domingo, 15 de junio de 2014

Ciegos… De Alguna Manera...


Ciegos…


Agenda periodística encogida. Núcleo de temas de interés reducido a casi nada. Manda el Mundial y ya se desdibuja, velozmente, la historia de las tropelías de Boudou. Imposible situarse en otras bases de interés público. El llamado “mundo mediático” vive sobrecogido en su propia pequeñez de miras. Las lóbregas obscenidades farandulescas pueblan la mañana, la tarde y la noche de la TV y de la radio, y de pronto llegó el Mundial. 

Si el equipo nacional prospera, la locura ensimismada prosperará. El mundo ofrece, sin embargo, escenas de valioso interés sobre las cuales el interés colectivo es casi nulo, al menos por estas latitudes. Todo sucede como si el planeta, supuestamente globalizado, se hubiese vuelto más ajeno que nunca. Una sociedad absorta en sí misma se desentiende de modo casi completo de las barbaries y villanías que se consumen todo el tiempo en diversas latitudes.

Esta semana, dos países ocupados en su momento por tropas de los Estados Unidos (Afganistán e Irak), y otro severamente implicado en esas guerras, Pakistán, han vuelto a vivir momentos trágicos, en esa secuela infinita de ataques terroristas que el mundo ya ha naturalizado como normales. Toda la sangre derramada, incluso por las propias tropas que intervinieron, que no fueron sólo estadounidenses, parece haber sido rematada en vano.

En Karachi, Pakistán, país fronterizo con Afganistán, ataques de escalofriante osadía dejaron un saldo de decenas de muertos. No fueron hechos consumados por aficionados; las de los talibanes fueron acciones militares importantes y muy poderosas, ejecutadas por comandos bien equipados. Movimiento de perfil medieval y de estirpe sangrienta, los talibanes pesan en ambos países, Afganistán y Pakistán. 

Dogmáticos, fundamentalistas y violentos, ellos eran la retaguardia de Osama bin Laden y Al Qaeda cuando entraron los norteamericanos en el país, tras el salvaje atentado del 11 de septiembre de 2001. En Afganistán, los norteamericanos dejaron 2.229 uniformados muertos En simultáneo a eso, dos años y medio después de la retirada completa de las tropas de Estados Unidos de Irak, el jihadismo levanta su perfil convirtiendo este trágico país árabe en un pantano imposible. 

Lo demuestra la caída de la ciudad iraquí de Mosul en manos de las furiosas brigadas de Al Qaeda. Ahora se sabe que tras la expedición militar norteamericana, tras sus propios 4.448 muertos, la violencia y el exterminio entre las facciones islámicas (sunitas y chiitas) no sólo no menguaron, sino que se han hecho más letales y salvajes que nunca. Con los apóstatas occidentales fuera de escena, la guerra interislámica, tanto en Irak como en Siria, es más brutal que nunca.

La tragedia de Siria no le mueve un pelo a nadie. Ya son 160 mil los muertos de una guerra civil primitiva y bestial, cuya repercusión en Occidente es irrelevante. El gran periodismo internacional cubre estos hechos con guantes quirúrgicos, pese a la documentada enormidad de la barbarie en curso. El periodismo norteamericano e inglés, en lugar de hablar de “terroristas” alude a los “radicales”; en lugar de escribir “asesinos”, los menciona como “militantes”. Las bombas y los ataques asesinos más inescrupulosos son contra estaciones de buses, escuelas, liceos y mercados.

No es una típica guerra convencional. Es un escenario de terrorismo puro y duro; sólo procura intimidar, destruir y aniquilar. La idea es que lo que hoy son Siria e Irak se convierta en un gigantesco y negro califato, formateado en los moldes del siglo XII.

No sólo la peste letal en Irak y Afganistán/Pakistán continúa su curso en medio de una evidente pasividad internacional. En Nigeria, las 200 niñas secuestradas nunca aparecieron. La misma desgracia en el origen: una banda de terroristas denominados islamistas cuyo grupo Boko Haram es el nombre de la etnia tribal hausa, que se traduce como “la educación occidental es un pecado”. 

Preadolescentes raptadas a punta de fusil por una banda de masculinos forajidos que dicen ser más islamistas que el islam, que se proponen que Africa sea un continente monocolor y –sobre todo– monorreligioso. Por eso, niñas nacidas de hogares cristianos son islamizadas con trágica violencia.

En este marco, el cristianismo es una de las grandes víctimas y uno de los grandes perseguidos en esa Africa copada por la beligerancia brutal del hiperislamismo.

Formidable desprecio por la vida. Estos grupos terroristas (Al Qaeda, los talibanes, las sectas islamistas enfrentadas en la guerra de Siria, Boko Haram) exhiben un denominador común: para todos ellos, la vida no importa nada, esté dicho o no en el Corán. Estas “guerra santas” son toleradas, como si se tratara del perfil natural y folclórico de pueblos diferentes, una desgracia que, como gotea día a día, es una práctica de liquidación y exterminio admitida y hasta santificada.

Es también un fanatismo de barbarie, extremo, directamente surgido de los túneles más oscuros de la alta Edad Media, un proceso difícil de comprender y menos de admitir. Si, al menos, se tratara de recuperar la dignidad integral del mundo islámico y sus sociedades nacionales, estos terroristas empachados de sangre desde hace ya tantos años no están en condiciones de comprender, ni lo pretenden, que su accionar no sólo no recupera la dignidad y la autoestima del mundo islámico. Al contrario, ratifica la idea de que ese mundo sangriento que ellos denominan “islámico” sólo produce destrucción y violencia infinitas.

¿De qué “genocidio” palestino hablan algunos para justificar su silencio  por estos hechos de barbarie? Lo del genocidio palestino es una falsedad inverificable, pero es tangible que ya hay 160 mil seres humanos realmente muertos en Siria, como lo son la violencia asesina de Al Qaeda en Irak, las bombas de los talibanes en Pakistán y Afganistán, y lo que sucede en Nigeria con esas pobres criaturas secuestradas. No pasa nada. Hay un mundo que mira para otro lado, y una Argentina preocupada por Wanda Nara.

© Escrito por Pepe Eliaschev el Domingo 15/06/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Bosnia, los “niños de la guerra”... De Alguna Manera...


Bosnia, los “niños de la guerra” y el error nacionalista...


Por primera vez en su historia, juegan un Mundial. Los jóvenes sobrevivientes de la última guerra y un relato por todos.

Recién arranca el Mundial y ya hay sorpresas, promesas, batacazos y decepciones. Aún no se cumple la primera semana desde la inauguración de la Copa del Mundo, pero todos los equipos hacen gala del relato de su selección (y los reveses de los primeros partidos).

Brasil 2014 parece ser para Bosnia y Herzegovina, no por calidad futbolística (que no es tema de discusión acá), sino por el pétreo relato de los once que en pocas horas se enfrentarán a Argentina. A falta de trayectoria mundialista, el país debuta como tal en un Mundial. Sus 22 años como Estado formal arrastran el asfixiante peso de la guerra, la que los independizó de Yugoslavia y todas las anteriores, que pusieron a la región como inesperado enclave para detonar los peores conflictos de la historia mundial. Los sobrevivientes exhiben, involuntariamente, las marcas de anexiones y secesiones desquiciadas. Y su seleccionado no escapa al mito.

El equipo de Safet Susic es el de los “niños de la guerra”. Así hablan los medios de ellos, y no se equivocan. Buena parte de sus integrantes vivieron la guerra que, en poco más de tres años, deshizo el mapa político de los Balcanes. Algunos, como Begovic o Ibisevic, integraron la legión de casi dos millones de desplazados. Volvieron al país años después de deambular por el mundo con el recuerdo de sus raíces. Otros, vieron morir a familiares, entre las más de 100 mil víctimas fatales del conflicto. Entre ellos, Edin Dzeko.

Son “los niños de la guerra” y no lo ocultan. Por el contrario, la camiseta exalta su sentido de pertenencia: los once de mañana son la diáspora de bosnios en todo el mundo, los nacidos allí, y los hijos y nietos de. Pero su experiencia de la guerra no los convierte, en sí misma, en jugadores de primera. Son tan sobrevivientes como víctimas, al igual que otros. Como el croata Luka Modric, otro “niño de (otra) guerra”. Ni pena ni temor.

Aunque cierto, el relato bosnio raya el error nacionalista, el mismo que cometemos todos, que pasamos por tres camisetas en una tarde hasta que llegue la propia. Porque nuestro tercer apellido es italiano, somos hijos de españoles o nuestro abuelo era francés. 

Detestamos a Inglaterra al punto tal que la embajadora en Londres organiza charlas sobre fútbol con la camiseta de Argentina. Un gesto tan estúpido como si un republicano festejara la derrota española porque la camiseta no lleva una banda morada.

Desacertado, como el saludo filonazi de Simunic con la camiseta croata, que le valió una suspensión de diez fechas. O como la vergüenza profesa del exarquero polaco Jan Tomaszewski ante una selección a la que le faltaban “verdaderos polacos”. En 2012, el equipo tenía, al menos, tres jugadores que habían pasado por las inferiores de otros países.

El frenesí mundialista saca lo mejor y lo peor de nosotros. ¿Cuándo arranque el partido alguien recordará la historia de vida de los jugadores? ¿Nos importará su derrotero pasado hasta llegar a su histórico debut mundialista? ¿Podemos ser honestos y decir que, por 90 minutos y en pos de ganar, no nos interesará en lo más mínimo?

La pasión no puede ser siempre igual. Y la que genera el fútbol no tiene mucho que ver con aquella que sentimos cuando se nos ocurre, sin mano izquierda, resolver el mundo entero.

© Escrito por Ursula Ures Poreda el Sábado 14/06/2014 y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Huracán, sigue dependiendo de Huracán… De Alguna Manera...


Sigue dependiendo de nosotros…


Huracán fue mucho más, pero cayó derrotado por dos goles contra cero ante Independiente en La Plata y perdió la posibilidad de ascender tras un semestre impensado para todos. Hubo un solo equipo en la cancha, pero el Rojo aprovechó un error propio en la primera mitad y de rebote se puso en ventaja. En el complemento Gustavo Esquivel anuló un gol válido de Ramón Ábila, e Independiente terminó anotando el segundo con el juego ya desvirtuado. Tenemos la posibilidad de subir en seis meses, pero depende de cómo nos preparemos para eso.

¿Da bronca? ¿Cómo no va a dar bronca? Si con todo lo que le cuesta avanzar a Huracán las últimas dos veces que llegó a instancias decisivas el partido se vio manchado por polémicas que de polémicas no tuvieron nada. Es cierto que al equipo le faltó contundencia, pero aún sumergido en ella logró embocar una de las que tuvo y terminó siendo anulada por Gustavo Esquivel (Gustavo Esquivel, anoten, que lo recordemos nosotros será el único castigo que tendrá). También podemos agregar la no expulsión de Nicolás Figal, quien ya amonestado cortó una contra de Martínez en mitad de cancha y Diego Ceballos eligió no mostrarle la segunda luego de cobrar la falta.

Pero supongamos lo siguiente, digamos que es cierto eso de que nos viven choreando. Supongamos que es verdad que tres días después que uno de los dirigentes gremiales más poderosos que tiene el país, y candidato a presidente de Independiente, dijera sin filtro “Si no pusiéramos plata…” el juez de línea Gustavo Esquivel haya omitido adrede una habilitación de casi 150 centímetros. Mi pregunta es ¿Qué hacemos con eso? Si en el fútbol del “Todo pasa” los medios hegemónicos le dedican veinte páginas al ex orgullo nacional y diez líneas al error del juez. ¿Qué pasa si es real el “A Huracán siempre lo cagan” que la opinión pública dice hasta con gracia? Mi respuesta es que debemos aprender de los errores para no volver a cometerlos. Sí nada podemos hacer contra el Statu quo, entonces pensemos que podemos hacer para llegar con margen a las instancias decisivas.

Para ello debemos remontarnos al 2009, cuando luego de la traumática definición la dirigencia dejó ir a varios jugadores, para reemplazarlos por otros. No sé si Frank Kudelka es el mejor entrenador que Huracán podría tener, tampoco siento que este plantel sea imbatible. Sin embargo hay una realidad que no podemos para por lo alto: Un equipo no hace 42 puntos sobre 63 posibles de casualidad. Por eso será importantísimo mantenerlo ¿Tan difícil puede ser? ¿Tantas presiones pueden poner una plantilla que llegó a escuchar en la Bonavena el fulminante “Que se vayan todos”?

La memoria es un ejercicio obligatorio para esta temporada que se nos fue. Y la debemos practicar todos, jugadores, dirigentes, cuerpo técnico e hinchas. Como podemos olvidar que el “Ídolo máximo” perdió siete de los pobres diez partidos que dirigió, antes de irse por la ventana en un marco de dudas e incertidumbre. Otra vez Antonio Ricardo “Turco” Mohamed se fue de Huracán sin explicarle nada a la gente que tanto amor y cariño le da. Allí debemos buscar ese punto que nos faltó para ascender directo, ya que los otros 58 fueron todos conseguidos por Frank Darío Kudelka.

Un entrenador de perfil bajo que llegó al Globo y tuvo su tiempo de adaptación. Kudelka logró trasmitir su idea y fue insistente (Por momentos, cerrado) con ella. Los resultados lo apoyan y la necesidad de darle continuidad a esto es imperiosa. Si tenemos seis meses para subir ¿Sirve cambiar el técnico? Ojo que Kudelka no es mago, por eso insisto en recordar que tuvo su tiempo de adaptación. Esto de los seis meses es un arma de doble filo ¿Hay tiempo para darle adaptación a otro DT? ¿Hay tiempo para darles adaptación a otros jugadores? Kudelka debe seguir, no hay opción.

En 2009 y tras el subcampeonato se fue el as de espada, Javier Pastore, pero también se fueron jugadores menos agraciados pero claves en la estructura como Carlos Araujo, Arano, González, Díaz, entre otros. ¿Por qué soltar, por ejemplo, a Mandarino? Sí debemos traer a otro para que se amolde como lo hizo Germán. Lo mismo para Mancinelli. En jugadores más vistosos nos encontramos con Capurro, Caruso y el mismo Marcos Díaz ¿Tan difícil puede ser para Huracán convencer a tres tipos que el Globo volvió a poner en boca de todos?

Lo de los pibes es otro tema, pero depende de nosotros torcer la historia. “Vender para sobrevivir” me suena a verso, Huracán es el club más pobre del mundo pero en estas tres temporadas contrató técnicos y jugadores para nada baratos. Martínez jugó frente a Independiente un partido que nadie imaginaba, si el resultado hubiese sido favorable estaríamos hablando de una “Actuación consagratoria”. Espinoza fue creciendo hasta ser titular indiscutido, mientras que Villarruel sigue en línea con sus capacidades, aunque el DT no lo haya tenido en cuenta para el tramo final. Este tridente de promesas debe quedarse, como mínimo, hasta diciembre. No es lo mismo que tengan o no un ascenso, no es lo mismo tampoco para su cotización.

¿Qué negocio es vender por chirolas a tres juveniles para terminar contratando tres paquetes? Quizás se puedan traer jugadores buenos, pero es imposible que estos rindan y se acoplen a un equipo en apenas seis meses. Ahora si el eslogan es “Vender para devolver la plata que se puso”, sería hermoso y honesto que esto se aclare.

Del partido con Independiente tengo poco para decir, aunque supuestamente de eso vaya este informe. Huracán jugó como un equipo de Primera, pero ascendió el equipo que actuó como uno del Nacional B. El partido fue muy parecido al Villa San Carlos, aunque la Villa creó más situaciones que el Rojo durante el complemento. Huracán tuvo un primer tiempo pobre, en el que aun así fue más que el rival. Sobre el cierre un contragolpe fulminante encontró las fallas de dos jugadores que no solo deben seguir, sino que también estuvieron en el podio de la temporada. Capurro no cortó a Pisano, ni lo marcó como debía, y Marcos Díaz (Que sacó todo, y más también) tuvo nada de fortuna en ese rebote que Zapata mandó a guardar casi con vergüenza.

En el complemento hubo un monologo Quemero, pero todas las luces que aportó Gonzalo Martínez no alcanzaron a quebrar la resistencia de un Independiente que se apoyó en el oficio de la defensa y su excelente arquero. El Rey de copas se bajó los pantalones ante este humilde Globo y jugó como el equipo más conservador de la categoría, Huracán hizo todo lo que pudo pero no logró torcer la historia, y ahí está la poca tranquilidad que podemos tener.

Aún en su anemia ofensiva Huracán marcó un gol lícito, cuando Ramón Ábila ingresó solo por el segundo palo para romper de cabeza la resistencia de Rodríguez. Pero Diego Ceballos, a instancias de Gustavo Esquivel, anuló la conquista. Otro error en contra.

En el final y solamente con Mancinelli como defensor Independiente marcó el segundo, en una de las dos o tres jugadas del complemento donde pisó el área. Otro desafortunado rebote en Díaz y Pizzini le puso punto final al cuento de hadas. El partido fue un resumen del semestre de ambos, Independiente subió a los tumbos y con fallos arbitrales a su favor, mientras que Huracán jugó la final con muchísimo fútbol pero con poquísima contundencia.

El futuro sigue en nuestras manos, hay que mantener a todos los jugadores que podamos y darle continuidad a este gran año que está teniendo Huracán. Será clave retener al técnico, también a los jugadores, pero para asegurarnos el ascenso en este torneo que entregará tantos debemos comenzar a trabajar ya.

Se vienen las elecciones, y todas las agrupaciones políticas tienen la obligación de meter la menor mano posible en este plantel. Gane quien gane, tenemos la posibilidad histórica que por una puta vez en la vida el que salga beneficiado sea Huracán.

© Escrito por Raúl Ziccardi el Sábado 14/06/2014 y publicado por Soy Quemero


Amado, horas decisivas... De Alguna Manera...


Horas decisivas...

Busco mi destino. Amado Boudou. Dibujo: Temes

De cómo se resuelvan la suerte del vicepresidente y la deuda depende gran parte del futuro político.

Fue una muy mala semana para Amado Boudou. La declaración indagatoria que prestó ante el juez federal Arel Lijo precipitó los hechos que han dejado expuestas algunas de sus mentiras. La muy buena entrevista que le realizaron Ernesto Tenembaum y Marcelo Zolotogwiazda en su programa de TN Palabras+, palabras-, no hizo más que dejarlas al descubierto, lo cual empeoró aun más la delicada situación del vicepresidente.

Los que saben lo que pasó en el tercer piso del edificio de los tribunales de Comodoro Py 2002 –donde tiene su despacho el juez federal Ariel Lijo– coinciden en señalar que la exposición de Boudou fue pobre. Lo primero que llamó la atención fue el bajo nivel de conocimiento que su abogado tenía tanto del expediente como de la requisitoria del juez. Por eso, cliente y abogado quedaron sorprendidos, lo que los obligó a pedir un cuarto intermedio no bien se terminó la lectura de los cargos que pesan sobre la parte defendida. Una vez comenzada su exposición, el vicepresidente hizo agua en varios de sus pasajes. “Menos mal que no se televisó; se salvó de hacer un verdadero papelón”, coinciden las “gargantas profundas” de tribunales, que saben al dedillo lo que pasó en el despacho del juez el lunes pasado.

No se vio nada de la pose de guapo que Boudou había exhibido en su raid mediático en los días previos. No queda claro tampoco si llegó a comprender cabalmente que en una causa judicial lo único que vale es lo que está escrito en el expediente. Es posible, en cambio, que allí se haya dado cuenta de los malos abogados que eligió para llevar adelante una causa que exige una calidad profesional superior a la de quienes lo atienden. Vale recordar que son letrados del estudio de Darío Richarte –ampliamente conocido por sus vinculaciones con la Secretaría de Inteligencia–, que creen que todo este escándalo se arregla con aprietes. 

De todas maneras, no se dan por vencidos en su afán de querer sacar al magistrado de la causa a base de carpetazos. El juez Lijo tuvo una fina atención con el vicepresidente cuando, en el llamado a indagatoria, le hizo saber detalladamente la trama de los hechos por los cuales se lo está investigando. De todos modos, al hacerlo, expuso sólo una parte de las evidencias en su contra, que se han venido recolectando laboriosamente a lo largo de estos dos años que lleva la causa. Para mayor infortunio de Boudou, en la semana que pasó apareció un elemento novedoso: la declaración del ex asesor de gabinete de Ricardo Echegaray, Rafael Resnick Brenner. La descripción de la reunión que dijo haber mantenido en el Ministerio de Economía con Guido Forcieri, jefe de Gabinete del entonces ministro Boudou, y con José María Núñez Carmona –su amigo y socio, que ahora parece no serlo tanto– para hablar del asunto Ciccone, fue un golpe brutal para el vicepresidente. Se abrió allí un nuevo frente de batalla. Hasta aquí, su pelea era contra los periodistas y contra el juez. 

Ahora es también contra Ricardo Echegaray. Imposible pensar que Resnick Brener, actual director de la regional Salta de la AFIP, haya revelado semejante información sin el conocimiento de su superior. Esto hace crujir al Gobierno y causa preocupación dentro de sus filas. En sus manifestaciones públicas, Boudou pretende aparecer como un mártir, categoría de la que lo separa una galaxia. El problema adicional que tiene es que no termina de darse cuenta de que se ha abierto una compuerta a través de la cual el cúmulo de evidencias que va apareciendo en su contra deja sus mentiras expuestas a la vista de todo el mundo. 

Sobre Guillermo Reinwick, yerno de Nicolás Ciccone, pasó de decir que no lo conocía a confesar que estuvo con él en una cena de tres horas en compañía de Claudio Belocopitt, dueño de Swiss Medical, y Núñez Carmona en el suntuoso Palacio Duhau (sic). Hasta el miércoles pasado, Boudou y Núñez Carmona compartían el mismo abogado. Esto ha dejado de ser así a causa de los intereses contrapuestos que han aparecido entre uno y otro. ¿Es creíble que Núñez Carmona, que en todos los testimonios de los protagonistas clave de esta bochornosa historia aparece mencionado como amigo del vicepresidente, lo haya hecho sin que éste lo supiera?

La Argentina enfrenta mañana una instancia decisiva en su larga disputa contra los fondos buitre. La decisión de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos es crucial. Un fallo adverso al país lo dejará en una situación de default técnico, hecho que complicará su presente y su futuro económico. Por ello, fue muy importante la tarea de la comisión multipartidaria de diputados que pasó la semana en Washington hablando con congresistas de los dos partidos estadounidenses, Demócrata y Republicano. En esas conversaciones, los legisladores argentinos se encontraron con dos datos que marcan los errores de la política exterior del kirchnerismo: el primero, el aislamiento del Gobierno; el segundo, el acuerdo por la AMIA firmado con el régimen de Irán. 

Será tarea del presidente que asuma el 10 de diciembre de 2015 reconstruir la Cancillería. Lo que está sucediendo allí es catastrófico. El copamiento que de la repartición ha hecho La Cámpora ha dejado a la deriva aspectos elementales de una conducción profesional de las relaciones exteriores. Por fortuna, el caso argentino interesa a la administración del presidente Barack Obama, no por un excesivo afecto hacia el actual gobierno, sino por una cuestión de necesidad: un fallo de la Corte a favor de los fondos buitre sería malo no sólo para la Argentina sino también para los otros países que debieron renegociar sus deudas con bonistas tras la crisis económica de 2008-2009. Ahora se conoce, además, que el secretario de Estado de los Estados Unidos, John Kerry, hizo gestiones a favor del acuerdo que negoció Axel Kicillof con el Club de París. Habrá que ver si la Presidenta recibió el mensaje.

La economía, mientras tanto, sigue su curso desvaído. Las disputas entre Kicillof y el presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, han recrudecido. El motivo ha sido el tope impuesto por el ministro a las tasas de interés de los préstamos prendarios, personales y de las tarjetas de crédito. Claro que son exorbitantes. El problema es que son consecuencia del proceso inflacionario, que no cesa. Es lo que, como siempre, les cuesta comprender tanto a Cristina Fernández de Kirchner como a Axel Kicillof, quienes siguen creyendo que todo se arregla con la manipulación de las cifras que mes a mes da a conocer el Indek o con los Precios Cuidados que, día tras día, aparecen más descuidados.

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro el Domingo 15/06/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.