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sábado, 20 de abril de 2013

El empleado del mes… De Alguna Manera...

La peor semana...
 
EL EMPLEADO DEL MES. Lázaro Báez DIBUJO: PABLO TEMES.

CKF, con viento en contra… El “Lázarogate”, el revés por la Ley de Medios y el 18A impactaron en el Gobierno. A qué juegan Scioli y Massa.

Por falta de lectura, quizás no conocían la anécdota. Hubiera sido un aporte. Cuentan que estaba por comenzar el gobierno de John Kennedy, realizaba el Presidente una de sus primeras reuniones de gabinete y le preguntó a sus colaboradores: ¿qué hacemos con Edgar Hoover? Como el titular del FBI estaba en el cargo desde antes de la II Guerra Mundial, atribuida su permanencia y continuidad en el cargo (siguió luego de Kennedy) por conocer costumbres y hábitos comprometidos de los políticos, se supuso que el nuevo mandatario se encargaría de despedirlo. Pero el responsable de la “nueva política” prefirió consultar. Casi todos cuestionaron a Hoover hasta que Robert Kennedy, hermano presidencial, selló la discusión con una referencia popular: “Entre tener adentro un tipo que mea para afuera y tener afuera un tipo que mea para adentro, prefiero lo primero aunque sea indeseable”. Ese episodio demuestra cínicamente que en materia de secretos la política norteamericana exigía el mayor de los cuidados, no dejar cabos sueltos, alimentar inclusive a elementos de sospechosa calaña.

Desde afuera, entonces, dos individuos propios volcaron litros de orín sobre los Kirchner y su hermético entorno santacruceño encabezado por el próspero empresario Lázaro Báez, quien no leyó la historia de los Kennedy. Nunca viene mal un librito. En su derrame humillante, una mejicaneada oral sobre fondos que tal vez provenían de otra mejicaneada (vaya uno a saber), Leonardo Fariña y Federico Elaskar se vistieron de “arrepentidos” sin causa, iluminaron a Báez, enterraron de nuevo a Néstor 15 subsuelos más abajo, enmudecieron a la viuda e hijos y, si continuaban en sus revelaciones íntimas sobre movimientos de dinero non sancto, merecían por devotos la inscripción en La Cámpora y Carta Abierta. Finalmente, disponían de más confianza con el ex presidente que los militantes de esas agrupaciones.

Fue ese estallido en el programa de Jorge Lanata, curiosamente el periodista importado por el monopolio el año pasado que, en un solo domingo, pudo descolgar el cuadro “Clarín miente” que el poderoso diario no logró durante años. Se paralizó Cristina al menos 24 horas, también su equipo, ni hablar de la Justicia; víctimas de un ACV colectivo, no respondieron a las acusaciones, se puso en vilo hasta la concesión de dos gigantescas represas en Santa Cruz que ya parecían otorgadas a Báez. Allí habló De Vido: las obras se hacen de cualquier manera, no hay negocio que se detenga.

Quizás la Justicia tardía ni siquiera encuentre una prueba, pero en la Casa Rosada admiten que el confesionario público de Fariña y Elaskar fue una de las peores derrotas políticas para CFK: el fango se filtró hasta en los sectores más carenciados, algo más que suspicacia sobre venalidad en la gestión. Doble el impacto, además, porque luego los dos insolventes morales, repentina y sospechosamente, modificaron su declaración en otro canal de TV, se desmintieron a sí mismos, pidieron nerviosos perdón a sus denunciados alegando que se habían equivocado porque eran jóvenes. Nueva categoría de la estupidez organizada. Mientras, Ella, conmovida por el turbión impúdico, se hundía tensa en un bache comprensible sin que los masajes y las pastillas pudieran aliviarla, insomne, aferrada a un control remoto en la madrugada como si fuera un tótem de la filosofía oriental que en el ejercicio ritual del zapping le devolviera sosiego.

Para colmo salió en letra de molde lo que ya sabía: el fallo a favor de Clarín por la Ley de Medios en la Cámara Civil y Comercial. “La peor semana de Cristina”, otra vez, la quinta o sexta en 2013 y todavía no se llegó a la mitad de año. Ofuscada insistió con una réplica: arrancar con fórceps la “reforma judicial” en el Congreso para demostrar poder, a pesar de que también sabe que un juez suspenderá la vigencia de esas leyes por inconstitucionales y la elección directa de los consejeros a la Magistratura no podría realizarse en octubre como Ella dice querer. Para decir, si ése es el curso, “no me dejan gobernar”. Este juego parece una premeditada acción del Gobierno: montar una discusión con la excusa de que la mafia judicial también impide que el pueblo vote, que la mayoría se exprese, como si el kirchnerismo fuera el proscripto peronismo de la Revolución Libertadora.

Aun faltaba, en la semana traumática, la movilización del 18A con multitudes voceando su nombre. No favorablemente, claro. Demasiado para una sola mujer, atendible que se sujetara a un viejo dicho popular –corazón que no ve, corazón que no siente– y se embarcara a otro país, desatendiéndose de otra medicina que heredó de su marido: tanto dijo Néstor que la gente debía participar y movilizarse, que la prédica tuvo su premio: la muchedumbre marchó fustigando al Gobierno.

Lo más curioso de la protesta: casi nadie vociferó contra la re-reelección, como en otras oportunidades. Más que un cambio de opinión, ese olvido obedece a la realidad de que el gentío entiende ya como alternativa imposible lo de “Cristina eterna”. Ni siquiera en la organización previa del evento se debatió la desaparición de la consigna, para ellos es un hecho consumado. Y para Ella, otro misil en su línea de flotación, de ahí que atosigara con 60 tuits de rabia mientras buena parte del país se le plantaba en las calles. Como si la palabra pudiera parar la marea humana.

Después de la movilización y el descrédito, no es Cristina la única preocupada por conservar políticamente la cabeza en su sitio: la conmoción también afecta a Daniel Scioli y Sergio Massa, héroes del doble estándar, del mostrar y no ejercer, hasta hace horas intocables en la vanguardia de las encuestas. Uno porque aparece comprometido con la Casa Rosada aunque allí no lo quieren; y el otro porque se le agota el tiempo para coquetear entre la oposición y el Gobierno. Se prometían pacífica convivencia y ahora estalló el conflicto que el próximo 11 alcanzará el climax cuando el tigrense junto a otros intendentes salga a cuestionar la política de seguridad bonaerense. ¿Ataca a Scioli por orden de Cristina o por su propia aspiración presidencial? Mucho diálogo con De la Sota, Barrionuevo, Lavagna, pero a la hora de la verdad sentó a su diputado Roberti para que el cristinismo pudiera reunir el quórum y aprobar las leyes judiciales.

A la histeria o a los pactos secretos se los llevará la correntada junto a los carteles con sus nombres. Raro que no lo sepan dos hombres que viven junto al río.

© Escrito por Roberto García el viernes 19/04/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.



martes, 26 de febrero de 2013

Desacreditar al emisor para cautivar al receptor… De Alguna Manera...


Comunicación en la era K: desacreditar al emisor para cautivar al receptor…

 Clarín Miente--- ¿Y el Gobierno Nacional?...

Durante la era del kirchnerismo, y más aún cuando Kirchner se pelea con el Grupo Clarín y negocia con Diego Gvirtz la llegada a la TV Pública, la estrategia comunicacional del Gobierno fue la de estigmatizar a todos los medios de comunicación masivos que poseen una línea editorial contraria a la gestión y mantener una postura de victimización frente a ellos. A partir de esa táctica es que surge el mal llamado “periodismo militante”. La libertad de expresión, como excusa entre ambos bandos.

Está de más decir que lo que acontece en la función pública y lo que llega al ciudadano como información, tiene al medio de comunicación como el distribuidor de esos sucesos. El Gobierno kirchnerista implementó mediante emisoras del Estado o medios de empresas allegadas, la estrategia de restarle credibilidad a todos los mensajes críticos a la administración de Cristina Fernández. Los análisis que realizan los medios de comunicación oficialistas siempre parten de la firme hipótesis de una operación de prensa, poniendo la misma relevancia si la noticia se trata de la compra de una cartera Louis Vuitton de la Presidenta o del trágico accidente de Once que dejó 51 muertos y por el cual están procesados dos ex funcionarios.

No se sabe, a ciencia exacta, cuánto influyó esta estrategia de desacreditar al emisor de mensajes en el abultado 54 por ciento que logró la actual mandataria en octubre pasado, pero se podría afirmar que los medios allegados al oficialismo mermaron los efectos de los mensajes críticos, que tanto machacan a diario medios opositores. Los medios anti kirchneristas apostaron a una fuerte agenda negativa al Gobierno que no tuvo efecto empírico, al menos en la elección última, aunque sí parece haberlo tenido en este 2012 en algunas protestas, que con el correr del tiempo se convirtieron en masivas.

El Gobierno tomó a la productora Pensado Para Televisión como aliada para que, desde el  buen uso del archivo, llegue a un público generalmente informado e interesado por la política.  La idea fue y es desmentir constantemente las informaciones de medios opositores que afecten a la gestión peronista y a sus integrantes, dejando siempre al Gobierno nacional como víctima de contenidos periodísticos que puedan perjudicarlo en la opinión pública. Además de los programas de esta productora (678, TVR y Duro de Domar), se sumó la web Diario Registrado, con la misma función que los mencionados programas. También el diario Tiempo Argentino, perteneciente al grupo Veintitrés, nació para desmantelar supuestas operaciones de prensa contrarias al Gobierno.

Una muestra de cómo repercutió en el receptor esta estrategia de victimización y de desacreditar al emisor que realizó el gobierno nacional mediante sus medios se refleja en las redes sociales o foros de portales de noticias, donde los aficionados a la gestión K aducen como “una opereta de Clarín” los puntos flojos del Gobierno que salen a la luz. Como ejemplo se puede citar el desprecio que hace el gobernador Gildo Insfrán en Formosa a la comunidad QOM, la ley de ART que los legisladores del Frente Para la Victoria votaron junto al Pro en detrimento de los trabajadores, el impuesto al trabajo sostenido por esta administración y la ausencia de políticas federales de transporte, entre otras cosas. El Gobierno, mediante esta táctica comunicacional, logró reafirmar la postura de los que simpatizan con la gestión.

Aquel 8 de noviembre en el que la periodista Cynthia García entrevistaba a los que protestaban en el cacerolazo, la columnista de 678 sabía de ante mano que indagaba a consumidores de medios con una postura firme contraria al Gobierno. García, con más desprecio que respeto a los entrevistados, los enfrentó haciendo el mismo planteo que dicho programa realiza en cada una de las emisiones.

Periodismo ¿militante?

Desde medios opositores han tildado como periodistas “militantes” a aquellos comunicadores defensores de la gestión kirchnerista. ¿Pero un militante no es acaso una persona que realiza actividades en forma desinteresada en algún partido político, organización barrial u ONG? El periodista del medio oficialista, aunque realice un argumento que puede ser válido para defender a la administración K, lo hace cobrando un sueldo pagado por el Estado o por una empresa partidaria al Gobierno.

En todo caso, al periodismo militante se lo puede encajar dentro de aquellos blogs kirchneristas que defienden a la gestión por pura convicción y no por la incentivación de un salario.

La libertad de expresión como excusa

Desde el inicio del debate de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual hasta el famoso 7D, tanto el Gobierno como Clarín pusieron a la libertad de expresión como bandera a defender. La empresa de medios más importante del país buscó salvar así su gran hegemonía en el mercado mientras quedó en evidencia que el Gobierno trató de no perjudicar a empresas cercanas como Telefónica o Uno Medios en la aplicación de la norma.

En este escenario de disputa por el mercado de medios, vale la pena citar a Armand Mattelart, reconocido sociólogo experto en estudios sobre la comunicación que en la década del 70 planteaba:  “Ese principio burgués de la defensa de la libertad de prensa, no es en realidad sino la defensa de la propiedad de los medios de comunicación social, por grupos monopolistas que, mientras estigmatizan la inmoralidad de un grupo político, silencia la inmoralidad de la prensa amarilla, representada por la víctima de la agresión”.

Es innegable que medios como Clarín, TN o la Revista Noticias recurren a elementos ficticios para pretender desgastar la imagen de la Presidenta pero también es evidente la posición de víctima que ha tomado el Gobierno en cuanto a su posición comunicacional para enfrentar los mensajes críticos. Adquirir consenso en la opinión pública es ganar terreno en el poder político y económico y contar con apoyo popular. Esto es, precisamente, lo que buscan tanto el Gobierno como poderosas empresas periodísticas.

© Escrito por Cristian Guimera el lunes 17/12/2012 y publicado por plazademayo.com de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.




sábado, 1 de diciembre de 2012

Clarín se fue a la banquina... De Alguna Manera...


Clarín se fue a la banquina...


La denuncia de Clarín sobre periodistas de 6,7,8 es absolutamente improcedente e impropia de un medio de comunicación. Más allá de la guerra absurda que lleva adelante el gobierno contra el Grupo y de los embates de éste sobre el gobierno, la actitud de denunciar penalmente a un grupo de periodistas por el solo hecho de opinar en cámara, aún cuando su opinión sea altamente cuestionable para los aludidos, pone un marco de intolerancia y descalificación a la actividad de quienes están en todo su derecho de pensar lo que se les ocurra y decir cuando deseen, en el marco de su profesión de comunicadores.

Es raro que un medio de comunicación, desconozca que coexiste con el periodista la reserva de sus fuentes, razón esta que hace extraño el requerimiento de que los panelistas vayan a los Tribunales a explicar “qué base tienen para decir lo que dicen”, que es más o menos lo mismo a decir “digan de dónde sacaron lo que están diciendo”.

Independientemente de que nos guste o no la línea editorial del medio, que miremos o no al periodista que habla, informa y opina, en sentido pluralista de la comunicación, implica también el disenso. Si acaso cualquier persona se siente aludida e injuriada, tiene el derecho a réplica como forma de ejercer su derecho constitucional o reclamar por supuestas injurias. Sin embargo, la denuncia penal interpuesta a los colegas del oficialismo, está en contramano de las bases que Clarín dice defender, cuando con argumentos similares, ataca al gobierno para contragolpear en esta guerra de poder.

© Publicado por la Agencia OPI de la Ciudad de Río Gallegos, Provincia de Santa Cruz el martes 27 de Noviembre de2012.



domingo, 18 de noviembre de 2012

Clarín miente... ¿Clarín miente o...? De Alguna Manera...


Nuevos spots del Grupo Clarín sobre la colonización oficial de los medios...
 
Muestran cómo el Gobierno distribuye discrecionalmente la publicidad en la televisión abierta y los canales de cable. Y cómo coloniza el aparato mediático.

El Grupo Clarín dio a conocer una nueva serie de spots, en los que muestra cómo el Gobierno distribuye discrecionalmente la publicidad oficial en medios adictos, con la intención de colonizar el espectro audiovisual y limitar la aparición de voces independientes.

La serie, compuesta por tres videos, se denomina "Pakman de los medios". El primer spot da cuenta del desigual reparto de la publicidad oficial en los canales de aire metropolitanos: cuatro de las cinco señales abiertas recibieron el 99% de la pauta asignada por el Gobierno para ese rubro. Y cierra con un interrogante: ¿Quién es el discriminado?

 En 2012, cuatro de los cinco canales de aire metropolitanos recibieron el 99% de la publicidad oficial que el Gobierno destinó a la televisión abierta. ¿Adiviná quién es el discriminado?

El segundo video hace referencia a la asignación de publicidad gubernamental en los canales de noticias por cable. Allí, seis de las siete señales existentes acapararon el 99% de la pauta. Una vez más, ¿quién es el discriminado?

 En 2012, 6 de los 7 canales de noticias que hay en la Argentina recibieron el 99% de la publicidad oficial. ¿Adiviná quién es el discriminado?

El tercer aviso, en cambio, alerta sobre la progresiva colonización de medios por parte del Gobierno, mediante un sostén económico que privilegia a las señales adictas y busca ahogar las voces independientes.

 
 A 3 años de la ley de medios, el Gobierno subsidia a más del 80% de los medios audiovisuales de la Argentina.

© Publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el viernes 2 de Noviembre de 2012. 



miércoles, 7 de noviembre de 2012

La banda de Moreno... De Alguna Manera...


La banda de Moreno...

Guillermo Moreno. 

"Somos la banda de Guillermo Moreno/ la que banca a Moreno poniendo huevo/ la que deja la vida por Argentina/ somos la agrupación Pueblo Peronista...". Un video que se viraliza por Internet muestra a un grupo de jóvenes cantando a favor del Secretario de Comercio. El escenario: un avión de Aerolíneas Argentinas. El cotillón: globos blancos con la leyenda "Clarín Miente". A simple vista parece una estudiantina. Jóvenes camino a un campamento o algo así. Según trascendió, las imágenes muestran a parte de la comitiva empresaria que viajó a Vietnam para abrir mercados para la Argentina.

El viaje que se desarrolló entre el 20 y el 30 de octubre, tiene como antecedentes misiones similares a Angola y a Azerbaiján. El próximo destino será Nigeria. Como es lógico y previsible, lloverán las críticas a medida que se difundan las imágenes realmente impropias para una delegación oficial. Otra vez opositores y periodistas le pedirán la renuncia y, otra vez, no la conseguirán. Pero más allá de lo anecdótico, ¿quién es Moreno?.

Para muchos es más kirchnerista que los Kirchner. Se trata del funcionario más cuestionado y polémico del gobierno nacional. En estos años le han dicho de todo: autoritario, violento, despótico y maleducado. Sin embargo, ni sus críticos más feroces dudan de su honestidad ni de capacidad de trabajo. "Sus horarios son los de un militar: acostumbra citar a los empresarios a las seis de mañana, en punto, en su despacho. No es una hora humana para nadie, salvo para Moreno. Debe reconocérsele que es un trabajador incansable: solo a las once de la noche apaga la luz de su despacho", contó Joaquín Morales Solá después de crucificarlo en un editorial en La Nación por su modos y manejos. Moreno es el responsable, entre otras medidas, de la brutal intervención del Instituto de Estadística y Censos (INDEC) y es la cara visible del Estado en la disputa por Papel Prensa. Se mantiene en el cargo desde 2005. Era uno de los funcionarios preferidos de Néstor Kirchner. Goza de la confianza absoluta de la presidenta de la Nación, quien habitualmente lo cita en sus discursos de manera coloquial y cómplice: "No se ría, Moreno, que está hablando la presidenta", suele reprenderlo. Moreno asiente, su pecho luce un pin con la sigla YPF, y siempre parece dispuesto a sumarse a alguna pelea.

El Loco —como lo llaman sus amigos de los setenta— o el Napia, para los más cercanos, Moreno pasó su infancia y juventud en el sur de Buenos Aires. Comenzó a militar en los años setenta en unidades básicas de Parque Patricios y el Bajo Flores. Tras la normalización democrática abrió su propio centro partidario con el nombre "Pueblo Peronista" en Palermo, local que funcionó hasta 2006. Se graduó de licenciado en Economía en la Universidad Argentina de la Empresa en 1985, en donde presidió el Centro de Estudiantes. Es dueño de una ferretería en el partido de San Martín.


Su primer cargo gubernamental data de 1989 en la Subsecretaría de Producción del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, bajo la intendencia de Carlos Grosso. Conoció a Néstor Kirchner antes de que lo eligieran presidente de la Nación. Se desempeñó primero en la Secretaría de Comunicaciones, luego pasó a la Secretaría de Coordinación Técnica del Ministerio de Economía hasta que fue designado en la flamante Secretaría de Comercio Interior. Desde ese sillón se ocupó de las cuestiones más diversas, muchas veces invadiendo terreno de funcionarios de rango superior: acuerdos de precios, defensa de la competencia, subsidios agropecuarios, política energética, mercado cambiario y comercio exterior, entre otras. Desde ese sillón construyó su propia leyenda. Aficionado al boxeo, llegó a concurrir a una asamblea de Papel Prensa con guantes de box y, dicen, alguna vez exhibió un arma ante un empresario, aunque Moreno lo niega. Más fácil de demostrar son sus gritos y maltrato ante la menor objeción a sus ideas o propuestas.

Moreno nunca concedió un reportaje. Sin embargo, nutrió de imágenes a los medios de comunicación. Desde el gesto de degüello a Lousteau, hasta sus saltitos junto al conductor bailantero "Tota" Santillán en una marcha. Desde la persecución de caceroleros, junto al campeón de kick-boxing "Acero" Kali, hasta la pelea con un automovilista que lo increpó en la calle, hay para todos los gustos. Ahora se lo ve arengando a los suyos en un vuelo de Aerolíneas Argentinas. Pero la acción que más se le reprocha es la intervención del INDEC realizada con el objetivo de domar a la inflación.

Se podría calificar esa medida como su fracaso más notable: el maquillaje no logró disimular lo evidente. Moreno será autoritario y hasta prepotente; trabajará mucho y hará gala de su honestidad, pero hace cinco años que no logra controlar el aumento constante de los precios. La misión específica para la que fue designado.

© Escrito por Reynaldo Sietecase y publicado por el http://noticias.latam.msn.com/ar/blog-reynaldo-sietecase/view.aspx  el lunes 5 de Noviembre de 2012.