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domingo, 23 de agosto de 2015

–Devaluá vos. –No, devaluá vos… @dealgunamanera...

–Devaluá vos. –No, devaluá vos…

El jueves Cristina terminó su recorrido oral por los balcones de la Casa Rosada con Scioli y Zannini. Foto: Presidencia de la Nación

A poco más de 100 días de las elecciones, nadie quiere explicitar concretamente cómo cambiará nuestra vida económica en tan poco tiempo.

Hace un año, en agosto del año pasado, con 2,20 reales se podía comprar en Brasil un dólar; hoy se necesitan 3,50. El dólar aumentó su precio 60% en un año, y como la inflación en ese país se acerca al 10% anual, se podría simplificar diciendo que el aumento neto fue del 50%.

Un precio del dólar oficial (y si hubiera desdoblamiento cambiario, del dólar sin restricciones) 50% más caro por arriba de la inflación es lo que están previendo para sus planes de negocios 2016 algunas de las empresas que tienen cómo método planificar su año siguiente.

El dólar oficial cerró el viernes a $ 9,26, y si hubiera una inflación anual de 25%, ese 50% de aumento real llevaría el precio del dólar promedio de 2016 (simplificadamente, a mitad del año próximo) a superar los $ 16. Equivalentes –descontando esa tasa de inflación– a alrededor de $ 14 de hoy.

Pero es probable que en Brasil el dólar haya aumentado más de lo económicamente lógico, habiendo un agregado de inestabilidad política que exageró su precio, algo similar a lo que sucede con el dólar blue en Argentina.

Y un cálculo más simple para nuestro país es imaginar el precio “verdadero” de hoy del dólar en Argentina en algo intermedio entre el del dólar oficial y el del dólar blue, lo que nos llevaría a $ 12,50 actuales.

Pero sean $ 14 o $ 12,50 de hoy, ninguna empresa está haciendo su plan de negocios para 2016 con el dólar al precio actual de $ 9,26 más la inflación. Casi nadie duda que, sea el 50 o el 30%, habrá un aumento real del dólar promedio en 2016. La pregunta es: ¿cuándo se blanqueará el retraso cambiario?

Dicen que al informarle Cristina Kirchner a Scioli que su vicepresidente sería Zannini, Scioli trató de obtener en compensación que por lo menos se devaluara antes del 10 de diciembre, pero que la Presidenta categóricamente le dijo que quien tendría que devaluar era él.

Otro punto será cómo se devaluará: con o sin desdoblamiento cambiario. Ya casi nadie cree que, aun ganando Scioli, haya gradualismo para resolver la falta de dólares ni que el atraso cambiario se pueda ir corrigiendo en varios años.

Porque, sea quien fuere presidente, tampoco le convendrá pasar parte del ajuste para 2017 –año nuevamente electoral–, y sería lógico que siguiera la máxima maquiaveliana de “todo el mal junto, todo el bien de a poco”, por lo menos en aquello más urgente. Acordar con los holdouts para volver al mercado de crédito internacional normal, junto con la reducción de ciertos subsidios, serán tareas prioritarias para quien asuma el próximo gobierno.

Pero a pesar de que faltan sólo 108 días para el 10 de diciembre, nadie quiere explicitar concretamente cómo cambiará nuestra vida económica en tan poco tiempo. Pareciera haber un tácito pacto social de empresarios, políticos y sus economistas para no profundizar sobre el tema, en parte porque quien lo haga perdería votos, pero también porque creen que la comprensión anticipada de la sociedad sobre lo que sucederá podría agravar la corrección posterior. 

Y cuando se los apura a los candidatos y sus asesores económicos acerca de cómo resolverán el problema de la falta de dólares, todos sostienen que no será necesario un ajuste y que “un shock de confianza” hará que lluevan dólares de inversiones sobre Argentina, algo que, de suceder, no exceptuará de costos a parte de la población.

Las sociedades tienen la dirigencia que las representa, y quizás muchos argentinos deseen no enterarse, como algunas personas prefieren hacer frente a las enfermedades inevitables. De ser así, no sería ilógico interpretar las declaraciones de la mujer de Scioli, que puso en duda que su marido vaya a participar de un debate entre candidatos presidenciales, como una señal de la misma inconveniencia de tener que decirle a la audiencia aquello que no quiere escuchar, lo que en un debate presidencial se hace más difícil omitir, y hasta de un acuerdo con Macri en ese sentido.

Scioli y Macri comparten, además de su predilección por el verano de Cerdeña, una cultura italiana tan superficial en lo político como profunda en lo cultural. Y tal vez piensen que el alma argentina no esté hecha para precisiones. Como tampoco la de ellos mismos, siendo ésa una de las claves de sus éxitos.

La última novela de Umberto Eco, Número cero (ver reportaje en suplemento Domingo), es sobre política y periodismo. Allí puso frases que demuestran que los argentinos no estamos solos en el mundo.

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“No son las noticias las que hacen al diario, sino el diario el que hace las noticias”. “Los diarios no están hechos para difundir, sino para encubrir noticias”. “El engaño es un estado de la mente y es la mente de un Estado”. “En su género es un Dios, es su género el que es una mierda”. “Si quieres ganar, tienes que saber una sola cosa y no perder el tiempo en sabértelas todas; el placer de la erudición está reservado a los perdedores 

(N. d. R: precisa mucho tiempo). Cuanto más sabe uno, es que peor le han ido las cosas.”  Número cero,Umberto Eco

© Escrito por Jorge Fontevecchia el domingo 23/08/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

jueves, 1 de noviembre de 2012

CKF y las Pensiones Contributivas... De Alguna Manera...


Cristina gestionó una Pensión No Contributiva en la Anses...


El pasado 2 de agosto de 2012, Cristina Kirchner anunció un interesante incremento en jubilaciones y pensiones —contributivas y no contributivas— frente a un auditorio que no paraba de aplaudir. El lugar del anuncio fue emblemático: la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.

Allí, la Presidenta reveló que el incremento superaría el 11% en todos los beneficios, lo cual provocó que los presentes insistieran en festejar.

Lo que no dijo Cristina es que, entre los más de 1,2 millones de beneficiarios de pensiones no contributivas, se encontraba ella misma. Efectivamente, aunque cueste creerlo, la propia mandataria ha iniciado en el año 2010 el pertinente trámite para cobrar ese beneficio.

El dato es fácilmente verificable a través de la página de la Anses. Allí consta que el 24 de noviembre de 2010 fue comenzado el expediente Nro. 041-27-10433615-4-026-1, pasando el 29 del mismo mes a la Comisión Nacional de Pensiones Asistenciales (Pensiones No Contributivas) luego de haber recalado en la Secretaria Legal y Técnica de la Nación, a cargo del inefable Carlos "Chino" Zannini.


En tiempo récord, el 21 de diciembre de 2010, el expediente fue finalmente aprobado, tal cual puede verse en la página de Anses: "Su trámite ha sido resuelto en forma favorable. Para más información, por favor ingrese en la sección "Autopista de Servicios" de esta página web y seleccione la opción "¿Dónde Cobro?", reza al pie del último documento emitido.


Por lo que pudo saber Tribuna de Periodistas, el beneficio se derivó al Banco Patagonia que está ubicado en la calle Bernardo de Irigoyen al 400 en la Ciudad de Buenos Aires. Desde allí, Cristina se encuentra en condiciones de acceder a su pensión, aunque este portal no pudo confirmar si finalmente lo hizo o no.

Según una fuente de la propia Anses —que lamentablemente no pudo ser refrendada por ninguna otra—, el trámite se habría gestionado a través del Programa Federal Incluir Salud (ex PROFE) de cobertura médica para personas que no cuentan con obra social, a través del Departamento de Liquidación de Pensiones Asistenciales.

Lo interesante del caso es que, la única manera de acceder a ese beneficio es bajo cualquiera de los siguientes supuestos: ser madre de más de 7 hijos, discapacitado, inválido o haber llegado a un estado avanzado de vejez. ¿Le cabe algunos de estos tópicos a Cristina? Si así no fuera, ¿cómo hizo la Presidenta para poder conseguir una pensión de tan complicado acceso para cualquier ciudadano de a pie?

Aún cuando fuera legal lo que hizo la mandataria (1), ¿está bien que cobre dinero que se suma a la millonada que ya embolsa mensualmente?


Como sea, los escándalos en torno a Cristina no cesan y, lo peor, se acumulan uno tras otro sin dejar lugar a las sorpresas. Cada desaguisado supera al anterior, sin solución de continuidad, provocando el acostumbramiento social.

No es bueno que esto ocurra, sobre todo en un país donde se suman los desaguisados y la Justicia no hace nada al respecto. ¿No es acaso parte de ese fastidio lo que lleva a la ciudadanía a protestar con sus cacerolas?

En fin: ¿Cuánto más tolerará la sociedad este tipo de (malas) noticias? Es una pregunta que deberían meditar los mismos funcionarios que hoy se muestran tan persistentes en sostener y justificar la corrupción oficial.

© Escrito por Christian Sanz y publicado por Tribuna de Periodistas el jueves 1º de Noviembre de 2012.