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domingo, 16 de diciembre de 2012

El miedo al abandono... De Alguna Manera...


El miedo al abandono, clave en las crisis de pareja...

Ilustración de VC para Clarín.
Según los expertos, aparece en la mayoría de las terapias. Es porque ahora las parejas no se piensan “para toda la vida”.

La relación estaba saturada de desprecio, ninguneo e infidelidades. Pero la madrugada en que Susana Freydoz asesinó al ex gobernador de Río Negro de un tiro en la cara, hubo una amenaza que se comió a todas: “ No te aguanto más. A la mañana agarro mis cosas y me voy ”. El ejemplo, que forma parte del expediente judicial, es extremo pero también es una muestra de cómo puede llegar a operar el terror a ser abandonado. Con este telón de fondo hay quienes –distinguen los especialistas– se dedican a “asistir a un amo”: es decir, hacen todo lo que el otro pida con tal de que no se vaya. Pero hay otros, menos obvios, que esconden el mismo temor: los que saltan de pareja en pareja y huyen cuando llega el momento de entregarse: es decir, “se van antes de que los vayan”.

Quienes los atienden lo ven con claridad: el miedo a ser abandonados ya aparece –en primer o en segundo plano– en la mayoría de las crisis de pareja. “Pueden venir porque hay falta de comunicación o de lo que sea pero lo que siempre está, en el fondo, es un enorme temor a que esas grietas puedan terminar en un abandono”, introduce Carlos Antar, psiquiatra y ex coordinador del Departamento de Pareja y Familia de la Asociación Psicoanalítica Argentina. Además, coinciden los terapeutas, como las parejas ya no se piensan “para toda la vida”, el temor a que el otro desaparezca o a que ese miedo siempre se interponga a la hora de formarlas, ya se convirtió en uno de los principales motivos de consulta.

Están los que, cegados por ese temor, actúan de forma lineal: “Generan vínculos en los que se ponen al servicio del otro, hacen todo lo que el otro quiere y lo convierten en un amo al que asisten. El vínculo se caracteriza en poner todo el esfuerzo en no ser abandonados”, describe Antar. Incluso hay quienes se quedan al lado de alguien que los maltrata, emocional o físicamente, pero les dan la garantía de que siempre van a estar ahí. “En muchos casos se termina generando una dependencia emocional: se trata de personas que vivieron abandonos primarios –y para eso basta con que sus padres no hayan comprendido sus necesidades afectivas – y, cuando crecen, construyen vínculos en los que vuelve a estar presente la amenaza de abandono. El paso que sigue frente al profundo sentimiento de indefensión y el pánico a que lo dejen, son las situaciones explosivas , a veces con desenlaces violentos”, agrega. El caso de Susana Freydoz, la mujer que después de 40 años de pareja mató a su marido, es el ejemplo más elocuente. Su marido le había dicho que se iba a mudar a la residencia de gobernadores pero sin ella.

Sin embargo, los miedos suelen tener otras máscaras: “Para la psiquis es más doloroso ser abandonado que abandonar, entonces también están los que empiezan a boicotear las relaciones con excusas: no les gusta una persona porque se ríe mucho y tampoco la otra porque se ríe poco. Y en lugar de actuar de una manera adulta, aparece el niño: cortan una relación por mail, culpan al otro de lo que le pasa, se esconden aterrorizados”, descifra Myriam Delfini, facilitadora gestáltica, una especialización que ya se da en universidades. “Sucede que ese miedo inconsciente es tan grande que, aunque encuentre a una persona fantástica, en el momento en que el vínculo crece y demanda mayor intimidad, se desconecta, se anestesia y cierra el corazón. Todo eso por temor a lo que pueda pasar después. Es doloroso sí, pero menos que ser abandonado”, descifra.

Entrega sí, pero sólo del cuerpo: “Estas personas pueden mantener relaciones con cierto nivel lúdico, desde el lugar del placer, de la sexualidad. Pero, muchas veces, cuando empiezan a sentir un pedido de afecto, lo viven como una invasión. Para ellos, uno de los momentos trágicos de la relación es cuando el otro le pregunta ¿en qué estás pensando? La sensación es que el otro se le puede meter dentro de la cabeza”, dice Antar. Y en este micromundo blindado a la posibilidad de entregarse y luego sufrir, todo lo que no sea cuerpo resulta impenetrable.

“Aparece el niño”, dicen. Es que estos temores “vienen de experiencias infantiles que dejaron un sesgo. No necesariamente de alguien que haya sido abandonado en sentido literal sino que se haya sentido así. Ese enorme sentimiento de inseguridad puede estar ligado a no haber sido tenido en cuenta, a no haber sido mirado con interés o ternura, a que no hayan tenido en cuenta sus necesidades”, agrega Rosalía Álvarez, psicoanalista especializada en pareja y familia. “¿Por qué suele volver a despertar con una pareja? Porque en la pareja, muchas veces, se reedita el vínculo primario. Es común que uno no recuerde esos momentos en los que sintió el abandono, pero vuelven así: en la repetición uno recuerda”.

© Escrito por Gisele Sousa Dias y publicado en el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 16 de Diciembre de 2012.


martes, 12 de junio de 2012

CFK no tiene cura... De Alguna Manera...

CFK no tiene cura...

Palazos. Cristina Fernández. Dibujo: Pablo Temes

El caso Reposo, las idas y vueltas con el dólar y los “Aló Presidenta” que sólo generan nuevas distorsiones.

Indefendible”, “impresentable”, “un papelón”, fue algo de lo que se escuchó en el seno del oficialismo no bien terminó la lamentable presentación de Daniel Reposo en el Senado, en la que defendió su candidatura a la Procuración, durante la cual a los muchos “errores de tipeo” de su CV agregó un desconocimiento supino de cuestiones elementales concernientes al cargo al cual aspiraba. Las citas de algunos de los conceptos que expresó el postulante, que afortunadamente la opinión pública pudo ver y escuchar en directo, pasarán a formar parte de los anales del disparate. A modo de muestra, vaya ésta: “Yo estoy con la corriente trifásica (sic), en cuanto a que el recurso de Casación y el control de constitucionalidad tiene que verse en su amplitud. Y para eso hay que respetar el principio en virtud del cual el juez juzga y el fiscal acusa”. Lo de la corriente trifásica pareció algo más emparentado con la electricidad que con el Derecho.

Otra: “A través de los medios periodísticos se han publicitado situaciones delictivas (...). Así, se generaron un sinnúmero de situaciones, y éstas son materias que hay que regular a través de los tres poderes. Son situaciones que no hacen a la libertad de expresión, pero que se vinculan con el hecho de generar un mecanismo adecuado de regulación para bajar los niveles de insatisfacción que se producen ante la falta de políticas en este sentido...” Es decir que, ante la falta de políticas de Estado, Reposo proponía la restricción a la libertad de prensa para combatir una nueva figura de “inflación penal”.

En el bloque de senadores del Frente para la Victoria se vivió todo con mucha bronca. El jefe de la bancada, Miguel Pichetto, fue el más disgustado. El, que conoce al dedillo lo que ocurre en el Senado, hace tiempo que le hizo llegar a la Presidenta la señal de que los votos para aprobar la candidatura de Reposo no estaban. El senador intentó evitar ver expuesto a su bloque a la dura circunstancia de ponerles el cuerpo a las gruesas inconsistencias de Reposo. Pichetto atraviesa un momento particular de su carrera, ya que tras el homicidio de Carlos Soria carga con buena parte de la administración de su provincia, Río Negro. El hijo de Pichetto es el ministro de Economía de la provincia, cuya demanda de fondos a la Nación es crucial para los gastos de la gestión. Encima, en el Senado está Amado Boudou, con quien Pichetto tiene mala relación.

“Tenía los votos”, expresó Reposo el viernes. Esa afirmación no reflejaba la verdad. El Gobierno presionó para que la postulación saliera. “Es una muestra de fidelidad hacia Cristina”, fue la consigna que bajó hacia los que en el oficialismo sabían de su inviabilidad.

Luego de este traspié, al Gobierno lo acecha otro problema: el de la crisis económica. El descontento social comienza a expresarse de manera creciente, gatillado por los distintos efectos que las medidas oficiales producen. Los cacerolazos del jueves y las movilizaciones del viernes lo reflejan. La imagen de la gente golpeando sus cacerolas y marchando hacia la Plaza de Mayo remite a los aciagos días de 2001-2002. Lo mismo vale para las manifestaciones que organizó la rama de la CTA que no responde al Gobierno.

Hay que ser claros: la situación no es la misma que la de hace diez años. Pero el Gobierno, con sus conductas y sus medidas, no hace más que generar un clima reminiscente de aquel tiempo. Nadie en el Gobierno parece advertir la dinámica de estos hechos y los efectos nocivos que produce la torpeza con la que se pretende enfrentarlos. Veamos, por caso, el ir y venir de declaraciones sobre la pesificación, término que a la sociedad le produce pavor. En su presentación ante el Congreso, el jefe de Gabinete, Juan Abal Medina –que produjo una pobre impresión en la bancada del oficialismo y en la de la oposición–, habló de la necesidad de dar la batalla cultural por la “desdolarización”. En iguales términos se expresaron el ministro del Interior, Florencio Randazzo, y el senador Aníbal Fernández. Ante el revuelo que ello causó, el Gobierno salió a desmentirlo. Lo hizo como siempre, echándoles la culpa a los medios. 

Pero hete aquí que luego se conoció un proyecto de ley para pesificar varias transacciones comerciales. En su “Aló Presidenta” del miércoles –en el que se dio otro paso en la progresiva quita de poder al ex poderoso ministro Julio De Vido y se confirmó la condición de Guillermo Moreno como jefe de Economía en funciones– Fernández de Kirchner dijo que todas las medidas que se viene tomando desde noviembre responden al objetivo de cuidar el dinero de los argentinos. Alguien debería recordarle a la Presidenta que eso mismo dijo el ex ministro Domingo Cavallo el día que anunció el corralito. El corolario de esta y otras acciones y expresiones del Gobierno fue predecible: la gente no para de sacar sus dólares de sus cuentas. En mayo la cifra ascendió a 1.600 millones. En este marco, la decisión de Cristina de pasar a pesos su plazo fijo de US$ 3 millones –algo que inexorablemente tenía que hacer si quería exhibir un mínimo de coherencia–, como toda acción tardía, carece de eficacia.

El problema principal de la economía argentina es la inflación. Y, hasta el momento, el Gobierno no ha tomado ninguna medida seria para combatirla. En muchas provincias se viven momentos de gran preocupación. Sus gobernadores necesitan el dinero que envía la Nación para hacer frente al pago de los sueldos. Además, junio es un mes complicado porque hay que afrontar el medio aguinaldo. Algunas alarmas ya se han encendido porque aún no se han dado los pasos administrativos para liberar esos fondos, demora que puede llegar a complicar la realización de esos pagos.

Siempre dentro de lo que fue el “Aló Presidenta” del miércoles –en el que nunca faltan los “asentidores”, los “reidores”, los “aplaudidores”, ni tampoco los que con sus rostros de incomodidad demuestran estar no por convicción sino por obligación y/o temor–, la Presidenta estuvo impecable al repudiar las agresiones que sufrieron los colegas de Tiempo Argentino, Télam y Crónica a las puertas del hospital de Malvinas Argentinas ante la total inacción de efectivos de la Policía Bonaerense. Me uno a ese repudio. Lástima que Fernández de Kirchner no haya tenido la misma actitud para con los cientos de colegas igualmente agredidos a lo largo y a lo ancho del país por dirigentes y organizaciones que, en muchos casos, manifiestan una clara orientación kirchnerista. Como se ve, el kirchnerismo puro nunca falta.

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 10 de Junio de 2012.