agustina, la hija del primer matrimonio del Presidente, y Valentina –hija del primer matrimonio de Awada–, conlleva también un mensaje de reconocimiento hacia las familias ensambladas, tema de intensa discusión en el sínodo de familia que el año pasado se celebró en Roma.

Macri vuelve a la Argentina eufórico por los buenos resultados de una reunión clave para disipar los nubarrones que enturbiaron su relación con el Papa. Regresa también con un compromiso sobre sus espaldas: cumplir con sus promesas de campaña. Ese es su gran desafío.

Producción periodística: Santiago Serra.


sábado, 15 de octubre de 2016

“Malvado o estúpido”… @dealgunamanera...

“Malvado o estúpido”…

Macri dio su discurso de apertura en el Coloquio de IDEA. Uno de los ámbitos donde se lo subestimó. Foto: Cedoc Perfil

No fueron precisamente las palabras malvado o estúpido con las que Macri definió lo que piensan de él la izquierda por un lado y el círculo rojo por el otro. “Hay gente que cree que soy un hijo de puta. Y otra gente que cree que soy un boludo. ¿Qué raro, no? Parezco condenado a tener que convivir con ese karma”, así citó al Presidente en su columna del 9 de octubre en Clarín Eduardo van der Kooy.

© Escrito por Jorge Fontevecchia y publicado el sábado 15/10/2016 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El karma de la subestimación moral o intelectual acompaña a Macri desde siempre. En su vida empresaria lo subestimó su padre, en el colegio lo subestimaron algunos compañeros y al dedicarse a la política lo subestimó casi todo el mundo. Pero lo que Macri vivió como una incomprensión fue el motor que encendió su deseo de demostrar. Así como la subestimación lo ayudó en política permitiéndole, muchas veces, que “no lo vieran venir”.

Que Macri observe una contradicción –“raro”– entre ser “hijo de puta o boludo” refleja el mito de que el malvado es inteligente, que tanto hizo el Vaticano por construir en el Renacimiento, temeroso por entonces de los avances de la ciencia: el técnico sin alma. Que la malicia requiera inteligencia se opone a la idea de la Grecia antigua, donde el mal era ignorancia porque “quien sabe lo bueno quiere lo bueno”, y donde perfectamente se era hijo de puta y boludo al mismo tiempo.

El error de evaluación sobre la inteligencia de Macri podría residir en que el arquetipo de inteligencia es la inteligencia conceptual, la de los intelectuales, la de quien entiende la teoría, lo que normalmente llamamos el saber, y de ahí el sabio. Y al revés, sea menos visible o menos valorado académica y socialmente el “saber hacer”, la inteligencia gestional. El saber y el saber hacer, como dos formas de inteligencia, una teórica y otra práctica, que generalmente no coinciden en las mismas personas en la administración de lo público.

En el mundo empresario se valora mucho más la inteligencia gestional y se dice irónicamente que si se pone de CEO de una gran empresa a un intelectual, más temprano que tarde la fundirá. Un libro clásico de gestión es Ejecución: la disciplina de hacer que las cosas se hagan (Execution: the Discipline of Getting Things Done), de Larry Bossidy, ex CEO de la gigantesca General Electric, cuya esencia se podría sintetizar en que hay muchas más ideas que personas capaces de instrumentarlas con calidad. Ya cuando era jefe de Gobierno de la Ciudad, refiriéndose al Metrobus o las bicisendas, Macri dijo que las ideas están en el mundo, sólo hay que ir a buscarlas.

La imagen de una técnica sin alma no aterroriza únicamente a la Iglesia sino también a los dogmáticos seculares, para quienes el pragmatismo es amoral. Y los sistemas de gobierno están mucho más regidos por condicionamientos culturales o religiosos que políticos. El mejor ejemplo es el de Tailandia, donde con 88 años de edad murió el rey Bhumibol Adulyadej, considerado un dios para el pueblo, que gobernó durante setenta años.

Tailandia es el único país asiático que no fue invadido por potencias occidentales y la monarquía goza del prestigio de ser el significante de ese orgullo nacional. Pero en las repúblicas vecinas del sudeste asiático, que son conducidas por un autócrata surgido de elecciones o por un partido único, también quien manda es un dios infalible a quien no se discute. Sea monarquía o república, y en este caso con competencia electoral o sólo con el Partido Comunista, el sistema cultural religioso es el mismo.

El mundo empresario es otro ecosistema cultural con sus creencias particulares, donde hacer es lo más importante. No es que no se piense sino que aun en quienes conducen el tiempo dedicado al hacer, o al hacer hacer a otros, es mucho mayor que el destinado al pensar.

En la cumbre de IDEA, Macri explicó que prefería tres errores con siete aciertos a que, por no errar nunca, sólo hubiera tres aciertos. Errar y hacer van juntos pero esa lógica sería inadmisible en un hospital, por ejemplo. Y un país en crisis es lo más parecido a un hospital, por eso algunos sectores piensan que Macri es malvado. Entre quienes piensan que no es tan inteligente, hay muchos que participaron de IDEA y ven como una amenaza a sus empresas la apuesta de Macri por la globalización y sus continuas citas a Chile o Australia, países con menos de la mitad de habitantes de Argentina, que pueden crecer aceptando una división internacional del trabajo que los especialice en producir materias primas, o la fascinación de Macri con los unicornios de internet y todo lo novedoso.

Otro que hace a Macri sentir incomprendido es Bergoglio, para quien el Presidente sería un superficial pero no una mala persona, y su preocupación ahora se concentra en el optimismo exagerado del Gobierno en el derrame de progreso que producirán sus medidas económicas. Y su cara hosca en la visita anterior y la sonriente en ésta son la forma de orientarlo por el camino correcto para ayudar a la Argentina.