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viernes, 1 de marzo de 2019

Mauricio Macri en el Congreso… @dealgunamanera…

Estamos mal, eso prueba que vamos bien…


Una hora clavada habló el presidente Mauricio Macri. Sería un ejercicio interesante (y masoquista) observar la pieza sin sonido. Se notaría, aún más, cuán envejecido está el mandatario incluso debajo de la gruesa capa de maquillaje. Se percibiría un rostro entre tenso y enfurecido, sin concesión a una sonrisa o a un rictus amable ni siquiera cuando aludió al futuro pum para arriba. Están pasando cosas y el lenguaje corporal las denuncia.

© Escrito por Mario Wainfeld - mwainfeld@pagina12.com.ar -el viernes 01/03/2019 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Con sonido, seguramente, la expresión más repetida fue “cambio profundo” con variantes mínimas. La cantidad de aplausos oficialistas, interminable. Una de las mayores ovaciones de las bancadas oficialistas premió al DNU sobre extinción de dominio, un desaire al propio Congreso. La incongruencia atañe a oficialistas de dos poderes.

Se vivieron momentos más psicóticos. Por ejemplo, cuando Macri enunció la reducción de la pobreza, la baja de la inflación, el crecimiento y la creación de empleo supuestamente sucedidos hasta 2018. Con subterfugios y gambeta corta, aceptó que ese cuadro es pasado, que el presente es distinto. Agreguemos: con indicadores deprimentes. A no mortificarse, martilló el mandatario, estamos sentando las bases, los cimientos, tendiendo puentes, construyendo futuro.

En los primeros minutos Macri situó el origen de los problemas argentinos más allá de la “herencia recibida”, los remitió a 70 años atrás, “son estructurales”. Pero consagró buena parte de la hora a fustigar al kirchnerismo con tópicos recurrentes como la relación exclusiva con Irán y Venezuela, la entrada al mundo.

El único anuncio importante fue la elevación de la Asignación Universal por Hijo este mes un 46 por ciento. Sería un aumento interesante si cumple la promesa.

Los silencios merecen nombrarse: no se nombró al Fondo Monetario Internacional (FMI), ni a las palabras “tarifas” o “dólar”. No se enunció ninguna reforma laboral grata al oficialismo. Ni mentó “derechos”, vocablo y concepto al que es refractario.

Hubo menciones en varios tramos a las mujeres, sus derechos, compartibles críticas al abuso. Estaban guionadas, son estimulantes igual. Pero cuando Macri interpeló a la Asamblea, legisladoras y legisladores, usó el vocativo “señores”, lejos del lenguaje inclusivo y aún del protocolo de los maestros de ceremonias old fashion (“señoras y señores”).

Macri enalteció a las Pymes y a la apertura de fábricas, cuando su política económica lleva al cementerio a las empresas chicas o medianas y a la industria.

El discurso urdió un hilo gánico, auto contradictorio. Todas las dificultades y tropiezos, propone el presidente, comprueban que se está yendo por el buen camino. Los retrocesos imprevistos acreditan la razonabilidad del rumbo. Reformula a Bernardo Neustadt, propagandista del menemismo: que estemos mal evidencia que vamos bien.

Tres lapsus freudianos alteraron la lectura. El primero cuando anotició que se están protegiendo las fronteras con el auxilio del narcotráfico. Había querido decir “ejército”, no es lo mismo. Las cámaras de la TV pública, rutinarias y atentas, obviaron mostrar al ministro de Defensa Oscar Aguad.

El segundo comentó la “radiación social” del Norte argentino, queriendo hablar de la solar.

La frase “viendo qué trabas podemos renovar” fue el tercero menos saliente pero acaso no menos confesional.

El desplazamiento de la realidad fue el hilo clave. Habló de un futuro hipotético, dudoso y eludió todo lo posible las menciones sobre el presente, tangible. Se difundieron o difundirán en estos días la reducción del Producto Bruto Interno, la inflación, los cierres de industrias. Quedaron afuera del radar.

Terminó in crescendo, como debe ser, dejando la sensación de ir a un combate. Refirió haber recibido mensajes de tres mujeres argentinas, pobres y felices, un clásico de la publicidad duranbarbista. Reconoció que “muchos van a pensar que están peor que hace años”. En una de esas no es que lo piensen sino que lo están.

Sin nada que mostrar, sin mejor herramienta que colisionar contra el kirchnerismo, el hombre que enfeudó el porvenir con una deuda externa colosal y delegó el manejo de la economía al FMI alegó haber dejado atrás la “imposibilidad de hacernos cargos de nuestros problemas nosotros mismos”. 

La disociación con la realidad constituyó, junto a la soberbia, el karma del discurso sobre el que escribimos sobre tablas pronunciado en una sesión tumultuosa. Con las inmediaciones del Congreso cercadas como si estuviéramos en guerra o en el cónclave del G-20, el trance más dichoso que Macri pudo rescatar tras tres años largos de gestión.



viernes, 9 de febrero de 2018

Otra Argentina... @dealgunamanera...

Otra Argentina...

Imagen: Carolina Camps

En 2001, publicamos nuestro primer documento en el que señalábamos la cercanía de una crisis que se produciría en el país a raíz de la aplicación de un modelo que, inexorablemente, nos llevaría al desastre económico, político y social como finalmente ocurrió. Hoy, reafirmamos los principios que planteamos en aquella coyuntura y alertamos sobre las graves, conocidas e inminentes consecuencias económicas y sociales que el presente modelo está ocasionando al país.

© Fuente: Cátedra Abierta Plan Fénix FCE-UBA. Publicado el domingo 17/12/2018 por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

A pesar de su generalizado descrédito, ha retornado con su anquilosado discurso y camuflado bajo una renovada prosa. Es necesario señalar que las consecuencias que acarreó este modelo neoconservador no se debieron a una supuesta falta de profundización, o a la corrupción que lo caracterizó, sino a las deficiencias estructurales inherentes al mismo, que lo tornaron inviable.

La repetición de esta receta provocará retrocesos, arrojando a miles de ciudadanos a la pobreza y al desempleo, con la exclusión y sufrimiento que esto acarrea. Asimismo, las tensiones que provoca el retroceso económico y social generan el deterioro del sistema democrático que está vigente.

Las orientaciones de la política oficial que empujan a la economía hacia la desigualdad y el endeudamiento externo -que señalamos en nuestro documento de noviembre de 2016- no solo no se han revertido, sino que continuarán en pleno despliegue.

Las medidas redistributivas impulsan el salario real a la baja, y en consecuencia a la declinación de la actividad productiva, en particular la industrial, mientras se generan, desde el Banco Central, rentables negocios financieros para el sector privado. Las políticas macroeconómicas contractivas introducen la economía en una espiral de ajuste, destrucción masiva de puestos de trabajo, empobrecimiento colectivo y nuevo desequilibrio en las cuentas públicas.

Soberanía y sector externo

En el ámbito de las relaciones económicas internacionales, el fortalecimiento de los esquemas de integración regional en Sudamérica ha dejado de tener valor estratégico para el Estado argentino, así como ha dejado de ser un objetivo fundamental la ampliación de los márgenes de autonomía en el escenario internacional para el despliegue de las propias políticas de desarrollo.

El Gobierno argentino ha contribuido al desmantelamiento de las políticas e institucionalidad del Mercosur y de la Unasur para fortalecer una mirada centrada en lo comercial, desde la perspectiva del libre comercio.

La liberalización del mercado cambiario que ha realizado el gobierno ha cedido la capacidad regulatoria del Estado a los grandes intereses privados que manejan las divisas. Así, se ha despojado al sector público de una herramienta clave para la estabilidad macroeconómica y se ha incrementado la vulnerabilidad externa de nuestra economía.

La política de lograr competitividad externa a través de un único instrumento –la devaluación– no ha surtido efectos reales. La entrada masiva de dólares por la vía del endeudamiento y de la especulación financiera no protegerá la producción nacional y alentará el consumo de bienes y servicios importados fomentados por los grandes sectores económicos. La inestabilidad cambiaria reinstala en la escena económica la especulación con el tipo de cambio, desplazando el uso de la moneda local.

El acelerado proceso de endeudamiento externo no está acompañado por ninguna estrategia de repago de los compromisos adquiridos. El enorme ingreso de préstamos externos está destinado a sufragar el gasto corriente de los diversos niveles del Estado (nacional, provincial y municipal) y a alimentar la enorme fuga de capitales que se viene observando.

Actividad y trabajo

Las quitas impositivas a sectores productivos de altos ingresos no son reemplazadas por otros tributos, lo que genera un incremento del déficit fiscal que justifica la toma de nuevos préstamos en moneda extranjera y un recorte del gasto público en particular en jubilaciones, pensiones y AUH para cubrir el consecuente desfinanciamiento.

La reforma impositiva a implantar no solo profundizará el déficit, sino que agravará el sesgo regresivo de la política tributaria. Dicha política, junto a la nueva Ley de Responsabilidad Fiscal, profundizará el ajuste en las provincias, imposibilitará el uso de la política fiscal como herramienta anticíclica y pondrá en grave riesgo al Sistema de Seguridad Social.

El ajuste de las tarifas de servicios, impactará gravemente no solo en los ingresos de los sectores asalariados, sino también en las pequeñas y medianas empresas, poniendo a muchas de ellas al borde de la quiebra. Como en los años 90, el aumento de tarifas solo incrementa la rentabilidad privada generando una transferencia de ingresos de la que se benefician únicamente los sectores privados concentrados.

Los salarios están siendo afectados negativamente por múltiples vías: la inflación, los topes oficiales a las paritarias, el desempleo, el cierre de empresas y la tendencia a la resolución represiva de los conflictos sociales que no solo no ha resuelto los problemas, sino que evidencian una intencionalidad autoritaria que ya rigieron en años que los argentinos queremos dejar atrás.

El sector industrial atravesará una grave situación debido a la contracción del mercado interno, las elevadas tasas de interés, los aumentos tarifarios y el tipo de cambio combinado con una apertura económica, que habilitan el ingreso de productos de todo el mundo, en un contexto de competencia agresiva de las principales potencias por la captura de mercados, generando un aumento considerable de la capacidad industrial ociosa, en particular, en las PyMES industriales tradicionales.

Justicia

En lo que va de este siglo, la sociedad argentina ha ido perdiendo la confianza que había depositado en el Poder Judicial, el que debe asentarse sobre el principio de actuar con equidad y con independencia respecto de los intereses en juego. Es imposible pensar en un futuro de progreso en el país si esta institución que comparte el poder del Estado con el Ejecutivo y el Legislativo actúa en forma subordinada a los requerimientos de los poderes de turno, tanto oficiales como privados.

Estamos avanzando rápidamente hacia el deterioro del Estado de Derecho y, lejos de que esto provoque un clamor social generalizado y salvo honrosas excepciones, nos sorprende el silencio –¿cómplice?– de los ciudadanos formados en el estudio de las leyes, incluida la opinión de las Facultades de Derecho, junto con el de otros actores involucrados en la administración de justicia.

La actuación e inacción de la Corte Suprema de Justicia es un ejemplo de lo que señalamos. Convalida un grave retroceso en los derechos económicos y sociales con fallos como el que consagra el “2x1” para condenas de crímenes de lesa humanidad, desconociendo su propia jurisprudencia y los tratados internacionales, o con su silencio ante apelaciones por la libertad de personas acusadas de delitos excarcelables detenidas en operativos que utilizan, por razones mediáticas, excesivos recursos públicos.

Simultáneamente, la Corte Suprema de Justicia, sometida a las estrategias empresariales, busca recortar el ámbito de incumbencia de los tribunales de Justicia del Trabajo desplazando estos casos a los fueros civil y contencioso administrativo, como la modificación de la ley que regula las ART, y la complicidad en la persecución a jueces y fiscales que no convalidan las demandas del gobierno y de sectores empresariales.

Inversiones

La escasa predisposición a la inversión productiva, basada en el ahorro local, aunada a la ausencia de inversiones directas del exterior, debe competir con la elevada rentabilidad financiera que ofrecen las letras emitidas por el Banco Central (Lebac).

El aumento de la vulnerabilidad externa e interna no se debe solamente a la constante expansión del stock de Lebac, sino también al aumento del endeudamiento externo del Gobierno Nacional, del Banco Central y de jurisdicciones provinciales. A eso se agrega la renovada emisión de deuda del sector privado, en un contexto de política económica que favorece y estimula este tipo de dinámica, inviable en el mediano plazo.

Además, el pago de los abultados intereses de estas deudas han dado y darán origen a un gasto público cuasifiscal tan elevado que ya supera a numerosas partidas claves de la inversión social.

El escenario de desequilibrio macroeconómico llevará inexorablemente a un recorte en el gasto público que impactará negativamente en los salarios del personal estatal y a la reducción de las inversiones en educación, salud y problemáticas sociales, y a la desfinanciación del sistema científico.

Del mismo modo, es de prever una reforma del sistema jubilatorio que, en su esencia, reduciría el nivel real de las jubilaciones e incluiría la posibilidad de reintroducir el sistema privado. En vez de un combate severo contra la evasión y la elusión impositiva, el gobierno opta a través de sus propuestas impositivas por obtener recursos de los ingresos de los trabajadores pasivos.

Propuestas

Si bien es imprescindible un profundo análisis de la coyuntura, también lo es alertar sobre los efectos de larga duración y de difícil reversibilidad que las actuales decisiones políticas provocarán. El proceso de desindustrialización, el desmantelamiento de nuestro sistema nacional de ciencia y tecnología, la firma irresponsable de tratados de libre comercio y el desmesurado endeudamiento externo llevarán a nuestro país a atravesar crisis estructurales con graves consecuencias para la sociedad.

Así como en el 2001 consideramos que debería aplicarse un modelo diferente al entonces vigente, hoy creemos que deben ser propuestas a la opinión pública otras opciones económicas para una Argentina que, por sus recursos, está en condiciones de encarar con éxito un modelo basado en el desarrollo y la equidad social, con un prudente pero firme manejo de las divisas y la administración del libre acceso a la importación de bienes externos no destinados a la inversión productiva.

Nuestro país, tarde o temprano deberá clausurar el presente proceso signado por el profundo deterioro de la economía y la calidad de vida de sus habitantes, y reinaugurar un proceso de crecimiento con equidad.

La destrucción del espacio público como ámbito de construcción de la democracia y del bienestar social, la entronización del mercado como árbitro supremo de la asignación de recursos y distribución de la riqueza, y la subordinación incondicional a los criterios de los centros de poder mundial fracturarán a la sociedad argentina y dilapidarán el potencial disponible de recursos arrojando a parte creciente de población a la pobreza y a la marginación.

En este contexto de crisis, inseguridad y frustración es necesario un amplio debate nacional, que permita iniciar la marcha hacia nuestra recuperación. Vivir con lo nuestro no es una utopía, por lo contrario, es un objetivo posible. Nuestro país puede, en efecto, ponerse de pie por sus propios medios y reinsertarse nuevamente en el orden mundial contemporáneo asumiendo el comando de su propio destino.

En materia de deuda externa, se deberá hacer el esfuerzo de suspender el proceso de endeudamiento e, iniciar acciones destinadas a su reducción, renegociando sus vencimientos y tasas. Por otra parte, se deberá impulsar desde el Estado la rápida puesta en producción de los recursos hoy ociosos, expandir la oferta para el mercado interno y nuevas exportaciones, y aumentar el empleo, los salarios, las inversiones y la recaudación tributaria.

La redistribución progresiva e inmediata del ingreso permitirá una rápida recuperación de la demanda. Ello deberá ser viabilizado por una expansión del crédito orientado a aumentar la producción y el empleo en el marco del fortalecimiento de la situación fiscal y del balance de pagos. Este es un requisito necesario para la estabilidad de precios, los equilibrios macroeconómicos y para empalmar la resolución de la crisis actual con una estrategia sostenible a largo plazo.

Un sendero de recuperación y crecimiento requiere la expansión simultánea del mercado interno y de las exportaciones. Para ambos fines, será indispensable y posible aumentar la tasa de inversión proveniente de un Estado activo y del ahorro interno.

El ahorro interno es la fuente principal del financiamiento privado de la inversión y, como sucede en los países exitosos, la inversión extranjera es un complemento –nunca un sustituto– del ahorro y la inversión domésticos y deberá materializarse principalmente bajo la forma de aportes de capital de riesgo.

Una reforma tributaria será condición indispensable para la estrategia de reactivación y crecimiento, así como también la transparencia del gasto público, el aumento de la oferta de bienes públicos (salud, educación y justicia) y el comportamiento de las cuentas fiscales compatibles con la situación coyuntural de la economía.

Es preciso instalar al peso como eje del sistema financiero argentino. La realidad que hemos vivido y vivimos revelan las consecuencias de renunciar a una moneda nacional y subordinar su existencia a la especulación financiera.

La política cambiaria debe defender la competitividad de la producción argentina, en el mercado interno y en los internacionales, de modo compatible con las metas de equidad. En este escenario deberán tomarse medidas para desalentar la fuga de capitales y orientarlos a la inversión.

Con respecto a los servicios públicos, es necesario reformar los marcos regulatorios para compatibilizar la defensa de los intereses de los consumidores y del país con la viabilidad económica y financiera de las empresas privadas.

Entregamos a la sociedad estas ideas generales como bases de un proyecto orientado al desarrollo y a la distribución equitativa de la riqueza entre todos los argentinos. Lamentablemente, a 16 años de nuestro documento fundacional, nos vemos en la necesidad de plantear, a través de similares textos, nuevamente los principios básicos allí enunciados y alertar asimismo sobre las consecuencias que la realidad actual traerá aparejada.

Por nuestra parte, consecuentemente con el contenido de la presente declaración, nos proponemos avanzar en propuestas inspiradas en la búsqueda de una sociedad democrática y equitativa orientada hacia un desarrollo humano inclusivo, respetuoso del medioambiente y sustentado en el ejercicio de la soberanía política, el control autónomo de sus recursos y actividades productivas, científicas y culturales, porque de esta manera otra Argentina será posible



domingo, 26 de enero de 2014

Plan Progresar visto desde el Socialismo Porteño... De Alguna Manera...

Plan Progresar visto desde el Socialismo Porteño...


Desde hace mucho tiempo vengo estudiando junto a mi equipo de trabajo, la problemática del desempleo juvenil y el anuncio del Gobierno del Plan PROGRESAR, me ha confirmado una vez más, que si bien es un flagelo terrible y creciente en nuestro país, el desempleo juvenil es un tema no estudiado y la mayoría del arco político carece de propuestas para afrontarlo. 

Estos días se han escuchado a políticos, economistas y periodistas especializados, guardar un prudencial silencio o bien decir frases y conceptos de ocasión, que no pasan de advertir como se va a financiar o que "dentro de todo" es una buena medida. No he visto un economista, aunque sea de los que pueden tener sensibilidad social (si es que hay alguno) transgredir el colonialismo mental de la teoría del derrame, ahora asociada a la teoría de la transferencia de recursos vía planes sociales falsamente denominados Universales. Lo único que ha derramado aquí, es el pudor de los que practican la construcción por acción u omisión de este tipo de sociedades injustas, a los que teorizan desde la Economía o desde la Política la justificación o la critica poco profunda de esa construcción. Por eso aprueban tibiamente.
Les dejo este breve análisis que he enviado a distintos Medios que ahora están obsesionados con la cotización del dólar hasta que vuelven a informar con estupor, el próximo asesinato o robo o muerte por adicción, de un pibe excluido y sin futuro, al que ya la sociedad le ha robado el sentido de vivir en ella.

Frente a un Gobierno que ajusta a los más pobres con el impuesto inflacionario, que derrocha recursos para sostener el relato en los medios a través de la pauta oficial, y que está atravesado transversalmente por denuncias de corrupción; entendemos que el hecho que de más de un millón de jóvenes que no estudian ni trabajan reciban $600 por mes a cambio de que ingresen o regresen a la escuela, puede ser calificado como positivo. Siempre será preferible que los recursos estén en el bolsillo de los jóvenes marginados y no en el de los funcionarios inescrupulosos.

No obstante, el Plan Progresar está orientado de forma incorrecta, porque en lugar de fomentar la salida de la marginalidad a través del empleo, lo intenta hacer mediante una medida de claro corte asistencialista.

El Gobierno presentó el Plan Progresar como una extensión de la Asignación Universal por Hijo. De hecho, –dejando de lado la pretendida universalidad- el nuevo plan comparte algunas características con la AUH, en tanto que constituye una asignación monetaria a contraprestación de un certificado de estudios.

Ahora bien, ¿es la misma la problemática de los niños de 0 a 18 que la de un joven de 18 a 24 años? Entendemos que no. El principal flagelo de nuestra juventud es el desempleo y la precarización laboral que sufren. Y esto no se resuelve con la implementación de un subsidio a los jóvenes que trabajan en negro.

El país necesita que los jóvenes accedan a un empleo formal y registrado, mediante un subsidio a las empresas que los contraten por tiempo indeterminado.

Los fondos que el Ejecutivo destinará a al plan Progresar, estarían mejor aplicados en un incentivo a la contratación de jóvenes en relación de dependencia, a través de la implementación de un subsidio equivalente al 60% del Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) de cada joven que sea contratado por una PyME. Así, se promueve la cultura del trabajo en lugar subsidiar la informalidad que afecta a uno de cada dos jóvenes en la Argentina.

Esto no supone dejar a la deriva a los jóvenes que -incluso con el incentivo a la contratación- no consigan un empleo, sino que significa poner el eje en otro lugar. Por ello, en el Proyecto de Ley de Empleo Joven de mi autoría –que está cajoneado hace 3 años en el Congreso- aparte de este incentivo a la contratación, creamos un Seguro Universal de Capacitación, para que los jóvenes realicen cursos de formación laboral a contraprestación de un estímulo equivalente al 20% del SMVM.

Por otro lado, en este contexto de inflación y bruscas devaluaciones diarias, no es serio que las asignaciones monetarias de los programas gubernamentales no tengan alguna actualización automática que les permita no perder valor en términos reales día a día.

Finalmente, nos permitimos recordarle a la Sra. Presidenta, que los “hijos del neoliberalismo” vivieron más de la mitad de su vida con un gobierno kirchnerista, y después de 10 años no tiene para ofrecerles más que un subsidio a la informalidad.

© Escrito por Roy Cortina, Diputado Nacional del Partido Socialista por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el Sábado 25/01/2013. 

 

miércoles, 31 de octubre de 2012

La popularidad de Cristina... De Alguna Manera...


¿Por qué la popularidad de Cristina está intacta…?


A un año de asumir, y más allá de las controversias instaladas en los medios opositores, de octubre 2011 a 2012 la jefa de Gobierno siguió poseyendo la mejor imagen nacional (ver gráfico), por razones elementales: desde que asumió, en diciembre de 2007, Cristina Kirchner tomó una serie de medidas de gestión, económicas y políticas que profundizaron el rumbo de la política y la economía y que hoy merecen una evaluación comunitaria mayoritariamente positiva.

* La Resolución 125: “Mi voto es no positivo. Mi voto es en contra”. Con esas palabras, el entonces vicepresidente Julio Cobos intentó desactivar en favor de los productores un conflicto que mantuvo en vilo al campo y al Gobierno por el proyecto oficial de retenciones móviles, que generó cortes de rutas, cacerolazos y manifestaciones, a favor y en contra de la medida, en distintos puntos del país. En marzo de 2008, el entonces ministro de Economía, Martín Lousteau, anunció la implementación del esquema de retenciones móviles, elaborado con técnica muy pobre, que una vez renunciado criticó como si no hubiera sido responsable de la medida.

* La reestatización de Aerolíneas Argentinas: en julio de 2008, Cristina anunció la reestatización de Aerolíneas Argentinas y Austral luego de haber acordado con el grupo español Marsans, ex controlante de ambas compañías, el traspaso del 100% de las acciones. Además, envió el proyecto con el acuerdo al Congreso, donde luego sería aprobado por ambas cámaras. Durante el acto, la mandataria les mandó un mensaje a los gremios: “Que el usuario no se vea afectado por conflictividades ajenas. Pagó un pasaje y quiere un buen servicio. No llegaremos a buen puerto si no contamos esencialmente con la participación activa de todo el personal, los pilotos, los técnicos, las azafatas”. En ese momento, el oficialismo se hizo cargo de una empresa que perdía treinta millones de dólares por mes y tenía un pasivo de 890 millones de dólares, esto es, vaciada por sus dueños anteriores.

* La asignación universal por hijo y su ampliación a embarazadas: alcanza a 1,8 millones de familias o 3,7 millones de menores de 18 años, resultando la más importante política social desde la recuperación democrática; retrotrajo la pobreza y la indigencia a los niveles previos al año 1980.

* La eliminación de las AFJP: en noviembre de 2008, el kirchnerismo logró la sanción abrumadoramente mayoritaria en el Congreso de la reforma del sistema previsional argentino. La ley, impulsada por el Poder Ejecutivo, implicó la desaparición de la jubilación privada y las AFJP y la transferencia de 74 mil millones de pesos a manos del Gobierno. “Yo les pregunto a los que quieren seguir con el sistema de las AFJP: ¿a qué caja defienden o a qué caja quieren representar?”, enfatizó la Presidenta al anunciar la reforma.

* Fútbol para Todos: en agosto de 2009, luego de la ruptura del contrato de la AFA con la empresa TSC, el Estado intervino en la televisación de los partidos de la Primera División a través de una sociedad con la institución que preside Julio Grondona, y una inversión de 600 millones de pesos anuales. El acuerdo permitió que se pudiera ver en directo un Boca-River por el campeonato local, vedado al público desde mediados de los años 70.

* La Ley de Medios y la democracia informativa: en octubre de 2009 fue sancionada la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, mejor conocida como Ley de Medios. Entre otras medidas, el proyecto del oficialismo buscaba que las empresas de radio y televisión por cable y por aire se desprendieran de las licencias que superaran el límite establecido por la nueva norma en el plazo de un año. La nueva norma fue discutida en el Congreso y finalmente aprobada mayoritariamente, con duros cruces entre legisladores del Frente para la Victoria y la escasa oposición.

* El papel de diarios: en diciembre de 2011, el kirchnerismo logró la sanción de la ley que declaró de interés público la fabricación y la comercialización del papel para diarios. Así, el Poder Ejecutivo obtuvo la potestad para controlar el mercado, estableciendo precios de venta y metas de producción sobre la empresa Papel Prensa, que se manejaba discrecionalmente hasta la intervención, discriminando a empresas por fuera de los grupos dominantes; por ejemplo, a Editorial Perfil.

* La Ley Antiterrorista: con el impulso del arrasador triunfo en las elecciones de octubre del año pasado, el kirchnerismo promovió la aprobación de una batería de leyes en el Congreso. Una de las más polémicas fue la Ley Antiterrorista, que recibió duros cuestionamientos de la oposición y los organismos de derechos humanos, algunos cercanos al Gobierno. Quienes se opusieron al proyecto argumentaron que la ley criminaliza la protesta social. Desde el kirchnerismo dijeron que fue una respuesta a las presiones del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), principal foro intergubernamental para la prevención y la lucha contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo.

* La reforma del BCRA y la soberanía monetaria: durante la inauguración de las sesiones ordinarias del Congreso, la Presidenta anunció el envío de un proyecto para reformar la carta orgánica del Banco Central (BCRA) con el fin de que éste pueda intervenir en la “economía real” y en los créditos para la producción. “El BCRA no sólo debe resguardar la estabilidad monetaria, sino fiscal, la producción y la economía real. Pero no para hacer cualquier zafarrancho”, enfatizó Cristina durante su discurso.

El proyecto de reforma fue aprobado por ambas cámaras. La ley duplica la capacidad del Banco Central de adelantarle recursos al Tesoro Nacional y de utilizar, si fuera necesario, reservas para el pago de deuda.

* La expropiación de YPF y la soberanía energética: la Presidenta anunció la expropiación del 51% de YPF, decisión histórica que despertó la adhesión de más del 80% de la opinión pública local y las esperables críticas de la oposición, como de sectores minoritarios de la comunidad de negocio internacional, en especial del gobierno español, que piloteó la depredación desde que la empresa fue concedida al manejo de sus capitales.

* Plan de viviendas Procrear: más allá de su alto impacto social al atacar una carencia histórica y muy extendida en el país (déficit de viviendas estimado en 2.500.000 unidades), el efecto multiplicador para sostener o ampliar el nivel de empleo del plan de viviendas Procrear Bicentenario, que se proyecta como el más importante desde la recuperación democrática, será notable de cumplirse cabalmente lo anunciado en sus 48 meses de despliegue.

Cada movimiento del ciclo de la construcción repercute directamente en el nivel de actividad de la red de proveedores e indirectamente en la cadena de demanda hacia abajo. El efecto multiplicador final de producción de la construcción en la economía es 1,8, o sea, más potente que el medido para sectores como el automotriz, el comercio minorista y mayorista, los bancos o las telecomunicaciones.

La industria de la construcción posee la ventaja de generar puestos de trabajo de forma rápida, ya que su impacto económico sobre la demanda y el empleo es prácticamente instantáneo. Por ejemplo, por cada millón de pesos (US$ 350 mil) invertido en la construcción en el año 2004 se podían crear aproximadamente sesenta nuevos puestos de trabajo que no requerían una elevada calificación.

© Escrito por Artemio López, Director Consultora Equis y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el viernes 26 de Octubre de 2012.