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domingo, 13 de septiembre de 2015

¿Mitos o delitos?... @dealgunamanera...

¿Mitos o delitos?...

Dos caras. Alperovich y Niembro, símbolos distintos pero parecidos de una política contaminada. Foto: Cedoc

El grupo de intelectuales que adhieren al kirchnerismo emitió un nuevo documento, en el que vuelve a caer en graves contradicciones y omisiones.

El domingo pasado, Perfil publicó la Carta Abierta Nº 20. El grupo de intelectuales donde militan Horacio González, Ricardo Forster, Eduardo Jozami y María Pía López, cuatro altos funcionarios de la administración pública, se propone explicar, una vez más, que los actos del gobierno kirchnerista son maliciosamente interpretados por la oposición. Y, a la inversa, que los actos de la oposición siempre son “intentos de restauración de una derecha que busca clausurar la totalidad de las experiencias democráticas y populares de nuestro continente”. Carta Abierta debería admitir que ser opositor no implica convertirse automáticamente en macrista o desear la caída de Evo Morales.

La Carta Abierta Nº 20 tiene un solo argumento: si se quemaron urnas en Tucumán, las quemaron los opositores, que luego salieron a denunciarlo. Todo lo demás es la decoración de esta tesis. Algo  debe haber sucedido porque, el martes pasado, la Sala I de la Cámara en lo Contencioso Administrativo provincial suspendió la proclamación de un ganador en las elecciones tucumanas.

Carta Abierta fija su atención sólo en uno de los delitos que se habrían cometido en Tucumán: la quema de urnas. Ni una palabra sobre las graves denuncias que siguieron; silencio total sobre la proliferación de acoples y listas colectoras (y esto concierne también a la oposición). Ni una palabra sobre el régimen de Alperovich.

También los pobres deben ser para Carta Abierta un mito de la oposición y lo seguirán siendo mientras esos pobres tengan hambre en provincias tan kirchneristas como el Chaco, donde acaba de morir un adolescente enfermo y desnutrido, que no emocionó a la Presidenta como la foto del niño ahogado a orillas del lejano mar. Al revés de lo que suele suceder, a la Presidenta se le hace un nudo en la garganta cuando ve un cadáver a distancia y pasa por alto el hambre en las provincias amigas. Cristina es una verdadera internacionalista. Gran oportunidad para que algún intelectual de Carta Abierta se ponga a escribir sobre el “melodrama de la tuberculosis” (a los de Carta Abierta les parece decente adornar sus pronunciamientos con temas de la literatura popular).

Carta Abierta explica Tucumán con una frivolidad pretenciosa. Similar a lo que hace Vidal con Niembro.

Inconsciencia.

Sobre los sucesos tucumanos, la Carta Abierta Nº 20 nos ofrece su interpretación: “La oposición y los poderes comunicacionales… juegan con estos elementos de la conciencia espontánea: las urnas sagradas y el agente incendiario… Los multimedios especializados en operaciones simbólicas construyen símbolos equívocos. Algo han aprendido, pero en este caso cierran la discusión: al jugar con los símbolos, juegan con fuego”. El argumento es de una frivolidad pretenciosa y provocadora, no porque ataque a los medios opositores. Evade una grave realidad que debe ser analizada: la circulación de rumores que anuncian catástrofe y cancelación de planes sociales si gana la oposición; el clientelismo en sus más bajas formas de intercambio y dependencia; la manipulación de la administración pública que hace posible el fraude posterior al recuento en las mesas. Sobre esto, ni Alperovich ni Manzur ni Carta Abierta hablan.

Quien opine que se ha gobernado mal y que se ha llegado en las peores condiciones a la elección tucumana pierde de vista la forma y el contenido de la historia, que son, según enseña Carta Abierta, “incompletos, contingentes e inconclusos”. Por lo tanto, usar adjetivos como clientelístico o nepotista (se supone que Carta Abierta se refiere al irresistible ascenso laboral de la señorita Rossi, cuyo currículum es un récord de velocidad) es cortar el flujo de ese caudaloso río en el que navega el peronismo, movimiento al que siempre se favorece con la idea de que es contingente (pero eterno), incompleto (pero total) y nepotista (pero del modo mejor justificado: de padres a hijos, de esposo a esposa).

Para Carta Abierta, toda denuncia que tenga como objeto el kirchnerismo es deslegitimizadora y desestabilizadora.  Las palabras producen imágenes que provocan hechos que después son condenados por los mismos que los provocaron. Es decir: la oposición convenció a Alperovich para que gobernara como un sátrapa a fin de atacarlo porque gobierna como un sátrapa; la oposición infló las declaraciones juradas de Manzur, para luego acusarlo de corrupto; la oposición hizo clientelismo durante doce años para acusar al FpV de ser clientelístico. Y el viernes pasado nos enteramos de que la oposición borró los videos de las cámaras de seguridad del recinto donde se guardaban las urnas, sólo para poder pedir la anulación de las elecciones tucumanas. El episodio de las cámaras de seguridad no pudo ser incorporado a los “mitos” de Carta Abierta y es una lástima, porque nos hubiera entretenido con alguna consideración sobre los relatos tecno-digitales producidos por los multimedia anti K.

Y si gana la oposición, las cosas serán peores. En un pedido conmovedor por lo ingenuo, Carta Abierta exhorta a quienes no votan a Macri ni a Scioli ni a Massa a que piensen que pueden favorecer la victoria de la derecha. Subestiman a los ciudadanos a quienes se dirigen con este ruego. Muchos de los que seguimos los filosóficos meandros de Carta Abierta no encontramos motivos para optar por Macri.

Niembro, a lo Boudou. Basta pensar en Niembro, acusado ahora por la Procelac de lavado de dinero y  fundador de una empresa “tipo Boudou” para firmar contratos directos con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. María Eugenia Vidal, que aprende rapidito las coartadas, dijo que esa acusación es como la que sufrió Enrique Olivera cuando, pocos días antes de las elecciones legislativas de 2005, desde el corazón del kirchnerismo, se lanzó una mentira flagrante. Se equivoca Vidal en un detalle: Olivera negó tener cuentas en el exterior desde el primer momento (y luego se comprobó que decía la verdad). De Narváez también sufrió una acusación que la Justicia demostró falsa.

Pero no toda acusación es falsa, sobre todo cuando el mismo acusado no niega haberse beneficiado con una pila de contrataciones directas que jamás fueron publicadas en el Boletín Oficial. A diferencia de Olivera y de De Narváez, Niembro no niega los hechos, sino que corre de una radio a un estudio de televisión para explicar que lo que parece un acto corrupto no es tan así. 

Hay ciudadanos a los que no les gusta votar encausados ni procesados; pero tampoco les gusta votar partidos que les den contratos directos a sus amigos o a las empresas ad hoc de futuros candidatos. No quieren votar sospechosos, ni patagónicos ni porteños.

© Escrito por Beatriz Sarlo el domingo 13/09/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.





sábado, 19 de julio de 2014

El delito de opinar… De Alguna Manera...


El delito de opinar…


Solidaridad con Liu Xiaobo, el pacifista chino premio Nobel de la Paz, preso desde 2008.

Fuimos más lejos que nadie, juzgamos y condenamos a los responsables del terrorismo de Estado. Una autoridad moral que debiéramos honrar: la presidente Cristina Fernández, en nombre de esos 40 millones de habitantes que tanto exalta la locutora oficial, debiera pedir a su esperado visitante, el presidente de China, Xi Jinping, por la libertad del pacifista y Premio Nobel de la Paz Liu Xiaobo, preso por el “delito de opinión”. 


Liu Xiabo fue detenido por firmar la Carta 08, que emulaba la Carta 77 de los intelectuales checoslovacos, quienes inauguraron las cartas abiertas como una forma de sumar pacíficamente la voz de los intelectuales, pensadores y artistas para pedir el respeto a los Derechos Humanos, violados entonces por la dictadura comunista. Como la carta abierta de Rodolfo Walsh a la dictadura, en la que en las primeras líneas pidió por la libertad de decir, que a nuestro compatriota le costó la vida y al periodista chino la prisión por once años.

Profesor universitario, pertenece a la misma generación de Néstor y Cristina Kirchner, Liu Xiaobo participó en las protestas de los estudiantes de la Plaza Tiananmen en 1989, el año en el que desmoronó el muro de Berlín, y fue condenado a trabajos forzados.

Desde hace mas de veinte años, el pacifista chino sólo pide una democracia que cumpla con el artículo 35 de la Constitución de su país, que consagra la libertad de expresión, de prensa y reunión. Como co autor de la Carta 08, que defiende una sociedad más abierta en el sentido de la democracia, fue condenado a once años de prisión. En 2010, con una silla vacía que simbolizó su ausencia, Liu Xiaobo recibió el Premio Nobel de la Paz.

El mismo que nos enorgullece en la figura de Adolfo Pérez Esquivel y nos obliga a la solidaridad que los argentinos recibimos a manos llenas de las democracias del mundo.

No precisamente de la otrora Unión Soviética, que apoyó a la dictadura.

No deja de ser paradójico que dentro de Argentina se persiga a los que apoyaron la dictadura y ahora nos abracemos a Rusia que cambio trigo por Derechos Humanos.

China y Rusia son hoy países fuertes por el poder que surge del dinero y las armas.

Argentina, hoy tiene la oportunidad de mostrar lo que es opuesto al poder, la autoridad moral si pide por el respeto de los derechos humanos y no los cambia ni por soja o petróleo.

Es de desear también que nuestra Carta Abierta local honre a las cartas abiertas que nacieron para pedir por el respeto a la dignidad humana, base filosófica y jurídica de los 

Derechos Humanos para todos y todas y se solidarice con el intelectual chino, condenado tan sólo por la palabra.

© Escrito por Norma Morandini el Viernes 18/07/2014 y publicado por http://www.normamorandini.com.ar

 

sábado, 7 de junio de 2014

Macri, el mal menor… De Alguna Manera...


Macri, el mal menor…

Coincidencia. Presidenta y jefe de Gobierno porteño. Foto: Cedoc Perfil

Luego de que Carta Abierta comparara a Scioli con quien domestica al rey asesino en los cuentos de Las mil y una noches o asociara las diagonales de la ciudad de La Plata con el laberinto de Creta, revirtiendo el hilo de Ariadna para calmar al “Minotauro Justicialista”, en la última contratapa propuse una continuidad con las islas de Tigre como el mar Egeo y algún ejemplo de La odisea con Massa.

Ahora que se sabe que uno de los principales autores de Carta Abierta, Ricardo Forster, es secretario de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional, y dada la fijación acuática de Carta Abierta (a Scioli lo llama “el motonauta” y a Massa lo asocia con “los astilleros del Tigre”), sugiero concretamente el episodio en el que Odiseo –Ulises–, después de haber acumulado victorias y de regreso a su patria, encuentra a sus hombres convertidos en cerdos en la isla de Egea por la bruja Circe.

La Cámpora y otros partidarios kirchneristas convertidos en cerdos capitalistas tras un amansamiento de hechiceros pejotistas como Massa o Scioli, que los transformaran en meros artífices de los poderes fácticos y corporativos, podría ser la más horrible pesadilla tanto para Cristina Kirchner como para Carta Abierta.

Qué peor escenario que ver a sus jóvenes militantes “mudos frente a las injusticias”. Jacques Lacan tomó el ejemplo del drama de estos compañeros de Ulises convertidos en cerdos que sólo podían gruñir para exponer la función de la palabra.

Desde esta perspectiva, que sus partidarios se queden, metafóricamente, sin voz puede ser peor que se queden, literalmente, sin poder. Y no resulta inverosímil que el Gobierno prefiera una presidencia de Macri que permita mantener al kirchnerismo unido en una vibrante tarea de oposición, que apaciguado por las mieles de un oficialismo light.

Supuestamente, es Máximo Kirchner quien más prefiere a Macri que a Scioli o Massa. Para el hijo de la Presidenta, Scioli o Massa, al día siguiente de asumir, muertos de miedo, firmarían todo lo que pida Clarín con tal de contar con su apoyo. Mientras que Macri, por orgullo personal, por haber nacido rico y no haber vivido nunca una situación de inferioridad, rechazaría de plano que el Grupo lo tratara como a un empleado más. Y, entre Massa y Scioli, le tendría más miedo a Scioli, porque, en su deseo de quedar bien con todos, los de derecha e izquierda, o –en términos mediáticos– con los “hegemónicos” y los militantes, podría terminar quebrando la economía porque para gobernar hay que poder decir que no, algo que a Scioli le costaría más que a Massa.

Si así fuere, los esfuerzos de Cristina por tragarse los “sapos ortodoxos” acordando con el Club de París, enfriando la economía con tasas de interés más altas y reducción de subsidios, para que el kirchnerismo no termine con una economía que se derrumbe, como les sucedió a los dos gobiernos radicales, serían vanos. Porque, si después Scioli colapsara, aunque se tratase de otro mandato presidencial, la gente terminaría recordando que las condiciones de crisis las creó el kirchnerismo, como pasó con la convertibilidad, que aunque le explotó a De la Rúa no exculpó de responsabilidad a Menem.

Pero, más allá de estos cálculos tácticos, puede haber cuestiones más estratégicas, de fondo y largo plazo, conscientes o hasta inconscientes, que acerquen al PRO con el kirchnerismo. Una forma de concebir el dualismo político son las clásicas categorías de derecha e izquierda; en ese caso, el PRO y La Cámpora serían los extremos de esa polaridad.

Pero, si se tomaran otras categorías para construir las oposiciones de la política, podríamos encontrarnos con la sorpresa de que el PRO y La Cámpora tienen similitudes en el vector nuevo-viejo porque ambos reivindican la renovación en la política y una crítica de las prácticas gatopardistas de las últimas décadas. Visto así, La Cámpora y el PRO tienen un enemigo en común, que es el PJ, la estructura burocrática del peronismo, que, como aparato, trasciende al peronismo para abarcar también a parte de la dirigencia del radicalismo, consustanciada, a través de tantos años, con técnicas similares.

No sólo La Cámpora –también el PRO– promueve la participación de los jóvenes y la formación de cuadros dirigenciales nuevos. Y hasta podría decirse que la misma rebeldía que Kicillof comparte con Macri frente a la costumbre de usar corbata es una clara señal de la existencia de una semiótica del vestuario que, además de tener algo en común para comunicar, transmite un mensaje similar de informalidad como asociación de juventud y cambio.

Cuando en la inauguración del tramo de la autopista Illia, el martes pasado, la Presidenta dijo que no había pacto alguno entre el kirchnerismo y el PRO sino sólo sentido común, la aclaración sonó parecida a cuando un paciente le dijo a Freud: “No es por mi mamá, doctor”, lo que fue interpretado como una confirmación de lo contrario por la energía colocada en su negación.

También “habló” la escena, porque la Presidenta nunca colocó a Scioli a la par en ningún acto, sino siempre detrás o a un costado, y aceptó ubicarse con dos atriles iguales en la inauguración de la autopista, al igual que en el tedeum del 25 de Mayo, cuando ella y Macri ocuparon dos reclinatorios separados del resto en la Catedral.

El miedo a que Scioli les choque el modelo (una frase repetida en las escuelas de gestión es: “No conozco la clave del éxito, pero sí la del fracaso: tratar de satisfacer a todo el mundo”), o a que Massa se lo robe, puede hacer que Macri termine siendo el mal menor para los kirchneristas. Y –como se adelantó en la contratapa de la semana pasada– les permite soñar con que sea el equivalente de Piñera en Chile, que contribuya al regreso de Cristina, como Bachelet, después de un período de derecha.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el Viernes 06/06/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


viernes, 23 de agosto de 2013

Todos Golpistas… De Alguna Manera...


Todos Golpistas…


Existe una subespecie del padrón electoral que sostiene no ser kirchnerista, pero que cree que hay muchas cosas que se hicieron bien y que por eso los vota. Algo así como el que te dice que no tiene problemas con el alcohol, sólo le gusta abrazarse a los postes de luz cada vez que sale de joda. O el que te tira que, más allá de conocer a todos los trabucos del bosque de Palermo, no es gay.

Sujetos simpáticos, putean a Amado Boudou por hacerle daño a la imagen de la década ganada, y a Julio De Vido porque hay que putearlo. De Guillermo Moreno sólo les molesta que mienta con la inflación, aunque está claro que los medios monopólicos exageran con la misma y que, en caso de existir, es culpa de los comerciantes. Cuando se les pregunta por el patrimonio de la Presidente, se relajan y afirman que la justicia ya se expidió y no pudieron probar nada. Obviamente, se trata de la misma justicia a la cual habría que democratizar.

Dicen no mirar 678 ni prestar atención a los somníferos escritos por Carta Abierta, dado que los consideran argumentos progres que no suman nada. Precisamente por ello, no se hacen cargo de la demencia senil de Orlando Barone, como tampoco cuentan las denuncias de Sandra Russo o Cynthia García cada vez que dan rienda suelta a las sospechas de complot de sectores financieros que buscan controlar la economía.


Bajo el manto sagrado que brinda hacerse bien el boludo, el “simpatizante afín pero no kirchnerista”, junto con su primo hermano, el kirchnerista crítico, sostienen que todos estos factores le hacen daño al proyecto, pero que no hay que prestarles demasiada atención, dado que hacerlo es prenderse en el juego que busca desgastar la figura de Cristina. Este delirio de ser y no ser choca de frente con un punto básico: quién eligió a Amado Boudou, quién banca a Julio De Vido, quién paga los salarios de 678, quién defiende a Moreno. Y es que se trata de la misma persona que se jacta una y otra vez de ser la única que da las órdenes y de que nada de lo que pasa en su gobierno se hace sin su aprobación.

Para evitar que algún trasnochado perdiera el rumbo en medio de la facilidad que brinda no hacerse cargo nunca de nada, la Presi puso blanco sobre negro en su discurso del miércoles pasado en Tecnópolis, el cual debería ser enmarcado como máximo exponente del evangelio de la Iglesia del Cristinismo de los Últimos Días, dado que fue una apología pornográfica de todos los latiguillos con los que sus santos devotos han intentado convertirnos.

A menos de diez segundos de empezar su exposición, la Presi afirmó que sin los diez años de gobierno kirchnerista, no habría futuro en la Argentina. El cliché de que “el país no termina en la General Paz” se vio un poquito limitado después de las PASO, así que se trasladó a “el país no termina en el Islote Blanco al sur de Tierra del Fuego” y ahora hay que festejar que se ganó en la Antártida, donde habitan un puñado de estatales que dependen de la buena voluntad de Balcarce 50.

Al poner las cosas en orden, cada vez que D’Elía trata de yanki a Sergio Massa son solo “afirmaciones aisladas que no representan al conjunto”, pero Cristina tiró que en Wall Street están contentos con el resultado. En este sentido, cada vez que un sátiro de las veinticuatro cuotas sin interés nos dice que no importa que Abal Medina hable del pasado habiendo sido parte de la Alianza, dado que “es sólo su opinión”, hay que mostrarle que la Presi dijo que todos los demás son el pasado, menos su gobierno. Por supuesto, al momento de recibir la justificación de que el desprecio al que no los vota por parte de la prensa oficialista, hay que tirarles que la Presi sostiene que los votantes no cuentan, ya que ella quiere reunirse con los que no están en las listas.

Entre pucheritos, hombritos y montoncitos con los dedos, Cris hizo gala de sus profundos conocimientos en materia económica al sostener que “en economía cuando vos le das a uno es porque le dejaste de dar a otro, no hay ninguna otra posibilidad”. Obviamente, la generación de riqueza no entra en su cabecita lacrada y ni hace falta calentarse para preguntarle cómo cree que existen países que mantienen su calidad de vida a pesar de la constante expansión demográfica. También tuvo tiempo para enseñarnos que la costumbre de comprar dólares llegó con Martínez de Hoz en los setenta, algo que no me atrevería a cuestionar, dado que pocas personas deben saber tanto como Cristina sobre la gestión del rey de la 1050.

Luego de insultar a todo el arco opositor -y a sus votantes- dijo que quería debatir sin agravios, mientras algunos se preguntaban a quién le hablaba cuando decía que las deudas “las generaron ellos en anteriores gobiernos”, si el que ganó la provincia fue Jefe de Gabinete de su gobierno, asesorado económicamente por el ministro de Economía de Néstor Kirchner y el presidente del Banco Central que puso el difunto expresidente.

El estado de felicidad del kirchnerismo se tradujo en optimismo, las palabras tranquilizadoras de la Presi también sumaron su aporte y, en los últimos días, pudimos ser testigos de la buena onda que reina en el gobierno y de la seguridad que sienten por el futuro que les depara. Luego de que el programa Periodismo Para Todos pusiera al aire un informe en el que mostraron que Cristina paró en el paraíso fiscal Seychelles en su viaje a Vietnam, el Secretario General Oscar Parrilli emitió un informe en el que cuidó las formas protocolares del caso -Sicario Mediático de Magnetto Jorge Lanata, número de matrícula en trámite- y en salvaguarda del orden institucional, por lo que tildó de garcas a los miembros del Poder Judicial y afirmó que las denuncias son sólo con fines de promover la violencia, dado que la estadía en la paradisíaca isla se debió a una “escala técnica”. Y tiene razón: todos los que vamos a Vietnam paramos en el Atalaya de Seychelles para comprar medialunas, otros prefieren el Minotauro de las Maldivas.

Menos de veinticuatro horas después, Parrilli volvió al ruedo para poner paños fríos y afirmó que Clarín le hace la campaña a Sergio Massa, que el que está loquito y nervioso es Lanata y que todas estas denuncias son para que la gente crea que Cristina gusta del lujo y preside un gobierno corrupto. Todas cosas que nadie pone en duda, dado que la eterna empleada estatal multimillonaria compra la ropa en los outlets de avenida Córdoba y que en la totalidad del arco kirchnerista no existe nadie que no se haya quedado jamás con algún que otro centavo.

Sincronizada, la diputada Juliana Di Tullio dijo que los que ganaron las elecciones democráticas en realidad lo hicieron para dar un golpe institucional a la democracia. Se ve que las técnicas cambiaron y lo que antes se lograba con tanques y militares, ahora se hace con votos y señoras metiendo un sobre en una urna.

Para finalizar el fin de semana a todo trapo, la Presi también se hizo eco del informe de Periodismo Para Todos y tiró la bronca en Facebook, al denunciar la impunidad de los que denuncian la impunidad. También afirmó que todo lo que se dice en contra del gobierno es para atacar la memoria del que ya no puede defenderse, o sea de Néstor.

Respecto de esto último, habría que aclarar algo: morir no salva. El hecho de contar con un impedimento permanente para ejercer la auto defensa no implica que no se pueda investigar ni contar lo que haga falta contar. Es una verdad un poco idiota como para tener que aclararla, pero la condición permanente de estar mirando al cielo por el resto de la eternidad, no es causal que justifique la inmediata suspensión de una investigación.


Además, resulta extraño que no se pueda hablar mal de quien no puede defenderse, pero sí se pueda decir que si Belgrano viviera, abrazaría al Modelo de Crecimiento de Villas de Emergencia con base en impresión de billetes, y todo sin que nadie se ofenda por la ausencia de opinión de don Manuel. Del mismo modo, se puede crear un Instituto Revisionista Histórico para que indague en la vida de personas que, por cuestiones biológicas, se encuentran impedidas de poder expresar su parecer sobre lo que dicen de ellos. También es posible decir que Julio Roca era un genocida, que Domingo Sarmiento fue un entreguista, o que los de la generación del 80 tenían tatuados al Tío Sam en las nalgas, que a nadie le preocupa ese temita de que no puedan defenderse.

En mi humilde modo de entender las cosas, que no se pueda siquiera sospechar cómo es que una mina que viajaba en bondi desde Tolosa hasta la facultad haya llegado a convertirse en multimillonaria sin haber ganado diez veces consecutivas el Quini 6, por el sólo hecho de que su marido ya no se pasea entre nosotros, no es más que un mecanismo pedorro en busca de la compasión.

No importa si la pesaban, no importa si se llevaron hasta los sobrecitos de azúcar, no importa si la juntaron con palas mecánicas. Lo único que importa es que Néstor se murió y no puede defenderse, como si no pudieran defenderlo los que supuestamente saben “la verdad”, como si Cristina fuera Kay Adams y nunca hubiera sospechado cómo es que vivían como millonarios con el sueldo de un gobernador, como si hubiera pasado los últimos cuarenta años de su vida en estado catatónico sin preguntarse cómo es que el jardinero llegó a tener una empresa o qué fue lo que pasó con el chofer municipal que terminó al mando de medios de comunicación.

Independientemente del detalle de que Néstor se vio imposibilitado de viajar a Seychelles en enero de 2013 por razones de público conocimiento -se ve que a Cristina le llegan tarde las denuncias y se queja de las bóvedas con delay- lo cierto es que cambiaron la forma de encarar la campaña. La denuncia del último domingo podría haber sido ignorada como ignoraron todas y cada una de las anteriores -convengamos que tampoco fue lo más grave que se haya dicho del oficialismo- pero acusaron recibo de un modo sobreactuado.


Decidieron colocarse en víctimas de un orden superior a todo -como sostiene el docente Luis D´Elía al afirmar que Magnetto gobierna el país desde el 24 de marzo de 1976- que busca impedir que el kirchnerismo se prolongue en el tiempo, que intenta que la gloriosa juventud monotributista no pueda lograr la liberación, que pretende que el país vuelva a épocas oscuras, como cuando gobernaban los jefes de Abal Medina, Diana Conti, Deborah Giorgi y Nilda Garré, o como cuando Cristina, Néstor, Aníbal Fernández y Julio Alak eran tan oficialistas que sólo les faltaba hablar turco, o como cuando César Milani jugaba al poliladron versión 220.

Como forma de recuperar votos, esto de tratar de idiotas a todos los que no los votaron, no creo que garpe mucho, aunque sí sirve de botón de muestra para que vayamos viendo qué nos espera en los últimos dos años de esta concatenación de cagadas empíricas, delirios fundacionales y choreo orgánico que hemos denominado kirchnerismo.

Martes. No todo puede justificarse.

PD: No jodan con que la cuenta de twitter de la Casa Rosada fue hackedada. La próxima, traten que la community manager no se confunda de cuentas en un ataque de nervios.

© Escrito por Relato del Presente y publicado el martes 20/08/2013 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.