sábado, 19 de octubre de 2013

Mario Bunge: “El que no entiende el peronismo no entiende la Argentina”... De Alguna Manera...

 “El que no entiende el peronismo no entiende la Argentina”...


A los 90 años, lúcido y provocador como siempre, el reconocido físico y filósofo afirma que los intelectuales deben tomar distancia de los gobiernos, elogia a los Kirchner aunque cuestiona ciertas “irregularidades” y cuenta cómo fue que dejó de considerarse antiperonista.

¿Cuál es el secreto para llegar a los 90 años? La respuesta la tiene el físico, filósofo y epistemólogo Mario Bunge. “Es facilísimo -confiesa a Enfoques-. Primero, es cuestión de llegar a los 89 años. Después se le agrega uno y se llega a los 90. ¿Y cómo se llega a los 89? Trabajando siete días por semana, aprendiendo todos los días alguna cosa y absteniéndose de fumar, de beber y de leer a los posmodernos, es decir, absteniéndose de consumir tóxicos, sean materiales o espirituales.”

Bunge es así. Un milagro de la longevidad (nació el 21 de septiembre de 1919), pero también una confirmación de que el paso del tiempo no le quitó ni un segundo a su fama bien ganada de transgresor y de pensador polémico. Su cuerpo se mueve tan ágilmente como su cerebro. 

Editó en 2009 su último libro, Filosofía política: solidaridad, cooperación y democracia integral, de abrumadoras 600 páginas, pero ya terminó de escribir uno sobre materia y mente, y está corrigiendo algunos artículos que darán forma a otro. Se jubiló hace unos pocos meses en Montreal, Canadá, donde está radicado desde hace 44 años y donde daba clases siete horas por día, de lunes a domingo, en la Universidad McGill.

Volvió al país la semana pasada para dar cinco charlas en la ciudad de Rosario que despertaron pasiones: hubo 1200 inscriptos, por ejemplo, para escucharlo hablar sobre “Valores morales individuales y sociales”.

Este hombre de ojos celestes y abundante cabello canoso habla con sencillez y naturalidad de casi todos los temas, aunque reconoce cuando no sabe de algo. Parece estar lejos del estereotipo de alguien que ha sido catedrático de filosofía y de física tanto en la Argentina como en universidades norteamericanas, latinoamericanas y europeas, que ha recibido prestigiosas becas y que fundó desde la Universidad Obrera Argentina hasta la revista de filosofía Minerva , pasando por la Society for Exact Philosophy.

Los ocho tomos de su Tratado de filosofía básica , que aparecieron entre 1974 y 1989, lo hicieron tan famoso en el mundillo intelectual como sus ensayos periodísticos, muchos de ellos publicados en La Nación, en los que demuestra que su estilo es tan punzante como sus ideas.

Su padre fue un médico y diputado socialista y su madre, una enfermera alemana. Bunge tiene cuatro hijos: dos argentinos, de su primer matrimonio, y dos canadienses con su esposa actual, Marta Cavallo. “Los niños”, como les dice él, son todos profesores universitarios: Carlos, de 69 años, es físico; Mario, de 66, es matemático; Eric, de 43, arquitecto, y Silvia, de 37, neuropsicóloga.

-Siempre que vuelve al país está condenado a que le pregunten sobre la actualidad argentina. ¿Qué piensa de los Kirchner?
-No pienso nada, no estoy enterado, no entiendo una palabra de política argentina. Si antes, en la época de Perón, era difícil de entender, ahora es casi imposible, a menos que se sea politólogo. Esa pregunta se la tiene que hacer a un amigo de los Kirchner que es un eminente politólogo, el profesor José Nun, que ahora va a ir como embajador argentino a Gran Bretaña.

-Ya lo entrevisté el año pasado. Le dedicó grandes elogios a los Kirchner.
-¿Ah, sí? No sabía. Estuve en una reunión con él y me impresionó mucho lo que sabe. Me parece bien que los intelectuales, en particular los científicos, tomen posición, pero también que guarden su distancia respecto de la política partidista. Y, sobre todo, respecto de los gobiernos. Trabajar para un gobierno, compromete.

-¿Los intelectuales tienen que ser políticamente asépticos?
-Exacto.

-Pero usted no es aséptico, sino un intelectual de pensamientos políticos tajantes.
-No se debe perder la objetividad. Unos amigos me dijeron que el Gobierno es malo, pero los opositores son aún peores. La gente del Gobierno comete muchas irregularidades, tal vez deshonestidades, pero, al menos, no es reaccionaria.

-Muchos encuentran rasgos parecidos entre los gobiernos de los Kirchner y el primer gobierno peronista. ¿Es así?
-No lo sé. En la época del primer peronismo, y durante muchos años, yo fui gorila porque en el terreno de la cultura el peronismo no dejó nada positivo. Al contrario, arrasó con lo poco que había. Pero con el correr del tiempo comprendí que el peronismo tenía algunos aspectos buenos.

-¿Por ejemplo?
-El voto de la mujer, transformar los territorios en provincias, hacer un plan de construcción de empresas hidroeléctricas. Hablar sobre la reforma agraria estuvo bien, pero no la hizo. Prometió una cantidad de cosas que no realizó y así engañó a mucha gente. Ya no soy gorila, aunque lo fui, y el motivo principal fue porque Perón degradó la educación y la cultura y, además, realmente no fue muy democrático.

-¿Entonces dice que ya no es gorila?
-No, soy mono tití (risas). No soy ni gorila ni chimpancé.

-¿Y qué cambió en usted?
-Eramos tan apasionadamente antiperonistas que no fuimos capaces de hacer un análisis objetivo del peronismo. Más aún, usábamos categorías políticas europeas. Creíamos que el peronismo era una forma de fascismo. Y no lo es: es original, es un tipo de populismo. Creíamos también que Perón era bruto. Es falso. Era inteligente, no sólo habilidoso, y tenía cultura histórica, al fin y al cabo era profesor de historia militar en el Colegio Militar. Lo menospreciamos y por eso no lo entendemos. Gino Germani, que fue el fundador de la sociología moderna en la Argentina, se fue del país en 1966 y al año siguiente me visitó en Montreal. Le pregunté: “¿Por qué te fuiste de la Argentina? ¿Por la persecución? No -me dijo-, me fui porque fui incapaz de entender al peronismo. Todavía hoy no lo entiendo”. Y es así: quien no entiende al peronismo no entiende el país.

-La incomprensión del peronismo es casi lógica, por ejemplo, cuando se ve que conviven la izquierda, la derecha, el centro.
- Sí, pero hay ciertos aspectos que son muy originales. Por ejemplo, Perón quiso modernizar la Argentina. También otros militares progresistas como el general Savio o como el fundador de YPF, el general Mosconi. El partido dominante, conservador, no quería modernizar nada.

-En la Argentina tenemos siempre la sensación de estar comenzando una etapa nueva que nunca es exitosa. ¿Hay responsabilidad de los dirigentes o de toda la sociedad?
-Es una característica argentina: destruir y empezar después de nuevo.

-¿Y a qué lo atribuye?
-No lo sé.

-Entiende más al peronismo que a la sociedad argentina…
-Me fui hace más de medio siglo del país. Estoy mucho más enterado de la política norteamericana y canadiense que de la argentina. Y éste es un país muy complejo, mucho más que los Estados Unidos. Allá hay un solo partido con dos alas: el ala republicana y el ala demócrata. Y, a su vez, el ala demócrata se divide en dos partidos, republicano y demócrata (se ríe).

-Lo que no cambia en usted es su enfoque muy crítico de los Estados Unidos.
-Sí, aunque insté a mis dos hijos canadienses a que fueran a estudiar a los Estados Unidos porque las universidades son mejores que las canadienses. Ser completamente antigringo es absurdo, es de reaccionario: en Estados Unidos está lo mejor junto con lo peor.

-Quizá esté más cómodo en Estados Unidos que en Europa porque allí hay más pensadores posmodernos… ¿Tanto le molestan?
-Sí, paralizan el pensamiento. Cuando se repiten frases imbéciles como las de [Martin] Heidegger, o demenciales como las de [Edmund] Husserl, o muchas de [Georg] Hegel, no se puede pensar en forma racional. Por ejemplo, la definición que da Heidegger en su gran libro El ser y el tiempo : “El tiempo es la maduración de la temporalidad”. O en su Carta sobre el Humanismo dice: “El ser es ello mismo”. ¿Qué significa todo eso? Absolutamente nada. Es para engrupir a la gilada.

-¿Y usted se considera moderno?
-Soy preposmoderno (risas).

-Si critica a aquellos filósofos, ¿qué queda para los actuales? ¿Respeta a alguno?
-Los pensadores profundos hoy están refugiados en la matemática, la física, la química, la teología y en algunas ciencias sociales como la historia o la sociología. También faltan pensadores profundos en la economía: no hay ningún economista, de izquierda o de derecha, que le llegue a los talones a John Maynard Keynes, el fundador de la macroeconomía moderna. No hay nuevas teorías: falta un nuevo Keynes que no les tenga miedo a las matemáticas, a la estadística.

-¿Por que lo decepcionó el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama?
-No cumplió ninguna de sus promesas y, además, cometió un acto inmoral: aceptar el Premio Nobel de la Paz al mismo tiempo que era comandante en jefe de dos ejércitos invasores. Más aún: reforzó la cantidad de soldados en Afganistán y no cerró ninguna de las 860 bases militares que tiene Estados Unidos en el extranjero.

-¿Le parece que Obama nunca tuvo intención de hacerlo o se encontró con una maquinaria que se lo imposibilitó?
-Los científicos sociales no deberían especular sobre la mente de los personajes. Sabemos que cuando entró en la Casa Blanca, Obama entró en una prisión muy bien custodiada por la enorme burocracia, los militares, el Partido Republicano y la derecha de su propio partido. Tiene las manos atadas, pero en su caso yo habría denunciado eso y habría renunciado a la presidencia. Porque él llegó al poder con la consigna del cambio y nada esencial puede cambiar por los intereses creados, por la corrupción profunda.

-Algunos imaginaron que la crisis financiera internacional iba a permitir que surgiera un capitalismo distinto, más “sensible”. ¿Estamos a tiempo de esperar algo semejante?
-Hubo cosas positivas y negativas. Hay que empezar por averiguar por qué China y la India son los dos únicos países en el mundo cuya economía ha crecido en los últimos doce meses. Ambos son proteccionistas y no son neoliberales. La India se ha salvado de los tsunamis financieros, en particular, porque regula el mercado financiero y no permite las especulaciones. Y a China le falta democracia, pero también está avanzando en ciencia y técnica a pasos agigantados. A propósito de esto, ¿sabe cómo se manejan la finanzas internacionales en este momento? Hay un cuento que lo ilustra. En un pueblo turístico de Europa, llega de pronto un alemán muy rico al único hotel del lugar, deja en el mostrador un billete de cien euros y le dice al dueño: “Me gusta mucho el lugar y quiero estudiar la posibilidad de pasar una semana acá. ¿Me permite mirar las habitaciones?” “Sí, suba, las habitaciones están todas abiertas”, le responde el dueño del hotel, que sale corriendo y le lleva el billete de cien euros al carnicero para saldar una deuda. El carnicero sale corriendo con el billete para pagarle al proveedor de alimentos para sus cerdos. A su vez, el proveedor de alimentos para cerdos va corriendo con ese billete y le paga a la prostituta una deuda por sus servicios. La prostituta toma el mismo billete de cien euros y lo deja en el mostrador del hotel para pagar la deuda que tiene por haber alquilado las habitaciones. Entonces, al cabo de un rato, baja el turista alemán y le dice al dueño del hotel que no le gusta ninguna de sus habitaciones, toma el billete y se va. Han transcurrido nada más que cinco minutos, nadie hizo nada, nadie produjo nada, pero todo el mundo está feliz porque todas las deudas han sido saldadas (risas). En esto consisten las grandes finanzas. Detrás de estas grandes manipulaciones no hay nada. Hay gente que se arruina, pero nadie se beneficia. Es monstruoso.

-¿Le gustaría volver al país?
-Claro, me gustaría mucho. Pero invertimos el producto de la venta de una casa en un departamento en Montreal y no nos queda plata. Y acá, además, no me necesita nadie. En la Facultad de Filosofía, por ejemplo, no me han invitado. Me invitaron una sola vez, en 1985. Nunca más.

-¿No se siente reconocido por sus pares?
-No, para nada. Mis libros no son usados ni recomendados en ninguna facultad.

-¿Por qué?
-Porque no están al día. Además, mis libros huelen demasiado a ciencia y ese olor no es el perfume preferido de los filósofos argentinos. Y la filosofía de la ciencia estuvo dominada casi desde que me fui por gente que no tiene la menor idea de lo que es la ciencia y que, para peor, defendía a seudociencias como el psicoanálisis.

-¿Usted no tiene una fijación contra el psicoanálisis? ¿Lo habló con su psicólogo?
-(Risas) Es un fenómeno típicamente argentino. En el resto del mundo, el psicoanálisis ha sido olvidado. Pero la Argentina es un país muy conservador. Cuando yo tenía 16 o 17 años, cualquier adolescente se entusiasmaba con el psicoanálisis por el tema del sexo. Nos dábamos cuenta de que [Sigmund] Freud no tenía la menor idea del sexo y las pocas ideas que tenía eran equivocadas. Por ejemplo, el orgasmo vaginal o el complejo de Edipo no existen. Cualquiera se hace psicoanalista sin la menor formación científica.

-¿Cree que muchos no le perdonan ese tipo de posturas en la Argentina?
-Claro, porque les arruino el negocio. En 1985 vine al país invitado por una asociación de psicología y algunos justamente me pidieron: “Doctor, no nos arruine el negocio; vivimos de eso”. Lo mismo me dijeron en un congreso en España cuando ataqué a la microeconomía neoclásica y demostré que sus postulados eran falsos. Entonces dos profesores me dijeron: “¿Y qué vamos a enseñar?” Yo les dije: “¿Y por qué no enseñan algo inofensivo como trigonometría?”

Mano a mano

Mario Bunge me hizo sentir viejo. La charla que tuve con él me atrajo, me instruyó, me entretuvo, me despertó adhesiones y rechazos, pero en muy pocos momentos pude sacarme de la cabeza la imagen de ese veterano tan jovial soplando las 90 velitas. Mi sensación senil se acrecentó cuando Bunge me mostró su nuevo chiche tecnológico: un libro electrónico en el que lleva las obras completas de Tolstoi, Cervantes y Proust. 

El único indicio concreto de su edad es un ligero problema de audición. En el fluido diálogo abundaron sus recuerdos más remotos (lo envidié porque a veces no me acuerdo ni de lo que hice ayer) y sus incendiarias definiciones en las que destroza al peronismo (al que trató mucho mejor que en otras notas), el psicoanálisis, los economistas, la homeopatía y el rock. 

¿Es transgresor o se hace? No parece decir nada por compromiso ni para hacer honor a su fama. Al final, admitió con culpa que debería hacer más ejercicio: camina un poco y practica natación sólo en el verano. Hay algo que extraña de su juventud: practicar remo en el Tigre.

“Remar contra la corriente es único”, me dijo. Y allí entendí que eso es lo que él se pasó haciendo en estos últimos 90 años.

© Escrito por Ricardo Carpena el domingo 21/10/2010 y publicado en el Diario La Nación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Un accidente, cincuenta informes y muchas dudas... De Alguna Manera...


Hay dinero que se quedó en el cajón de Jaime y Schiavi…

Leandro Despouy sobre Once: “Hay dinero que se quedó en el cajón de Jaime y Schiavi”

El titular de la Auditoría General de la Nación, Leandro Despouy, no se privó este sábado de opinar acerca del nuevo accidente ocurrido en el tren Sarmiento, del cual quedó como saldo la friolera de 80 heridos.

El funcionario habló con el programa de radio que Christian Sanz conduce por MDZ Radio, Políticamente Incorrecto. Allí, aseguró que la entidad a su cargo realizó no menos de 50 informes, tanto sobre transporte de pasajeros como ferrocarriles de cargas. Aunque comparó la situación con lo sucedido el 22 de febrero de 2012, Despouy se mostró cauto al asegurar que se van a esperar las auditorias técnicas.

De todos modos, calificó el sistema ferroviario vernáculo como “una cosa tétrica”, al tiempo que recordó que “ha habido una enorme inversión por parte del Estado”. A ese respecto, dijo que los entonces concesionarios de TBA, los hermanos Cirigliano, recibieron más de tres mil millones de pesos en nueve años.

E insistió en trazar un panorama desolador respecto a los trenes, en el cual aparecen diez años de “desmantelamiento ferroviario de Menem”, a los cuales le siguieron diez años donde se vieron “desvíos y fondos que no se aplicaron para mantenimientos”, sino para prebendas.

En tal sentido, Despouy sentenció: “No se entiende cómo el Estado pudo entregar tanto dinero sin controlar”. Y recordó que para otorgar un subsidio hay que controlar qué se hizo con el subsidio previo.

Más adelante, el titular de la AGN reveló que “desde 2004 —y antes— veníamos diciendo, y sin embargo el Estado no tuvo el más mínimo cuidado”. Según el funcionario, los informes elevados al Ejecutivo nacional mostraban que podían suceder tragedias como la sucedida hoy.

No obstante, Despouy advirtió que “también mostramos que había descontrol en los fondos que se entregaban a TBA”.

En ese marco, advirtió que la CNRT también hizo observaciones y multas, las cuales jamás se aplicaron. “Ese dinero se quedó en el cajón de (Ricardo) Jaime y luego de (Juan Pablo) Schiavi”, agregó.

Sin embargo, el titular de AGN dijo que, desde que esta Florencio Randazzo, “se nota que se han llevado a cabo algunos emprendimientos, no hemos evaluado la dimensión”. No obstante, aseguró que no han sido lo suficientemente eficaces.

Luego, aseveró que, en su momento, la entidad que comanda hizo un informe sobre la compra de material ferroviario a España y Portugal. “Es para ir y detener al que lo hizo (…) Se compró material que no era ni chatarra”.

Y recordó que el entonces transportador “dijo que no podía cargar eso: ni como chatarra sirve (…) Es una burla, no es una compra”.

Finalmente, Despouy puso el foco en la sospechosa “actitud de entregar fondos a empresas que nunca dieron una respuesta adecuada”. Y dijo: “Eso solo cabe cuando el funcionario de Estado tiene un interés que no es el de mejorar el subsidio”.

Y culminó: “Se puede suponer, esperar, que hay otro interés. Sobre todo cuando la calidad del servicio es pésima”.

Escuchá la entrevista a continuación:



© Publicado por la Redacción de TDP el sábado 19/10/2013 y publicado por Tribuna de Periodistas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

 

miércoles, 16 de octubre de 2013

Arsenal de Sarandí Campeón de la Copa Argentina... De Alguna Manera...


 Arsenal Campeón...


Arsenal goleó a San Lorenzo en la final de la 2da edición de Copa Argentina por 3 a 0, se clasificó a la Copa Libertadores de América y conquistó su quinto titulo.

Sin excusas, con total claridad y por goleada Arsenal vapuleó a San Lorenzo por 3 a 0 con una actuación soberbia. Es muy poco reconocido el conjunto de Alfaro, técnico que conquistó los 5 torneos que consiguió Arsenal en su historia en la máxima categoría. San Lorenzo fue arrestos individuales, nunca supo como sortear el partido y tras la expulsión de Piatti, perfectamente expulsado por Delfino, fue todo cuesta arriba. 

Arsenal con su estilo, es menos vistoso que el de Newells, pero tiene estilo propio, solidificó el triunfo con claridad y holgura. La seguridad de Campestrini, Echeverría y Braghieri, la gran noche de "bicho" Aguirre, lo incansable de Marcone en la mitad de la cancha y lo que labura Furch arriba redondeó un triunfo inobjetable del conjunto de Alfaro. Clasificó a la Libertadores, se llevó un premio de $ 1 millón ochocientos mil y se asegura jugar la Super final ante Vélez Sarfield.

Arsenal 3

Campestrini; Nervo, Echeverría, Braghieri, Pérez; Montero, Zaldivia, Marcone, Aguirre; Gómez, Furch. 

DT: Gustavo Alfaro

San Lorenzo 0

Torrico; Buffarini, Alvarado, Gentiletti, Mas; Mercier, Ortigoza; Piatti, Romagnoli, Correa y Verón. 

DT: Juan Pizzi

Goles: (37) Aguirre (54) Echeverría (66) Zelaya -ARS-

Amonestados: Nervo, Zaldivia, Campestrini -ARS- Correa, Bufarini, Mercier, Romagnoli -SL-.
Expulsados: (44) Piatti -SL-.

Árbitro: Germán Delfino -Excelente-.

Estadio: Catamarca

© Escrito por Daniel Baretto el miércoles 16/10/2013 y publicado por Mundo Ascenso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Las fotos


Los goles:












Uruguay 3 vs. Argentina 2... De Alguna Manera...

 Argentina perdió el clásico rioplatense…


En un partido vibrante, Uruguay ganó 3-2 en Montevideo pero deberá jugar el repechaje ante Jordania para clasificar al Mundial.

Argentina no pudo cerrar las Eliminatorias con una victoria al perder en un apasionante clásico rioplatense 3-2 ante Uruguay en el Centenario de Montevideo.

Pese al triunfo, el equipo del Maestro Tabárez deberá jugar el repechaje par clasificar al Mundial de Brasil 2014 ante Jordania.

Cristian Rodríguez, Luis Suárez -de penal- y Edinson Cavani marcaron los goles de Uruguay, mientras que Maxi Rodríguez, en dos oportunidades, convirtió para los dirigidos por Alejandro Sabella.

La Selección llegó al Centenario ya clasificado y con un equipo alternativo y Uruguay aprovechó para llevárselo por delante con mucha presión en la mitad de cancha. A los seis minutos, una aparición dentro del área del Cebolla Rodríguez terminó en el primer gol tras un remate seco que venció la estirada de Sergio Romero.

De a poco, Argentina se fue acomodando en el terreno de juego y rápidamente llegó al empate. Fue a los 14 cuando Rodrigo Palacio metió un centro que Augusto Fernández paró de pecho dentro del área para la entrada de Maxi Rodríguez, quien definió para poner la igualdad.

Luego del gol, la visita empezó a controlar el partido con e buen manejo de Lucas Biglia y Ever Banega y tuvo chances para ponerse en ventaja. Erik Lamela probó desde afuera del área, pero Muslera controló bien sin dar rebote.

Sobre los 31 volvió a generar peligro Uruguay con un cabezazo de Cavani que Romero alcanzó a desviar y luego contestó Maxi con un remate atajado por Muslera.

Pero en la siguiente jugada llegó el penal inexistente de Sebastián Domínguez sobre Suárez que el árbitro cobró. El delantero del Liverpool no falló y otra vez Uruguay pasaba a ganar el partido.

Sin embargo, cuando los hinchas celestes gritaban los goles de Chile ante Ecuador, llegó otra vez el empate argentino de Maxi Rodríguez. El jugador de Newell’s tuvo tiempo para definir cruzado ante la mirada de Muslera.

Argentina salió dormido en la segunda etapa y a los cuatro minutos una desinteligencia en el fondo le terminó costando un gol en contra. Suárez habilitó a Cavani, quien definió con total tranquilidad el mano a mano ante Romero.

Si bien la Selección pudo empatar con una acción individual de Palacio que se fue cerca del palo, Uruguay estuvo más cerca del cuarto. Stuani y el Cebolla Rodríguez no tuvieron puntería y el palo les negó el grito.

Uruguay siguió buscando, pero ya era demasiado tarde porque debía golear para clasificar directamente al Mundial. No obstante, aún tiene la ilusión de volver a pasar una instancia de repechaje y decir presente en Brasil 2014.

Síntesis:

Uruguay 3

Fernando Muslera; Maximiliano Pereira, Diego Lugano, Diego Godín, Jorge Fucile; Cristian Stuani, Egidio Arévalo Ríos, Diego Pérez, Cristian Rodríguez; Edinson Cavani y Luis Suárez.

Entrenador: Oscar Washington Tabárez.

Argentina 2

Sergio Romero; Hugo Campagnaro, Federico Fernández, Sebastián Domínguez, José Basanta; Augusto Fernández, Lucas Biglia, Ever Banega; Maximiliano Rodríguez, Erik Lamela; Rodrigo Palacio.

Entrenador: Alejandro Sabella.

Goles: en el primer tiempo, a los 5 minutos C.Rodríguez(U); M.Rodríguez(A); a los 33, Suárez(U), de penal; a los 41, M.Rodríguez(A). En el segundo tiempo, a los 3, Cavani(U).

Cambios: en el segundo tiempo, desde la reanudación, Gastón Ramírez por Pérez(U); a los 22, Leandro Somoza por Banega(A); a los 30, José Sosa por Lamela(A); a los 36, Mauro Icardi por A.Fernández(A); a los 44, José Giménez por Stuani(U).

Arbitro: Marcelo De Lima Henrique (Brasil).

Estadio: Centenario (Montevideo)

© Publicado el martes 15/10/2013 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

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Los goles:


La tabla: