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domingo, 2 de noviembre de 2014

Una historia de boludos… De Alguna Manera...


Una historia de boludos…

El Lobo Ledesma, pilar en el mediocampo de Argentinos Juniors. Fotografía: Fotobaires

Un término que es muy frecuente encontrar en el fútbol argentino. Las sinceras palabras del Lobo Ledesma tras la renuncia del Bichi Borghi. ¿Cuán boludos pueden ser los jugadores?

“El tiempo no tiene nada que ver, cuando se es boludo, se es boludo. / Tengas 20 años o seas abuelo, si sos boludo, sos boludo. / Basta de peleas, boludos caducos, boludos debutantes, boluditos de la última cosecha: / cuando se es boludo… se es boludo”. Georges Brassens (1921-1981); de la letra de su tema “Le temps ne fait rien à l’affaire” (1961).

Hay boludos vocacionales, boludos clásicos, boludos part time, boludos full time, boludos porque sí, boludos porque no, boludos ricos, boludos pobres, boludos célebres, boludos anónimos, boludos simpáticos, boludos mediáticos, boludos públicos, boludos únicos, boludos de luxe, boludos fatuos y falsos boludos, esos que se hacen los boludos porque –justamente– no son ningunos boludos.

En un país donde se antepone la palabra “no” a la hora de explicar cualquier cosa –por ejemplo: a) “¿Por qué no llamaste?” b) “No, lo que pasa es que…”–, ser o no boludo es un tema esencial. Un tema que nos sitúa ontológicamente frente al mundo.

Hace unos años, cuando un joven Daniel Tognetti le preguntó a Felipe Solá cuál era el secreto para que un político se mantuviera muchos años en el poder, respondió, divertido: “Hay que saber hacerse el boludo”. Ahá… La máxima felipeana tal vez parezca medio boluda, pero tal vez por eso mismo se erigió como un faro, una guía para las nuevas generaciones. Algunos, incluso, elevaron al boludeo ortodoxo hacia las más altas cumbres de la eficiencia. Y allí los vemos: sonriendo en los afiches, asombrosamente boludos, con infinita vocación de poder. ¡Bravo!

En el fútbol, lo boludo suele estar asociado al puesto de arquero: “En el puesto de los boludos yo fui siempre el más vivo”, dijo Hugo Gatti, entre el agravio y la autocrítica. En la historia hubo muchos arqueros boludos, o locos. Incluso los mejores se hicieron cracks a fuerza de digerir una buena dosis de goles boludos. Una escuela infalible a la que se suman los 9 boludos que, boludísimamente tenaces, un día dejan de abollar carteles y se convierten en top scorers, millonarios que filman publicidades de marcas top… y de las otras, ay, si el billete es bueno.

La boludez en otros puestos de la cancha no garpa. Imposible que funcione un 5 boludo; y ni que hablar de un 2 o un 6. ¿Técnicos boludos? ¿Presidentes boludos? Los hay. Su efectividad dependerá del grado de boludez del grupo. Algunos planteles prefieren ser conducidos por uno de los suyos, un boludo importante. Que si los convence y motiva a partir de su propia boludez, todo irá bien y, como les gusta decir, pelearán por cosas importantes. “¡Así de grandes tenemos los huevos nosotrosss, así de grandesss…!”, se enorgullecen. En estos casos, el tamaño sí importa, amiguitos. Huevos grandes. Mucho huevo. Condimento clave en la era de la boludez.

Tener cara de boludo es otra cosa. Hubo y aún hay geniales jugadores que han hecho historia con la 10 en la espalda y un rostro que debería agrandar a los rivales. Pero no: porque sus cerebros están formateados especialmente para este deporte. La boludez no es un hecho estético o subjetivo. La boludez es una forma de vida.

Desencantado, autocrítico, quizás aludiendo por elevación a algún compañero menos comprometido con la causa, el Lobo Ledesma soltó la frase en un vestuario a mitad de camino entre la euforia, la culpa, el alivio, el pudor y la bronca, después de que Argentinos Juniors goleó 4-0 a Boca Unidos en Corrientes. El primer partido sin Claudio Borghi.

“Este triunfo se lo dedicamos al Bichi, que hizo mucho para que estemos acá. Es injusto que la cabeza del técnico sea la primera en rodar. Hoy mejoramos, pero no porque él se fue, sino porque nosotros nos pusimos las pilas y parece que por fin entendimos a qué estamos jugando. Me dolió mucho la salida del Bichi. Los jugadores somos muy boludos. Muy boludos. Y como sabemos que no nos van a echar en medio de un campeonato… Mirá: lo más justo sería que nos echen a nosotros”.

Gran idea la de Ledesma. Sobre todo si se pudiera sumar a ciertos dirigentes y los barras, que por encargo o iniciativa propia juegan su propia guerra privada por plata.

Bichi Borghi, un prócer, el futbolista más deslumbrante surgido de la cantera después de Maradona, campeón como jugador y técnico, renunció entre gritos, insultos, amenazas y burlas, después de redondear una triste campaña con Riquelme y un plantel que envidian muchos clubes de Primera: 4 ganados, 3 empatados y 6 perdidos; 11 goles en contra y sólo 6 a favor en 13 partidos. ¿Cómo en dos tiempos pudieron meter más del 70% de los goles convertidos a lo largo de 1.170 minutos de infinita crisis? Ah, misterio.

¿Cuán boludos pueden ser los futbolistas, según la descarnada confesión de Ledesma? 

¿Necesitan, como los de Boca, sacarse de encima a una figura que tal vez los inhiba, los cargue de presión? ¿Confiesan así, involuntariamente, sus propias limitaciones? ¿Hay malicia, eso que llaman “hacerle la cama al técnico”: jugar mal, echarlo y explotar al siguiente partido como un equipo con alma de repuesto? ¿Es verosímil esa clase de “acuerdo” entre stars, juveniles, titulares y suplentes? Mmm…

Borghi, furioso, apuntó contra la dirigencia que, luego de la partida de Segura a la AFA, quedó a la deriva, pedaleando en el aire. “Me fui llorando porque yo tengo un sentimiento por el club y quería que saliera adelante”, dijo, y todo aquel que lo conozca sabe que dice la verdad. Estos jugadores, abrumados por la responsabilidad, distraídos o muy boludos, lo dejaron fatalmente expuesto. Qué pena.

Perder gente valiosa como Borghi es otro síntoma de profunda boludez. Deberían crear otro de esos premios nativos tan solemnes y oficiales para la especialidad. Porque todo es cultura, ¿no? Así después, perplejos, furiosos, resignados o entibiados por ese otro sol, nos la pasamos discutiendo en los medios.

De boludeces, claro. Eso que tanto nos divierte.

© Escrito por Hugo Asch el Domingo 02/11/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Todo el contenido publicado es de exclusiva propiedad de la persona que firma, así como las responsabilidades derivadas.


miércoles, 17 de octubre de 2012

Chile 1 vs. Argentina 2... De Alguna Manera...


Argentina reaccionó y ganó 2 a 1...


Higuaín y Messi, autores de los tantos argentinos. AP
 

El equipo de Sabella arrancó mal pero a los 29 minutos apareció Messi y dos minutos después, Higuaín. Gutiérrez descontó sobre el final.

Argentina arrancó mal pero reaccionó a tiempo y de la mano de Lionel Messi y Gonzalo Higuaín le ganó a Chile por 2 a 1 en el Estadio Nacional, en Santiago, para encaminarse hacia el Mundial de Brasil 2014.

Justamente Messi abrió el camino con una aparición y definición magistral, a los 27 minutos del primer tiempo, ya que recibió un pase preciso y al claro de Fernando Gago, hizo pasar de largo a un adversario y colocó la pelota a la derecha del arquero Miguel Pinto. Dos minutos después, Higuain se escurrió como si fuera agua en el fondo chileno y estampó el 2-0. El descuento la Roja lo marcó en el minuto 91 Felipe Gutiérrez al definir cruzado a la izquierda de Sergio Romero.

El poder de fuego que tiene en equipo de Alejandro Sabella estableció la diferencia en el tanteador, pero en el primer período pasó demasiados sobresaltos en la retaguardia, en la que sólo se destacó Sergio Romero, aunque tuvo algunos cruces oportunos Federico Fernández.

El equipo albiceleste es el sólido líder de esta competencia que justamente con este décimo capítulo puso en marcha la segunda rueda. En cambio, Chile arrastra malos resultados y ve peligrar su boleto, por lo que este nuevo revés puede ponerle fin al ciclo del cuestionado Claudio Borghi.

El capítulo inicial fue muy complicado para el conjunto de la AFA, a tal extremo que sólo por su poderío ofensivo se consiguió la distancia de dos goles. De todos modos, en el nacimiento del partido, el capitán Messi dejó solo a Ángel Di María sobre la izquierda y el futbolista del Real Madrid tiró cruzado y desviado.

Pero a los 4 minutos la Roja le dio el primer susto a los albicelestes, porque desbordó Jean Beausejour, aunque la pelota se le fue por la línea de fondo sin que lo advirtieran las autoridades, la jugada siguió, tiro Gary Medel desde una posición frontal, tapó Romero y Sebastián Pinto recogió el rebote, pero remató sin la dirección adecuada.

En una escalada de Mauricio Isla sobre la derecha quedó desacomodado Pablo Zabaleta, pero el centro rasante fue despejado por Federico Fernández en una intervención clave.

Sobre el primer cuarto de hora se produjo una nueva trepada de Isla por su sector y esa escena concluyó cuando el cabezazo de Mark González fue salvado por Chiquito Romero. A los 16 hubo un contraataque de Argentina y disparó Sergio Agüero, pero bloqueó Miguel Pinto.

A los 19 Gonzalo Jara tomó de la camiseta a Higuaín dentro del área, sin que el juez paraguayo Antonio Arias se diera por enterado, pero se trató de una muestra más de que los locales eran incapaces de contener a los atacantes del elenco de Sabella. Esa etapa concluyó con las joyas que aportaron Messi e Higuain como ofrendas a la red.

En la segunda parte el nivel del juego y de las emociones decayó, porque a Chile se no notó cada vez más impotente y los argentinos se conformaron con mantener controlada la situación.

Los anfitriones en ese período golpearon en forma excesiva, a tal extremo que Marcelo Díaz y Jara estuvieron al borde de la expulsión y si eso no ocurrió fue por lo clemente que se comportó el árbitro guaraní.

Como consecuencia de una de esas infracciones violentas, Jara sacó de la cancha a Higuaín, quien fue retirado por un fuerte traumatismo en la base de la pierna derecha.

Hasta el epílogo Chile se limitó a avanzar y Argentina a tratar de ayudarlo al reloj hasta que quedara completo el recorrido, pero cuando todo se acababa se concretó el descuento insuficiente de Gutiérrez. En definitiva, Argentina se empezó a asomar a Brasil 2014, mientras que a Chile se le complica el trayecto.

© Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el martes 16 de Octubre de 2012. 

Las fotos

González cabecea. Destrás, Federico Fernández. AFP

Sabella y sus jueguitos. AFP

Agüero. AFP

 Messi, el hombre a controlar por parte de los chilenos. AFP

Gary Medel, Gonzalo Jara y Marcelo Díaz no pueden alcanzar a Messi. AFP

Agüero. Télam

Messi marcó el primer tanto. AP

Gago pelea la pelota con Fernández. AP

Campagnaro lucha con Vilches. AP

El festejo de Messi. AP

Messi. AP

Messi, autor del primer tanto. AP

Higuaín y Messi, autores de los tantos argentinos. AP

Higuaín festeja su gol. Télam

El festejo del gol de Higuaín. Télam

 Higuaín salió con mucho dolor de la cancha. Télam

Los argentinos festejan un triunfo que los acerca a Brasil 2014. Télam


Los Goles:






Las estadísticas:


1- CHILE

M. Pinto; Isla, Jara, M. González, Beausejour; Medel, M. Díaz, Mark González; Pinto, M. Fernández, Sánchez.

DT: Claudio Borghi.

2- ARGENTINA

Romero; Campagnaro, F. Fernández, Garay, Zabaleta; Gago, Mascherano, Di María; Agüero, Messi, Higuaín.

DT: Alejandro Sabella.

Estadio: Nacional (Santiago).

Arbitro: Antonio Arias (Paraguay).

Goles: 28m, Messi (A); 30m, Higuaín (A); 90m, Gutiérrez (C).

Cambios: 55m, Vargas por Pinto (C); 60m, Guiñazú por Higuaín (A); 74m


Un equipo con varias figuras…

Las intervenciones del arquero fueron importantes cuando Chile presionó y rompió la barrera defensiva argentina, el volante fue clave para que apareciera el juego y el crack dio la nota para terminar de despertar a la Selección.

- Romero: Respondió perfecto ante un violento remate dentro del área de Medel, en una jugada que agarró mal parada a toda la defensa argentina. Luego tuvo otra intervención milagrosa ante un cabezazo con destino de gol de Mark González. Sus intervenciones salvadoras lo convirtieron rápidamente en figura. En el descuento, no pudo evitar el gol de Gutiérrez.

- Campagnaro: Beausejur lo complicó por su franja. Hizo agua en el peor momento del equipo. No aportó prácticamente nada en ataque, pero fue a pedido del DT. Pifió una pelota complicada en el área.

- Fernández: No arrancó bien en el partido, sobre todo en los primeros minutos, donde sintió la presión de los delanteros chilenos. Fue de menor a mayor. Le pifió a la pelota en un tiro libre en el que Messi lo dejó solo frente al arquero. Volvió a estar cerca del gol con un cabezazo desviado.

- Garay: Al igual que sus compañeros de línea, sufrió los primeros minutos los avances de Chile. No dio la seguridad que había mostrado en el partido frente a Uruguay. Mejoró en la segunda parte.

- Zabaleta: Le tocó jugar por izquierda, en el lugar del lesionado Rojo, que fue reemplazado por Campagnaro. No se sintió cómodo. Islas lo complicó seguido.

- Gago: Se retrasó para ayudar en defensa y tuvo un par de intervenciones claves para disipar el peligro que insinuaba Chile. Cuando apareció en la ofensiva, fue clave. Habilitó a Messi con un gran pase para su gol. Y fue clave en el juego del equipo. Volvió a demostrar su importancia y, pese a que no marcó goles, fue también figura.

- Mascherano: Entró relativamente tarde en el partido, y eso le facilitó las cosas a los volantes chilenos, que dominaron durante un buen tramo el mediocampo. Mejoró con el equipo y terminó quitando y ordenando a sus compañeros de línea.

- Di María: No definió bien en las chances de gol que tuvo: la primera al cuerpo del arquero, la segunda por arriba, pero con un remate anunciado. Había tardado en entrar en juego, pero le dio la habilitación a Higuaín en su gol. Defensivamente, le robó una pelota a Medel que tenía destino de gol. En segundo tiempo se hizo amonestar por no dejar jugar un lateral, y por esa amarilla se perderá el próximo partido ante Venezuela.

- Messi: La primera que tocó, aceleró y dejó a Di María en posición de gol. Después tuvo un bache importante, cuando el equipo no encontraba la pelota y, para colmo, se mostraba demasiado largo. Pero apenas Argentina mostró un pizca de reacción, habilitado por una gran pase profundo de Gago, amasó la pelota frente a Jara dentro del área y definió de zurda para el 1-0. Tuvo el tercero, en otro arranque arrollador, pero perdió en el mano a mano con Pinto. Volvió a ser figura.

- Agüero: Argentina atacaba de contraataque y, por esa vía, aunque un poco solitario, tuvo su primera oportunidad de gol, pero definió sobre el cuerpo del arquero chileno. Tuvo el tercero de Argentina en sus pies, sombrerito, dos en el camino, y un remate que Pintó desvió justito.

- Higuaín: Cuando la Argentina no daba pie con bola, intentó imponerse en el área rival por potencia. Ese espíritu lo guió para anotar el segundo gol de la Selección. Recibió un cambio de frente de Di María, la aguantó, dejó dos defensores chilenos en el camino y cuando vio el hueco sacó un violento remate cruzado para clavar la pelota en el ángulo.

- Guiñazú: Ingresó a los 61 minutos, por Higuaín, que salió lesionado debido a una entrada violenta de Jara. Se ubicó como volante.

- Sosa: Ingresó sobre el final por Di María.

- Barcos: Ingresó por Agüero también en el final.



© Publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el martes 16 de Octubre de 2012.