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domingo, 19 de octubre de 2014

Menem y Boudou presos... De Alguna Manera...


Menem y Boudou presos...

Ejemplo para Argentina. Barbosa preside la Justicia brasileña; detrás, Dilma y el ex presidente Sarney. Foto: Cedoc

El futuro de la democracia argentina depende menos de quienes vayan siendo electos presidentes del país que de llegar a tener un Poder Judicial que sea totalmente autónomo e independiente del Poder Ejecutivo. Con la recuperación de la democracia, se recuperó el Poder Legislativo y la elección del Poder Ejecutivo por el voto popular. Pero no se terminó la tarea de contar con una verdadera división y equilibrio de poderes, en el cual el Poder Judicial no pueda ser condicionado por el poder político. En Brasil, Menem y Boudou, por ejemplo, estarían presos porque la Constitución de ese país le da al Supremo Tribunal de Justicia, equivalente a nuestra Corte Suprema, la competencia de juzgar directamente al presidente, vicepresidente, todos los ministros y legisladores del Congreso Nacional. Y además existe, con un escalón jerárquico inferior, el Tribunal Superior de Justicia, con iguales atribuciones para juzgar a los gobernadores, sus vices, sus ministros y los legisladores de los Congresos de lo que sería equivalente a nuestras provincias.

Un buen ejemplo de cómo los políticos en Brasil sienten los ojos de la Justicia en la nuca sucedió en 1988, cuando se aprobó la nueva Constitución. El entonces presidente en ejercicio era José Sarney, quien, a pesar de ser el primer presidente civil después de largos años de dictadura, se quejó del empoderamiento que la Asamblea Constituyente le había dado al Poder Judicial, vaticinando que iba a ser muy difícil para el Poder Ejecutivo gobernar con tantas limitaciones.

Casi treinta años después de aquel vaticinio, una parte del partido que controla el Poder Ejecutivo está presa y uno de los administradores de la principal empresa del Estado, Petrobras, tras su condena, tuvo que devolver 30 millones de dólares que había robado. Esto explica, entre otras causas, por qué el Partido de los Trabajadores de Lula puede perder las elecciones el próximo domingo a pesar de haber sido el que más ascenso social y progreso ha producido en el país durante los últimos doce años: los casos de corrupción investigados por la Justicia fueron protagonistas omnipresentes de la campaña electoral.

El referente principal de las condenas al PT fue Joaquim Barbosa, presidente del Supremo Tribunal, quien se acaba de jubilar. Barbosa, a pesar de haber sido nominado por el propio Lula, mandó a la cárcel a la mano derecha del entonces presidente y quien fuera ministro de la Casa Civil, equivalente a nuestro jefe de Gabinete, y número dos del PT, José Dirceu. Para dar una idea de la importancia de Dirceu, quien lo sucedió como ministro de la Casa Civil de Lula fue la propia Dilma Rousseff.

Joaquim Barbosa recibirá este martes 21 de octubre el Premio Perfil a la Libertad de Expresión Internacional, en una ceremonia que se realizará en el Aula Magna de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, a las 19. Allí hablarán Luis Moreno Ocampo, el argentino que tuvo a cargo durante nueve años la Fiscalía de la Corte Penal Internacional con sede en La Haya, y por videoconferencia el ex fiscal italiano Antonio Di Pietro, alma máter del proceso judicial anticorrupción llamado mani pulite, por el que se condenó a políticos italianos. Paralelamente, el mismo premio que Barbosa recibirá por su acción internacional lo recibirá en el capítulo nacional el presidente de la Corte Suprema de Justicia argentina, Ricardo Lorenzetti.

La coincidencia de dos presidentes de los principales tribunales de Brasil y Argentina junto a dos fiscales de resonancia internacional en un evento tiene como fin continuar instalando en la agenda nacional, como tema prioritario, la importancia de aumentar el peso institucional de la Justicia y el equilibrio de los tres poderes públicos.

Editorial Perfil viene sosteniendo la necesidad de encarar una revisión profunda de la corrupción para que el próximo gobierno no “dé vuelta la página”, corriendo el riesgo de reproducir el mismo sistema con otros beneficiarios.

Ese “mani pulite argentino” (otros sectores lo bautizaron como la “Conadep de la corrupción”) deberá contribuir a trazar una línea equivalente a lo que fue el Nunca Más y todos los juicios y condenas que se derivaron de él por ataques a los derechos humanos durante la dictadura.

La corrupción no tiene sólo consecuencias económicas aumentando el costo del Estado y haciendo más ineficiente la administración pública. La corrupción afecta el funcionamiento del propio sistema político y el ejercicio del periodismo porque, al atravesarlo con el dinero fácil de la corrupción, afecta la independencia de los medios de comunicación, trastocando todos los valores. En su dimensión, es como la droga.

Editorial Perfil continuará con esta campaña: el próximo acto será una serie de conferencias de Antonio Di Pietro cuando visite Argentina, antes de fin de año.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el Domingo 19/10/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.



sábado, 20 de septiembre de 2014

Julio De Vido, “Precisás un socio”… De Alguna Manera...


“Precisás un socio”…

Julio De Vido, ministro récord de 12,5 años de kirchnerismo. Foto: Cedoc Perfil

El kirchnerismo fue el mayor realizador de obra pública en medio siglo. ¿Cómo al mismo tiempo la mayor empresa argentina de ingeniería de obra pública –Impsa– queda en la ruina después de exitosos 107 años de vida? ¿Y cómo puede ser que justo la empresa líder de producción de turbinas hidroeléctricas no haya ganado una sola licitación de las varias represas que están en construcción en su propio país?

La insolvencia de la tradicional empresa de Pescarmona es la mejor prueba de la matriz perversa del kirchnerismo, donde todo termina siendo al revés. El Indec o la publicidad oficial son apenas síntomas de la misma lógica.

Y esto comenzó en 2003, aunque les duela a todos los antikirchneristas post 2009, que tratan de salvar a Néstor Kirchner diferenciándolo de Cristina para quedar ellos mismos exculpados de haber aplaudido durante los primeros largos cinco años.

Fue Néstor Kirchner el creador de este sistema. Su primer decreto al asumir dividió el Ministerio de Economía en dos, quitándole a Lavagna Obras Públicas y Energía, donde estaba el presupuesto.
 
Kirchner estaba tan apurado que no sólo fue su primer decreto de gobierno, sino que lo hizo promulgar un día antes de asumir –el 24 de mayo de 2003– con un Duhalde saliente, así no perdían tiempo, y desde el primer día Julio De Vido, su hombre de números traído de Santa Cruz, se sentaba en su nuevo despacho de ministro de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios. Y De Vido será el 10 de diciembre de 2015 el único ministro que se habrá mantenido en su cargo durante más de 12 años y medio. ¿Se puede imaginar que tanta extraordinariedad no sea por algo importante?

Casi ningún argentino puede decir hoy que no lo sabía. A fines del año 2005, antes de renunciar como ministro de Economía, Lavagna denunció con bombos y platillos al “capitalismo de amigos” del Gobierno. Mientras todos mejoraban su situación económica, se miraba para otro lado. Y aún hoy, las encuestas no muestran la corrupción entre las primeras preocupaciones de la sociedad porque la inseguridad, la inflación y el desempleo no sólo acaparan los primeros puestos, sino que la dejan muy atrás. Una tesis es que la sociedad no conecta la relación de causa que la corrupción tiene con los otros problemas que en parte pueden ser su consecuencia. La otra es que tenemos un bajo desarrollo cultural y no hay gran reprobación por la corrupción porque muchos habitantes se imaginan que, si ellos fueran funcionarios con gran poder, harían lo mismo para sí.

El último libro del emérito economista argentino Aldo Ferrer se titula El empresario argentino. No sería ilógico que Ferrer, también autor del libro Vivir con lo nuestro, pater seraphicus del Plan Fénix, a quien el kirchnerismo siempre puso de ejemplo y honró haciendo embajador en Francia, esté preocupado por la mala evolución de la economía y necesite marcar diferencias. En la contratapa de mañana me referiré a ellas en relación con Kicillof

Ahora, respecto de De Vido, quiero citar a Ferrer sosteniendo: “... por las razones que hemos visto, el empresario es una construcción de la política. Por tanto, la formación del empresariado argentino depende del comportamiento del Estado”.

Varios empresarios le atribuyen a De Vido haberles dicho: “Precisás un socio”. ¿Quién podría ser ese socio? No es difícil imaginarlo junto con el capitalismo de amigos de Lavagna.

Y Ferrer, refiriéndose al empresariado argentino como agente de cambio, escribió: “No hay nada genético en el ADN del empresario argentino cuando privilegia la especulación sobre la producción o cede protagonismo a las filiales de empresas extranjeras, en vez de asumir el liderazgo de la industrialización. Si se trasplantan al país los empresarios más innovadores del mundo en desarrollo, por ejemplo los coreanos, al poco tiempo tendrían el mismo comportamiento que los argentinos (...), y si éstos (los argentinos) se radicaran en Corea, se comportarían como los coreanos. El Estado tiene la responsabilidad fundamental de crear espacios de rentabilidad y el contexto que oriente la iniciativa privada al proceso de transformación. El empresario es, en definitiva, una construcción política. No hay empresarios sin Estados ni desarrollo económico sin empresarios”.

Una sola frase del libro de Ferrer alcanza para entender la nueva burguesía nacional K que probablemente tenga en Cristóbal López, el rey de los casinos y las apuestas, su más exitoso exponente: “Cada país tiene el empresario que se merece”. Un triste epitafio para este fin de época.

El sábado 12 de julio pasado escribí una contratapa titulada “Mani pulite...”, donde mencionaba lo sintomático que resultaba que Impsa recurrentemente perdiera las licitaciones de las represas.

Perfil viene proponiendo un mani pulite de la corrupción desde columnas anteriores. Es buena oportunidad para anunciar que el 21 de octubre se le entregará el Premio Perfil Libertad de Expresión Internacional a Joaquim Barbosa, el presidente de la Corte Suprema de Justicia de Brasil (Supremo Tribunal Federal) que condenó al Nº 2 de Lula, entre otros, a la cárcel por corrupción. La ceremonia será en la Facultad de Derecho, y hablará por teleconferencia desde Italia Antonio Di Pietro, quien también dará conferencias sobre su mani pulite antes de fin de año, invitado por PERFIL.

Barbosa piensa que “las reelecciones son la madre de todas las corrupciones”. No le falta razón. ¿Quién decía que había que juntar plata para hacer política...?

© Escrito por Jorge Fontevecchia el Sábado 20/09/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.