viernes, 10 de abril de 2015

Cuerpos y Almas, la Andropausia… @dealgunamanera...

Mitos y verdades sobre la andropausia…


Sólo el 5% de quienes la padecen consultan a un especialista por motivación propia. Síntomas, tratamientos y factores de riesgo.

La andropausia es la caída de los valores de testosterona por debajo de los esperables para un adulto joven, junto con la presencia de síntomas específicos y no específicos consecuentes de dicha disminución. La andropausia (cuyo nombre correcto es hipogonadismo de comienzo tardío) comienza a manifestarse más comúnmente a partir de los 40 años, y su prevalencia se cuatriplica a partir de los 60. De acuerdo con el Instituto de Diagnóstico e Investigaciones Metabólicas (IDIM) sólo un 5% de los que padecen valores bajos de testosterona realizan una consultan al especialista por motivación propia.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico se basa en la clínica del paciente y se complementa siempre con estudios de laboratorio. Se debe descartar cualquier otro factor que influya en el descenso de los niveles de testosterona, ya que si no estuviera relacionado con la andropausia, el tratamiento será otro. Para hacer el diagnóstico de andropausia se deben excluir primero otras causas: evaluar si sucede algo con la hipófisis, si hubo o hay daño testicular, si la persona toma algún fármaco que actúa sobre la actividad testicular, entre otras cosas. El desarrollo de la andropausia no debe de tomarse como un hecho natural; puede prevenirse en cierto modo con una conducta de vida saludable, y posiblemente revertirse dependiendo de la condición que la genera y del paciente.

El descenso de testosterona es paulatino, provocado por un envejecimiento normal. Por esto es que los cambios físicos, psíquicos y sexuales no se reconocen fácilmente si no se compara el estado actual con el que se poseía en años previos. Existen condiciones asociadas (como obesidad, hipertensión, hipercolesterolemia, síndrome metabólico y diabetes, ciertos medicamentos y enfermedades renales y hepáticas) que pueden acelerar o desarrollar un descenso más pronunciado de testosterona, con el consecuente impacto en la esfera sexual y psíquica, el bienestar general, la densidad ósea y, a su vez, en los diferentes marcadores de riesgo cardiovascular (glucemia, colesteroles, obesidad, etc.).

“Mientras existan estas condiciones, los valores de testosterona se mantendrán por debajo de lo esperable; si la condición es corregible, se trabajará en primer instancia sobre la misma para fomentar el ascenso de dichos niveles. Por ejemplo, el 80% de los hombres que son estudiados y tratados por andropausia son obesos; es esencial entonces enfocar la terapéutica sobre la alimentación y prácticas de actividad física del paciente. Esto es lo más natural y saludable, y se debe ser insistente al momento de tratar dicha patología”, explica Damián Robbiani, Médico Endocrinólogo de IDIM.

¿Cuáles son los síntomas?

Existen síntomas más específicos al momento de relacionarlos con los valores de testosterona bajos: la disminución de la libido (o deseo sexual) y disfunción eréctil; los menos relacionados son cansancio, disminución de masa y fuerza muscular (sarcopenia), aumento de la masa grasa a predominio abdominal, osteopenia y osteoporosis, disminución de la memoria y atención, depresión, anemia, entre otros. Son condiciones tan poco específicas que no se las toman como síntomas claros de la caída de los niveles de testosterona; en cambio, la disminución del deseo sexual y la disfunción eréctil a partir de los 40 años son tomados como parámetros para realizar estudios.

Sin embargo, sólo el 14% de las causas de disfunción eréctil son generadas por la caída de la hormona, siendo otras causas (psicológicas, medicamentosas, problemas urológicos, etc.) las más frecuentes.

La andropausia repercute indirectamente en ciertas condiciones que se evalúan a través de estudios de laboratorio: quien presente valores disminuidos de testosterona tiene más riesgo de generar impacto negativo de los niveles de colesterol, glucemia, generar anemia, etc. Hoy en día se evalúa la implicancia de la vitamina D en los pacientes con andropausia, ya que se encontró una relación directa en los valores de ambos, en estos trabajos científicos el descenso de testosterona se asocia al descenso de vitamina D.

El tratamiento de la andropausia idealmente lo indica un médico andrólogo, que puede ser urólogo o endocrinólogo. El primero estudia la parte de próstata y gónada (testículo), y el segundo estudia el manejo hormonal. Lo ideal es que el tratamiento se combine con ambos profesionales. El enfoque diagnóstico y la terapéutica debe ser personalizada, donde el médico endocrinólogo tendrá en cuenta beneficios y riesgos del tratamiento a instaurar, en base a la problemática que motiva la consulta del paciente.

Principales mitos de la andropausia

-Todo hombre con más de 40 años, que tenga disfunción sexual y/o disminución de la libido, tiene que ver con algo propio de la edad. El paciente que tenga dichos síntomas debe recibir una evaluación específica para descartar hipogonadismo (descenso de testosterona) ya sea por andropausia o cualquier otra condición que pueda estar afectando.

-Todo hombre con disfunción sexual necesita testosterona, independientemente del valor de sus hormonas. Primero se debe llevar a cabo una evaluación para establecer cuál es el tratamiento indicado y con el control preciso. El uso de testosterona no es siempre la solución. Cada tratamiento se evalúa dependiendo del paciente, su situación y las diferentes circunstancias. No existe un tratamiento general, sino tratamientos individualizados para establecer cual es el mejor para la persona.

-Quienes realizan un tratamiento con testosterona tiene mayor riesgo de cáncer de próstata. Siempre deben evaluarse las condiciones del paciente, los riesgos que existen, y el tipo de tratamiento más conveniente. No existen estudios que hayan demostrado que los pacientes sin patología maligna de próstata hayan desarrollado o empeorado la misma durante el tratamiento; no sucede así con aquellos que la padecían en la consulta inicial. Para ello es primordial la correcta evaluación prostática previo comienzo de tratamiento

-El consumo de sildenafil acelera la andropausia. Esto es claramente falso. El sildenafil es otro tipo de tratamiento, que se usa en las personas indicadas bajo un control adecuado. Es un tratamiento válido y mundialmente aceptado para la disfunción eréctil. No en todos los pacientes logra los efectos esperados, debido a varias causas, dentro de la que se encuentra los valores marcadamente disminuidos de testosterona.

-Existen factores que pueden acelerar la andropausia. A partir de los 40 años, el envejecimiento normal del hombre genera una caída en los niveles de testosterona del 1% anual. Esto es algo natural sobre lo que no podemos actuar, y repercute en forma lenta y progresiva sobre la esfera psíquica, sexual, metabólica y física, sin generar necesariamente enfermedades relacionadas. Sin embargo, los que presenten ciertas condiciones de riesgo (obesidad, hipertensión, diabetes, etc) denotarán un descenso mayor y abrupto en dichos valores, manifestándose de una manera patológica en cada uno de los aspectos descriptos. Una persona con buena salud, que cuida su alimentación y hace ejercicio prevendrá el desarrollo de la andropausia.

Asesoramiento: Dr. Damián Robbiani – Médico Endocrinólogo y staff profesional del Instituto de Diagnóstico e Investigaciones Metabólicas (IDIM) – MN 136.732 / MP 116.029

© Publicado el miércoles 08/04/2015 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


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