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lunes, 22 de abril de 2013

¿Querían realidad? ¡Les doy realidad!... De Alguna Manera...


¿Querían realidad?


Son chorros. No lo dice la Justicia: lo dicen los hechos, lo dice la realidad. Un empleado bancario que se hace multimillonario en pocos años, gracias a la cercanía con el gobernador de una provincia petrolera, primero, al presidente de la Nación, después, y al primer damo, por último, es un grandísimo chorro. Lo mismo que el chofer de ese ex gobernador y ex presidente y ex primer damo, también multimillonario súbito. Y lo mismo que el ex gobernador, ex presidente y ex primer damo, lo mismo que la ex senadora, ex primera dama y actual presidenta, quienes no podían no estar al tanto del súbito enriquecimiento del ex empleado bancario y del ex chofer. Por no hablar del enriquecimiento del ex presidente y de la Presidenta…

Sí, chorros. No lo dice la Justicia: lo dicen los hechos, lo dice la realidad. La Justicia podrá determinarlo o no, lo más probable es que no. Sucede que si la Justicia pudiera desbaratar estas redes de lavado (o de choreo) seguramente estas redes de lavado (o de choreo) no podrían funcionar tan impunemente.

No, no tengo pruebas. No me pidan que ponga sobre la mesa cámaras ocultas con el pibe del rodete ni testimonios del marido de la ex candidata al parlamento italiano por el partido de Silvio Berlusconi, que compartía la fórmula con el ex embajador de Menem en El Vaticano. Porque, además, vieron cómo es esa gente…

No tengo pruebas más que las evidentes, las que están a la vista de todos y todas. ¿Pero es que no lo vemos? ¡Está tan claro! Entiendo el principio de inocencia, pero acá las cosas deberían ser al revés. El chofer y el empleado bancario (y el chabón que le compró el multimedio a Hadad a pesar de la Ley de Medios, y tantos otros delincuentes amigos de la Presidenta y del ex presidente) deberían demostrar que son inocentes, y no nosotros que son culpables. Así debería funcionar la Justicia en estos casos. Si no, la Justicia no funciona.

Sí, claro, la Justicia. ¿Y eso qué es? ¿Existe? Por supuesto, hace falta una democratización, una reforma profunda. Tal como están las cosas, no sirve. Posta, así la Justicia no sirve.

Pero la “democratización de la Justicia” del Gobierno es una canallada. Porque toma el nombre de una necesidad para convalidar un linchamiento. Un mamarracho capaz de lograr, por ejemplo, que con el nuevo sistema las víctimas de la masacre de Once no puedan hacerle juicio al Estado.

Desde el otro lado, desde el discurso opositor dominante del lugar común republicano berreta del “únanse todos y maten a la Yegua” (sí, eso parece ser republicanismo para algunos), se defiende el actual sistema judicial como una panacea. “Nos quieren avasallar la Justicia”, es la reacción compulsiva desde el epicentro de la Argentina blanca, como si esta Justicia no mereciera ser avasallada por justicia de verdad, democrática y amplia. En lugar de ir por una reforma real, en lugar de decir “sí, hace falta una reforma, pero lo que hay que cambiar es esto, no esto”, se defiende lo que hay y se dice “no” al Gobierno como sola propuesta. Un “no” inmenso, gigante, nacido en el epicentro de la clase media paladar negro y que explota en las calles cada vez que se convoca desde las redes sociales o desde vaya a saber uno dónde. Un no que es no y sólo no. Porque es el “no” lo que aglutina. Y nada más.

Mientras tanto, se sigue convocando por las redes sociales a esas jornadas cívicas con números y letras (13S, 8N, 18A, ¿24A?) que cada vez se parecen más al pelotero donde la clase media juega al republicanismo. ¿Qué es lo que se discute, realmente, en esos multitudinarios tuiteos presenciales donde cada quien lleva su propia pancarta para reclamar lo que personalmente cree que hay que reclamar? ¿Es esta una nueva forma de hacer política? ¿O no es más que un hartazgo colectivo que conduce irremediablemente a la antipolítica?

La paradoja de la antipolítica movilizada, manifestándose en la calle. No, no puede ser verdad. ¿Es la antipolítica la única salida posible frente a la política del doble discurso? ¿Es éste el único camino frente la retórica revolucionaria para justificar la concentración económica, la falta de medidas redistributivas, la criminalización de la protesta social y el linchamiento de la Justicia?

La antipolítica como respuesta a la política millonaria, a la resignación de que para hacer política hoy en el país y en el mundo se requiere de infinitos recursos económicos. O manejás una gran caja de una gran corporación propia o te dedicás a administrar la caja de las corporaciones ajenas, dicen por lo bajo desde el oficialismo, quienes te baten la posta, quienes justifican todo. No hay muchas chances, aseguran, en modo honestidad brutal, quienes juntan millones, no para comprar Ferraris y champán francés, sino para hacer política, dicen.

En el medio siempre aparece alguna Ferrari, asumen. O algún avión privado, o alguna fiesta en Punta del Este regada con Cristal. Pero bueno, el pibe del rodete necesitaba un seguro de vida. Y siempre es mejor hacerte muy conocido por la Ferrari y Karina Olga que medianamente conocido porque apareciste en un zanjón con un tiro en la frente.

Además, las Ferraris, las fiestas en Punta del Este, las estancias electrificadas, el chaboncito del rodete que siempre tiene la misma camisa blanca y Karina Olga son los daños colaterales del modelo nacional y popular.

No estamos en los 90, nada que ver. Es esto o viene la derecha. Es esto o viene la antipolítica. Parece joda, pero lo peor es que todavía hay algo de cierto. Lo peor que aquí se instaló esa antinomia nefasta. La peor versión del mal menor está entre nosotros. La resignación nos tapa como el agua en La Plata. ¡Y el que viene a salvarnos es Berni en un gomón! ¡Auxilio!

Se vio en la condena a Pedraza: podríamos decir “che, deberían haberle dado perpetua e imputar a algún funcionario nacional, porque hubo complicidad policial, por no hablar de las escuchas a Tomada, hablando con Pedraza como quien habla con un amigo, tres meses después del crimen de Mariano Ferreyra”. Pero nos conformamos con un muy realista “le dieron 15 años a Pedraza y hubo sentencia apenas dos años y medio después. Estamos en la Argentina, ¿qué más se puede pedir?”.

En el medio, las chicanas y la pirotecnia de si se puede o no hacer justicia desde el periodismo. No, para nada, eso está claro.

Lo que sí se puede hacer es mostrar lo evidente, amplificarlo, instalarlo en la opinión pública. No importa quién lo diga. No sirve aquí desacreditar al mensajero, como se pretende desde la trinchera de 6, 7, 8. Hace cuatro años, Jorge Lanata publicó en Crítica (el diario que dirigía) una investigación sobre lavado de dinero en la que acusaba a Héctor Magnetto y el grupo Clarín para el que hoy trabaja. Lanata abandonó Crítica después y dejó en banda a los laburantes.

Eso no invalida ni la denuncia de hoy ni la denuncia de entonces. Que se investigue a Magnetto y a Lázaro Báez. Todas las fortunas súbitas con complicidad estatal son sospechosas.

Y una verdad dicha por alguien que tiene intereses oscuros que defender no deja de ser una verdad.

Un funcionario no deja de ser corrupto porque lo acuse Clarín ni Clarín anula sus negocios con la dictadura militar porque lo acuse un funcionario corrupto y de nula militancia en causas por derechos humanos.

Así están las cosas. Si les sirve de consuelo, piensen que podrían ser peor.

Estamos en la Argentina. Un país que no es el mejor, ni tampoco el peor del mundo. Aunque no lo crean. 

Eso sí, las buenas noticias se las debo. ¿Querían realidad? ¡Les doy realidad!

© Escrito por Pablo Marchetti el domingo 21/04/2013, periodista y ex director de la Revista Barcelona de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


sábado, 22 de diciembre de 2012

Los saqueos y el deber de los medios de trabajar con responsabilidad... De Alguna Manera...


Los saqueos y el deber de los medios de trabajar con responsabilidad...


Los saqueos que se vivieron estos últimos días en diversos lugares del país, fueron toda una prueba de fuego para la redacción de Tribuna de Periodistas. Es algo similar a lo vivido durante las manifestaciones populares del 13S y el 20N. ¿Cómo cubrir la noticia con sobriedad y mesura? ¿Cómo hacer para que no se nos escape ningún detalle de lo sucedido?

Para llevar adelante la laboriosa tarea se trabajó con rigor extremo, a través de lo que se iba comentando a través de las redes sociales, agencias de noticias y otros medios, pero chequeando cada una de las cosas que se decían. Fue una experiencia reveladora: el 80% de los supuestos saqueos que se denunciaron en Twitter eran falsos, acción obviamente pensada para generar una acción psicológica negativa e incitar el “efecto contagio”.

Ello nos obligó a verificar todos y cada uno de los comentarios que llegaron a esta redacción, descartando los rumores sin sustento. Al mismo tiempo, hicimos la cobertura más completa que se haya visto, con lujo de detalles de lo sucedido y las mejores fotos.

También hicimos varios análisis que incluyeron comparaciones (y diferencias) con lo ocurrido en 2001. Es decir, se ofrecieron a los lectores todos los elementos como para que pudiera sacar sus propias conclusiones. Al mismo tiempo, desmentimos lo que se decía que ocurriría a nivel oficial: que se impondría un estado de sitio desde el Gobierno.

Como puede verse, trabajamos con enorme responsabilidad, diciendo lo que había que decir, y de la manera que había que hacerlo. Y refutando los chimentos sin sustento. Algunos lectores se enojaron porque desmentimos incidentes no sucedidos y porque negamos lo del estado de sitio. “De esa manera benefician al gobierno”, comentaron varios en nuestro portal, incitando a contar la realidad a medias.

Hacerlo hubiera sido irresponsable, tanto periodística como humanamente, y es algo que se encuentra en las antípodas del espíritu de TDP. El sello distintivo de este portal es la honestidad y esperamos que esto haya sido una lección, no solo para nuestros periodistas, sino también para nuestros lectores.

© Publicado por Tribunade Periodistas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 22 de Diciembre de 2012.



martes, 20 de noviembre de 2012

Aires de cambio… De Alguna Manera...


Aires de cambio…

Gobernador Daniel Scioli. Dibujo: Pablo Temes.

El 8N actuó como bisagra política, puso en evidencia al Gobierno y alienta alternativas.

Hasta la semana pasada, y sobre todo después de la masiva manifestación adversa al Gobierno, para la Presidenta la clase media era no sólo una de las peores cosas de la Argentina sino también una de las causas de sus mayores males. De repente, esta semana todo cambió y ahora Cristina Fernández de Kirchner se siente orgullosa de pertenecer a la esforzada clase media. Más allá de que los niveles de riqueza de dudoso origen que exhibe la Presidenta la ponen en un nivel varios pisos por arriba de la clase media, la pregunta es: ¿cuál es su verdadero pensamiento? ¿Cómo es que cambia tan rápidamente de parecer? 

En la defensa del per saltum, el Gobierno pretendió hacer creer que de lo que se trataba era de dotar a la Corte Suprema de un instrumento destinado a considerar con la mayor celeridad posible casos de gravedad institucional. Bastó que la diputada Diana Conti hablara en la sesión de la Cámara baja en la que se aprobó el proyecto para que todo ese argumento cayera a la manera de un castillo de naipes. El sincericidio de Conti, que reconoció que esa ley tiene nombre y apellido –el Grupo Clarín– y un objetivo –su destrucción–, descolocó a varios de sus pares del oficialismo, que no callaron su disgusto por los pasillos del Congreso.

José Manuel de la Sota se limitó a emular a Fernández de Kirchner en sus habituales Aló Presidenta por la Cadena Nacional de Radio y Televisión, en los que aprovecha la tribuna pública para desgranar sus críticas hacia los gobernadores que no le caen bien con la finalidad no sólo de humillarlos, sino también de dejarlos mal parados o exponerlos al ridículo. El gobernador de Córdoba le hizo así beber al Gobierno de su propia amarga medicina. La furia presidencial demoró una nada en hacerse escuchar. De la Sota, que por supuesto no es una carmelita descalza desplazándose por las movedizas arenas de la política, deberá prepararse para un ostracismo que impactará en su gestión. Tal vez de ahora en más ni las secretarias de los funcionarios del gabinete nacional le atiendan el teléfono. Esto es lo que sucede en la superficie. 

En las profundidades las cosas son de una complejidad mayor. El Indek acaba de revelar cifras que hablan de una desaceleración de la economía para cuyo logro el Gobierno trabaja con ahínco todos los días. El problema de la inflación va teniendo un peso cada vez más evidente en la cotidianidad de la gente. El anuncio de la Presidenta de exceptuar por única vez del pago de Ganancias el medio aguinaldo de los que ganan hasta 25 mil pesos no alcanza a tener el efecto de una aspirina para bajar la fiebre, a la vez que es un reconocimiento del efecto corrosivo que la falta de adecuación del mínimo no imponible produce sobre el bolsillo de los trabajadores.

El tema energético es una complicación seria no sólo para el Gobierno sino, en definitiva, para el país. Nada de lo planeado hasta aquí con YPF ha salido como la Presidenta esperaba. Es que no podía ser de otra manera. Axel Kicillof le dibujó a Fernández de Kirchner un paisaje de fantasía de los que ella se enamora fácil y rápidamente. Nada de lo pintado por el viceministro de Economía se ha plasmado en los hechos. Todo es tan desafortunado que hasta el único socio que más o menos se había conseguido, Chevrón, está siendo sometido a un pedido de embargo por parte de Ecuador a causa de su responsabilidad en un grave caso de contaminación ambiental. 

El desplome del valor de las acciones de YPF muestra la realidad de un contexto no atrayente para esos y para otros inversores. Por otra parte, la severidad de la situación en el área energética es tal que la Presidenta ha tenido que recurrir otra vez al castigado ministro Julio De Vido para que se ocupe del asunto que había quedado en manos de Kicillof, lo que, por otra parte, tampoco es garantía de nada.

De Vido es corresponsable de la desastrosa situación del sector por la que hoy atraviesa la Argentina. La proyección de las erogaciones que el Estado deberá hacer el año que viene para asegurar el abastecimiento energético del país constituye el principal agujero negro de las cuentas fiscales que va a consumir gran parte de los ingresos que devenguen las exportaciones de soja. Este es un verdadero problema porque en 2013 el Gobierno va a necesitar mucha plata para endulzar la campaña electoral con anuncios y obras públicas. Uno de esos anuncios seguramente va a tener que ver con el tema del mínimo no imponible, aunque con las limitaciones sobre las que advirtió la Presidenta y que se relacionan con la negociación salarial. 

Quien parece haber tomado nota del 8N fue Mauricio Macri, que se dio cuenta de que más le valía hacerse cargo de los subtes a partir de una iniciativa propia antes tener que hacerlo por una imposición. El jefe de Gobierno porteño tiene así por delante un enorme desafío y, a la vez, una fenomenal oportunidad de construir liderazgo y poder político si es que su gestión demuestra capacidad para mejorar el servicio y manejar la compleja trama sindical que allí se verifica.

La foto de Daniel Scioli con los intendentes de San Isidro, Gustavo Posse; Tigre, Sergio Massa; San Fernando, Luis Andreotti, y Vicente López, Jorge Macri, también tiene aires del post 8N. “A Scioli siempre lo invitamos a estos encuentros y hasta ahora nunca había venido. Pero esta vez decidió venir”, señaló uno de los intendentes que aparece en la foto. Enfrascado como está el Gobierno en el 7D, hecho por el cual la Presidenta tiene en vilo a sus principales funcionarios –se anuncia para esta semana una insólita reunión del canciller Héctor Timerman y el titular de la Autoridad Federal de los Servicios de Comunicación Audiovisual, Martín Sabatella con el cuerpo diplomático acreditado en Buenos Aires–, los errores de gestión se multiplican.

Ahora se sabe que Ghana había advertido sobre la inconveniencia de que la fragata Libertad tocara el puerto de Tema. La advertencia tenía que ver con el reclamo de los fondos buitre que terminó con el embargo del buque escuela. Parece que nadie se tomó la molestia de leer el informe. Tener la corbeta Comandante Espora amarrada indefinidamente en un puerto de Sudáfrica porque no se paguen los 450 mil dólares que cobra la compañía que debe proveer los repuestos y equipos necesarios para la reparación del navío es algo de una total negligencia. En fin; es lo que hay.

Producción periodística, Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 17 de Noviembre de 2012.