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viernes, 28 de septiembre de 2018

Rogelio Frigerio: "La clase media argentina perdió la confianza en el Gobierno"… @dealgunamanera...

Rogelio Frigerio: "La clase media argentina perdió la confianza en el Gobierno"…

El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, negó que el Gobierno haya presionado a los gobernadores para que no participen de un encuentro de sectores de la oposición. Fotografía: Noticias Argentinas

El ministro del Interior, aseguró que "el tiempo que dure la recesión económica dependerá de la confianza que el gobierno pueda restablecer en los próximos meses".

© Publicado el viernes 28/09/2018 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El ministro de Interior, Rogelio Frigerio, admitió que la clase media argentina "ha perdido confianza" en el gobierno, pero confió en que será recuperada mediante el retorno a la "agenda de desarrollo y crecimiento".

"El acuerdo es muy importante, probablemente el acuerdo más importante que haya tenido alguna vez un país con el FMI, y nos va a permitir garantizar un programa financiero durante todo nuestro mandato", manifestó Frigerio.

"La Argentina no va a tener la necesidad de salir a pedir prestado casi durante un año y medio. Esto va a despejar mucha dudas en el mercado respecto a nuestro país y, lo más importante, va a poder abrir mercados para las provincias, los municipios y para el sector de la producción", añadió.

"La Argentina no va a tener la necesidad de salir a pedir prestado casi durante un año y medio"

En declaraciones publicadas hoy por el diario El Cronista el ministro del Interior aseguró que además resulta necesaria la aprobación del presupuesto 2019 con déficit cero para después cumplirlo.

"Si tenemos un acuerdo que disipa las dudas sobre nuestro programa financiero, un presupuesto votado por el congreso que despeja fantasmas sobre nuestra solvencia fiscal, vamos a poder retomar nuestra agenda de desarrollo y crecimiento", expresó.

"Lo importante es que Argentina tenga el presupuesto. Que se de una discusión seria respecto a un presupuesto con equilibrio, en donde los ingresos del Estado alcancen para cubrir los gastos", agregó.

Frigerio aseguró el tiempo que dure la recesión económica dependerá de la confianza que el gobierno pueda restablecer en los próximos meses.

"Hay que aceptar que hemos perdido esa confianza, en especial la de la clase media, y recuperarla para el 2019", indicó.


"Hay que aceptar que hemos perdido esa confianza, en especial la de la clase media"

"Una parte de esa confianza se restablece con cuestiones concretas como el acuerdo con el Fondo, para nuestro frente financiero, y con un acuerdo en el presupuesto, para nuestro frente fiscal. Vamos a hacer todos los esfuerzos para que la recesión dure lo menos posible", añadió.


Asimismo, el ministro destacó que el Gobierno mantendrá una mirada especial sobre los sectores más vulnerables y los que menos defensas tienen frente a la crisis y también "políticas específicas para retomar lo más rápido posible la senda del crecimiento". 



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miércoles, 14 de noviembre de 2012

Clase Media Argentina... De Alguna Manera...


Según el Banco Mundial, Argentina duplicó su clase media entre 2003 y 2009...


Según el Banco Mundial, Argentina duplicó su clase media entre 2003 y 2009

El organismo difundió un documento en el que explica que ese sector trepó de 9,3 millones a 18,6 millones de personas, superando el promedio de la región.

La Argentina duplicó entre 2003 y 2009 su clase media y es el país latinoamericano con el mayor porcentaje de crecimiento de ese segmento de población, según un informe difundido hoy por el Banco Mundial.

El documento también indicó que la clase media en América Latina y el Caribe pasó de 103 millones de personas en 2003 a 152 millones en 2009, lo que implica un aumento de 50 por ciento, y alcanza así al 30 por ciento de la población regional.

En el caso de Argentina, el estudio detalló que la clase media trepó en ese período de 9,3 millones a 18,6 millones de personas.

Al respecto, precisó que ese aumento de más de 9,3 millones de personas “representa un 25 por ciento de la población total de Argentina”. “Es el mayor porcentaje de crecimiento de la clase media en toda la región durante la última década, seguido por Brasil con 22 por ciento y Uruguay con 20 por ciento”, subrayó.

Las cifras surgen del informe “La movilidad económica y el crecimiento de la clase media en América Latina” y define a los integrantes de la clase media a aquellos que tienen un ingreso de entre 10 y 50 dólares por día y per cápita.

El presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, señaló que “la experiencia reciente en América Latina y el Caribe le muestra al mundo que se puede brindar prosperidad a millones de personas a través de políticas que encuentran un equilibrio entre el crecimiento económico y la ampliación de oportunidades para los más vulnerables”.

No obstante, destacó que los gobiernos de la región “aún tienen mucho por hacer”, dado que un tercio de la población sigue en la pobreza. Por su parte, el economista jefe del Mundial para América Latina y el Caribe, Augusto de la Torre afirmó que “una sociedad con una clase media creciente es más propensa a reducir desigualdades”.

El documento planteó que durante décadas, la reducción de la pobreza y el crecimiento de la clase media en la región “avanzaba a un ritmo muy lento”. Sin embargo, explicó que en la última década, “la suerte de la región mejoró significativamente gracias a ciertos cambios de política pública que enfatizaron la prestación de programas sociales junto a la estabilidad económica”.

Así, remarcó que la clase media en América Latina y el Caribe creció un 50 por ciento hasta alcanzar “el 30 por ciento de la población regional en 2009″. ”Otros de los éxitos más resonantes en la región son Brasil, que da cuenta de un 40 por ciento del crecimiento de la clase media en la región; Colombia, en donde el 54 por ciento de la población mejoró su nivel económico entre 1992 y 2008; y México, que vio el 17 por ciento de su población unirse a la clase media entre 2000 y 2010″, resaltó.

Según el informe, actualmente la clase media y los pobres en América Latina “representan aproximadamente la misma proporción de la población” (30 por ciento, cada uno), mientras que los ricos alcanzan un 2 por ciento, y el restante 38 por ciento se ubica en una “clase vulnerable” a la que “le fue mucho mejor que a los pobres en términos de ingreso, pero aún carece de la seguridad económica de la clase media”.

“La aplicación de reformas apropiadas convertirá a la clase media en un agente de cambio cada vez más poderoso para brindar prosperidad a quienes se han quedado atrás”, concluyó.

© Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el martes 13 de Noviembre de 2012.


sábado, 2 de agosto de 2008

La cultura de las clases medias... De Alguna Manera...

La cultura de las clases medias...


Entre los múltiples temas que salieron a la luz junto con el larguísimo conflicto que se desató en la Argentina a propósito de la implementación de las retenciones móviles estuvieron presentes, en forma intermitente, las enigmáticas clases medias argentinas.

En las formas de representación de la realidad promovidas por los medios, en particular televisivos, las clases medias opinaron generalmente en contra de la medida, descalificándola más a partir de supuestas actitudes personales de la Presidenta que del contenido conceptual de la ley: el sentido común estuvo a la orden del día.

Esta sumatoria de tergiversaciones y prejuicios suscitadas a partir de una medida económica sectorial nos invita a formularnos una sucesión de preguntas. ¿Por qué las clases medias en general se pusieron del lado del mediáticamente llamado “campo”? ¿Por qué descalifican más a los malos dirigentes de los sectores populares que a los dirigentes de las organizaciones de poder económico? ¿Qué hay en la imagen de CFK que despierta tantas pasiones, negativas en su mayoría? ¿Por qué los medios de comunicación, en su mayoría, se apoyan en un cierto sentido común de las clases medias para erosionar el consenso al Gobierno legítimamente elegido en 2007? ¿Por qué se adopta un tono moral para reivindicar a las clases medias como exponentes de la libertad de conciencia y descalificar por inmorales a los sectores populares “manipulados” que asisten a los actos del Gobierno? Responder a todas estas preguntas supondría la realización de una serie de investigaciones, aquí sólo vamos a hacer referencia a una hipótesis en torno de la primera pregunta: la adhesión casi primitiva al “no” de Cobos, como ejemplo de la libertad individual y de no sumisión, y la identificación primaria con la convocatoria de la Mesa de Enlace en el Monumento de los Españoles en contra del debate parlamentario junto con las clases sociales que aquélla representa: las viejas y nuevas clases dominantes.

Es notable –o no tanto para mis ojos de socióloga– el posicionamiento ideológico explícito de estas nuevas clases medias en relación con el conflicto entre el Gobierno y entidades rurales representativas de intereses más poderosos, ya que en realidad esta medida poco tenía que ver directamente con ellas. Lo más llamativo de este enfrentamiento es la presencia mediática de los menos afectados. Eduardo Buzzi y Alfredo De Angeli, de la Federación Agraria Argentina y de la FAA de Entre Ríos, respectivamente, concitaron la atención de las clases medias urbanas y del campo, a partir de su apelación constante y confusa a los llamados pequeños productores y su aparente situación diferente con respecto al resto.

Es importante recordar que la clase media argentina se constituyó a partir de singulares procesos de movilidad social ascendente posibles por la existencia de un Estado que garantizó la educación, la salud y la seguridad social. Es decir que su historia no puede deslindarse de su relación con el Estado. También fueron las clases medias en consonancia con procesos políticos de intensa conflictividad social las que participaron en proyectos de cambio político y renovación de numerosos planos de la vida social y cultural.

Las numerosas clases medias, con altos estándares de bienestar, las más educadas en términos de inserción en el sistema educativo formal medio y universitario, la más importante de América latina, comenzaban a fragmentarse, en una sociedad que tendía crecientemente a la polarización. Debe destacarse en su singularidad su particular vinculación con los proyectos e iniciativas culturales renovando y democratizando la formación de públicos del arte en general.

La Argentina supo tener un vastísimo público de cine, formó tempranamente un masivo público lector ávido de consumir propuestas culturales, a la vez que sensible a los problemas sociales. Este proceso adoptó un giro negativo a partir de 1975. El debilitamiento del Estado, en un contexto del creciente imperio del mercado, incidió en la disminución, fragmentación y emergencia de nuevas cosmovisiones de mundo. La creciente derechización del gobierno peronista de 1974 que finalizó en el golpe militar de 1976 detuvo este proceso de innovación y cambio cultural. Por su parte, la fuerte oposición a la medida en cuestión supone la emergencia de un nuevo ethos, una creencia fuerte en que los proyectos personales deben centrarse casi exclusivamente en ganar dinero y construir un estilo de vida, como diría Bourdieu, fundado en el “deber del placer” y que se manifiesta como rechazo a la intervención del Estado en la regulación del orden social.

Los años ‘90 consagraron lo que ya se había iniciado durante la dictadura. De una sociedad progresista no sólo en el ámbito de la vida cotidiana, sino en el sentido original de la palabra, de una sociedad que vinculaba las transformaciones progresivas en la vida cotidiana con el logro de cambios sociales, se pasó a una sociedad profundamente individualista, donde el valor, el sentido subjetivo de la acción ya no estaría puesto en valores, muchos de ellos vinculados con la cultura y la solidaridad con lo más desposeídos, sino en el logro de objetivos materiales. Históricamente, ser progresista no suponía acceder a cierto tipo de consumos y estilos de vida, sino que fundamentalmente se sostenía en el valor de la emancipación no sólo de la clase, sino del conjunto social. Como dice Bauman, el consumo produce individuos, no genera lazos sociales.

Es sabido que durante la crisis de 2001 las clases medias ocuparon la escena política, social, mediática y sociológica como nunca antes en la historia argentina. Profundamente denostadas por la literatura ensayística de corte nacionalista, estudiadas sistemáticamente por primera vez por Gino Germani y abandonadas después por un exceso de interés por las clases populares, retornan definitivamente, pero ahora con manifestaciones y representaciones diferentes. Si históricamente la Argentina se pensó y se imaginó a sí misma como un país de clase media, este imaginario parecía estar cayéndose.

Contrariamente a lo que suele afirmar alguna literatura que evalúa los acontecimientos trágicos de 2001 como la manifestación de un sentido renovado de la acción política frente a la crisis de los partidos, las identidades y formas de representación, la salida de las clases medias a la calle no supuso una acción política del estilo de los ’60 y ’70 en consonancia con proyectos colectivos: salieron a defender sus ahorros, salieron a defender cierta irracionalidad del consumo en un país semidesarrollado, una clase media ilógicamente endeudada. Y esto es lo que los medios aplaudieron en ese momento, como “espontaneidad” de las acciones de las clases medias, frente a las “manipuladas” e “irracionales” acciones de las clases populares.

Hacer de una sociedad una sociedad exclusivamente consumista incidió en la despolitización y desinvolucramiento de las cuestiones públicas, como lo demuestran el decreciente nivel de participación en los actos eleccionarios. El consumismo está lejos de la participación política, no produce sujetos colectivos. Se podría afirmar que las clases medias han sido cooptadas en lo imaginario por las clases altas, en un proceso inverso al iniciado en los albores del siglo XX. La hegemonía cultural, en el sentido gramsciano de dirección cultural e intelectual, parece haber sido recuperada por las clases dominantes en todas sus versiones. De todos modos, para no ser fatalistas ni apocalípticos, aún siguen manifestándose en formas fragmentarias aspectos emprendedores de las clases medias en el plano cultural en forma autogestionada. Cierto capital social producido por varios años de acumulación de proyectos e iniciativas culturales vuelve a reaparecer, con contenidos renovados que dan cuenta de una cierta reserva cultural sobre la que vale la pena trabajar y recomponer sentidos transgresores del orden social excluyente y un orden político destituyente.

© Escrito por Ana Wortman. Socióloga, profesora de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA). Publicado en el Diario Página/12 de la ciudad Autónoma de Buenos Aires el jueves 31 de julio de 2008.

Nota de la redacción:



Como docente de la discplina de Marketing, deseo ampliar sobre el consumismo. Nuestra disciplina basada en el consumo de las personas se plantea tambien la inclusión social. No es responsabilidad única de las actividades de Marketing las desiguadades sociales que acontecen en el mundo. Existe un Markentig Social basado en la Responsabilidad Social Empresaria, basado esto en las conductas de cada una de la empresas que intervienen en el mercado, especialmente aquellas que cumplen un rol social y no meramente económico, aunque sea este el principal fundamento de su existencia.

Generalizar sobre el particular es a mi modo de ver incorrecto. Uso como mero ejemplo el de la utilización de una herramienta y me pregunto...



¿Para que se utiliza el martillo?...

¿Para clavar clavos? ó ¿Para matar a las personas?...

Está claro que depende del uso que le demos a la "herramienta" cumplirá su razón de ser o no...

© Luis A. Capomasi