La vida es un tablero de ajedrez en donde los cuadros blancos son los días y los cuadros negros son las noches... Nosotros, somos las piezas que vamos de aquí para allá para caer al final en el cuadro de la nada... De Alguna Manera... Una Alternativa…
Ubicado en el sur de la provincia de Buenos Aires, supo tener 600
habitantes. Cuenta con Internet y buscan la llegada de familias con niños.
Ubicado a 13 kilómetros de la Ruta 3,al
sur de la provincia de Buenos Aires y a 23 de Coronel Dorrego, con 14 habitantes y acceso
a Internet, Faro es un pueblo que busca repoblar sus calles para volver a
renacer.
Las personas que transitan las calles del lugar sueñan con recibir a familias con niños.
Para dotar el pueblo de atractivos, han logrado hacer un Museo en la vieja
estación de tren y hace dos años arreglaron la capilla. Sin embargo, eso no
basta. Quieren hacer una sala de té en la antigua estación y una pulpería en la
vieja dependencia policial.
A pesar de ser un pasaje desolado, como publica El
Federal, en las fechas patrias el Club
Atlético Faro convoca a un malón de invitados que llegan para
comer su clásico y famoso locro.
“En Faro encontramos la tranquilidad, la tierra fértil, la calidad de vida es lo que nos empuja a
soñar con un pueblo más numeroso y disfrutando de la
naturaleza, algo que se ha perdido u olvidado en la vorágine de la vida
mundana”, relata Patricia Beliz.
Con su esposo, Daniel Tonelli, hace dos años decidieron
cambiar de vida. Se mudaron de Bahía Blanca a Faro. “En la Estación soñamos instalar
una Casita de Té, para realizar eventos mensuales como Te, canasta, Charlas,
Talleres, etc. En los salones de atrás queremos tener un salón de usos
múltiples, biblioteca y reubicar el Museo. En el patio colocar fogones y juegos
para niños”, dice Beliz.
"La tranquilidad
del pueblo nos permite olvidar las puertas sin cerrojo, las bicicletas en la calle, nuestras pertenencias están a la vista de
todos. ¿Quién va a apropiarse de lo que no es de uno? Algo impensado en otros
lugares”, comenta Patricia al contar cómo es el día a día en Faro, un pueblo
que surgió gracias a que fue una estación activa con el paso del tren.
En las viejas épocas tenía actividad plena. Había 600 habitantes, un hotel,
restaurante, taller mecánico, zapatero, peluquería, bares, almacén de ramos
generales, comisaria y hasta una central telefónica.
La escuela es el lugar
que más sufre la baja población. “Hasta
el año pasado la matrícula de la escuela era de 8 niños, en 2017 tenemos sólo 2 niños en escuela primaria
y 2 en preescolar. Las perspectivas no son muy alentadoras para
el 2018 dado que egresa un niño y quedarán solamente 2 niños en escuela
primaria y 1 solo en preescolar", comenta la vecina.
La
pericia toxicológica que está realizando la Gendarmería encontró ketamina y
clonazepam en el cadáver del ex fiscal Alberto Nisman, según adelantaron
fuentes de la investigación a la cadena de noticias TN -del Grupo Clarín-.
Los
peritos consideran que hay dos hipótesis en torno al hallazgo del clonazepam y
la ketamina: una posibilidad es que Nisman se haya drogado, para tener un
efecto alucinógeno; mientras que si otras personas le hubieran suministrado
esas drogas, para anestesiarlo, "estaríamos en presencia de algo mucho más
grave, ya que eso justificaría que no haya opuesto resistencia si es que lo
mataron", dijo una fuente judicial.
La
causa Nisman ingresó hace un año en la órbita del juez federal Julián Ercolini
y el fiscal federal Eduardo Taiano. Pero las pericias fueron encargadas a la
Gendarmería por la anterior jueza, c.
De
hecho, el estudio toxicológico hecho anteriormente, cuando la causa estaba en
manos de la jueza Palmaghini y la fiscal Viviana Fein, ya había detectado el
clonazepam, que es un medicamento de uso muy frecuente, que se utiliza como
ansiolítico para inducir el sueño.
Pero
ahora es la primera vez que surge de un informe pericial que el cuerpo de
Nisman tenía ketamina. Esa droga se puede usar con fines recreativos en niveles
sociales medio-altos, aspirándola como cocaína, por ejemplo en fiestas de
música electrónica; aunque también tiene fines anestésicos, de uso médico y
veterinario, para dormir a perros, caballos y seres humanos para forzar el
sueño.
Los
especialistas en toxicología, aseguran que la ketamina usada como droga
recreativa genera estados pseudo-alucinógenos. Pero si hubiera sido usada para
dormir a Nisman tendría un efecto muy fuerte y "debería haber un sitio de
inyección" en el cuerpo del ex fiscal, ya que ese tipo de anestesia se
suministra en forma intravenosa.
El
clonazepam es un medicamento de uso muy frecuente, que se usa corrientemente
como ansiolítico para inducir el sueño. Pero combinado con la ketamina podría no
sólo potenciar el efecto alucinógeno de la ketamina, sino generar cierta
pérdida de memoria. "A mí no se me ocurriría suministrarle la suma de esas
dos drogas a nadie para dormirlo, porque hay sustancias mucho más efectivas
para eso", dijo un especialista en toxicología.
Fuentes
de la Gendarmería confirmaron a diario Clarín que el informe final, con la
pericia toxicológica y otras pericias que está realizando esa fuerza sería
entregado en las próximas dos semanas a la Justicia. Se trata de un peritaje
interdisciplinario de Gendarmería, sobre el que trabajan 23 especialistas de
distintas áreas, donde también participan los peritos de parte (de la defensa
de Diego Lagomarsino y de la familia del fiscal). Una anécdota que contaron en
Gendarmería, es que para la realización de ese informe interdisciplinario se
construyó en el edificio Centinela un baño idéntico al que había en el
departamento de Nisman, a escala real, para realizar algunas pericias.
Un
adelanto de ese informe, publicado por el diario Página/12, afirma también que
la hora en que murió Nisman fue en la madrugada del domingo 15 de enero de
2015, varias horas después que el anterior informe pericial.
Según
los peritos que están trabajando en el informe de Gendarmería, Nisman falleció
a las tres de la madrugada del domingo, varias horas después de que Diego
Lagomarsino abandonara el departamento del ex fiscal. Todavía no hay una
explicación clara respecto al uso que tuvo la computadora de Nisman, a las 7 de
la mañana del domingo, aunque lo más probable, según fuentes judiciales, es que
haya sido una "intrusión informática en forma remota".
Cuando
se conectó la computadora del fiscal, en la mañana del domingo, ingresó en el
buscador de Google la palabra "psicodelia", en sintonía con el efecto
de la ketamina y el clonazepam. También consultó su correo electrónico en
Yahoo; e ingresó en los portales de noticias de Clarín, Pagina/12, Perfil y La
Nación.
Para un trabajo académico sobre cómo la subjetividad en periodismo afecta a
la política y se ve afectada por ella, estoy entrevistando a las cincuenta
principales estrellas y a los conductores de redacciones de la Argentina de los
últimos treinta años. Uno de los actores principales del éxito de Radio 10 a
fines de los años 90 sostuvo: “Macri está llevando a la práctica la ideología
de derecha popular que hizo a Radio 10 líder al final del menemismo. Nosotros
les decíamos a los sindicalistas ‘vagos, vayan a trabajar’, y Macri, junto con
Vidal, mandan a trabajar a los maestros. Nosotros pedíamos mano dura y Patricia
Bullrich más Vidal combaten el delito con determinación. Nosotros promovíamos
penalización para los pibes chorros y Esteban Bullrich declara ‘todos los días
un metro más de asfalto, una sala más, un pibe más que está preso’. Incluso la
música, porque hasta que Radio 10 instaló pasar música en español, todas las demás
radios pasaban música en inglés, y Macri terminó bailando música de Gilda con
la banda presidencial”.
Qué pasó con las PASO. Hasta los resultados del domingo pasado, se repitió como verosímil la
versión de que Macri terminaría como De la Rúa, yéndose en helicóptero.
Equivocación que no tuvo en cuenta las diferencias entre la derecha (o
centroderecha) popular y la tradicional que De la Rúa simbolizó. Para hacer más
fácilmente visible esa representación, el gráfico que acompaña esta columna se
divide en cuadrantes: dos de ellos representan la clásica división entre
derecha e izquierda, y también, desplazándose horizontalmente, los otros dos de
abajo, la división entre popular (y/o mítico) por un lado e intelectual (y/o
epistémico) por el otro. En cada cuadrante, un presidente del pasado: Alfonsín
en izquierda intelectual, De la Rúa en derecha intelectual, Kirchner en
izquierda popular y Menem en derecha popular.
Las audiencias de los medios son gigantes encuestas
o focus group que reflejan cambios de tendencia electoral.
El error del helicóptero surge de colocar a Macri en el cuadrante de
derecha intelectual (el de De la Rúa) cuando está en el de derecha popular (el
de Menem), lo que se clarifica al sumar al gráfico la relación que hay entre
subjetividad en los medios de comunicación y su relación con las preferencias
políticas, haciendo más visible el verdadero posicionamiento del PRO y
explicando por qué Macri se lleva mal con el círculo rojo y es subestimado por
las elites clásicas, como lo fue en su época de estudiante en el colegio
Cardenal Newman porque era hijo de inmigrantes.
Los deportes son otro ejemplo: el diario La Nación tiene la mejor cobertura
de los llamados en su redacción “deportes blancos”, el rugby entre ellos, igual
que en el Cardenal Newman, mientras que Macri es futbolero y como dijo un
destacado empresario del círculo rojo: “Como es futbolero, le gusta que lo
aplauda la tribuna”.
La alianza del PRO con el radicalismo y su tácito antiperonismo, por lo
menos funcional, pudo confundir a quienes veían a Macri más cerca de los
ideales republicanos de Alfonsín o De la Rúa, e inhibir a los analistas de
colocar a Macri en una zona común con Néstor Kirchner y Menem, pero con el paso
de los meses esto se hará cada vez más evidente. La primera señal fue nombrar
dos jueces de la Corte Suprema por decreto. La más reciente: la votación, el
jueves en el Consejo de la Magistratura, enviando a juicio político al juez
Eduardo Freiler, calificada como picardía o trampa legal por los medios que
simpatizan con el Gobierno pero que si hubiese sido hecha por los kirchneristas
se hubiera explicado como un escándalo antidemocrático, demostrando que nos
encaminábamos a Venezuela. Festejar el triunfo de Esteban Bullrich en las PASO
el domingo a la noche permitiendo que se difundiera internacionalmente que
Cristina Kirchner había perdido es otro ejemplo de lo que exageradamente llaman
“dictadura de ojos azules”: maneras educadas para el mismo tipo de acciones.
Macri se endeudó como Menem y aumentó el déficit
fiscal como Cristina. Lo opuesto a De la Rúa y L. Murphy.
Macri no es idealista, muestra ser decisionista y
resultadista, como Néstor Kirchner (no así Cristina) y como Menem. Otra señal
se percibió en la inconsistencia técnica de su plan económico: Macri fue ortodoxo
en materia cambiara pero heterodoxo con el déficit fiscal, el que hasta
agrandó, mientras que el disciplinado De la Rúa frente al mismo problema de
déficit fiscal, en su caso heredado de Menem y no de Cristina, hizo un ajuste
fiscal clásico y perdió las elecciones legislativas. Macri, en cmabio, se
endeuda igual que Menem.
Mediopolis. En este gráfico que cruza votantes de
distintos presidentes y las audiencias de diferentes medios, no se incluye al
Grupo Clarín porque su política editorial, al buscar satisfacer a todos los
públicos en todas las plataformas, puede ocupar todos los cuadrantes,
priorizando proporcionalmente más unos que otros en función del humor social de
cada momento. Paralelamente, los medios más representativos de la derecha: la
Radio 10 de fines de los 90, y de la izquierda: el diario Página/12, fueron
lobotomizados en distintas proporciones durante el kirchnerismo. En el caso de
Radio 10, mientras continuó siendo de Hadad tuvo que atemperar su posición de
derecha para sobrevivir con publicidad oficial durante el kirchnerismo y pasar
a abandonar directamente ese posicionamiento al ser comprada por Cristóbal
López.
Para Menem hacía falta una dosis de malicia para
gobernar, que De la Rúa carecía y Macri mostró con Freiler y el escrutinio.
En el caso de Página/12, mientras la dirigía Lanata, la
primera mitad de los años 90, se superponía más con la posición de la revista
Noticias, continuada años después por el diario Perfil, para ir abandonando
ideas liberales y aumentando su actual sesgo mítico-popular, profundizado con
la llegada del kirchnerismo. El propio Lanata tampoco se mantiene en el
cuadrante de cuando dirigía Página/12, subsumido hoy en el gran continente que
representan los medios del Grupo Clarín.
El público menos especializado en temas políticos puede
registrar más rápido señales analógicas del tipo Boca = popular y quedar menos
enredado en definiciones ideológicas que pueden confundir a algunos analistas y
al círculo rojo. Los distintos estudios de opinión pública muestran una relación
directa entre la mayor proporción de votantes de Macri y los sectores menos
politizados.
Pero que los cuadrantes de medios y política resulten
últiles para generar otra perspectiva de los corrimientos electorales no debe
hacer confundir rating con votos, y siempre hay que tener en cuenta que Ibope
mide el rating en el Gran Buenos Aires, donde se concentra un tercio de los
habitantes, que no siempre representan a todo el país.
La compañía que funciona en Córdoba
logró colocar dos modelos "PA-25-Puelche" a una empresa privada de
Colombia, en una operación cercana a los 500 mil dólares.
Luego de 25 años y
por primera vez desde que fue reestatizada, la Fabrica Argentina de Aviones
volvió a exportar aeronaves. Se trata de la venta a una empresa privada de
Colombia de dos "PA-25-Puelche", modelo utilizado para la aplicación
de fertilizantes y siembra área.
El Puelche es un avión civil, aeroaplicador,
que se usa principalmente en el sector agrícola.
Se trata
de la empresa reestatizada por el kirchnerismo pero que, paradójicamente, no
centró sus fondos en su razón de ser: la fabricación de aviones para tener
participación en el mercado local e internacional. Todavía está latente el
pago de $42 mil a la actriz Florencia Peña para que diera una charla con
motivo del Día Internacional de la Mujer, en 2013. O la lujosa fiesta que, como reveló este diario, se realizó en 2014, bajo
gestión camporista, con
motivo del 87º aniversario de la compañía y le costó al Estado unos $ 646 mil.
La operación, que le dejará a la compañía estatal unos 500 mil dólares,
tiene un condimento especial: es la primera vez en 90 años de
historia que FAdeA exporta aviones civiles. Hasta el momento sólo había
registro de ventas de aviones militares.
No
obstante, se trata de un cambio radical en la forma en la que operó la compañía
durante la gestión kirchnerista. E incluso antes de ser reestatizada: la
última exportación fue en 1992, cuando vendió aviones Pucará a Sri Lanka.
En FAdeA califican la venta como un hito para la historia de la compañía.
“Esta exportación es un claro ejemplo de la visión dual que hoy posee la
empresa, donde ponemos énfasis en satisfacer las necesidades aeronáuticas de
nuestro país y también en desarrollar negocios con terceros que
generen ingresos genuinos", dijo Ercole Felippa,
presidente de la firma que depende del Ministerio de Defensa que conduce Oscar
Aguad.
El Puelche es un avión aeroaplicador, fabricado bajo licencia por FAdeA. Y
además de usarse para la aplicación de fitosanitarios, fertilizantes y siembra
aérea, se lo utiliza para la siembra de alevinos en ríos, lagos y diques y como
remolcador de planeadores. Posee un motor Lycoming de 230 y 260 hp. en
versiones de hélices de paso fijo o variable.
El Puelche es un avión civil, aeroaplicador,
que se usa principalmente en el sector agrícola.
El plan
de negocios de la compañía contempla al mercado local: se concretó también otra
venta a un empresario argentino y hay negociaciones abiertas para cerrar otra
operación, según confiaron fuentes calificadas.
De concretarse la operación, FAdeA embolsaría -en forma global- un millón
de dólares. Mucho si se tiene en cuenta que no generaba ingresos genuinos desde
hace más de dos décadas, pero poco si se lo compara con el enorme
déficit operativo que dejó el kirchnerismo.
Los últimos años de la gestión K fueron dramáticos para FAdeA: es que en
2013 tomó el control La Cámpora, a través del joven Matías Savoca, impuesto por
el referente camporista Santiago "Bombita" Rodríguez. Y el déficit
pasó de 150 millones de pesos a $1.401. Pese a este desembolso, un
informe que se le encargó a la consultora internacional Deloitte determinó que
"no se fabricó nada que pueda volar".
Sólo en 2012 y 2013, ya bajo la influencia de La Cámpora ingresaron 750 de
los 1.600 empleados que dejó el kirchnerismo. En esa plantilla se advertía un
fuerte contraste: por un lado, mano de obra muy calificada pero desaprovechada;
y por otra parte, exceso de personal al que las autoridades macristas dijeron
que tuvieron que salir a buscarle tareas. La apertura de un programa de retiro
voluntarios posibilitó que la nómina se redujera en 500 empleados.
El Puelche es un avión civil, aeroaplicador,
que se usa principalmente en el sector agrícola.
Pero además, bajo la actual administración, FAdeA se propuso cambiar el
paradigma y salir a buscar clientes en el sector privado. Es que, para este
año, el objetivo es reducir el déficit a $260 millones.
Quedarán diez semanas hasta las elecciones de octubre, y allí sí comenzará
otro ciclo de la política argentina.
Hoy a la noche, lo más probable, será
escuchar que todos ganaron: Cambiemos en el país, Cristina en la Provincia. Que
con sólo repetirse estos resultados en octubre (y podrían mejorarlos) Cambiemos
aumentará la cantidad de legisladores y será el partido con más votos a nivel
nacional. Y el kirchnerismo, que con su líder convertida en senadora desde
diciembre comenzará a bombardear a Macri proponiendo medidas como retrotraer el
aumento de tarifas y transformarse en la candidata natural de la oposición para
2019.
Pero en realidad, es muy probable que todos hayan perdido. Porque en estas
elecciones se plebiscitan esencialmente las primeras consecuencias del cambio
de modelo económico y la actitud frente a la corrupción. Y habrá votado contra
la corrupción que encarna el kirchnerismo más del 80% de la población del país
y descontento con los resultados económicos de los primeros dos años de Macri
el 65% de los argentinos.
También pierde
Massa, que ya sin De la Sota no tendrá la misma cantidad de votos nacionales
que en 2015 (dicen que De la Sota piensa regresar con todo en 2018 para ser el
conductor nacional del panperonismo).
La derrota suele enseñar más que el triunfo. Vale tanto para Cristina
como para Macri.
Lo mismo
Randazzo, que se había imaginado otro resultado sin Cristina candidata o
compitiendo con ella en las PASO dentro del mismo partido. Y los gobernadores
del PJ, a quienes con Cristina en el Senado se les dificultarán las negociaciones
con Macri.
Las encuestas con las que se llega a la elección reflejan
un contexto de interregno político donde Cambiemos aún no terminó de
consolidarse pero tampoco ninguna otra fuerza emerge con claridad. Pero otro
sería el escenario si Cambiemos sorprendiera ganando en la provincia de Buenos
Aires por dos puntos, como indicaría la última encuesta de una importantísima
empresa que trabaja para el Gobierno y no quiere jugarse a hacer públicos sus
pronósticos para las PASO, aunque sí los hará para las de octubre. Después de
los errores en los pronósticos del Brexit, el triunfo de Trump y la derrota de
la “paz” en Colombia, las encuestas son instrumentos cada vez más frágiles. La
decena de encuestadoras que dieron ganadora a Cristina Kirchner en la provincia
de Buenos Aires mantenían un porcentaje de indecisos mayor que la diferencia a
favor de la ex presidenta sobre Cambiemos.
Pero empatando o aun si le ganara a Cristina, en
cualquier caso Macri deberá replantear sus próximos dos años si no quiere vivir
con el corazón en la boca todo el tiempo. En la columna de ayer se mostraba el grado de relación
entre consenso político y bonanza económica, reflejado en los dos picos de
mayor crecimiento económico de nuestra historia contemporánea durante los
cuatro años entre 1991 y 1994, cuando crecimos el 36%, y en los cinco años
entre 2003 y 2008, cuando crecimos el 44%. Antes y después de esos dos
períodos, nunca se había logrado crecer más de dos años seguidos, repitiendo el
stop and go de nuestro clásico frenar y andar.
Lo mismo el panperonismo: aun ganando la provincia a
Cristina Kirchner, no le alcanzará para aspirar a ganar un ballottage en 2019;
si Massa no llegara al 20% en las PASO, correría el riesgo de quedar jibarizado
en octubre por efecto de la polarización, y por lo mismo Randazzo, de caer en
la insignificancia.
Transversalidad 2018. La alianza natural que se podría producir es la de Cambiemos con los
gobernadores del PJ, quienes no tienen una visión de la economía incompatible
con la de Macri.
Si en los próximos meses se confirmaran los pronósticos
de crecimiento económico que tiene el Gobierno en un hipotético plebiscito, ya
no votaría en contra de la economía el 65% de la población y a la natural
coincidencia de intereses entre los poderes ejecutivos provinciales y el
nacional por la necesidad de ambos de gobernabilidad se sumaría la conveniencia
política de acompañar un modelo económico que rinda frutos y sea, progresivamente,
más apoyado por la mayoría de la población.
La transversalidad peronista-radical que llevó adelante
Néstor Kirchner en 2007 podría ser recreada una década después desde Cambiemos,
invirtiendo la ecuación con el peronismo como acompañante. Pero para que sea
posible, tendría que haber un éxito económico palpable por una gran mayoría que
recreara una de las condiciones de posibilidad de un pacto político.
"Cambiemos gana en Argentina y Cristina en Buenos Aires",
triunfo compartido, derrota compartida.
Que pierdan todos no necesariamente tendría que ser malo
para todos. El triunfo no pocas veces estanca a las personas y el fracaso, al
interpelarlas, las empuja a mejorar. Macri, comprendiendo que “riqueza es
diversidad en armonía”, precisa sumar más espesura política en su gobierno. Por
su parte, Cristina Kirchner, comprobando qué lejos quedó su 54% a nivel
nacional y necesita orientarse a buscar una negociación con el peronismo para
pasar su vejez más tranquila, viéndose en el espejo que le devuelve la
situación actual de Menem.
Probablemente estas elecciones sean también el comienzo
del paso a retiro de figuras, partidos o aspiraciones. Por ejemplo, Stolbizer
podría quedar sin una banca.
Lousteau, con su aspiración a suceder a Rodríguez Larreta
en 2019 muy herida. Otros comienzos de retiro serían los de Rodríguez Saá y
Pino Solanas mientras que el caso opuesto será su ex aliada Elisa Carrió, quien
podrá obtener en la Ciudad de Buenos Aires la mayor victoria porcentual de toda
su carrera política. Quizá sea ella la única ganadora que todos descuentan
antes de abrir las urnas a las 18.
Quedarán diez semanas hasta las elecciones de octubre, y
allí sí comenzará otro ciclo de la política argentina. Por entonces, a Macri le
será más útil contar con los consejos de Emilio Monzó que con los de Duran
Barba.
Los votos de hoy
pueden ser reveladores de cuál será el futuro político de Macri, Vidal y
Cristina.
Las
primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) tienen dos consecuencias:
definen a través del voto los candidatos de cada de uno de los partidos para la
elección de octubre venidero y se transforman en una verdadera encuesta abierta
de alcance nacional que, a la manera de una foto, le permite a cada agrupación
política conocer cuál es la verdad de su presente electoral. De esas dos
consecuencias, la de mayor significación es la segunda ya que –salvo en algunos
casos– en nuestro país la primera se torna abstracta debido a la falta de
competencia interna que exhiben las alianzas partidarias. Por eso, los tres
interrogantes que se plantean en la jornada cívica de hoy – ¿Ganará Cristina Fernández de
Kirchner o ganará Esteban Bullrich? En caso de que CFK ganara, ¿con qué guarismos y con qué diferencia sobre
Bullrich? ¿Cómo le irá al oficialismo a nivel nacional?– van más allá de la
interna partidaria. Es algo que Mauricio Macri siempre supo y que, increíblemente,
algunos conspicuos miembros de Cambiemos, no. En ese marco, la batalla
electoral por la senaduría de la provincia de Buenos Aires es su desvelo.
La
campaña electoral, que ha sido en general mala, ha dejado sin embargo mucho
para el análisis. Ante la escasez de propuestas, las formas han sido casi todo.
Lo que se vio. Hemos asistido a una campaña que pareció
hecha a partir de las sugerencias e ideas de Jaime Duran Barba: actos en los que candidatos aparecen en
medio de un escenario rodeados por la gente; candidatos que pronuncian
discursos cortos que apelan a lo emotivo; spots publicitarios en los que habla
la gente. Donde más se notó el cambio fue en CFK. Nada
hubo de las largas peroratas de sus Aló presidenta. “Hemos decidido que había
que escuchar a la gente” –parece que antes no–, dijo la ex presidenta en su
discurso de cierre en La Matanza. Habló poco y se mostró poco. Su objetivo fue
mantener el caudal de sus votantes, ese núcleo duro del kirchnerismo que le es
absolutamente fiel y que, según exhiben la mayoría de las encuestas, le augura
buenas posibilidades.
El
precandidato a senador Esteban Bullrich representó, hasta aquí, un verdadero dolor de cabeza para el oficialismo. Su nominación fue producto del dedo del Presidente y, hasta aquí, en sus
cercanías muchos consideran que cometió un error. “Perdimos
un muy buen ministro que como candidato resultó malo”, se confesaba
en la mañana del jueves último un operador del Gobierno que, aun cuando se
esperanzaba con los guarismos de alguna encuesta de último momento, no paraba
de lamentarse por la mala performance que tuvo Bullrich durante toda la
campaña. La verdad es que un triunfo suyo sería un batacazo.
“De
no haber sido por sus disputas de protagonismo con María Eugenia, la candidata
debió haber sido Lilita”, reconoció otro funcionario de cercanía con el
Presidente. Por todas estas circunstancias, tanto la gobernadora como la
diputada debieron ponerse la campaña sobre sus espaldas. La fuerte imagen
positiva de Vidal –incluso superior a la del Presidente– llevó a Macri a
dejarle el rol central en la parte final. De hecho, si hoy se diera el
resultado positivo que sólo una o dos encuestas le dan al oficialismo, deberán
levantarles un monumento de gratitud tanto a la gobernadora como a Carrió.
Más allá de Buenos Aires.
El panorama luce
diferente para el Gobierno en el resto del país. Ahí, los pronósticos hablan de
buenos resultados que buscará capitalizar mostrando un crecimiento que lo
consolida como primera fuerza a nivel nacional. En ese marco, la aspiración es,
además, ganar alguna provincia más. En la mira están Santa Cruz, San Luis y
Santa Fe. Sergio Massaestá lejos de la disputa central, y Florencio Randazzo, lejísimos.
Cada
elección plantea un escenario propio y, por lo tanto, hacer comparaciones con
las anteriores es casi siempre un error. Vale esto para los que intentan hacer
algún paralelismo entre esta elección y las de 2013 y 2015. En 2013, el triunfo
de Massa estuvo apuntalado por la decisión del macrismo de apoyarlo en aquella
cruzada que tenía como objetivo impedir la reforma de la Constitución Nacional
que buscaba darle vuelo al proyecto de reelección indefinida con el que soñaba
CFK. En 2015 se trató de una elección presidencial, cuya dinámica es distinta a
la de una legislativa.
Las
encuestas muestran que el tema central de las preocupaciones de la mayoría de
la gente pasa por la situación económica.
A
la hora de votar, la inseguridad pesa menos y la corrupción, mucho menos. En el
vasto territorio de la provincia de Buenos Aires, esto no solamente emerge como
dato en las zonas más carecientes del Conurbano profundo sino también en
ciudades de su interior como, por ejemplo, La Plata, Mar del Plata y Bahía
Blanca. En 2015, María Eugenia Vidal tuvo en esas tres ciudades un caudal de
votos notable, lo que le permitió compensar los que no tuvo en La Matanza. Fue
una performance extraordinaria que incluso superó a la de Macri.
Hoy
eso parece difícil de repetir. El impacto de la inflación y el ajuste de las
tarifas de los servicios públicos ha llevado a muchas pymes a bajar sus
persianas o a reducir su personal.
En
ese universo anidan muchos de los desencantados a los que apeló en sus últimos
discursos Vidal. Veremos si con eso alcanza para mantenerlos en el redil.
Más
allá de las encuestas, la volatilidad del dólar le ha mostrado en estas semanas
al Gobierno lo que la calle presiente: que
CFK gana. Por eso, no alcanzó con los millones de dólares que el
Banco Central lanzó al mercado para frenarlo. Es un adelanto de lo que pasará
si el Gobierno no hace una buena elección. Nada que sorprenda. Al Presidente se
lo han dicho en la cara muchos potenciales inversores extranjeros: no vendrá un
dólar a la Argentina mientras exista la posibilidad de que el proyecto
presidencial de CFK se mantenga vivo. Esto es lo que está en juego en estas
elecciones que se definirán en octubre y de las que en la noche de hoy
tendremos un adelanto.
Ya es habitual que desde estas páginas yo exprese mi
admiración por el cine iraní, por su peculiar manera de explorar sus propias
limitaciones, extrayendo de ellas un cine totalmente renovado, fresco y
original. No es una postura a priori, sino confirmada cada vez que asisto a una
nueva proyección. En el panorama del cine iraní, la figura de Abbas Kiarostami
es la más brillante, y ha iluminado a todos los demás realizadores. Por fin
llega el demorado estreno de esta hermosa película, la más compleja y personal,
que se inscribe en la línea de El sabor de la cereza (film que se evoca
repetidamente) y en la que el director utiliza una vez más el cine para tratar
sobre la vida, la muerte, la moral, la humanidad en suma.
Un grupo de la televisión acude a un pueblo distante 700
kilómetros de Teherán a filmar un acontecimiento popular: una ceremonia
fúnebre, misión que mantendrán encubierta. El film trata sobre la espera, ese
tiempo muerto que transcurre mientras la muerte de una anciana que "tiene
100 o 150 años" –según su nieto– demora en llegar. Las primeras imágenes
anticipan todo el film: el camino pedregoso tan caro al director, sinuoso entre
colinas, el que todos hacemos y deshacemos, y que no lleva a ninguna parte, o a
todas.
La narración se centra en la figura de Behzad, el
director del equipo, y en su vínculo con la gente del lugar: con cada uno
comparte una experiencia, y lo que sucede está narrado a través de su punto de
vista. Su grupo de trabajo, de tres colaboradores, nunca está en escena, se
mantiene fuera de campo, o directamente desaparece cuando lo necesita. La gente
de la ciudad nunca hace explícito el motivo de su visita al pueblo, se habla
vagamente de un tesoro, y los residentes le adjudican al director el honroso
título de ingeniero.
Durante la espera, Behzad recibe, desde la capital,
llamadas apremiantes de su productora. La señal sonora no llega a su teléfono
celular, por lo cual corre por todo el pueblo y debe manejar hasta una colina
cercana, donde está el cementerio, para poder sostener una comunicación. Los
días se suceden rutinariamente y sin novedad, las llamadas se vuelven más
apremiantes, y una y otra vez Behzad debe repetir su viaje al cementerio. La
cámara filma el recorrido de su camioneta por otro camino circular,
permaneciendo fija en el mismo lugar, con la misma luz, captando los mismos movimientos,
una y otra vez, hasta volverse un ritual. Pero la cuarta vez que sucede no
resulta igual a la primera: para entonces, la impaciencia del director y su
equipo ha ido en aumento, y se evidencia el extremo de incomprensión de la
gente de la ciudad, que le exige la seguridad de que algo sucederá
próximamente. La exasperación del director estalla y su enojo se vuelca contra
los más débiles: el muchachito que lo asiste en la aldea y una tortuga, obvio
símbolo, que se cruza en su camino.
El título proviene de la popular poetisa feminista
Farough Farrukhzad: es el último verso de un poema citado en la escena más
enigmática e inolvidable del film. Behzad acude a la casa de la novia del
excavador que ha conocido en el cementerio, y con la excusa de conseguir leche,
conversa con su novia, en un mágico momento de seducción. La escena tiene lugar
en una caverna apenas iluminada por una lámpara a ras del piso, y sólo vemos
las manos y la falda de la joven, quien conserva todo su pudor frente al
extraño. En un país donde una mujer soltera no debe estar sola con un hombre,
estos planos motivaron la prohibición del film, por su alto contenido erótico.
Si bien esta es una película de hombres, Kiarostami
encara por primera vez la figura de la mujer –asombrosamente, una de ellas
atiende el café del lugar– dejando el tema abierto a posteriores abordajes.
Aunque por momentos resulte morosa, los motivos de la
película la hacen absolutamente inquietante: las repeticiones cíclicas, la
situación ambigua, las llamadas crípticas que recibe desde la ciudad que
también hablan de muerte, sus charlas con el enterrador, a quien nunca vemos,
la conversación en la cueva a oscuras con su novia, quien tampoco se muestra,
el poema que propone ser llevados por el viento, llenan el vacío creado por la
espera.
Kiarostami intensifica en este film su crítica social:
durante toda la historia subyace una mirada irónica hacia el hombre de ciudad,
en absurdo contraste con la gente del pueblo, que tiene otros tiempos y sabe
observar la naturaleza, vive el presente y respeta los ritmos naturales. El
chiste del celular acentúa esa ironía: a la cuarta vez que sube la colina, la
situación ha pasado a ser ridícula. El director, que está deseando hacer una
filmación, no tiene los elementos ni la gente para cubrir la noticia cuando
algo altera la paz del pueblo.
La importancia del fuera de campo adquiere mayor
significación cuando nos enteramos de que a veces es el mismo Kiarostami quien
está en lugar del protagonista: él es quien interroga al chico, al maestro, al
joven que le confirma la importancia ritual del esa ceremonia fúnebre que están
esperando. De esta manera, la identificación del director real con su personaje
en la ficción es absoluta, y la ironía se transforma en autocrítica ácida hacia
el vínculo entre los cineastas y la gente común, como hemos visto ya en Detrás
de los olivos y La vida continúa.
Algunos objetarán que el más grande realizador iraní nos
ofrece más de lo mismo. Kiarostami ya ha llegado a la categoría de clásico:
como tal, volverá una y otra vez sobre sus temas y motivos, se cita a sí mismo
recurrentemente, pero –y ésta es la clave– en una vuelta más de espiral. En
esta obra maestra radicaliza aspectos elaborados en otros films: hay muy poca
información, mayor ambigüedad, y un uso permanente del fuera de campo. La
película puede verse en clave de Borges, quien decía escribir siempre el mismo
poema.
En su conocida articulación entre ficción y documental,
Kiarostami hace un film escamoteando casi la mitad de la realidad. Evita
cuidadosamente el contraplano, y así el espectador debe completar los diálogos
en su imaginación: nunca vemos a los colaboradores con los que habla Behzad, no
vemos lo que él ve, nunca accedemos a la anciana enferma, ni vemos el rostro
del excavador del cementerio con quien dialoga el ingeniero, ni el de su novia.
Kiarostami hace un arte de la ocultación, y el espectador pasa a tener un rol
activo en la obra. Si la primera toma es un camino zigzagueante, como los de El
sabor de la cereza o La vida continúa, la sinuosidad se repite en el ascenso al
cementerio, en el viaje en moto de un anciano que da lecciones de vida, en el
increíble recorrido que hace una manzanita al caer en tierra, y por fin, en las
curvas del arroyo de la toma final. La maravillosa arquitectura laberíntica del
pueblo lleva a los habitantes a moverse entre casas superpuestas, arracimadas,
pasando de una escalera a una terraza, y de ésta a una calle, en un itinerario
que se hermana con los otros recorridos. Kiarostami fue también pintor, y como
los clásicos, repite el rasgo en zigzag, como Cézanne reitera la diagonal.
Antes que sobrevenga la muerte, deberán cumplirse los
infinitos gestos que la preceden, inexorablemente. Mientras tanto, ¿qué es lo
que muere? Acaso un modo de esperar la muerte, una forma de vida que ya no será
la misma después de esta invasión de operadores y teléfonos celulares.
Película completa:
El Viento nos llevara (The Wind Will Carry Us Bad ma ra khahad bord
- 1999). Premio Mejor Película en el Festival de Venecia
de 1999.
El rodaje de una película
en la pequeña localidad kurdo-iraní de Siah Dareh provocará una pequeña
revolución entre los habitantes del pueblo, convencidos de que los miembros del
rodaje son en realidad buscadores de un tesoro que se halla en el cementerio
local.