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lunes, 6 de noviembre de 2017

Internismo judicial… @dealgunamanera...

Internismo judicial…

Boudou Blues. Dibujo: Pablo Temes

Las cinco claves que habrían impulsado la detención de Boudou. Cruce de argumentos.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 05/11/2017 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La asociación desarrolló sus designios criminales, por lo menos desde principios de agosto de 2009, momento en que Amado Boudou asumió como ministro de Economía y Finanzas de la Nación,  hasta el mes de diciembre de 2015, cuando finalizó su mandato como vicepresidente de la Nación”, reza la resolución del juez federal Ariel Lijo, quien ordenó la detención y posterior indagatoria de Amado Boudou sorprendiendo así a casi todos, incluyendo al imputado. Sin embargo, para el magistrado las razones de su resolución son claras e indubitables: lo acusó de ser el jefe de una asociación ilícita para enriquecerse, y de lavado de dinero.

José María Núñez Carmona, Juan Carlos López y Alejandro Vandenbroele –supuestos testaferros del ex vicepresidente– también fueron acusados como miembros de dicha asociación. Núñez Carmona comparte ya la prisión con el ex vicepresidente mientras que los otros dos deberán presentarse la próxima semana a declarar ante el juez. A su vez, Agustina Kämpfer –ex novia de Boudou– fue imputada por lavado de dinero.

Fuentes de la fiscalía a cargo de Jorge Di Lello no ocultaron su sorpresa y su malestar por el accionar de Lijo: “La investigación no ha cambiado. No hay nuevos elementos. Me gustaría saber por qué se lo detiene ahora y no antes o después. No sabemos qué criterio usó el juez. Esto es un mamarracho”, dijeron visiblemente molestos.

Fundamentos. 

Según Lijo establece en su escrito, “la razón de ser de las medidas de coerción” está basada en “relaciones residuales con actores que podrían configurar una vía de colaboración para eludir la actividad jurisdiccional”, aludiendo así a la posible capacidad de fuga del imputado. A ello le agrega que, por la propia naturaleza de la maniobra investigada, Boudou conserva  el “poder económico para la elusión o la obstaculización del proceso”.

Cabe destacar que el juez contempla lo que se ha venido denunciando y evidenciando en los medios de comunicación al describir la escandalosa obscenidad del comportamiento del ex vicepresidente. Lijo marca el accionar de manera abierta y aún no cuantificada de manera definitiva señalando que “por medio de la modalidad descripta, se habrían llevado a cabo un número indeterminado de acciones ilícitas que van desde la compra de automotores hasta la adquisición de la Imprenta Ciccone” (...).

En la dinámica de los hechos que derivaron en la prisión tanto de Boudou antes de ayer como de Julio De Vido la semana posterior a las elecciones, está el fallo de principios de septiembre de la Sala II de la Cámara Federal en lo Penal por el que se ordenó que se revisara el pedido de indagatoria y detención sobre Julio De Vido que el juez federal Carlos Stornelli le había denegado al fiscal Carlos Stornelli en la causa por los desvíos millonarios de fondos que debían llegar al yacimiento de Río Turbio.

En sus argumentos, el camarista Martín Irurzun consideró que el pedido de Stornelli se sustentaba  “en la necesidad de sujeción de los imputados al proceso y garantizar el esclarecimiento de los graves episodios en trámite y evitar que se conforme una trama de complicidades que fomente el ocultamiento de evidencias y el consenso de estrategias”. Léase, posible fuga u obstrucción a la Justicia por posición de poder. En la fiscalía de Di Lello no convencen estos argumentos, pero cierto es que la relación entre el juez y el fiscal no es de las mejores. Incluso han dejado trascender que “no estaban al tanto de la inminente detención y que el juez no les atendió el teléfono en las horas posteriores”.

Fuentes de primera línea que conocen el accionar del juez ratifican lo actuado:

1- Hay nuevos resultados periciales que aconsejan celeridad en las actuaciones.

2- Como resultado de la investigación se ha determinado la existencia de nuevas cuentas no declaradas que aún no han sido inhibidas; por ejemplo en España. “Sabemos que miembros de la asociación están moviendo y disponiendo libremente de ese dinero”.

3- El antecedente de la Cámara (antes citado).

4- Las dos nuevas imputaciones: jefe de asociación ilícita y lavado de dinero.

5- Hay quienes especulan  que la investigación de Di Lello no fue tan contundente, y otros que piden graciosamente “un manto de piedad sobre él”.

Esta es la demostración de las internas que atraviesan a un Poder Judicial que está en deuda con la ciudadanía. No hay duda de que tanto Boudou como De Vido serán condenados. No hay duda de que pasarán un buen tiempo en la cárcel. Esas certezas existen desde hace largo tiempo. Son certezas que surgieron de las evidencias que arrojaron decenas de investigaciones periodísticas y de legisladores como Elisa Carrió, que aportaron material y documentación que, salvo alguna excepción, muchos jueces cajonearon o investigaron con supina molicie. El peritaje sobre el caso de enriquecimiento ilícito que tiene a Boudou tras las rejas en el penal de Ezeiza demoró dos años.

¿Cómo es posible tamaña demora en una causa tan sensible?

La prisión preventiva está contemplada en el Código Procesal Penal en sus artículos 312, 313, 314 y 315. Pero su aplicación exige prudencia e, implícitamente, un accionar judicial diligente que complete las investigaciones para llevar al imputado a juicio. Si posamos la mirada sobre los casos de Lázaro Báez y de José López (que llevan ya un largo tiempo detenidos y sobre los que no hay indicios sobre las fechas de juicio) vemos que esa diligencia no se ha observado: la investigación no está completada y, que se sepa, hasta el momento no hay fecha cierta de juicio.

Momento clave. 

El procedimiento del viernes demanda una explicación del juez Lijo. La pronta difusión del video sobre la detención de Boudou en su domicilio, dormido y descalzo, es violatoria de los derechos y garantías que toda persona tiene.

Este despertar poseleccionario de la Justicia no ayuda a forjar la idea de un poder independiente. Esta Justicia que actúa según sean los tiempos y los vientos de la política no le sirve a la sociedad porque cuando emite sus veredictos ya es tarde para todo. A los fallecidos en la tragedia de Plaza Once nadie les devolverá la vida.

Producción periodística: Santiago Serra.



sábado, 30 de agosto de 2014

Agustina y Nicole C., la otra cara de la “novia de”… De Alguna Manera...


Agustina y Nicole C., la otra cara de la “novia de”…


El vicepresidente, Amado Boudou, siempre complicado. Las internas con el kirchnerismo duro -que aceptó con reservas su llegada a la Rosada, pero jamás lo integró a sus filas-, los dos procesamientos que a su pesar lleva a cuestas, la decena de causas en su contra por supuesta defraudación al Estado (tiene, al menos, dos por este cargo), falsificación de documentos en la venta de su auto, enriquecimiento ilícito, gastos irregulares en viajes oficiales y durante su paso por Anses, y el inabarcable caso Ciccone, complican al funcionario.

Ahora, es N.C. quien le quita el sueño y no, no se trata de Nicolás Ciccone.

N.C. es Nicole C. Nicole C. es, según trascendió en las últimas horas en las redes sociales, Agustina Kämpfer, pareja de Amado. La Colorada, acaso una de las “mujeres de” más bellas del Gabinete nacional, copó el mundo 2.0 con la difusión de un desnudo fotográfico que habría realizado en 2004 con el fotógrafo Walter Bosque, cuatro años antes de convertirse en “la novia de”.

Nicole, que es Agustina, la “Segunda Dama” de la Nación, sube escaleras, posa alrededor de un piano, pierde la mirada en el aire. A diferencia de otras producciones de Bosque, la de Nicole es “cuidada”. Algo barroca, etérea, las imágenes la muestran con un négligée semicaído y perlas. Ahora sabemos hasta cómo se depilaba en esos años…
Nada del otro mundo. A calmarse, fieras, que las fotos tampoco son pornografía pura. Eróticas, hasta un punto. Y Kämpfer no fue la primera.

En junio, el príncipe Carlos Felipe de Suecia anunció su compromiso con Sofia Hellqvist, una exstripper. Las fotos de la modelo, apenas tapada por una serpiente, todavía circulan por los medios y webs de ese país.

Otro fue el caso de la británica Sally Bercow. En 2011, la esposa del presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, salió en tapa del London Evening Standard envuelta en una sábana. Con las casas del Parlamento de fondo, contaba cómo la política había cambiado la vida sexual de la pareja.

La realeza española tiene lo suyo también. Mucho antes de que Letizia Ortiz llegara al trono, cuando era una periodista inquieta y republicana viviendo en México, posó en algunas fotos para el pintor cubano Waldo Saavedra. El artista realizó un mural que sirvió para ilustrar la tapa de “Sueños líquidos”, uno de los discos más conocidos del grupo Maná.

Como Bosque ahora, Saavedra negó, años después, que el torso desnudo del álbum fuera de Letizia. Ella sólo sirvió de “inspiración”.

Vida real. Si bien es cierto que la atención sobre la Colorada llegó tras el noviazgo con Boudou, la exbartender y actual periodista y empresaria supo capitalizar cada oportunidad que apareció en su camino y su desenfado resultó fundamental.

La mesura que se le impuso cuando llegó a la vidriera K no le impidió ir a “respirar” con el gurú Sri Sri Ravi Shankar, tan resistido por los medios oficialistas, tocarle el culo a su novio en una votación ni compartir en las redes sociales, cual turista recién llegada, sus participaciones en actos oficiales en el exterior.

A Kämpfer le sobra tanto desparpajo como inteligencia, al punto que supo encantar hasta a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. En plena celebración del FpV por la victoria electoral de octubre, la mandataria pidió que subiera al escenario: “Vení linda. ¡Miren qué novia linda que tiene Boudou!”.

Con el avance de la causa Ciccone -y otra que los une por supuesto enriquecimiento ilícito- la pareja bajó gradualmente su perfil. Hasta julio… Pocos días después del procesamiento de su pareja por los delitos de cohecho pasivo y negociaciones incompatibles con la función pública, se despachó en Twitter sobre el fallo del juez Ariel Lijo. “Vivo la vida real, esa q no tiene perfiles apócrifos, dde nadie le desea la muerte a nadie, se acuerdan?”, clamaba Agustina en su cuenta.

Un mes después, la aparición de la apócrifa Nicole C. vuelve a complicar, aunque no sea más que en la imagen pública de los dos personajes. El escándalo, que será efímero, nos deja unas pocas conclusiones: la confidencialidad de ciertas producciones no existe y siempre, pero siempre, un collar de perlas agrega distinción allí donde para algunos no la hay.

© Publicado el Sábado 16/08/2014 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Fuente: Télam. 



 

martes, 12 de febrero de 2013

Identidad de clase… De Alguna Manera...


Identidad de clase…


Siendo opuesto en tanto, Kicillof comparte con Boudou el mismo problema de identidad de clase. El grupo socioeconómico al que ellos y sus familias están integrados se siente perjudicado por sus acciones. Pero el vicepresidente mitiga las consecuencias viajando siempre con custodia y en aviones de la flota presidencial o charters. Boudou, en la clase turista de Buquebus, acompañado por su pareja, Agustina Kämpfer, y sin custodia, no hubiese siquiera conseguido abordar el barco. Quizás hasta hubiera sido mejor, porque reclamarle a alguien que abandone una embarcación que ya se encuentra en medio del agua, como hicieron quienes increpaban a Kicillof, es bastante ridículo. ¿Qué hacía? ¿Se ahogaba?

Habla bien de Kicillof que se desplace sin prerrogativas pero la falta de conciencia de su propio protagonismo podría también ser interpretada negativamente: como un acto de omnipotencia o falta de sentido común. Al decir Luis D’Elía, “que haya sido en Buquebus y no en Laferrere es una buena señal”, confirma que debiera tratarse de un hecho previsible desde la perspectiva kirchnerista.

La sensibilidad que generó la limitación a la compra de dólares hizo que Timerman suspendiera la boda de su hija en Punta del Este y Echegaray, con casa en Uruguay, no pisara este año el balneario porque habría sido objeto de todo tipo de críticas. Kicillof debe haber juzgado haciendo foco sólo en lo real y sin tener en cuenta lo simbólico. Habrá pensado que él no vacacionaba en la sofisticada Punta del Este sino en la modesta Colonia, más barata que Mar del Plata. Pero en la mente argentina, Uruguay en verano no es símbolo de Colonia sino de Punta del Este.

Boudou (¿con más calle?) directamente mandó a su pareja de vacaciones a la India y Cristina Kirchner (con más poder), a su hija Florencia a París, con seis custodios. El cepo al dólar no fue un problema de ninguno de ellos. En realidad, tampoco es un problema para nadie conseguir dólares siempre que esté dispuesto a pagarlos a la cotización del mercado paralelo. Es más, cuando se termine de conocer las estadísticas del verano, se verá que los argentinos vacacionaron en el exterior más que nunca. Lo que es lógico, porque a las compañías aéreas y a las agencias de viajes se les paga en pesos con dólar a la cotización oficial, y así Estados Unidos y hasta buena parte de Europa pueden resultar más baratos que la costa atlántica.

Kicillof, aunque igualmente abucheado que Boudou en la misma semana, luce como un representante de otra especie. No vive en Puerto Madero, no es frívolo ni socialmente extrovertido y, fundamentalmente, no parece ser un oportunista sino alguien que siempre pensó de la misma manera que se expresa ahora en público. Su formación en el Nacional de Buenos Aires y la UBA, su matrimonio con otra profesora de la UBA, su vivienda en el barrio porteño de Agronomía y hasta su casa de veraneo en Colonia, sin ningún lujo, transmiten una trayectoria auténtica que hace verosímil la intención de devolverle al peronismo un carácter más revisionista donde, después del pacto sindical-militar y del menemismo, sus contradicciones se resuelvan por izquierda.

Al revés –como lo hizo Néstor Kirchner–, Boudou luce como alguien que, de haber estado en posiciones más importantes durante los años 90, habría sido funcional al menemismo. Personas como Kicillof en el Gobierno enfatizan las diferencias de Cristina Kirchner (más íntegra y consistente ideológica e intelectualmente, aunque también más loca) con su marido (quien no tenía límites pero para el pragmatismo y la negociación, o sea, un típico peronista de las últimas épocas).

El “ser loca” de Cristina Kirchner, como también el destacar su mayor coherencia ideológica sobre su marido, es el punto que diferencia lo que el oficialismo califica como prensa hegemónica. Clarín y La Nación asumen como propio el discurso de Alberto Fernández, quien argumenta que Néstor Kirchner era –en palabras de Scioli– “un pluralista”, y todos los males actuales obedecen a que su viuda no siguió con la misma línea. PERFIL, en cambio, viene sosteniendo que Néstor Kirchner era un déspota y, además, ni siquiera tenía la consistencia ideológica de Cristina Kirchner. Paralelamente, Clarín y La Nación no se atreven a decirle “loca” a la Presidenta porque temen que se los considere golpistas mientras que PERFIL, que siempre sostuvo que para ser presidente hay que estar un poco loco y en la Argentina aun más, no ve en una cuota de locura ningún impedimento insalvable para el ejercicio de la presidencia.

Obviamente, creer que Néstor Kirchner era magnánimo ayuda a justificar el apoyo que muchos de los que hoy se oponen al kirchnerismo le dieron al mismo régimen hasta 2008. Salvar a Néstor Kirchner y cargar a Cristina de todos los males del mismo modelo les resulta autoexculpatorio. Ese tipo de comportamiento oportunista les cuadra a personas como Boudou y no resulta tan posible en Kicillof. Esa singularidad de Kicillof también aumenta su visibilidad: si el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, hubiera estado en Buquebus probablemente los pasajeros no lo hubieran reconocido o no les hubiera despertado el mismo encono. Kicillof es sólo un secretario ministerial pero, como Moreno, por su autenticidad, imprime más profundamente.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el sábado 09/02/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.